Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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¿»Combaten» o «acompañan» las tropas españolas?

El País manda hoy en su portada, abriendo a cuatro columnas, con este gran titular:

Veinte talibanes mueren en Afganistán en un combate con tropas españolas

La información de primera se amplía en el interior, a toda página, y con foto de un soldado español a cuatro columnas.

No busque esta noticia en la portada de El Mundo. No hallarán ni una línea. Hay que buscarla entre los faldones bajos de las páginas interiores para encontrarla. Resulta curioso el titular interior de El Mundo a tres columnas:

Mueren tres afganos en un ataque a una patrulla acompañada por españoles

No aparece, por ningún lado, la palabra «tropas» o «soldados«. Claro que tampoco dice que fueran turistas o toreros los españoles que «acompañaban» a los soldados afganos.

El Mundo prefiere mandar en su primera página con un titular sensacionalista que «desata el miedo a una crisis económica global»

El Pais rebaja la crisis bursátil a dos columnas y descata las medidas que se han tomado para mitigar sus efectos.

Hay que leer la letra pequeña, en ambos diarios, para saber que la Bolsa de Nueva York -la más directamente afectada por la crisis hipotecaria de EEUU– cerró su sesión de ayer con una pérdida de sólo el 0,23%.

La crisis hipotecaria de EE.UU puede llegar a ser grave. No lo dudo. Y podría contagiarse -cómo no- a Europa y Asia. Los economistas sólo saben predecir el pasado. En eso, los hay muy buenos.

Pero, por ahora, mirando al presente, sólo veo una purga bancaria de esas que suelen ocurrir cuando una generación se olvida de la purga anterior: «cada 15 años, más o menos». (Me lo dijo J. K. Galbraith hace casi 30 años).

La avaricia natural del sistema financiero (que es, no lo olvidemos, su principal lubricante) lleva a algunos bancos a prestar el dinero de los depositantes, a precios muy altos, a quien tiene pocas garantías de devolverlo en el plazo y con el interés previsto.

Si los bancos centrales abren el grifo del interbancario -como están haciendo- para socorrer a estos banqueros tan avariciosos, no tiene por qué extenderse la crisis a toda el sistema financiero. Eso sí, los bancos más temerarios y agoniosos quebrarán (como ocurre de vez en cuando), lo cual es muy saludable para todo el sistema.

Desde luego, si todos los diarios serios del mundo titularan en sus portadas como lo hace hoy El Mundo de Pedro Jota entonces tendríamos asegurada la crisis global a la vuelta de la esquina. Son predicciones o profecías que suelen llevar dentro de sí mismas una fuerte dosis de autocumplimiento.

Guillermo dedica hoy su chiste de El Mundo nada menos que a Forges (que suele publicar diariamente el suyo en El País. Un bonito gesto entre dos diarios que ni se hablan.

El texto de Guillermo (ilegible en el PDF) dice así:

«Dedicado a Forges, genio capaz de inventar al mismo tiempo las vacaburras semovientes y las chicas que leen libros en el sofá. Con dos cojones.»

No se si esta esquela-anuncio será gratuita o de pago. Sólo se publica en El Mundo y es una convocatoria de la «Asociación de Peones Negros de Madrid» a una concentración (en forma de esquela inofensiva) para todos los días 11 de cada mes.

¿Qué pretenden? ¿Quienes son?

¿Peones Negros? Sólo el nombre y el lugar y forma dónde publican la convocatoria ya me dan miedo.

Nacer mujer es terrorífico en más de medio mundo

Cuando leo detalles espeluznantes sobre comportamientos ignominiosos contra la mujer, reclamo el derecho a la injerencia externa, a la intervención judicial internacional en esos países salvajes. Si no quieren respetar la Declaración Universal de los Derehos Humanos para a la mitad de sus poblaciones, por tratarse de mujeres, pues se les obliga. Si las mujeres produjeran petróleo, esos países, atrasados e indignos, ya habrían sido invadidos por fuerzas occidentales.

