He pasado la mañana tratanto de llegar a la T-4 de Barajas sin éxito. Mi hijo Erik debía volar a Los Angeles.
Recibí la noticia del bombazo por la radio antes de llegar a la terminal. ¡Hijos de … ! Miré al cielo y vi una inmensa nube de humo negro, alimentada por una chimenea gigantesca, infernal. La Guardia Civil nos desvió a la T-1.
Inmediatamente hablé con la policía -nadie sabía nada-, me conecté a Internet para saber lo que estaba pasando, si había víctimas, y si mi hijo Erik y otras miles de personas amontonadas por allí podrían viajar a sus destinos.
Ni elmundo.es ni elpais.com se habían enterado aún de la noticia más grave del año. A las 9:20 de la mañana sólo pude enterarme de los detalles del atentado terrorista por 20minutos.es. Mientras esperábamos en vano un autobús que nos llevara desde la T-1 hasta la T-4, un corrillo creciente de curiosos desesperados siguió los detalles del atentado a través de 20minutos.es en mi móvil.
Gracias, colegas, y enhorabuena por responder con dedicación y profesionalidad a las necesidades de nuestros lectores.