Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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España y el baloncesto español, a 4 columnas; el 11-M, a tres.

Cuando hay una noticia de verdad o se produce un acontecimiento digno de ser impreso para la posteridad, o que interesa a los lectores del medio, ningún periodista puede ocultarlo.

Ayer ocurrió algo digno de ser leído, archivado y recordado por los lectores de los dos primeros diarios de pago de España. Y los editores de la portada cumplieron con su cometido profesional: servir a sus lectores.

Tanto El Mundo como El País mandan en primera con la foto del final del partido de baloncesto en el que nuestra selección ganó por un punto a la de Argentina y se colocó a un paso de ser la mejor del mundo. Mañana domingo lo veremos a partir de las 12:30h.

La coincidencia en el gran tema de portada de los dos diarios suele producir cierto sosiego entre los lectores de ambos, porque alivia el nivel de confrontación habitual. Y si, además, la coincidencia se da por una noticia positiva para todos los españoles, miel sobre hojuelas.

Los matices, insignificantes, hay que buscarlos, entonces, con lupa. Estos son los titulares.

El Mundo, con foto a 4 y titular a 2 columnas:

El baloncesto español a un paso de la gloria

El País, con foto a 4 y titular a 4 columnas:

España alcanza la final tras un dramático partido con Argentina

La diferencia está en el sujeto:

«El baloncesto español», para El Mundo

«España», para El País.

¿Es fruto de la casualidad dar el mérito al baloncesto español o darselo a España?

¿Hay alguna diferencia significativa entre ambos sujetos?

¿Cuál de los dos diarios habla más de España últimamente?

Por mi propia experiencia profesional y política, estoy muy sensibilizado –quizás en exceso- con el uso, desuso y abuso de la palabra España. Saco, en su divino y humano blog, suele añadir “¡Paña!) Manolo Saco recordará que, cuando ambos fundamos el semanario Cambio 16 en otoño de 1971, con Juan Tomás Salas como director general, estaba muy mal vista la palabra España.

Nos sonaba a cosa fascista, de los “nacionales” y había que usarla en pequeñas dosis. La sección de Nacional, que El Mundo y El País llaman hoy “España” sin ningún recato, nosotros la llamábamos “Este país”. Y en lugar de escribir la palabra “España” en nuestras informaciones solíamos poner “el Estado español”, que luego tuvo tanto éxito entre los nacionalistas periféricos como lo tenía “España” entre los nacionalistas carpetovetónicos. A los censores de la Dictadura les hervía la sangre con nuestras bromas linguísticas.

Llegó a ser tan extravagante nuestra huida de la palabra “España” –impulsada por el abuso que de ella hacían los fascistas, nacional-católicos o nacionalsindicalistas- que rozábamos el ridículo –y hacíamos chistes de nosotros mismos- al hablar, por ejemplo, de la “típica capa del Estado español”, o de una “copa de vino del Estado español”, por no decir la “capa española” o el “vino español” (“viiinoooo españooool”, como el del pasodoble “Fue en Nueva York…”, que nos ha hecho llorar alguna vez a todos los emigrantes con una copa del idem encima)

Estoy casi seguro de que Pedro Jota (o Pedro ¡Jo!, como le ha llamado algún comentarista del blog) ya ha vuelto de su piscina semipública balear. No hay más que ver que el amplio espacio que dedicaba en pleno agosto al apoyo mundial del PP a su dudosa piscina ahora ha vuelto a dedicarlo al 11-M. Quid pro quo.

Después de la foto de la maravillosa victoria agónica de España (perdón: del “baloncesto español”), el principal titular de El Mundo de hoy sigue dedicado al 11-M. Ayer iba a cuatro columnas y hoy va sólo a tres, centrado. Algo es algo:

“Nadie está más interesado que el Gobierno en esclarecer el 11-M”

Y lleva este subtítulo con el sinuoso verbo “elude”, tan grato a Pedro ¡Jo!:

Fernández de la Vega dice que “quien tiene que tomar decisiones es el poder judicial”, pero elude aclarar las contradicciones policiales

El País no da ni una línea del 11-M y dedica ese espacio al tabaco, con este titular;

El humo se cuela por las rendijas de la ley

La tercera noticia de El Mundo empieza con “Maragall boicotea…” Su tercera noticia, a tres columnas, con foto a dos, va dedicada al auto bombo con este titulo:

Desde mañana, dos en la carretera

La foto de la joven Cayetana Alvarez de Toledo, de vaqueros, y el menos joven Luis María Ánson, de traje y corbata, junto a un descapotable azul, es todo un poema. Mañana veremos lo que hacen estos tres aristócratas por la cultura.

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Atención al eventual giro hacia la derecha neoconservadora de Murdoch/Aznar/Botín por parte de El Mundo. Alguno me dirá, y con razón:

“¿Aún más?”