Desde luego, pocas veces coinciden El País y El Mundo en sus temas de portada. Hoy tampoco. El País le echa una mano al presidente del PNV («El PNV propone…»). El Mundo le echa otra mano a Zapatero, pero en este caso a su cuello: («Zapatero calienta…»)

Sin embargo, hoy sí coinciden en defender a las mujeres malatradas y asesinadas en Afganistán e India, respectivamente. Ambos diarios dedican la portada de sus páginas de «Domingo» a denunciar lo terrorífico que es nacer mujer en esos países.

Me da la impresión de que ni hombres ni mujeres del resto del mundo mueven (perdón, movemos) un dedo para acabar con estas salvajadas, que nada tienen que ver con el respeto indebido a tradiciones bárbaras o religiones criminales que ponen los pelos de punta a cualquier persona decente.

Mira por donde, Internet, por su cuenta, puede suponer un rayo de esperanza, de libertad, para muchas mujeres presas de tradiciones religiosas bárbaras. Los ideales laicos de libertad, igualdad y fraternidad de la Ilustración y de la revolución francesa están llegando a esas mujeres, a través de los blogs y de las paginas web (Bloguistán«) con más de dos siglos de retraso. En esos casos, parece claro que Internet es libertad. Menos mal.

El País abre a cuatro columnas con la propuesta del PNV de un nuevo pacto antiterrorista. El Mundo no da ni una línea del asunto. Y es una pena, porque todos los demócratas deberíamos aprovechar la presidencia de Josu Jon Imaz, mientras dure, para buscar juntos el fin del terrorismo de ETA.

Imaz ha demostrado no ser una copia del fiero Arzalluz, ese vasco tan español, ni del iluminado Ibarretxe. Por lo que le tengo oído y leído, sería una pena perder esta oportunidad, quizás irrepetible, que nos brinda Imaz. Claro que quienes lean El Mundo no se habrán enterado de nada.

La Pantoja -que Hacienda guarde- se lleva hoy dos páginas ilustradas en El Mundo y más de media página en El País .

Los titulares no son, en ningún caso, inocuos.

Para El País «…canta bajo fianza» y para El Mundo lo hace «…en un acto de desagravio».

Los gritos de sus incondicionales recuerdan aquel triste «¡Vivan las cadenas!» de la España negra.

¿Qué tendrá que ver cantar bien o mal con robar o no robar?

Fernando Savater ha vuelto a escribir. Y no ha perdido, del todo, el humor. Bienvenido.

El espejo deformante de la crispación

Josep Ramoneda en El País

13/05/2007

La crispación política no deja siquiera espacio para el sentido común

DECÍA MIQUEL ROCA, en un acto de la Fundación Alternativas en Barcelona, que uno de los efectos negativos de la crispación es que reduce el impacto de la corrupción. Efectivamente, convertida la política en una batalla de reproches pintados con brocha gorda, la ciudadanía tiende a pensar que las acusaciones de corrupción forman parte del espectáculo. Y las coloca en las estanterías de las falsedades, las mentiras y las calumnias. Si un partido es capaz de acusar a otro de connivencia con ETA o de relación con el atentado del 11-M, para señalar los disparates más sonoros que hemos oído en los últimos tiempos, ¿por qué la ciudadanía ha de pensar que dice la verdad cuando le acusa de corrupción?

