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Manual de uso del tanga

Me apasionan los tangas. En serio, si me pusiera a contar la ropa interior de mi cajón ganarían de 10 a 1 a las bragas.

No hay cosa que me parezca más cómoda después del pijama. Sin embargo, por mucho que me gusten, soy la primera que es consciente de que no es maná caído del cielo, y que debemos usarlos con precaución.

La norma número uno es que nunca, repito, nunca, los compremos de fibra (y con esto quiero decir nylon o cualquier otra que se os pase por la cabeza).

Lo suyo es que sean siempre de algodón. Cuantas menos fibras artificiales ahí atrapando la humedad mejor, y sino, piensa en ese jersey de poliéster que cada vez que sudas un poco desprende un olor raro. Las bacterias se montan fiestas en este tipo de tejidos.

Además con la de variedad que hay ahora (que si de hilo dental, que si brasileño, de encaje, con pedrería, con prints, de caramelo…) va a ser muy difícil que no los encuentres bonitos, te lo dice una que se los compra de algodón con cinturilla de encaje en paquetes de 5 por 3 euros.

El tanga es y será siempre incompatible con las faldas. Y no os estoy hablando de una cuestión estética, que a mí me da igual si se os ve el asunto cuando subís a toda prisa las escaleras del metro. Es decir, me cambio en el vestuario del gimnasio, creedme, a veces tengo la sensación de que veo más genitales que un ginecólogo.

Pero al ir con falda estás dejando tus partes expuestas a coger bacterias que con bragas, más que nada por temas de centímetros cuadrados. Es como cuando cocinas con o sin delantal. Que vale, que si no te lo quieres poner allá tú, pero te juegas acabar con manchurrón.

Nicki Minaj enseñándonos a lucir tanga en casi todos sus vídeos. YOUTUBE

Nicki Minaj enseñándonos a lucir tanga en casi todos sus vídeos. YOUTUBE

Aunque no todas nos sentimos cómodas llevando tangas cuando tenemos la regla (para esos días están las bragazas o bragzilla) las hay que les gusta llevarlo igualmente. Si sois de esas, os recomiendo que no lo complementéis con compresa, no, no, ni con las que hacen más estrechas, ya que pueden aumentar el número de bacterias.

El complemento del tanga es el tampón, y cambiándolo cada pocas horas, ya que, de llevarlo más tiempo (además de arriesgarnos al SST), el hilo puede coger bacterias.

Y es que ir en tanga como veis es casi sinónimo de bacterias, ya que con tan poca tela estás más expuesta a contagiarte cuando estás enferma, embarazada, cuando sufres pérdidas de orina o, cuando te pruebas un bañador o un bikini en una tienda.

¿Has pensado la de vaginas que pasan por el plastiquito adhesivo? Si llevaran una compresa de esas de pegatina a un laboratorio estoy segura de que hasta descubrirían microorganismos nuevos. Cuando quieras comprarte un traje de baño, no vayas con tanga, siempre mejor la braga debajo.

Pero si te decides a probarlos y te unes al club del tanga, gozarás de beneficios inmediatos como que no se marca en la ropa, comodidad ya que no se mueve de sitio (normalmente) o que no tiene talla, edad, ni género. Así que si hay hombres entre los lectores de este post, yo os animo a que probéis el calzoncillo-tanga.

 

El negocio de tu menstruación

Y no, no me estoy refiriendo a las compresas, salvaslips o tampones (que al precio al que están bien podríamos considerarlos artículos de semilujo). Me estoy refiriendo a la industria que se está formando alrededor de nuestra querida regla más allá de lo que nos ponemos dentro de las bragas.

Bragas-joya. LILI-MJ

Bragas-joya. LILI-MJ

Desde que el hombre es hombre y el mundo es mundo, hemos tratado de buscar nichos de mercado en todas partes, todas literalmente (el elevador de comida para comer sin hacer nada de la Teletienda es un gran ejemplo de ello) y uno de los huecos que hasta ahora nadie se había planteado era este: la menstruación.

No solo que el periodo en sí sea una pesadilla (mayor o menor en función del dolor/sangrado) sino que te hace tener que estar pendiente de ochenta cosas: que si nada de pantalones blancos, que cuidado si llevas falda, que no te olvides de llevar compresas en el bolso… Todo lo que le rodea es un mundo, por lo que a tres neoyorkinas se les ocurrió que podían hacer esos días algo más fáciles con la invención de una lencería especial que absorbiera la sangre.

Braga especial absorbente. SHETHINX.COM

Braga especial absorbente. SHETHINX.COM

Lo primero que te vendrá a la cabeza es que seguro que son unas braga-faja-de-abuela, ¡pero no! La braga, tanga o culotte de Thinx son, además de absorbentes, bonitas. Aunque absorben el doble que un tampón, hay que estar pendiente de dónde está el límite de cada una (a ver si te la vas a poner el segundo día de regla y acabas liándola parda dejando el asiento del metro más rojo que un sketch de Kill Bill).

Otro punto a favor es que además, son sostenibles, ya que después de cada uso basta un lavado en agua fría para que puedas volverlas a usar, lo que el planeta te agradecerá enormemente.

No son baratas (cuesta cada una entre 24 y 35 dólares), pero si haces balance ¿cuánto te dejas al mes en tampones y compresas?

Aunque esta misma idea todavía no ha llegado a la sección de ‘baño’, lo más parecido es la línea de bragas de bikini de PantyProp. Absorbe las pérdidas de flujo y está diseñada para que la compresa no se salga, pero hay que llevarlas con algo siempre a modo de quitamiedos. ¿Te imaginas poder nadar sin estar pendiente de si tu compresa ha decidido explorar la piscina por su cuenta?

Pero quien realmente ha hecho de esto negocio es la diseñadora inglesa Lili Murphy Johnson, que ha convertido la menstruación en un artículo de lujo gracias a su colección de joyería inspirada en el sangrado de la regla.

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Para la artista «la menstruación está estigmatizada en nuestra cultura por una larga historia de superstición y desigualdad para las mujeres. Hay un interesante conflicto con la percepción del cuerpo femenino siendo visto como algo tan perfecto y de pronto algo tan grotesco y sucio. Las tiendas están saturadas de productos para controlar la regla en torno a la idea de que es algo sucio e incorrecto en nuestro cuerpo, algo que esconder».

«Mi colección está inspirada en la menstruación y en el frustrante, y con fugas, cuerpo femenino. Mi colección recoge tampones, compresas, jabones… y todos los productos que se les dan a las mujeres para controlar sus periodos» declara la artista en su web.