Entradas etiquetadas como ‘Maquillaje’

Ideas de maquillaje para despedir el año

Seamos sinceras, el maquillaje de Nochevieja es esa criatura en peligro de extinción que luce perfecta desde que te sientas a cenar a la mesa hasta que llegas al garito de turno en el que vas a empezar incumpliendo tus propósitos de Año Nuevo (aunque todos sabemos que el día 1 de enero no comienza hasta que te despiertas después de la noche toledana por lo menos).

Sudor, las copas en las que vas dejando las marcas de pintalabios, el cansancio… Sales de casa como para presentar la gala de los Óscar y vuelves como un personaje de Tim Burton después de un año en galeras. Pero que te quiten lo bailao y lo mona que sales en las fotos familiares junto a los langostinos y el jamón.

Para inspirarte, aquí tienes algunas ideas para partirlo con tu maquillaje.

Menos es más o el maquillaje para esas que no quieren maquillarse pero tampoco cubrir los canapés con sus ojeras de panda:

Get ready with #BobbiRemedies

A photo posted by Bobbi Brown Cosmetics (@bobbibrown) on

we can't wait for tomorrow 🎅🎄🎁 #essencelove

A photo posted by essence cosmetics (@essence_cosmetics) on

Verde aterciopelado, una tendencia que he visto recientemente y me APASIONA. No tengo pintalabios verde pero sí una sombra que con un poco de vaselina puede hacerme el apaño:

Es una de nuestras Glitter Queens favoritas. @alessaberry con un #lotd 🔝 usando nuestros Face &a Body Glitter 👌 #nyxcosmetics_es

A photo posted by NYX Professional Makeup España (@nyxcosmetics_es) on

Elegante, ojos discretamente ahumados en negro o en marrón acompañados de un pintalabios que se lleve el protagonismo será posiblemente mi elección para esa noche:

Dorados, para las más atrevidas, porque…¡qué narices! Solo se vive una vez:

Line it up with Bobbi's Long-Wear Liquid Liner, available at @Sephora #TrendingAtSephora #Metallic

A photo posted by Bobbi Brown Cosmetics (@bobbibrown) on

Labios azules y cómo llevarlos

Los pintalabios azules pueden parecer futuristas o salidos de un anuncio de detergentes e incluso demenciales para todas aquellas que no salimos de los rojos y granates, pero en realidad son muchas las celebridades que se han dejado seducir por este color para los labios: Rihanna, Kylie Jenner, Lupita Nyong’oOlivia Palermo

NYX/INSTAGRAM

NYX/INSTAGRAM

El color se ha convertido en uno de los básicos de la temporada, especialmente el oscuro también llamado azul navy o arándano.

Debido a lo vistoso que resulta, lo mejor es dejar que el color lleve todo el protagonismo y lo acompañemos de un maquillaje más discreto con una base natural y ojos poco llamativos. Si no te atreves con la tendencia, aquí tienes unas ideas para que te decidas a llevar los labios azules:

part of my lookbook shooting for the new #goldenbox pieces by @janekoenig 🙏🏼🙌🏼

A photo posted by vreni frost (@vrenifrost) on

 

 

 

Siete disfraces terroríficos para ir a la última este Halloween

Si estás harto de rescatar por enésima vez tu disfraz de zombie, ese que apañaste metiéndole cuatro tijeretazos a una camiseta vieja o estás cansada de llegar siempre a la noche del 31 de octubre sin ideas, aquí tienes unas sugerencias para demostrar que incluso en la noche más terrorífica del año, estás al tanto de las tendencias.

Disfraces 2016. INSTAGRAM

Disfraces Halloween 2016. INSTAGRAM

1.Donald Trump: En serio, ¿a cuántos nos daría miedo que este señor llegara a la presidencia? Puedes acompañar el disfraz metiéndote en el papel diciendo frases racistas o expresiones misóginas.

2. Negan: y su inseparable Lucille. Si has visto el primer capítulo de la nueva temporada de The Walking Dead es posible que le hayas cogido mucha manía, lo que no quita que sea un villano genial al que interpretar por unas horas.

