Y de Yvonne Reyes a un ex suyo, Ramoncín en persona, una de las bestias negras de muchos internautas de 20minutos.es . Ha estado en el desfile de Roberto Torretta, donde ha coincidido con Yvonne Reyes. Y estaba hablando con él cuando se han saludado ambos con un cariñosísimo besito. !Qué tiempos aquellos cuando los fotógrafos les hacían guardia debajo de la mesa del restaurante!

He hecho la foto yo solita, pero como esta cámara no la entiendo, ante le nerviosismo de que se me escapara el hermano de Ana Obregón, se me ha quedado vacía la tarjeta. O a lo mejor ha sido Ramoncín quien me ha echado una maldición gitana porque luego me ha oído hablar de él con una amiga. Sólo me ha pasado ésto una vez en mi vida, y prefiero no acordarme. Y pensar que cargaba los carretes en otros tiempos con la mano izquierda y sin mirar. En aquella época dorada analógica de las EOS150, cuando Ramoncín tenía la nariz más corta. Menos mal que mañana viene Jorge París a echarme una mano.

Esto es lo que opina Ramoncín sobre el rechazo que provoca entre los internautas: «No son todos, es un problema que tienen ellos. Yo sólo defiendo a mi colectivo. Y me molesta que me califiquen de AVE de rapiña. Yo siempre he estado con los sindicalistas y con las libertades»

Dice Ramón que duerme muy tranquilo por las noches y no tiene miedo: «Yo no le meto la mano en el bolsillo a nadie. Y cada vez que leo algo que atente contra mi dignidad lo llevo a los tribunales. Yo soy internauta. No me llevo un duro como dicen por ahí cuando alguien compra un CD de House como han llegado a decir».

Le he propuesto que se venga a un encuentro digital a 20minutos.es y me ha dicho que se lo pensará, porque desprecia el anonimato.

La chica que le acompañaba es una amiga a quien él mismo ha definido como muy amiga. Se llama Arancha, relaciones públicas catalana, de Lleida, y vive en Barcelona. Me he enterado que acaba de cumplir 30 años y colabora en el canal catalán de televisión llamado «Condición Femenina». Desfiló para TCN en Barcelona. Y a mi me parece que le ponía ojitos a Ramoncín.