A veces parece que las marcas nos prefieren anoréxicas

La moda es solo para delgadas. Llevo tiempo sospechándolo viendo el físico de las modelos de pasarela (con ‘llevo tiempo’ me refiero a que llevo toda mi vida). Pero no solo en la pasarela, en los catálogos de las marcas o las revistas de moda hay mujeres de la talla 34 con tobillos como bolígrafos Bic. Es imposible no sentirse presionada, especialmente cuando entras en la adolescencia y tu cuerpo empieza a cambiar. Eres más susceptible a lo que nos venden: que esa delgadez enfermiza es la belleza.

La anorexia no se encuentra solo en la pasarela. Y ha venido para quedarse gracias a blogs que la fomentan y a tendencias en las redes sociales como el thigh gap (el hueco determinado genéticamente que algunas mujeres tienen entre ambos muslos) o el coin challenge (la moda de sostener monedas en el hueco de la clavícula). Las modelos ya no son las únicas que tienen que enfrentarse a los problemas de peso. Las compañeras de Blanca Padilla que vomitaban antes de un show o comían pañuelos de papel según el libro de la ex editora de Vogue, Kirstie Clements, son la cara más vista de unos desórdenes que, mientras que en 2010 se calculaba que el 6% de las mujeres españolas padecían, en 2012 ya se hablaba de entre el 5 y el 10%. Y cada vez afecta a edades más tempranas.

No solo la publicidad se encarga de fomentar unos ideales de delgadez insanos, sino que las tiendas empiezan a cambiar sus comportamientos de venta. Ahora es más común encontrar maniquíes tan delgados que entrarían varios en el jersey que te has comprado. Es como si a las fábricas les hubieran cortado el presupuesto de materiales y se vieran obligadas a hacerlos cada vez más finos para cubrir las cuotas. Incluso me hacen preguntarme si no estarán reciclando brazos de muñecos antiguos como piernas de los nuevos.

Pero las tiendas no se han limitado únicamente a encoger a los maniquíes. La silenciosa cruzada por la delgadez también ha llegado a las prendas. Cada vez las tallas son más pequeñas. Lo que antiguamente era una talla 36 es ahora la 38 y la 34 es la nueva 36. De esta forma, lo que consiguen es que nos sintamos continuamente insatisfechas por no entrar en la talla que consideramos la ‘ideal’ y queramos perder peso. Cada marca puede tallar de la manera que quiera: no eres tú, son las tiendas.

Otras tiendas, en cambio, en vez de apuntarse a la ‘liliputmanía’ excluyen a toda talla que no sea la pequeña (incluso a las medianas) como Brandy Melville o Double Agent. Son marcas que las nuevas influencers, como la bloguera de moda Justina Sharp, en vez de criticar unas cánones tan estrictos, consideran que es algo de lo que sentirse orgulloso el hecho de estar tan delgada como para entrar en una de estas prendas.

Como veis, nos estamos planteando mal la situación. La guerra no es contra nuestro cuerpo. La enemiga no es una misma. El problema no es que no entres en la prenda, sino que la tienda no haga una prenda en la que tú entres.

No estamos solas. La primera batalla tiene que comenzar en la infancia. La estima que me forjé gracias a la educación que me dieron mis padres, que soy una persona valiosa y que debo aceptarme independientemente de cómo sea mi cuerpo, fue lo que jamás me hizo caer en ningún trastorno.

Otras guerreras que luchan contra la anorexia son Anna Riera, una chica de 17 años, que harta de los estereotipos impuestos por la firma Inditex, ha puesto en marcha en change.org una petición para que retiren estos maniquíes, el calendario nudista solidario del equipo de rugby de la Universidad de OxfordQuererse está de moda, iniciativa de la presentadora Cristina Pedroche que recauda fondos para Adaner Murcia.

Ni en el gimnasio podemos estar feas

Siempre me ha gustado del gimnasio que es el lugar en el que se me permitía desconectar de todo: de mis problemas, de lo que me rodeaba y de mi cabeza. Lo único importante era la conexión con mi cuerpo. Era el único sitio en el que nadie me iba a señalar por llevar toda la espalda sudada, el pelo sucio u oler a camionero. El paraíso. O al menos hasta hace unos años.