Ante esta situación, muchos ciudadanos toman el camino de en medio: qué más da, todos son iguales, todos van por la pasta. Lo cual, además de injusto para muchos políticos, no hace más que aumentar la desconfianza entre la ciudadanía y sus representantes. Entre las adhesiones incondicionales de las fuerzas de choque de los crispadores y la reactiva conversión de los políticos en chivos expiatorios de todos los males debería haber un espacio para la ciudadanía crítica, como base indispensable para una democracia de calidad: deliberación y confianza. Pero para ello, los políticos deberían ayudar un poco más. Y desde luego su contribución no sólo es nula, sino que es profundamente negativa cuando presentan a las elecciones, como está ocurriendo en las listas para el 27 de mayo, a muchos candidatos con problemas con la justicia. Tanto el PP como el PSOE, más el primero que el segundo, es cierto, pero sólo es un matiz, los tienen en sus candidaturas. Lo cual hace inevitable una pregunta: ¿qué tienen o qué saben estos señores candidatos, que sus partidos no se atreven a quitarlos de las listas? ¿O tendremos que entender que los partidos dan por hecho que la corrupción está amortizada a ojos de la opinión pública y hay margen para la impunidad? ¿Qué credibilidad tienen entonces las llamadas a la tolerancia cero en materia de corrupción?

La crispación degrada realmente la vida democrática, y por eso es tan irresponsable ponerla en marcha (PP) como alimentarla para arrinconar al adversario en la extrema derecha (PSOE). Pero, además, en la medida en que oculta y banaliza la corrupción, el número de interesados en que la crispación siga aumenta imparablemente. Y la dificultad de resolver un problema político -la crispación, en este caso- es directamente proporcional al número de gente que se beneficia de él. Me temo que hay mucha gente interesada en que el ruido continúe.

La corrupción tiene mucho que ver con la vida municipal. Sería lógico que se hablara en esta campaña de los modos de proteger los municipios de la agresión de los corruptores -no se olvide nunca que no hay corrupto sin corruptor- y de las amistades peligrosas, entre política y dinero a costa de la urbanización masiva de determinadas zonas del país. Pero probablemente se pasará de puntillas sobre ello, porque la crispación está en otra parte: en la cuestión vasca, en la participación de Batasuna en las elecciones. Y la crispación es la que manda en la política española. El monopolio que la cuestión terrorista ejerce sobre la escena política tenía una sola ventaja: había frenado la demagogia reaccionaria sobre la inmigración. Ya ni siquiera ésta: el PP catalán de Josep Piqué tiene el dudoso honor de haber abierto la puerta a la entrada de la xenofobia en campaña, con un vídeo sobre la ciudad de Badalona.

La crispación es un espejo deformante de la realidad. En el debate electoral con Ségolène Royal, Nicolas Sarkozy puso a España por tres veces como ejemplo de las cosas que piensa hacer como presidente. ¿Qué hubiese pensado Sarkozy si al día siguiente hubiera visto la prensa española con un tema común en todas las portadas: las listas de Batasuna? ¿Es ésta la verdadera realidad de España? La crispación no deja siquiera espacio para el sentido común. El Rey habla de Irlanda e insinúa que, en estos casos, merece la pena «intentarlo», y se le acusa de romper su neutralidad. Y el Rey añade otra cosa más importante, que ha pasado más desapercibida: «Si se consigue, se consigue». Es la razón por la cual la mayoría de los ciudadanos son siempre condescendientes con el que lo intenta. Aunque la crispación lo nuble todo. FIN.

Las manifestaciones de la AVT (las víctimas del PP), en plena campaña electoral, reciben un tratamiento muy di¡ferente en cada diario. Ya estamos acostumbrados. Banderas de colores y a toda página en El Mundo y un recuadrito a mitad de página en El País. Sobre esa mani he oido un espeluznante reportaje sonoro en la SER en el que se oían gritos coreados de «Zapatero al paredón! o ¡De Juana a la cárcel, con Polanco!, y cantados como el famoso himno infantil «Cara al sol», etc.

Todo muy old fashion. O sea, de sabor fascista. ¡Qué miedo!.

Me dieron ganas de volverme en bici a los campos de Segovia en busca de San Juan de la Cruz.

Magnífico fin de semana segoviano.

García contra Aznar, en El Mundo; la profesora de religión, en El País

Aunque la noticia gráfica del día ha sido, con razón, el traslado de los restos de la soldado Idoia Rodríguez, muerta por un mina en Agfanistán, y lleva honores de primera página, también destacan las ausencias y las presencias de otras noticias en las portadas de nuestros dos principales diarios de pago.