Negan INSTAGRAM

Disfraz de Negan. INSTAGRAM

3. Harley Quinn y Joker: el disfraz que más veces verás repetido a lo largo de la noche. Aún no ha llegado Halloween y en mi Instagram ya he visto a tres chicas a las que sigo tiñéndose las coletas. Se han convertido en un fenómeno mainstream. Es perfecto tanto para ir con pareja como para lucirlos de solteros ya que entran en la categoría de ‘disfraces pillacacho’.

Joker y Harley Quinn- INSTAGRAM

Disfraces de Joker y Harley Quinn. INSTAGRAM

4. Encantadora: con muchos menos fans que la pareja de Suicide Squad pero mucho más interesante. Este disfraz es la excusa perfecta para pasar toda la fiesta actuando de manera extraña y achacarlo al personaje, que nadie se va a sorprender.

5. Cazafantasmas: el ideal para los grupos grandes en cualquiera de sus versiones. Si consigues convencer a alguien para que vaya disfrazado del fantasma verde, ganarás la botella de regalo del concurso de disfraces de cualquier discoteca, garantizado.

6. La Catrina: es uno de los maquillajes más populares para la noche. Después de bucear en las redes, este 2016 La Catrina se lleva a mitad de la cara para que sea un poco diferente respecto a los años pasados.

La Catrina. INSTAGRAM

Maquillaje de La Catrina. INSTAGRAM

7. El tablero de la Ouija: es el disfraz perfecto para los que no tienen mucho presupuesto pero se apuntan a lo de entrar gratis gracias al disfraz. Solo se necesita un lápiz negro de ojos (o un eyeliner líquido para los más diestros) y aproximadamente media hora para hacer las letras decentemente.

Not bad for an impromptu Halloween costume. #halloweencostume #ouijaboard #ouija #ouijaboardcostume #ouijacostume

A photo posted by In My Sacred Space (@inmysacredspace) on

Al pan, pan y a los labios, vino

Pero no en copa o del cartón de Don Simón (para las universitarias) sino en forma de lápiz labial, pintalabios o gloss.

Este otoño, quitando el color rojo que es el clásico por excelencia (en serio, si no sabéis que pintalabios comprar, invertid en una buena barra de color rojo, no os arrepentiréis) como el otoño anterior, y el anterior, y el anterior del anterior, vuelven los colores de frutas oscuras.

¡Oh Dios mío! ¿En serio? Vaya, esto sí que no me lo esperaba. Los colores como cereza, ciruela oscuro o frambuesa abandonan los fruteros y son perfectos para las jornadas diurnas.

De los rojos y granates vamos pasando a tonos más oscuros llegando a los marrones como el chocolate o a morados como el berenjena que podemos llevar tanto de día como de noche.

Kourt K @paulaohenoja 😍 A beautiful deep purple, perfect for fall!

A photo posted by Kylie Cosmetics (@kyliecosmetics) on

A partir de aquí entramos en territorio de intrépidas. Los colores otoño-invierno 2016 se siguen oscureciendo y llegando, no solo a un arándano más oscuro, sino incluso al negro.

El mate en todos los colores es EL ACABADO, así, en mayúsculas. Continuará en invierno, con la dificultad añadida de que con el frío no podrá lucirse en todo su esplendor ya que los labios son muy sensibles a las bajas temperaturas (y acabamos con la boca más cuarteada que un código de barras). Para compensar deberemos llevarlos bien hidratados por debajo.

BROWN SUGAR. this Friday 12pm.

A photo posted by Kylie Cosmetics (@kyliecosmetics) on

Su homólogo, el brillante efecto satén (casi puedes sentir los pelos quedándose pegados en el gloss transparente), será el otro acabado tendencia para ocasiones especiales.

Y por último, algo más complicados de llevar pero increíblemente bonitos (tanto que acabarás picando con el de la purpurina y escupiendo brillo durante varios días), los acabados metalizados y glitter para las noches en las que no queramos pasar inadvertidas.

Los errores de maquillaje que cometía de adolescente

Cada vez estoy más convencida de que crecer es aprender de los errores. ¿Recuerdas cuando salías con 18 años? Me apuesto lo que quieras a que cuando sales ahora no te pides lo mismo. También me apuesto lo que quieras a que no te atrae el mismo tipo de hombre. O de mujer.

La mayoría de las cosas las aprendemos después de cagarla de sobremanera, como es mi historia con el maquillaje.

Esto que os cuento viene a raíz de una iniciativa que he visto en Youtube en la que bloggers de belleza recrean los maquillajes que se hacían en el instituto.