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«Uff…qué cansancio tengo de estar sentada en la pelota». GTRES

Las mujeres y el gimnasio somos negocio. Lo sabe Nike, lo sabe Reebok, lo sabe Decathlon, lo sabe Lots of Colors y lo sabe hasta tu propio gimnasio. Mientras que la mayoría de las fotografías de publicidad muestran a hombres con más músculos que los Action Man que tenía mi hermano, las fotos protagonizadas por mujeres son totalmente opuestas. Aparecen en pilates, estirando con la pelota o haciendo una postura de yoga. Pero ninguna levantando cuarenta kilos en sentadilla.

Gimnasio, tú antes molabas.

Si eres mujer parece que lo tuyo son las clases en las que no tengas que sudar mucho ni levantar peso (¡no vaya a ser que te pongas fuerte o te estropees la manicura levantando una mancuerna!). Hasta los circuitos se encuentran separados. ¿Por qué las máquinas ‘para mujeres’ son de otros colores y con menos peso? Cuando entro en la sala de musculación no me asusto (el olor que desprende más de uno después de usarla sí, pero eso es otro asunto), no me siento amenazada por las máquinas ni me siento menos mujer por entrenar en ellas. Al igual que he visto hombres entrenar en el circuito femenino y no les ha crecido una falda al tocar la máquina.

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A la izquierda, una embarazada haciendo deporte según GTRES. A la derecha @Aliona_hilt, deportista alemana.

Soy una adicta al gimnasio, una #gymrat como se dice en las redes sociales. No voy ni una ni dos sino entre cuatro y cinco veces a la semana. Hago spinning, crossfit y un día de musculación. Con semejante asiduidad, mi ropa de deporte empieza a hacerse un hueco considerable en mi armario. Se me empiezan a ir los ojos (y mi sueldo de becaria) a las prendas deportivas sin que pueda evitarlo ya que ahora las tiendas de moda se han apuntado a las colecciones gymwear. Pero si comparas la ropa de deporte masculina y la femenina, son dos mundos. «La ropa de gimnasio para mujeres es ropa para ir de cañas» me dijeron el otro día. Mientras que los hombres pueden ir con ropa suelta, ancha y cómoda para la actividad deportiva, la nuestra es más ajustada que las mallas de un ciclista.

Yo no sé qué para qué clases está pensada, pero os puedo asegurar que los pantalones (que llamar ‘pantalón’ a ese culotte elástico me parece un derroche de imaginación) no están pensados para aguantar un culo mientras haces crossfit (a no ser que quieras practicarlo con media nalga fuera, en ese caso son perfectos). Las camisetas, lejos de ser holgadas, se te pegan a cada pliegue de la tripa dejándote con más anillas que el muñequito Gusiluz. Casi parece que se recrean en las lorzas.

Parece que ni en el gimnasio podemos dejar de ser femeninas, de estar siempre sexys. Pues mira no, por ahí no paso. Si ellos pueden ir con la camiseta de Caja Rural, exijo el mismo derecho.

Encima circulan «Tips de maquillaje para el gimnasio» que no hacen otra cosa que alimentar esta idea tan dañina de que tenemos que estar guapas haciendo deporte. Parece que si no vas bien vestida con tu super conjunto deportivo eres una mujer de Cromagnon que no merece ser considerada persona. Ir al gimnasio sin ser femenina se ha convertido el nuevo delito del siglo XXI.

 

El armario de Jennifer Lawrence: The Carpet Games

Razones para amar a Jennifer Lawrence me sobran: tiene tendencia a la torpeza (como yo), le encanta la comida y no se avergüenza de ello (como yo) y tiene la capacidad para reírse de sí misma sin perder una pizca de estilo (como a mí me gustaría). En definitiva, es puro amor.

Este viernes estrena la última parte de Los Juegos del Hambre y, como no sé cuánto tiempo tardará en volver a aparecer en una alfombra roja como protagonista (esperemos que poco), he querido hacer un repaso de su estilo. La actriz ha ido de alfombra en alfombra desde antes de convertirse en Katniss Everdeen (si hacéis los cálculos, esas son muchas alfombras). Y aunque como veis me considero J.Lawyer hasta la médula, me duele en el alma admitir que no siempre ha acertado a la hora de pasearse por las red carpets.

Pero primero, ¡la calle! Ese lugar alejado de las peluquerías y los conjuntos de miles de dólares que nos permiten regocijarnos en las combinaciones más monstruosas de las famosas. Pero no hay manera de pillarla. La actriz aprovecha para ir cómoda pero siempre a la moda sin cometer atentados estilísticos.

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Streetstyle de Jennifer Lawrence. GTRES

Aunque la mayoría de la gente que ve a Jennifer Lawrence en una alfombra roja está más pendiente de si se cae que de lo que lleva puesto, hay varios modelos que bien podrían haber sido retocados por Cinna, su estilista en la saga, para evitar patinazos innecesarios.

