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‘Chain bra’, la tendencia veraniega del sujetador de cadenas

Si pensabas que no había nada más absurdo en lo que gastarte el dinero después de leer los objetos que recomienda Gwyneth Paltrow en su blog (os recuerdo que estoy hablando de la actriz que no puede vivir sin mancuernas de oro o un exprimidor de pasta de dientes) es porque aún no conocéis el chain bra o sujetador cadena.

Sujetador cadena. "Sujetador" es una forma de hablar. MARA MARIÑO Y TUMBLR

Sujetador cadena. ‘Sujetador’ por decir algo. MARA MARIÑO E INSTAGRAM.

La tendencia del chain bra ha surgido de ese lugar infernal del que nacen parte de las tendencias absurdas de la humanidad: Coachella, el mismo sitio que puso de moda los tatuajes temporales. No hay nada más perverso. Ese lugar en el que, como un día alguien vomite y se manche, pondrán de moda las camisetas con manchas de regurgitaciones etílicas.

La prenda, por llamarla de alguna manera, está compuesta de unas cadenas unidas que rodean los senos, que viene a ser lo mismo que cuando llevas un collar largo y se te mete por dentro de la camiseta, porque ni agarra ni nada, solo tiene forma de sujetador.

El otro tipo de chain bra es el que está unido por placas de metal. Algo muy agradable y cómodo sin duda. No solo terminas con la camiseta llena de ‘enganchones’ sino que posiblemente acabes con los pezones sangrando. A este ritmo de popularización de instrumentos de tortura medievales, en el Coachella 2017 veremos cinturones de castidad.

No digo que no sea una tendencia atractiva, y con atractiva quiero decir tremendamente erótica, sino que no es una tendencia muy ‘ponible’. Para empezar tienes que tener un tipo de pecho muy concreto: o pecho pequeño o pecho mediano muy bien operado, cualquier otra talla caerá irremediablemente sobre la cadena.

El otro aspecto negativo es que llevas las tetas sueltas. Ojo que no digo que no haya que llevarlas, que habrá muchas partidarias del #FreeTheNipple entre mis lectoras, digo que a mí no me resulta cómodo. Lo digo porque ayer probé el chain bra en carne propia.

Y es que por el blog me sacrifico lo que haga falta. Me puse a mirar cadenitas por internet y, al ver que de los 100 dólares no bajaba la broma, me propuse hacerla casera. Fue tan fácil como poner el sujetador estirado en el suelo y seguir su contorno con cadenas. El resultado, estéticamente hablando, fue satisfactorio, pero cómodo lo que se dice cómodo…más bien no.

Este tipo de accesorios tienen que llevarse con un escote amplio para que luzca, por lo que estuve más pendiente de mirarme dentro de la camiseta cada dos por tres que de disfrutar de la libertad que me daba no llevar sujetador. Una libertad que cuando tuve que acelerar un poco el paso para coger el autobús, ya estaba maldiciendo. Porque sí, las tetas botan aunque tengas pocas, y aquello se movía más que los torsos de las bailarinas de las tribus kenyatas en plena celebración. Además de vez en cuando notaba un pequeño pellizco de cuando la cadena se enganchaba en la piel.

En definitiva: estilo sí, comodidad no y relación calidad-precio abusiva, por lo que insisto en que antes de que os dejéis el dinero probéis a hacerlo. Yo, que ya que lo tengo hecho, me lo volveré a poner, pero os aseguro que será en otro tipo de contexto.