Lo primero que debéis saber es que mi madre era (y es) la persona menos partidaria del maquillaje (y especialmente a edades tempranas) por lo que tenía terminantemente prohibido hacerme lo que era la última moda en mi colegio cuando se tenían 16 años: la raya negra del ojo.

Como buena adolescente, las prohibiciones me entraban por un oído y me salían por el otro, por lo que lo hacía a escondidas en casa de alguna amiga. Mantenía la vista en el techo y ella trataba de dibujar el trazo negro dentro de lo poco que mi ojo se dejaba y siempre estaba pendiente de borrarlo antes de entrar por la puerta, no fuera a ser que mi madre se diera cuenta. Pero es madre, obviamente se daba cuenta.

Cuando ya tuve «permiso» para llevar maquillaje no tuve precisamente a mi alcance la cantidad de vídeos tutoriales que hay ahora en los que puedes aprender hasta cómo hacer una lámpara con botellas de plástico. Me limitaba a maquillarme intuitivamente, lo que hacía que, por ejemplo, llegara a clase con todo el corrector (que ya me diréis qué necesidad tienes a los 17 de usar corrector) sin extender.

Mis mejores amigos eran la raya negra en la línea del agua y el gloss con más purpurina de toda la droguería, ese que hacía que si algún noviete me fuera a dar un beso se resbalara en los labios y acabara besando el suelo. Luego estaban los del chino, que le dejaban pegado.

Era una época en la que, no sé por qué, no respetaba mis cejas y las depilaba dejándolas casi en una línea de pelitos en fila, como las hormigas cuando van buscando comida por tu baño cuando te vas de vacaciones.

Con los años (y más que nada viéndome reflejada en el espejo) empecé a tomar nota de mis errores y a corregirlos. Aprendí que las cejas, cuidadas sí, pero mejor al natural. Y que si las rellenas con un lápiz de tu color o un poquito más oscuro, haces que resalten los ojos.

Aprendí a extenderme el corrector y a ponerlo en los lugares donde verdaderamente se necesitaba. Corté también con las bases de maquillaje y los polvs bronceadores de raíz porque prefiero llevar la piel al natural aún con granitos e imperfecciones.

Tiré los glosses (todos) y los sustituí por barras de pintalabios buenas. No cinco mil sino dos o tres buenas, de esas que ya puedes pasarte el día entero sin retocarlo y el color apenas lo pierdes.

La lección más importante era que no se trataba de hacer resaltar todo: los labios, los ojos, el cutis… sino de elegir una parte a recalcar y que la otra simplemente compensara de manera más discreta.

Me hice amiga del eyeliner y aprendí a usarlo sin que casi me tiemble el pulso después de años de práctica.

Para acabar, os dejo una foto en la que podéis comparar cómo era mi maquillaje de hace 6 años y mi maquillaje de ahora. ¿Vosotras qué habéis cambiado a la hora de maquillaros?

Atención a mi combinación de flequillo+mechones de rabino. MARA MARIÑO

Atención a mi combinación de flequillo+mechones ondulados de rabino. MARA MARIÑO

Maquillaje y trucos de belleza con una cuchara

Porque maquillarse con brochas, esponjas y pinceles, está ya muy visto.

Os dejo mi segundo vídeo (si tenéis curiosidad por el primero, tenéis el enlace aquí) en el que os cuento las cosas que podéis hacer con una cuchara fuera de la cocina.

Hacedme saber (si os decidís a probarlo) si lo veis útil o si, como yo, seguiréis dejando la cuchara para el plato sopero y los postres.

Cinco minutos para ser como Victoria Beckham

Porque ¿quién no querría ser durante un día Victoria Beckham? Reconocida diseñadora de moda, ídolo de los 90 por formar parte de las Spice Girls (bueno no cantaba mucho, pero ¿y el rollo que le da al videoclip con su estilo posh?), madre de 4 niños que te los comerías de un bocado y cónyuge de David Beckham que es un padrazo. (Sí, para mí David está al final de la lista).

Con el nuevo vídeo que ha subido la diseñadora a Vogue puedes imitarla y seguir su rutina de maquillaje para lucir como ella en tan solo 5 minutos, uno más de lo que tardas en escuchar Wannabe.