25 años, 1,75 cms de altura y posiblemente menos de 60 kilos. Con estas medidas, hasta un niño de seis años podría encontrarle ropa favorecedora por lo que me parecen un crimen las anchuras y cortes de los siguientes vestidos.

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¡Hola, somos los vestidos menos favorecedores del mundo! GTRES

Cuando encuentra vestidos que sí le favorecen, la lía parda con el estampado…y así pasa. Que cuando te quieres dar cuenta estás en una gala con un vestido que parece de la colección choni de Pimkie en 2009.

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Estampado feo, estampado horrendo y ¿un ramillete de flores? GTRES

Y para cerrar la galería de cosas extrañas que quemaríamos sin dudar, tres elecciones que, francamente, no sé qué pasaba por su cabeza a la hora de elegirlas. Especialmente el mono palabra de honor salido del Tártaro del estilo.

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Elecciones estilísticas extrañas que quemaría sin dudar. GTRES

Pero es Jennifer Lawrence, le perdonaríamos todo en esta vida, desde que nos robara el novio hasta que nos copiara la tesis doctoral. Afortunadamente, sus aciertos son mucho mayores que sus patinazos. La actriz ha lucido vestidos increíbles que a día de hoy, hacen que se nos siga cayendo la baba.

Los vestidos sueltos blancos con fruncidos son una de sus elecciones fetiche. Palabra de honor, con tirantes, sin tirantes, con pelo suelto, con pelo recogido…anyway!

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El blanco, uno de sus colores favoritos para acudir a las galas. GTRES

Aunque le hemos visto en menos ocasiones con vestidos color en la alfombra roja, las veces que lo ha llevado también ha acertado de pleno. El primer modelo rojo os resultará familiar de esta caída.

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¿Quién ha dicho que nunca lleve nada de color? GTRES

Y si os suena el vestido del centro no es por ser el Dior con el que recogió el Óscar, no, sino de esta otra caída.

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El tropezón con el vestido de los 4 millones de dólares. GTRES

Por muchas veces que se caiga o por muchos vestidos horribles con los que nos dañe las retinas es imposible no amarla.

Lo que deberías saquear del armario de tu abuela (o de tu madre)

Estamos acostumbradas a verlas con la bata de franela, algún que otro rulo en el pelo y las zapatillas de borreguito. Pero es la misma mujer que aparece en las fotos de Torrevieja en 1976 con un conjunto playero que no tendría nada que envidiar a Brigitte Bardot en sus años mozos. Tu abuela era ‘fashionista’. Qué digo era…¡es ‘fashionista’! Solo tienes que echarle un vistazo a su colección de lacas de uñas, sus innumerables pañuelos o a cómo le gusta arreglarse el pelo.

Es por eso que en los roperos de nuestras abuelas se encuentran auténticos tesoros. Su fondo de armario vale su peso en foie gras. ¿Recuerdas ese modelito tan mono con el que tu abuela sale en las fotos? Es el momento de preguntarle por él, porque ahora, esa prenda es vintageVINTAGE! Que es casi como decir que algo es tan sagrado como las vacas en la India).

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Posando muy casual. Tumblr Foreverblog

Si tienes la suerte de que tu abuela fuera una fashion victim en los 70 hay tres cosas básicas que tuvo que llevar: un mono, unos acampanados y un bolso.

El mono es algo que todas han usado, por lo general sin sujetador, que te permitirá ir felizmente libre sin sentirte oprimida (una filosofía muy setentera). Los pantalones acampanados posiblemente estarán como si hubieran salido de la fábrica ayer, ya que antiguamente la ropa era tan buena que habría resistido radiación nuclear si se hubiera dado el caso. Por último, pídele un bolso, te va a dar igual el estilo o el color, ¡Estamos hablando de un bolso setentero auténtico! Va con cualquier cosa que vayas a ponerte.

Las tres prendas eran un básico de la época y aunque en España no necesitaron un Woodstock para abrazar las tendencias hippies, algunas abuelas conservan estas perlas en sus armarios. Así que corre a su casa, distráela con la telenovela y cuando hayas terminado con el saqueo pregúntale si te da esas prendas que ya no se pone (son abuelas, con un pucherito y besos te van a dar hasta su rosario más preciado).

