Leo con perplejidad la última edición de la revista Sorpresa, ocupada de nuevo por Pipi Estrada, el ex novio de Terelu. Si la semana pasada su novia Lucía Lapiedra aparecía sacando brillo a los pectorales del hermano de Dinio, esta semana las imágenes la muestran amarrada con una cadena atada al cuello, ejerciendo de sumisa en manos de Marcia, una explosiva rubia con aspecto de dominatrix que afirma ser la verdadera novia de Lucía. En alguna de las fotos que ilustran al reportaje las actitudes son de los más elocuentes y tórridas. Y no se trata de ninguna película porno, sino de la vida real. Me cuenta Gigi, dependiente del céntrico sex shop madrileño Mundo Erótico situado en Callao, que los clientes preguntan todos los días por las películas de Lucía, seducidos por la fama infusa que Pipi ha transmitido a su novia.

…».

Y una, ante tanta novedad y tanto montaje se pregunta: ¿Pretenderá Pipi ganarse la vida como actor porno? ¿Tendría futuro? Y Gigi, como experto que es en el tema, me contesta: «Supera ampliamente la media española. En tamaño es un campeón, como se pudo ver por las fotos que se publicaron este verano, pero no tiene físico en absoluto. Y luego hay que ver la resistencia. Lo que sí puedo decir es que si se decidiera a iniciarse, vendería sus películas como churros.