Victoria Beckham, divina hasta con la toalla enrollada en la cabeza. YOUTUBE/GTRES

Divina hasta con la toalla enrollada en la cabeza. YOUTUBE/GTRES

En primer lugar necesitas una base de maquillaje que te deje el cutis como la porcelana. Que vale, que no explica la base en el vídeo, pero qué queréis que os diga, me parece más importante saber cómo se maquilla lo demás que cómo se pone el tapaojeras y los polvos, que a fin de cuentas es algo que todas sabemos hacer.

Para los ojos, se hace un look London, que viene a ser según Beckham un «ojo ahumado, oscuro y bastante sexy». «I´m just going to spice up my eye» dice mientras echo corazones por los ojos.

vicky2

YOUTUBE

Mientras que en el párpado superior se difumina la sombra en color marrón en la parte de la cuenca o arcada y añadiendo un poco de sombra gris en la línea superior de las pestañas, en el inferior utiliza eyeliner negro en la línea del agua junto a un poco de sombra en las pestañas de abajo.

Para la boca utiliza un color claro: «Lo que me gusta con un ojo oscuro es un color pálido de labios«. Con un lápiz en rosa nude perfila la forma rellenándolos después con un labial en el mismo tono que el lápiz.

Por último aplica iluminador en polvo y en crema iluminadora en pómulos y nariz y…listo! Ya eres la Vicky Beckham del lugar.

 

El maquillaje ideal para hacer deporte o ir al gimnasio

Basta que pongas en Google «maquillaje» para que el buscador te devuelva decenas de resultados.

«Maquillaje para una boda», «maquillaje para noche», «maquillaje para adolescentes», «para agrandar los ojos», «para personas con la piel blanca» y mi favorito… maquillaje para el gimnasio.

Aquí me podéis ver llevando mi maquillaje especial para hacer deporte: ninguno.

Aquí me podéis ver llevando mi maquillaje especial para hacer deporte: ninguno.

Esto coincidió con una publicación que vi en Instagram de una seguidora mía que quiso compartir unos tips de cómo ir al gimnasio maquillada. Porque según ella «ir al gimnasio no significa que dejes de ser femenina«.

En primer lugar me gustaría dejar claro que bajo mi punto de vista ligar el maquillaje con la feminidad es un error garrafal. Es como si dijéramos que un coche es un coche por tener asientos. Pues mira, no. No mezclemos churras con merinas.

La feminidad es algo que te viene de serie solo por ser mujer, puedes potenciarlo más o menos pero está en tu ADN. Maquillarte para hacer deporte es una elección en cambio.

Si ya de por sí soy poco partidaria del maquillaje, pienso que no hay nada mejor que sentirse bien con una misma sin necesidad de echarse nada, ni os cuento para ir al gimnasio.

Debemos partir de la base universal de que al gimnasio se va a hacer ejercicio. Me parece importante remarcarlo ya que luego me encuentro a mujeres más arregladas para hacer deporte que yo asistiendo de invitada a una boda.

El maquillaje no es higiénico por la sencilla razón de que ir al gimnasio significa sudar (a no ser de las que va en la cinta dando un paseo). Al sudar nuestros poros se abren y lo que hace el maquillaje es obstruirlos. Traducción: cutis sucio. La piel necesita respirar.

Solo he ido una vez maquillada porque me tocó ir directa después de un trabajo de azafata y recuerdo que acabé la clase como un oso panda, con los ojos totalmente emborronados.

Que aunque para mí el maquillaje perfecto para el gimnasio sean una cara lavada y las ganas, cada una es libre de ejercitarse como quiera. Pero vamos, bastante nos exigimos a nosotras mismas normalmente como para no poder desconectar ni haciendo deporte.

Y os diré algo más, cuando voy con mis pelos de loca, empapada de sudor y oliendo a ‘choto’ no me siento menos femenina, me siento todo lo contrario: fuerte, poderosa y capaz de tumbar cualquier cosa que se me ponga por delante.

«A las mujeres nos han lavado el cerebro con que tenemos que estar siempre delgadas, sexys, deseables o perfectas»

Así lo soltaba Alicia Keys en una carta que ha publicado en la web de Lena Dunham. La artista, que tiene repartidos por su casa más de 15 Grammys (la que canta esta canción si todavía no caes) ha dado un paso gigante en lo que a materia de belleza se refiere.

