Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

El País incluye una crítica al CAC

La tregua navideña ha terminado para los diarios. Hasta El País incluye hoy media columna en la que informa de unas críticas contra el Consejo Audiovisual Catalán. Este es el titular de su noticia de Agencias:

Las radios privadas critican el excesivo poder del Consejo Audiovisual Catalán

Voy en el TALGO con un artilugio que me permite conectar con Internet antes de llegar a casa, después de unos días de vacaciones.

(Mañana empezaré un severo régimen para reducir el peso ganado en estos días, volveré al curro en el Palacio de la Prensa, sede de 20 minutos en Madrid, recuperaré velocidad con el ADSL y me conectaré de nuevo y con normalidad con todos ustedes. En ese orden).

Hace un rato pude conectar mi portátil con la red en la parada que hace el tren en la estación de Linares-Baeza, en el camino de regreso de Almería a Madrid, y pude leer muy rápidamente casi todos los últimos comentarios vertidos sobre el CAC y la libertad de expresión en el blog. Hasta que el tren echó a andar y, al poco tiempo, perdí la conexión. Los riscos del paso de Despeñaperros no perdonan.

Prometo contestar a casi todos, con más precisión, en cuanto vuelva a tener una conexión normal y algún tiempo libre. Ahora lo hago de memoria y con escasa concentración, ya que dedico mi mayor atención a acertar con las teclas correctas, mientras el tren se mueve como el azogue. Espero que, al cruzar La Mancha, se suavice este zigzag.

Primero haré algunas consideraciones generales.

1.- Este blog es como mi cuarto de estar privado, pero está abierto gentilmente a todos los visitantes que quieran acudir a él con urbanidad, educación y buenas maneras, estén a favor o en contra de mis opiniones. Contra las mentiras del algunos trolls, elfos o querubines, jamás he borrado un comentario. Es más, no se cómo hacerlo.

2.- Sin excluir ningún tema de conversación, pues valoro mucho la libertad de expresión de cada cual, debo recordar a mis huéspedes que mi tema favorito es la comparación de noticias y no noticias, a través de los titulares de los dos primeros diarios de pago de España, que son los que recibo en mi casa por la mañana temprano. (Estos comentarios o posts se archivan bajo el apartado “Crítica de prensa” en la página de Inicio).

3.- También hago, de vez en cuando, incursiones en asuntos personales, como, por ejemplo, mi árbol de navidad o presumo del último óleo de mi hijo David, que algún día será -¡cómo no!- un pintor famoso. (Estos comentarios los guardo en la carpeta llamada “Personal”)

4.- Por último, hay días en los que me suelto el pelo (en sentido figurado claro, porque la boina les impide ver mi calva avanzada) y cuento aquí anécdotas de los tiempos de Franco o de María Castaña, en plan abuelo cebolleta.

Son historietas reales de mi paso, bastante accidentado, por cierto, por esta hermosa profesión que consiste en contar a los demás lo que nosotros creemos que pasa a nuestro alrededor y que consideramos que merece ser contado. (Estos comentarios se archivan en la carpeta de la página de Inicio llmada «Recuerdos de periodistas»)

5.- Algunos visitantes me piden que amplíe el número de diarios y que compare incluso emisoras de radio o TV. Comprendo que tal cosa enriquecería el blog y el debate pero, por el momento, escapa a mis posibilidades de tiempo y espacio. Todo se andará.

6.- Otros me piden que incluya, por su interés, tal o cual noticia que no ha sido objeto de comparación y análisis. Y no les falta razón. Agradezco que ellos mismos hagan las comparaciones que deseen en sus comentarios en este blog.

Pero yo debo concentrarme en un tema al día o seré devorado por la blogadicción, hasta el punto poner en peligro el empleo que me permite dar de comer a mis hijos.

7.- No hay olvidos malintencionados. La elección del tema de cada día no es nada científica sino más bien caprichosa, y está sometida a numerosas influencias externas (incluidas mis prisas o los comentarios de mi familia durante el desayuno) y a humores internos. No le busquen tres pies al gato. Este blog es lo que es y posiblemente no de más de sí.