El recorte o censura de la entrevista de Quintero al estravagante José María García en TVE va en la primera de El Mundo y no ocupa ni una línea en la de El País.

El golpe bajo del Tribunal Constitucional a los profesores de religión ocupa dos columnas en la portada de El País y ni una sóla línea en la de El Mundo.

A estas alturas, ya no caben sorpresas. Creo que, tal como está el patio, ambas noticias (una por cotilleo frívolo, la otra por trascendencia jurídica) son de primera página y, en mi opinión, ambos diarios se han equivocado con la que no han puesto en su escaparate.

La más grave es, sin duda, la sentencia del TC contra los profesores de religión, sobretodo por la escandalosa jurisprudencia que sienta. No podemos olvidar que en el más alto tribunal de la democracia española hay miembros católicos, claramente incompatibles para opinar con independencia sobre la Iglesia Católica, que no se han abstenido y han votado esta sentencia sin ponerse colorados como un tomate. Un paso atrás. ¡Qué vergüenza! Aún nos quedan los tribunales europeos, civiles y no religiosos, ajenos a la tremenda influencia de la Iglesia Católica.

Creo sinceramente que erramos en el tiro.

¿Pará qué andarnos por las ramas discutiendo quién nombra o despide a los profesores de religión en las escuelas públicas y en las concertadas, que reciben dinero de todos los españoles que pagamos impuestos?

El debate abierto es importante y, visto lo visto en el TC, debería ampliarse, a mi juicio, con este otro:

¿Queremos profesores de religión en las escuelas?

¿Queremos que estos catequistas -así los entiende ahora el TC- sigan lavando impunemente el cerebro de nuestros hijos indefensos?

La otra noticia del día, que El País no da en su primera, ha sido el regreso de José María García a los medios y, como es habitual en él, con demagogia y gran escándalo. Este es el titular de El Mundo:

TVE no emitió la entrevista de José María García por sus duros ataques a Aznar

Por los debates generados en Internet, la noticia de la retirada o censura de la entrevista se ha prestado a muchas interpretaciones, sobretodo en los medios digitales, donde emisores y receptores pueden encontrarse al minuto. Algunos disparan contra Aznar (Aznar, el mayor censor desde Franco) y otros contra TVE.

En sus páginas interiores, ambos diarios dan amplia cobertura del suceso.

Ahí van preguntas:

¿Conocía TVE el contenido de la entrevista?

¿Conocía TVE que José María García había sido invitado a esa entrevista por la productora privada del programa de Quintero?

¿Se han caido ahora de un guindo los directivos de TVE?

¿Acaso no saben quien es José María García?

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Las teorías conspiratorias se autoalimentan. No tienen fin

Varios comentarios recibidos hoy, de distintos colores, me incitan a matizar de nuevo la explicación que traté de dar ayer, a toda prisa, sobre las teorías conspiratorias en la prensa.

Para empezar, debemos reconocer que los españoles no somos originales. El fenómeno se da en todos los países y en todas las épocas. Y hay Pedro Jotas por doquier. Spain no es diferente.

Cada día tenemos nuevas pruebas de cómo se autoalimentan las teorías conspiratorias, lo que me lleva a pensar que no tienen más final que el del olvido, obligado por el cambio generacional. Y aún así, surgen y resurgen a lo largo de la historia, mediante revisiones interesadas que sirven para alimentar otra presunta conspiración. Basta con preguntar ¿quién mató a Kennedy? o ¿quién mató a la princesa Diana de Gales? y ya la tenemos liada.

Pero si nos vamos hacia atrás y preguntamos, por ejemplo, ¿quien mató al general Prim o a Julio César? obtendremos menos respuestas. El tiempo lo cura todo.

Hoy tenemos en portada, como de costumbre, alimento para los creyentes en esa estravagante conspiración inventada y auspiciada por el interesado triángulo formado por El Mundo, la COPE y el PP.