¡Pero ojo! Que nuestras madres también vivieron una época de la que podemos rascar. De los ochenta podemos rescatar también prendas en previsión de la moda futura. En primer lugar, deberías hacerte con unos buenos pendientes ochenteros, esos tan grandes que te dejaban los lóbulos de las orejas como un Buda. Si tu madre era una ochentera auténtica posiblemente tendrá pendientes de clip. Aunque en un primer momento parecen una buena idea, a la media hora de llevarlos te palpitan las orejas y te provocan una jaqueca con náuseas incluidas (true story).

Otra prenda representativa de la época es un pantalón de cintura alta. Creedme, lo que llamamos ahora ‘cintura alta’ es, en comparación a los ochenta, un pantalón de cadera. Cuanto más sobaqueros y más te marquen el ‘asunto’ más trendy. Y por último, TODAS LAS MADRES QUE VIVIERON LOS OCHENTA CONSERVAN ALGO CON HOMBRERAS, por hortera que sea hoy en día (menos mi madre, que más que ‘algo’ conserva un 80% de las prendas con hombreras que lanzaron al mercado en esa época. Gracias, mamá). Cuánta más hombrera, mejor. Que aunque ya la vimos volver hace un par de años y ahora están de capa caída, como todas las modas, las hombreras regresarán algún día a la pasarela (y por tanto a nuestros armarios).

Abuelas, madres, tías…GRACIAS.

British Fashion Awards: de «mejor vestidas» a «gracias por participar»

Cuando unos premios se llaman «British Fashion Awards» (Premios Británicos de la Moda) te esperas que los asistentes estén a la altura del nombre. En la alfombra roja de una gala, que premia las mayores contribuciones del año al diseño de la moda británica, nos encontramos con looks para todos los gustos:

Las que acertaron de lleno fueron las tres supermodelos que apostaron por colores claros. Mientras que Arizona Muse fue la que más se arriesgó combinando una falda alta con un crop top, Jourdan Dunn optó por el clásico binomio B&W. Rosie Huntington-Whiteley eligió un vestido rosa claro cubierto de brillantes con escote hasta el ombligo (literalmente).

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Las mejores vestidas: Arizona Muse, Jourdan Dunn y Rosie Huntington-Whiteley. GTRES

En segundo lugar, encontramos los vestidos que me gusta englobar en la categoría «Juzguen ustedes mismos«. La modelo Georgia May Jagger lució un vestido nude con tul negro que sorprende con el adorno de la serpiente de coral a su espalda (en mi opinión no va ni con cola con el estilo del vestido). La actriz Kate Bosworth lleva también un original diseño de tul en azul claro que no termina de apasionarme (especialmente cuando al hacer zoom he descubierto que lleva los bajos algo deshilachados). Y por último, Naomi Campbell, la tercera del ‘club del tul’, forma parte de ese grupo de celebrities que insisten en presentarse a una alfombra roja en saltacamas.

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Juzguen ustedes mismos: Georgia May Jagger, Kate Bosworth y Naomi Campbell. GTRES

Con la categoría «Lo siento pero un 4,75 es un 4 y no un 5» abro la lista de suspensas de la gala. El vestido con detalles tipo cómic de Salma Hayek me parece ‘salao’ aunque poco apropiado para el evento al que asistía. Respecto a la cantante Mollie King, el vestido no estaría mal si la raja fuera un poco menos brasileña y especialmente si no sobrara tanto la lazada blanca de la cintura ya que parece que se le ha quedado papel higiénico pegado al zapato. En cuanto a Lady Gaga, me sorprende para bien su vestido (teniendo en cuenta con lo que ha aparecido puesto otras veces) pero me horrorizan los guantes tipo colmena de abeja que por mucho que hagan juego…NO.

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Casi, pero no: Salma Hayek, Mollie King y Lady Gaga. GTRES

Para acabar, encontramos la categoría «Lo importante es participar» encabezada por Rita Ora (Noooooooooooo, Rita, ¡¿Por qué?! ¡Con lo bien que lo hiciste en la alfombra roja de los Premios Bambi! Me haces sufrir) que lleva una especie de mono cowboy con detalles en plateado (la verdad es que no me puedo imaginar una sola ocasión en la que alguien se pondría ese vestido a no ser que esté siendo chantajeado o apuntado con un arma). Al outfit de la fashion blogger Susanna Lau no trates de buscarle explicación. Es como un cuadro de Miró, es así y punto. No intentes entenderlo. No sé si es vestido, sudadera y falda, vestido y sudadera o una creación de Desigual para destruir secretamente nuestras concepciones de la moda. Por último, la cantante FKA Twigs lleva una especie de vestido/mono/pantalón con un tirante aquí pero no allá que parece haber sido cosido con la luces apagadas en el sótano de una fábrica con retales de trajes de nazareno.