Ya veremos lo que dicen los actuales dueños italianos a un oferta que no puedan rechazar…

Y, si no, lean lo que dice, entre líneas, este agudo observador mediático que es Juan Varela, uno de los fundadores del diario El Sol, en su blog.

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P.S. Anoche, cuando llegué a casa después de ver Alatriste, me cabreé con un troll de esos que tienen «mala follá», entrando en temas personales, y que por su firma («Indalín») debe ser paisano mío. No me gusta alimentar a los troll, siguiendo el consejo de muchos asiduos a este blog, pero no lo pude remediar. Hay fanáticos, como éste, que no respetan ni a su madre.

Procuraré no entrar más al trapo. O lo haré sólo -como en este caso- para dar fe de algunos hechos.

Este fue el comentario de anoche de Indalín al post «Mojácar, Silicon Hill de Europa»:

ya que habla usted de los recuerdos a su padre porqué no hace un comentario sobre las pastillas equivocadas-correspondian al tramiento de otro enfermo-que le dieron a tomar a su padre en el Hospital de Torrecárdenas,de Almeria.O no interesa airear errores de los equipos médicos dirigidos por socialistas en los hospitales andaluzes aunque afecten a personas tan queridas como un padre.pregunte,pregunte a su hermana porque ella conoce bien el tema.

Atentamente indalín

lo dijo indain · 1 Septiembre 2006 | 09:37 PM

Y esta fue mi airada respuesta:

Indalin o Indain:

Usted apesta en este blog. No es bienvenida gente de su calaña. Le diré como solía decir su líder moral: «Váyase, señor Indalín».

Pero le daré una información que no se merece, pues ya ha intervenido varias veces en este blog sobre el mismo tema, pero creo que sí merecen otros comentaristas honrados. Por eso, pese a que no suelo contestar a los troles como usted, esta vez lo voy a hacer.

Desde mi casa en Cuevas del Almazora, hablé con mi padre por teléfono la noche anterior a su muerte. Era la víspera del Día de la Madre de 1997. Estaba en casa, después de haber pasado todo el sábado con mi madre en el club de los jubilados de Almería. Creo que estuvo, incluso, bailando. Le dije que pronto iría de profesor a la Universidad de Almería y que estaría más a menudo con ellos en su vejez.

No se si me creyó. Siempre sueño con volver a Almería definitivamente, y lo digo a menudo. Quedé con él en que pasaríamos juntos el Día de la Madre, que les recogería a media mañana para comer en un buen sitio con toda la familia.

Mi padre no tenía ninguna enfermendad, salvo los efectos de varias pequeñas trombosis y de la vejez. No estaba enfermo ni fue hosipitalizado, pero me dijo que le dolía un poco el estómago, porque algo le había sentado mal. Nos despedimos cariñosamente, como siempre, y nos dijimos hasta mañana.

Mi padre se acostó esa misma noche junto a mi madre, como de costumbre, en la casa donde nos criamos mi hermana y yo -en la Calle Juan del Olmo, 82- y nunca más se despertó.

Por la mañana, mi madre intentó despertarle sin éxito. Murió durante la noche, creemos que de un infarto o de una trombosis, sin molestar a nadie.

No estuvo ingresado en el Hospitla de Torrecárdenas más que años antes para una sencilla operación de hernia inguinal. Pasé aquella noche con él, en el Hospital y, al día siguiente, ya quería volver a su casa.

Por tanto, ante de morir, ni pisó ese Hospital ni ningún médico socialista o popular le dio ningún tratamiento ni equivocado ni acertado, sencillamente porque no estaba ingresado ni en tratamiento.

Murió sin hacer ruido, plácidamente, durmiendo en su cama, junto a su esposa a quien adoraba. A la mañana siguente, mis primos me llamaron para decirme que mi padre no se había despertado. Acudí a la capital y preparamos el entierro. Sus restos reposan en el Cementario de Almería junto a los de mi madre, dentro del mismo ataud. Yo mismo los puse allí con un par de rosas, naturalmente rojas.

Señor Antolín: deseo que, aunque su madre no haya podido inculcarle a usted los valores mínimos de la decencia, sea tan querida por su padre como lo fue la mía por el mío y por sus hijos. Su madre ha tenido muy mala suerte porque usted le ha salido una mala persona. ¡Qué lástima!.

Le supongo perfectamente capaz de hacer con sus padres todo lo que dice que pude yo hacer con los míos. Pobrecillos sus padres y más pobres aún sus hijos. ¿Que valores les va a inculcar si muestra un comportamiento tan ruin, rastrero y miserable?

Se cree el ladrón que todos son de su condición.

¡Váyase con sus cuentos a otra parte!

JAMS

lo dijo JAMS · 2 Septiembre 2006 | 12:42 AM

Procuraré no entrar más al trapo de esta gentuza.