Como vemos, El Mundo destaca como sujeto a uno de los acusados por la terrible matanza del 11-M pero nos lo pone con su nombre de familia (Harrak) y le adjudica un verbo tan potente como «niega» que habrá sido muy del gusto de su abogado defensor.

El País va por otro camino y destaca como sujeto a otro acusado (Rachid Aglif) pero no nos da su nombre en el titular (¿quién los recuerda?) y le adjudica un verbo mucho más frío: «relata».

El titular de El Mundo niega la versión contenida en el sumario mientras que el titular de El País la confirma.

Lo más grave, en estos casos, es que la teoría conspiratoria suele ser más interesante, espectacular e, incluso, verosímil que la propia propia realidad, que puede ser más vulgar, azarosa, aburrida y, a veces, inverosímil.

El gran problema es que las teorías conspiratorias, pese a su gran verosimilitud, suelen resultar completamente falsas.

Vuelvo a mi tesis de anoche: ¿Acaso puede morir toda una princesa tan famosa como Lady Di en un accidente de automóvil, a causa simplemente de un conductor borracho?

¿Es posible que los seres humanos vulgares y corrientes puedan aceptar que la Princesa de Gales haya muerto, sin más, como cualquiera de nosotros? Cada día mueren miles de personas en parecidas circunstancias a las de Lady Di. Pero la teoría conspiratoria sólo aparece necesariamente, como decíamos ayer, para explicar la compleja y gran causa que ha podido producir este tremendo efecto.

No nos basta con un conductor borracho, de madrugada, a la salida de una discoteca. Eso nos bastaría para cualquier hijo de vecino, pero nunca para toda una Princesa. Un tercio de los británicos se lanza entonces a devorar en la prensa sensacionalista todo tipo de patrañas inventadas al estilo de Pedro Jota para satisfacer esa necesidad imperiosa de explicación verosímil, aunque falsa:

una causa tan grande como el efecto que produce

Y así nos enfrentamos a la teoría conspiratoria que implica a la propia reina Isabel de Inglaterra, al centro de espionaje británico M-5, a la CIA, a los inexistentes doctores que nunca certificaron (anque se dijo) que la Princesa de Gales estaba embarazada de su novio árabe, etc. etc. etc.

Sobre la teoría conspiratoria en torno al 11 de septiembre de 2001 (y ésta debe tener algún alimento de izquierdas) abundan los ricos matices que implican al presidente Bush, a la CIA, al ejercito USA y a todo el complejo militar-industrial como coautores de la destrucción de las Torres Gemelas para calentar a la opinión pública contra Irak, y preparar el camino de la invasión, y contra todo el mundo árabw en general.

Hay teorías para todos los gustos. Otros atribuyeron la matanza de las Torres Gemelas a los judíos, concretamente al Mossad, el servicio de espionaje de Israel. Y lo justifican diciendo que así mueven a la opinión pública contra los árabes en Oriente Medio. Llegaron a decir que una prueba palpable es que habían avisado a los judíos norteamericanos para que el 11-S no fueran a trabajar a las Torres Gemelas. Naturalmente, eran falsedades verosímiles para mentes simples o enfermas. En las Torres Gemelas murieron muchos judíos.

Lo más terrible es que tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña o en España hay un porcentaje muy elevado de personas (incluso cultas y de apariencia sensata) que se creen las teorías conspiratorias por estravagantes que sean. Buscaré los datos sobre Lady Di y el 11-S.