Mucho estoy leyendo a varias famosas saltar en sus redes sociales en cuanto ven sus imágenes retocadas con Photoshop. No quieren artificios, quieren ser «ellas mismas» y aunque lo veo muy respetable y las publicaciones enseguida se disculpan, no creo que se estén mostrando tan reales como pretenden en realidad.

Verte y no reconocerte, descubrir que tu imagen está en manos de personas que tienen un sentido de la belleza absolutamente irreal. Imagino que era necesario resaltar el azul cobalto del vestido, quitar algunos pliegues del mismo y subir los niveles de luz para hacer brillar más mi piel, pero no entiendo la necesidad de retocar mi cuerpo hasta dejarme casi en la mitad de lo que soy, alisar mi piel y alargar mi cuello hasta convertirme casi en una muñeca sin expresión. No es la primera vez que pasa, pero esto sobrepasa los límites de la realidad y me avergüenza. La foto de la derecha fue sacada con mi móvil directamente del ordenador en la sesión de fotos, yo al completo, sin trampa ni cartón, Inma entera, la de al lado es una invención, es eso que se supone que debería ser… los "cánones" de belleza que "deberíamos" seguir, no me acompleja, no lo entiendo como una señal de lo que lo debería ser, sencillamente me indigna como mujer y me hace reflexionar muy seriamente hacía dónde vamos y reivindicar con fuerza la necesidad de decidir y defender lo que somos, lo que queremos ser independientemente de modas, estereotipos o cánones de belleza.

A photo posted by Inma Cuesta (@inmakum) on

Sí, puede que no les quiten la celulitis del culo o que le dejen el brazo del grosor real, pero son sesiones de fotos en las que salen con un estilismo que han elegido para ellas, con un peinado elaborado por un profesional y un maquillaje que ya se encarga de tapar imperfecciones para que salgan con el cutis lo más perfecto posible.

¿De verdad por quitar el retoque digital se muestran auténticas? Permitidme que lo dude.

Pero lo entiendo, soy mujer y sé lo que es la presión social. Y eso que soy una mujer normal, no una celebrity. Desde pequeñas empezamos a recibir mensajes negativos sobre nosotras mismas «cambia esto, cambia lo otro, hazte la cera, ponte maquillaje, alísate el pelo…»

Como declara la cantante en su carta «todos llegamos a un punto en nuestras vidas (especialmente las mujeres) en el que intentamos ser perfectos. ¿Puede ser que empiece en algún momento de segundo grado después del día de hacerse la foto cuando llevas tu pelo rizado porque tu madre dice que es precioso pero todas tus ‘amigas’ se ríen de ti? Coges el cepillo y el gel y pones tu precioso pelo en la coleta más ajustada que puedes para contener tu único pelo en un recogido, escondiendo una parte de lo que eres para encajar en la imagen de lo que otros creen que debe ser la perfección.»

Antes y después del cambio. GTRES

Alicia Keys antes y después de romper con el maquillaje. GTRES

Si para mí fue brutal cuando un chico de mi colegio en primaria empezó a criticarme por tener vello facial, o en otras palabras bigote (¿recordáis ese post?), no puedo imaginarme el caso de Keys con todo lo que la fama implica: «Recuerdo cuando empecé a estar en el foco de atención. Oh Dios mío. Todo el mundo tenía algo que decir. Que si era muy bruta, que si me comportaba como un chico, que debía de ser lesbiana, que debería ser más femenina. Pero la verdad es que solo era de Nueva York, y todo el mundo que conozco se comporta así. En las calles de Nueva York tienes que ser fuerte, tienes que ser duro, la gente necesita saber que no tienes miedo de pelear».

No fue Nueva York sino el mundo del entretenimiento el que la llevó a un juicio constante. Para sobrevivir «empecé a convertirme en un camaleón. Nunca fui totalmente quien yo era sino cambiando continuamente para que ‘ellos’ me aceptaran».

«Antes de empezar mi nuevo álbum escribí una lista de todas las cosas de las que estaba harta. Una de ellas era como a las mujeres nos han lavado el cerebro con que tenemos que ser delgadas, sexys, deseables o perfectas. Una de las muchas cosas de las que estaba harta era del juicio a las mujeres. El estereotipo constante a través de todos los medios que nos hace sentir que tener una talla normal no es normal, y no hablemos si eres plus size. O el incesante mensaje de que ser sexy significa estar desnuda» declara Keys. «Todo esto es frustrante e insanamente imposible».

