Entradas etiquetadas como ‘alternativas’

Mis propuestas alternativas para sustituir a Miss Mundo

Enfrentarse por ver quién es la más guapa. Así, sin más. Hacer de la belleza una competición mundial en la que no haber estado casada o embarazada y tener entre 17 y 24 años son algunos de los requisitos para participar.

GTRES

Casposo y superficial, como los chistes de Pablo Motos cada vez que entrevista a una mujer en su plató del Hormiguero.

Pero yo, que soy mucho de soñar despierta con utopías, propongo certámenes alternativos al meramente estético. Y no hace falta ser mujer joven soltera para participar. Los planteo para todos y a nivel mundial.

Propongo Miss (y Mister) Buenos Modales a quienes cedan el asiento en el transporte público para que se sienten quienes lo necesitan de verdad. También se tendrá en cuenta que conteste con un «gracias» o que de los Buenos días. Darán puntos extra las prácticas en la mesa, como no apoyar los codos o no hablar con la boca llena. Será obligatorio también que dispense un trato amable y que no tire basura al suelo.

Propongo Miss (y Mister) Respeto, al que también se podría bautizar como Miss (y Mister) Tolerancia. Sus aspirantes deberán alejarse de prejuicios y aceptar todo aquello que les rodee. Esto incluirá respeto a los animales, las plantas, el medio ambiente, las personas, el cine malo, los platos cocinados por la compañera de piso y la pizza hawaiana. Ser puntual sumará puntos en la calificación final ya que es una muestra de respeto hacia el tiempo de los demás.

Propongo Miss (y Mister) Igualdad a aquellos que luchen porque hombres y mujeres tengamos los mismos derechos. Será importante mostrar compromiso con la causa evitando desprestigiar compañeras cuando quieren hablar o juzgarlas solo por el físico. Animar a mujeres a que sonrían porque «están muy serias», a que «se comporte como una señorita» o a llamar a un hombre «maricón» por quedarse en casa criando a su hijo serían comportamientos fuertemente penados en la clasificación.

También me animo a proponer tantas categorías más de virtudes que se están perdiendo como Miss y Mister Autoestima, Miss y Mister Gratitud, Miss y Mister Empatía, Miss y Mister Romperse el Culo del Esfuerzo, Miss y Mister Dejar de Lado el Orgullo y Pedir Perdón Porque La he Cagado o Miss y Mister Ortografía.

Quizás empezando a valorar otras cosas en un concurso mundial nos dé a todos por ponerlas en práctica.

¿Comprometerse sin anillo de compromiso?

Desde que Carrie Bradshaw nos sorprendió en 2008 recibiendo unos manolos (como se conocen los Manolo Blahnik) en lugar de un anillo de compromiso, cualquiera podría esperar (o al menos yo) que fuera el reflejo de una sociedad que cada vez se siente menos identificada con este tipo de joyería.

No me malinterpretéis, no digo que los anillos de compromiso deban desaparecer. Todo lo contrario. Esas joyas con un diamante engarzado son perfectas para cualquier escenario de proposición salida de una película americana en una joyería Tiffany & Co.

Pero claro, precisamente por eso: proposición, americana, joyería, Tiffany’s. Pensando en mí, y en mis amigas, chicas de Madrid, Murcia, Sevilla o Barcelona que van todo el día con zapatillas de deporte, estudian medicina, trabajan de diseñadoras, hacen surf, beben botellines de Corona en festivales de música indie

Como que no acabamos de encajar en el tipo de mujer que se siente a gusto llevando una piedra carísima en el dedo toda su vida. En cambio, otras amigas, más clásicas, que ya han pasado por el momento, lo lucen contentas (y yo que me alegro por ellas).

Yo, esperaba que a estas alturas, para todas aquellas que no salimos de casa sin el cargador del iPhone (porque con lo que más nos sentimos comprometidas es con la duración de su batería), que tuviéramos otras alternativas al anillo clásico.

💍

A post shared by Chiara Ferragni (@chiaraferragni) on

Pero ahora llegan las blogueras, las nuevas celebridades, con sus posts en Instagram mostrando el mismo tipo de anillo que nos llevan ofreciendo desde hace 60 años. Dulceida, Laura Escanes, Paula Loves, Chiara Ferragni, que son algunas de las que sigo, lucen orgullosas sus anillos de compromiso de diamantes.

Entiendo que sea un símbolo, una tradición, pero es algo que, entre mi personalidad (minimalista y alejada de los excesos de cualquier tipo) y mi rutina (el gimnasio, cambiarme de ropa cinco veces, y que con lo despistada que soy, lo acabaría perdiendo), no va conmigo. Mi parejas saben que, en el caso de que alguna vez vayan a dar el paso, se pueden ahorrar los, generalmente, tres meses de búsqueda de anillo.

Si el anillo de diamantes representa la duración en el tiempo, la resistencia y la indestructibilidad, prefiero algo que encaje conmigo y que vaya con mi estilo. ¿Qué hay de proponerse con unos zapatos al estilo de Sexo en Nueva York? ¿De declararse con un bolso clásico de esos que das en herencia a tus hijas? ¿De sellarlo con un viaje, un tatuaje, un concierto de la banda favorita de ambos o adoptando una mascota juntos?