8.- Tampoco soy una enciclopedia para responder con precisión y rapidez a ciertas cuestiones que me plantean. Muchas veces no respondo porque, sencillamente, no se qué decir. Aunque pasé por muchos medios -creo que sin romperlos ni mancharlos- no soy un tertuliano de la radio o la tele, de esos que saben de todo.

Pertenezco a un oficio en el que somos aprendices de todo y maestros de nada. Espero que lo comprendan y sean pacientes con nuestra ignorancia.

9.- A veces. me equivoco y no me cuesta demasiado rectificar y pedir disculpas. Lo he hecho más de una vez. Lo hice, incluso –aunque les cueste creerlo-, en la primera página del diario El País y con mi firma encabezando la rectificación en mi etapa de redactor-jefe de Economía.

10.- No pretendo buscar premeditadamente la equidistancia. Me gustaría poder ser neutral pero me consta que eso es imposible porque la neutralidad no es compatible con el ser humano. Cuando tomo una posición en un asunto, que puede resultar chocante para alguien que comparta posiciones conmigo en otros temas, no estoy traicionando mis principios sino todo lo contrario.

Estoy acostumbrado a asumir ciertos costes en mi relación con quienes mantienen credos cerrados o disciplina política o religiosa y que comparto solo parcialmente.

11.- Procuro actuar de acuerdo con mis principios. Mi conciencia -subjetiva, por supuesto- marca mi rumbo. No obstante, alguna vez tuve que recordar a San Agustín (¿o fue San Pablo?) cuando confesó:

“No es lo malo que no hago lo que quiero, sino que algunas veces tengo que hacer lo que no quiero”.

Bueno, esto de La Mancha es otra cosa. El zigzag del vagón se ha reducido de tal forma que me ha permitido marcarme el rollo anterior, sin apenas destrozar el teclado. O, quizás por contagio, se me ha ido, de pronto, la chaveta como al ingenioso hidalgo de este lugar. La verdad es que el tren se presta a muchas confidencias (incluso cibernéticas) que nunca haríamos en la barra de un bar o en un confesionario. He pasado Valdepeñas. ¡Qué grandes vinos hacen hoy por aquí!

Por cierto, la película que nos ofrece ahora la RENFE no tiene mala pita. Creo que es de llorar. Volveré a escribir en tierra firme.

A lo que iba. Ya estoy en casa, tengo conexión ADSL y hasta Photoshop para pegar aquí esta media columna de El País que leí en el tren. Hoy no he visto El Mundo (estaba agotado en la Estación)y me falta esa dosis diaria de adrenalina.

Mi ataque furibundo contra las recientes competencias que los políticos catalanes han dado al CAC (Consejo Audiovisual de Cataluña), en materias tan delicadas (casi teológicas) como discernir entre la verdad y la mentira, la información y la opinión (que, a mi juicio, atentan contra la libertad de expresión) ha suscitado comentarios la mar de interesantes y enriquecedores.

Lo me más me ha llamado la atención es que, al criticar las recientes atribuciones sobrenaturales del CAC (para distinguir la verdad de la mentira) y defender la libertad de expresión, quienes me consideraban ciego perdido sólo me ven ahora como simple miope. Por el contrario, aquéllos que me atribuían una visión casi perfecta me descubren ahora cataratas o tracoma en la vista.

En defensa de la libertad, por experiencia, prefiero pasarme que quedarme corto. Pero esto merece, desde luego, más tiempo y concentración del que dispongo ahora mismo después un viaje de siete horas en el peor tren de España.