Singer Alicia Keys in New York City, New York on September 14, 2015.

Alicia Keys. GTRES

La cantante entró en una vorágine de inseguridades que se vio reflejada en sus canciones sobre máscaras y llenas de metáforas sobre esconderse. «Estaba destapando cuántoo me había censurado a mí misma y eso me asustaba. ¿Quién era yo? ¿Sabría cómo ser honesta otra vez? ¿Quién quería ser? No conocía las respuestas exactamente, pero desesperadamente quería. Empecé a sentir que, como yo era, no era lo suficientemente buena para que me viera el mundo».

Obsesión por la imagen, una preocupación fuera de lo normal… Si eres de las que no puede salir de casa sin estar maquillada, sufres algo parecido a lo de Keys: «Siempre que salía de casa estaba preocupada si no me había puesto maquillaje. ¿Y si alguien quería una foto? ¿Y si alguien la subía? Eran inseguridades, superficiales, pero pensamientos que tenía. Y todos ellos, de una forma u otra, estaban basados en lo que la gente pudiera pensar de mí«.

Sin embargo, llegó a un punto en el que la cantante se dio cuenta de esto y decidió combatirlo de la única manera posible, conociéndose a sí misma y «cultivando la fuerza y la convicción para aprender más de la verdadera yo. Me prometí que enfocaría las cosas de diferente manera respecto a mi imagen y permitiendo a mi verdadera yo, tal cual es, salir«.

El punto y a parte fue su primera sesión de fotos de su nuevo álbum: «Acababa de salir del gimnasio. Tenía una bufanda bajo mi gorra de béisbol y la maravillosa fotógrafa Paola me dijo ‘Tengo que fotografiarte ahora mismo. La música es cruda y real y estas fotos deben serlo también'».

Keys relata que quedó «en shock. De repente me sentí un poco nerviosa y algo incómoda. Mi cara estaba totalmente al natural. ¡Llevaba puesta una sudadera! Era mi conjunto de ir-corriendo-a-la-sesión-para-poder-prepararme, no el verdadero conjunto de la sesión. Así que le pregunté ‘¿Ahora? ¿En plan ahora mismo? Quiero ser real, pero quizás esto es demasiado real'» pero la fotógrafa empezó a disparar.

Un fondo blanco, la fotógrafa, la cantante y «un puñado de magia invisible circulando. Y juro que es la vez que más fuerte, más poderosa, más libre y más bella me he sentido» dice Keys.

Una vez las fotografías de la sesión salieron empezó el movimiento #nomakeup (sin maquillaje) por las redes sociales: «Empezaron a subir fotos sin maquillaje en respuesta a esa yo real, al natural. Espero que sea una revolución. Porque no quiero taparme más. Ni mi cara, ni mi mente, ni mis ideas,  ni mis sueños, ni mis luchas ni mi crecimiento emocional. Nada».

Revolución o no, la decisión de Alicia Keys invita por lo menos a reflexionar. Pensar hasta qué punto hacemos las cosas por nosotros mismos o por lo que vayan a pensar los demás. No creo que haya que declararle la guerra al maquillaje siempre y cuando no sea algo bajo lo que ocultarnos por no aceptar nuestra cara real, sino que se pueda usar con moderación en momentos determinados como un push up o un par de tacones para vernos más favorecidas.

La belleza que depende de tus hábitos y no de tu genética

Piensa en algo que todos tengamos, en tu teléfono móvil por ejemplo. Los primeros días de tenerlo lo llevabas casi entre cojines de un lado a otro (y más si es un iPhone). Después empezaste a descuidarlo: le desenchufabas de la corriente sin que estuviera cargado del todo, se te cayó alguna vez por despiste al suelo… y con el tiempo empezó a fallar y a darte problemas.

Con los hábitos de belleza pasa lo mismo. Si les dedicas tiempo, mejor te verás, pero si te descuidas y empiezas a ‘maltratarte’ acabarás dañando tu producto más preciado: tu propio cuerpo.

De esto habla la farmacéutica Meritxell Martí en su libro Vivir sano, sentirse bien (JdeJ Editores). Como interesada del cuidado, en general, por el tema anti-aging y, por ende, por la belleza, sabe cómo debemos cuidarnos para evitar algunos de los errores más comunes, como el caso de algo tan básico como son las horas de sueño.

