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Basta ya de cortar los vaqueros

Estamos recortando los pantalones por encima de nuestras posibilidades. Empecé a sospecharlo cuando todas las tiendas te ofrecían los vaqueros con el tijeretazo metido a la altura del bajo dejándote los tobillos al aire.

Es algo que para primavera-verano veía lógico y con un sentido, pero que en cuanto se baja de los 20 grados se convierte en mala idea y factor clave de atracción de resfriados.

ASOS

Encontrar unos vaqueros enteros clásicos se ha vuelto casi tan complicado como encontrar una habitación en alquiler en una ciudad española a buen precio o una amiga que llegue puntual a la hora a la que habéis quedado. Si no son los bajos, el corte es a la altura de la rodilla, por detrás justo debajo del culo o incluso a la altura de los bolsillos.

Por mucho que pretendan innovar, cortar no es la solución, y más cuando somos fieles a los vaqueros todo el año, y eso incluye el invierno.

ASOS

El colmo absoluto y último grito (literal) al que ha llegado la prenda es el vaquero-tanga, que hizo su debut en la Amazon Fashion Week de Tokyo.

La propuesta street wear del vaquero invisible (porque lo único que se ven son cuatro tiras vaqueras cosidas), es llevarlo con un body por debajo, algo muy práctico para esas salidas de tomar cervezas con las amigas en las que acabas corriendo al baño en algún momento porque los tercios hay que sacarlos o para sentarse en el metro a coger todos los gérmenes de Madrid.

No entiendo esa necesidad enfermiza de actualizar hasta el extremo una prenda que tiene su sitio más que ganado en nuestro armario.

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Una serie de productos como el pantalón vaquero, la crema clásica Nivea o el Kit-Kat de toda la vida, triunfaron en su día y siguen triunfando hoy en día. Son artículos que si nos tocaran ardería Twitter, proliferarían las peticiones en Change.org y nos lanzaríamos a las calles con cazuelas (o al menos yo, que soy muy fiel a la chocolatina).

Lo único que me da por pensar es que llegará un punto en el que veremos un desfile sin ropa ninguna solo porque el diseñador ha creado un estilismo basado en la ausencia de tejido, un poco como en el cuento de El traje nuevo del emperador, y nos creeremos que ahí donde no hay nada en absoluto, está la última tendencia.

El retorno del pantalón vaquero ‘braga-short’

Comprar un pantalón corto vaquero que me sirva se ha convertido en algo mas difícil que atravesar la Gran Vía cuando hay rebajas. Yo, de hecho, me lo he tomado ya como algo personal. Primero porque NO es posible que cada año necesite usar una talla más. O me crecen las caderas a velocidad galopante o aquí hay gato encerrado y están haciendo cada vez los vaqueros más pequeños. Que ya me diréis a mí cómo es esto posible cuando sigo teniendo vaqueros largos de hace milenios de la talla 38 que me valen perfectamente. Estamos ante un complot.

Por algún extraño motivo que han decidido las grandes firmas de moda sin consultarnos, la pernera cada vez es más corta y la cintura cada vez más alta, lo que significa que hemos pasado de enseñar muslo a enseñar nalga. El botón de la cinturilla queda tan TAN ajustado que en 9 de cada 10 pantalones te sientes embutida como una morcilla.

La ‘braga-short’ es una criatura inquieta que se empeña en subirte por la pierna. Según vas andando, notas cómo la pernera se va dirigiendo lenta pero inexorablemente a la unión de los muslos y acaba arrebujada consiguiendo que andes como los pacientes que salen de una colonoscopia.

Aunque pienses que a ti este tema es un poco como el ‘Brexit’, que ni te viene ni te va, es una cuestión que te afecta ya lo lleves o no. Y si no me crees coge el metro un día de estos, que en poco tiempo te adelantará alguna portadora de bragas vaqueras. No solo podrás apreciar pierna sino mollete y casi casi, agujero. Porque lo va tapando un poco de tejido vaquero que sino más de una provocaría un infarto entre las personas mayores.

Short vaquero. ALIEXPRESS

Braga Short vaquero. ALIEXPRESS

¡Pero quiénes somos para decir nada! Esto, como todo, es una cuestión de modas y de gustos. La disminución de la tela no se debe ni al cambio climático ni a los recortes del Gobierno, sino a las tendencias. Cuando yo era joven (y con ‘joven’ me refiero a los años entre 2005 y 2010 entre los que transcurrió mi adolescencia) lo más era llevar la cintura baja, pero baja a la altura de la cadera y mejor todavía si había un cacho de braga fuera. Ahora, como os decía, se lleva la high waist. Esto consigue que el culo se lleve todo el protagonismo.

Los vaqueros encogen y cada vez las tallas son más pequeñas. No lo digo yo, lo han comprobado varias personas. La última, la británica Ruth Clemens con los pantalones de H&M. Pero hay salida. Puede que encontrar un vaquero corto de nuestra talla que no nos deje con el culo al aire sea casi una utopía, pero, hasta que vuelvan a llevarse algo más largos, nos quedan las tallas mayores, la gran solución al problema. Eso sí, cuidado con las escaleras. Recuerda que al quedarte grandes, la pernera te quedará suelta.

MODERNADEPUEBLO

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