Voy a empezar a pensar que éste hombre ejerce una función social. Nunca había estado más acertado Risto Méjide ni como cuando definió casi con todas las letras a Ismael, el último defenestrado de Operación Triunfo, como un hortera. Hortera fashion, eso sí, pero hortera. Me cuenta una amiga peluquera que está hasta el moño de que le los jovencitos que visitan su negocio le pidan el corte de pelo power idéntico al que luce el concursante de OT. Esperemos que la labor exorcizante del polémico jurado del concurso haya surtido efecto a la vista de la sombra de ojos que lucía bajo el párpado inferior en el programa de Ana Rosa Quintana.

Parece que lo de Orlando Bloom y Penélope Cruz va en serio. El curriculum amoroso de la actriz madrileña incluye ya a lo más granado del IMDB. Dicen los que la conocen que nunca ha dado demasiada importancia al sexo, que la ternura y la dulzura la reserva para los suyos, sus familiares y sus amigos, por quien es capaz de dar la vida. En el amor sabe ser fría y distante . La Carmen de Prospero Merimé resulta una ingenua colegiala a su lado. A Gigi Sarasola le costó mucho olvidarla y lo mismo le está ocurriendo a Mathew Mcconughey. Lo de Cruise fue otra historia.