Lo de que las supermodelos recomienden dormir ocho horas me parece genial, pero entre que mañana tienes reunión/entrega de un trabajo/te despiertan los niños, acaba siendo muchas veces imposible. Martí opina que, pese a todo, «hay que intentarlo. El sueño reparador es muy importante porque es cuando se regenera el organismo, cuando se fabrica la mayor parte del colágeno».

Dormir ocho horas es como el caminar, todo es empezar: «Es muy importante seguir una rutina de sueño. Irse a dormir a la misma hora, estar en una habitación a oscuras, con tranquilidad, que no haya mucho ruido… A partir de las tres de la tarde nada de excitantes: ni cafeínas, ni aminoácidos», así que es mejor que vayas despidiéndote del café del postre si quieres dormir a pierna suelta.

Si no puedes renunciar a él, te pueden dar una ayuda extra «los extractos de hierbas y la melatonina». Le pregunto por el famoso vaso de leche templada antes de ir a la cama: «Lleva componentes que ayudan a relajar, aunque hay gente a la que le cuesta digerirla».

Además del cansancio que arrastraremos si no descansamos correctamente, el sueño se nota en la piel. Solo tenéis que comparar cómo os levantáis un día normal y un día que habéis salido de fiesta. Si ahora mismo no te lo notas tanto, ya te acordarás de mí dentro de 10 años. Porque según pasa el tiempo, la piel cambia, «se seca y presenta problemas de flacidez ya que con la edad producimos menos hormonas, que influyen en el organismo» afirma Martí.

Meritxell Martí

Hazle un favor a tu piel y dedíca un rato para mimarla, ya que una de nuestras asignaturas pendientes son «los cuidados rutinarios: no se limpia bien la piel. Hay que limpiarla mañana y noche a no ser que sea muy seca, ya que así estimulas la producción de colágeno. La limpieza de la piel con un gel que se aclare con agua seguido de un tónico» debería ser nuestro pan de cada día. Martí aconseja «para la noche un exfoliante, a no ser que se tenga piel sensible, y de día una crema hidratante y regenerante».

Empiezo a sospechar que el colágeno, que ya ha salido un par de veces en la conversación, parece ser la clave de todo. Es una proteína que fabrica el propio organismo. «Está de moda consumirlo en polvo o en pastillas y está a la venta en farmacias, supermercados o tiendas de dietética. Pero antes de comprarme un colágeno barato prefiero toma una carne o incluso un vasito de gelatina» opina Martí. La cantidad diaria recomendada por la farmacéutica es de 5.000 mg diarios, que equivale a dos vasos de gelatina al día (sin azúcar mejor, claro).

Y es que llevar una dieta equilibrada, siguiendo la pirámide nutricional, no tiene por qué necesitar consumir ningún producto extra, pero, como dice Martí los suplementos «son un plus. Siempre aconsejo tomar Omega 3 u Omega 6, que se encuentra en el aceite de borraja. El zinc, también va muy bien. Si hablamos de la piel lo mejor son los antioxidantes, que ayudan a atacar los radicales libres».

Antes de que te vuelvas loco buscando en el supermercado la sección de superfoods –como los llama la autora en el libro- pásate mejor por la frutería: «Las superfoods son muy ricas en todos los nutrientes como las bayas de açai, el cacao, las semillas de chía… Los más antioxidantes son los que tienen más color como los mirtillos o las bayas rojas».

Aunque también tenemos la opción de superfoods low cost para todos los bolsillos como las fresas o frambuesas. ¿La clave? «Los que tienen más colores» afirma Martí.

Por último, no podemos olvidar el ejercicio. Si te resulta difícil hacerle un hueco «mételo en el día a día. Si vas andando al trabajo anda más rápido o más tiempo. Para que sea eficaz has de sudarlo, notar que has hecho un poco más. Otra opción es subir y bajar escaleras. Hacer ejercicio al aire libre siempre es mejor sobre todo en personas con depresión».

¿Qué conclusión podemos sacar entonces? Muévete, come sano, cuida la piel y duerme ocho horas. Solo tienes un cuerpo y es el que te va a acompañar toda tu vida. Cuanto mejor lo trates, mejor funcionará.