Continuará…

6 comentarios

  1. Dice ser seis

    El fallo, Oscar, es que en esta democracia de chichinabo que es la española, los medios de comunicación juegan un papel primordial a la hora de poner y quitar gobiernos, de ahí que politicastros, forofos y demás beneficiarios de sus respectivas sectas hagan frente común y prostituyan a la libertad de expresión mientras aseguran que cualquier energúmeno delante de unos micrófonos es un periodista, no sea que a los catalanes (en las últimas autonómicas por poco) y al resto de los españoles se les olvide que existe el PP.Y no importa que el CAC lleve constituído años, con unas funciones claras, que lleve redactados decenas de informes y que haya recogido en uno de ellos 20 páginas de improperios y mentiras que algunos tienen la poca vergüenza de llamarlo periodísmo, lo cual todo sea dicho dice poco de la profesión y de sus profesionales.Como decía Ortega, nunca se ha visto un país que eche tantas pestes de su clase política para reelegirlos una y otra vez. Quien dice políticos, dice medios de comunicación. La mejor manera de luchar contra la telebasura es no verla y contra la radiobasura no hacerle ni caso, y si les retiran la concesión que se dediquen a la televisión, donde mira por donde en Madrid les han dado unas cuantas tras lo cual no se han sonado tanto los mocos con la «libertad de opinión» y la «pluralidad informativa».Y pobres de aquellos que se creen lo que dicen las neveras. País de forofos.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser Pecorro

    Saludos. Me anima a hacer este comentario tu opinión sobre «el peor tren de España». Porque aquí en València el AVE está abriendo una brecha-muralla de 8×16 mts. que da miedo..¿Y todo para qué? ¿Para ser el peor tren de España bis? Y los cercanías tan respetuosos ellos con el entorno y el tráfico rodado en la ciudad, llenos a rebosar..He leido atentamente el «Oncecálogo»…parece que sea 2-01-06 hoy..en vez de 28.12.05..

    28 diciembre 2005 | 08:04

  3. Dice ser CACtus

    Lo que hace El País no es criticar al CAC, sino más bien recoger una crítica y publicarla, que es diferente.Cosas com ésa son las que provocan que El Mundo esté agotado en los kioskos, mientras quedan ejemplares de El País.¿En la estación de Atocha y en Callao también se habían acabado?Seis, ¿te acuerdas de lo que te dije ayer?

    28 diciembre 2005 | 10:40

  4. Dice ser Oscar

    Los 9 miembros del CAC son profesionales de la información con mucha experiencia y tan creíbles que fueron votados por unanimidad en el parlamento. ¿A cuántos periodistas de ámbito estatal les votarían tanto ERC como PP? Pues en Cataluña por suerte hay periodistas tan creíbles que sí, que hasta ERC y PP se ponen de acuerdo por ellos.Insinúa JAMS que ni ellos, ni estos profesionales, pueden decir si mensajes como el que la COPE difunde casi a diario de que los diputados de ERC son terroristas que amenazan de muerte a los que no piensan como ellos son verdad o mentira, si pretenden incitar al odio o no. Yo creo que no hace falta ser un prestigioso profesional de la información para discernir sobre una cuestión tan poco metafísica, pero si algún día ponen alguna sanción (cosa que no han hecho) y alguien cree que se han equivocado siempre se podrá recurrir la sanción en los tribunales, faltaría más. Y si cree que el juez también se equivoca podrá recurrir a un tribunal superior, como siempre.Sigo sin ver dónde está el fallo.

    28 diciembre 2005 | 11:34

  5. Dice ser Al-Duende

    Simplemente deliciosa esta lectura. Deliciosa. Sin más palabras.

    28 diciembre 2005 | 17:51

  6. Dice ser loboestepario

    El CAC es un organo perfectamente capaz de sancionar y condicionar via administrativa, las concesiones de radio se efectuan mediante concurso y como tal, es una acto administrativo del cual la administracion tiene capacidad declarativa y ejecutiva, es decir, la admin. es capaz de sancionar en via administrativa sin perjuicio de posterior recurso contencioso admin o judicial. Si no existiera esa relacion concesion-administracion el CAC seria ilicito, pero hay que recordar que los contratos administrativos estan sujetos a pliegos y clausulas tecnicas que hacen de los mismo un privilegio a favor de la administracion.

    28 diciembre 2005 | 23:31

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