Comentario de Sayonara:

El problema de las conspiraciones es que no tienen por qué acabarse con el juicio. Seguro que una condena a los acusados sólo servirá para azuzar la teoría con argumentos tales como: «el juicio fue una farsa en la que los moritos se comienron el marrón de ETA, protegida por un Gobierno sibilino que deja matar a 200 personas con tal de llegar al gobierno». Y si no, al tiempo…

lo dijo Sayonara · 22 Febrero 2007 | 01:15 PM

Comentario de Derem:

Desde lo del GAL, el fondo de armario de credibilidad de El Mundo es muy grande. Va a tener que caerse con todo el equipo y de forma escandalosa -por ejemplo, que el juicio valide de forma clara y contundente la «versión oficial» y despeje todas las dudas- para que la gente pierda su fe.

lo dijo Derem · 22 Febrero 2007 | 06:02

Comentario de Esteban Rosador:

Para perder la credibilidad es suficiente con todas las portadas a 5 columnas que «El Mundo» ha dedicado a la patraña conspiranoica. Pero yo no me cansaré de recordar dos portadas antológicas:

1- La del 13 de marzo de 2004, ¡jornada de reflexión! en la que se daba una reseña de una entrevista interior a Rajoy. En la reseña, el ínclito Rajoy aseguraba su convicción moral de que había sido ETA la autora del atentado. Desde entonces, El Mundo está atrapado en la misma mentira que la banda de los 4.

2.- La portada del día en que se extraditó a España a Chapote, el asesino de M. Á. Blanco. Ese día «El Mundo» consideró que esta noticia no merecía aparecer en portada, no fuera a ser que eso ayudara a pensar que la lucha antiterrorista iba bien.

lo dijo Esteban Rosador · 22 Febrero 2007 | 06:53

EDITORIAL de El País

Confundir al tribunal

22/02/2007

Se sabía que la teoría de la conspiración sobre el 11-M, uno de cuyos apartados es la implicación de ETA, tenía defensores a ultranza sentados en estrados de la sala de audiencia en la que se celebra el juicio oral sobre el atentado, pero era difícil sospechar que llegaran hasta el extremo de amagar con confundir al tribunal. A los intentos esperpénticos de involucrar a ETA, como los del ácido bórico o la orquesta Mondragón transmutada en el grupo industrial vasco del mismo nombre, llevados a cabo durante la instrucción sumarial, se han añadido en la vista oral comportamientos profesionales de dudosa práctica forense.

Quienes buscan desesperadamente puntos de conexión de ETA con el 11-M creen haber encontrado uno de ellos en el temporizador hallado en el domicilio de un procesado, que ellos consideran, contra toda evidencia, del tipo de los usados por la banda terrorista en sus atentados. Y han aprovechado la primera ocasión que han tenido a mano, en este caso el interrogatorio de este procesado, para intentar dar carta de naturaleza procesal a su obsesión, presentando por sorpresa la fotografía de un temporizador incautado tiempo ha a ETA por la Guardia Civil, como si fuera idéntico al intervenido al procesado que se sienta en el banquillo.

Otro aspecto llamativo es que esa fotografía figura en el escrito de calificación presentado al tribunal por el actual abogado particular que recientemente se ha hecho cargo de la defensa de Zougam y Ghalyoun, en sustitución de su antiguo abogado de oficio, mientras que quien primero ha intentado utilizarla procesalmente ha sido el letrado de una de las acusaciones. El juicio sobre el 11-M pasará a la historia, entre otras cosas, por la simbiosis y perfecta sincronización con que actúan algunas acusaciones y defensas, como si su distinta posición en el proceso no fuera obstáculo para compartir el mismo objetivo.

Hay que alabar, en todo caso, el comedimiento con que reaccionó el tribunal a la maniobra con que se le intentó confundir. Ordenó de inmediato retirar la fotografía, por la simple razón de que no figura en el sumario, sin inquirir sobre los motivos e intencionalidades de su presentación, concediendo que entraba dentro de los amplios márgenes del derecho de defensa. También los letrados implicados se han justificado asimilando sin más su extraño proceder a «una estrategia de defensa». Sin duda, el derecho de defensa debe ser lo más amplio posible, y así lo está reconociendo el tribunal que juzga el 11-M. Pero los abogados, más que nadie, saben que tiene unos límites, tanto penales como éticos, que nunca deben traspasarse.

FIN