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Lo importante es participar: Rita Ora, Susanna Lau y FKA Twigs. GTRES

 

Por qué deberías hacerte con un sombrero (si todavía no tienes ninguno)

Suena el despertador. Te levantas de la cama. Vas al baño y allí está una mañana más esperándote en el espejo la criatura ojerosa que sería la envidia de Kristen Stewart en Crepúsculo. Alzas la vista y…¡oh Dios mío! ¿Qué es ese matorral despeinado floreciendo encima de tu cabeza? Imposible que sea la bonita melena que tenías anoche cuando te metiste en la cama. Estás teniendo lo que es conocido como ‘Bad hair day‘ (‘Día malo de pelo’ en castellano, aunque claro, no suena tan sofisticado).

Tienes tres opciones: te quedas en casa fingiendo un ataque de gastrointeritis aguda (o mejor algo que no haga que al día siguiente tus compañeros te miren raro), te rapas el pelo por muy largo y cuidado que lo tengas o recurres al gran aliado de los bad hair day…el sombrero (también hace el apaño cuando tienes el pelo sucio y no tienes tiempo de lavártelo)!

Esta temporada, los sombreros no solo son la respuesta a tus plegarias de pelo revuelto, sino que forman parte de los básicos otoñales y su reinado se extenderá hasta más allá del invierno. Tienen el superpoder de convertir el conjunto más anodino, simplón y poco original que se te ocurra en un look de fashion blogger:

http://neahssadness.tumblr.com/post/133665345342/follow-for-more-bxw-happy-stuff

Te protege del sol, va con todo, da cierto aire de misterio, los llevaba Audrey Hepburn… sobran motivos para hacerte con uno de ellos. Además, los sombreros, como las gafas de sol, valen para todo el mundo, lo único que tienes que tener en cuenta es la forma de tu cara a la hora de elegirlo.

Si tienes la cara alargada elige uno de copa baja; para las caras acorazonadas el ala mediana equilibra la frente; los sombreros de ala grande y formas redondeadas matizarán los rostros cuadrados y por el contrario, el ala corta con copa alta le darán forma a los rostros redondos. Si tienes la suerte de que la forma de tu cara es ovalada, puedes experimentar con todos.

Pero el auténtico secreto para llevar bien un sombrero es la seguridad. Sin sombrero puede haber actitud, pero sin actitud no hay sombrero.

Los 10 mandamientos de la alfombra roja en los Premios Prix de la Moda

Mi conclusión después de cubrir varios photocalls como prensa es que las celebrities tienen una especie de código no escrito sobre comportamiento en alfombras rojas. Aunque desde fuera nos parece tan fácil como llegar fabulosa a un lugar, posar y ‘chimpún’, hay mucha más enjundia detrás. Quitando las horas ‘en el taller’, los invitados deben saber posar con el cuerpo y la cara, tener paciencia para dar todos los planos que buscan los innumerables fotógrafos repartidos a lo largo del photocall y, en ocasiones, atender a los redactores que se encuentran también reunidos. ¡Y todo eso sin cagarla meter la pata en ningún momento!

A la hora de elegir qué ponerse, algo que no es fácil si acuden a menudo a este tipo de eventos (y sino basta con echarle un vistazo a los vestidos elegidos por algunas), hay una serie de cosas que, como pude ver en la XIII edición de los Premios Prix de la moda, parecen ser las claves para salir de la alfombra roja ileso.

1.Amarás la simplicidad sobre todas las cosas: el menos es más y no es necesario llevar un vestido más barroco que las colecciones de Dolce&Gabbana para acertar.

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La actriz Mirian Giovanelli. MARA MARIÑO

2.No llevarás joyas en vano: como demuestra la bloguera, solo hace falta llevar las justas y necesarias. Sino corres el riesgo de lucir el efecto ‘árbol de Navidad’.

 

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La blogger Paula Ordovás. MARA MARIÑO

3.Santificarás a los fotógrafos: la pareja tenía muy claro como dar el lado bueno a todos los fotógrafos e hicieron un barrido girándose de izquierda a derecha.

 

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Jorge Benguria y Carla Goyanes. MARA MARIÑO

4.Honrarás lo que lleves puesto: ya sea un vestido, una falda o unos pantalones, como Paz Vega. La clave está en sentirse bien dentro de lo que hayas elegido.

 

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Paz Vega. MARA MARIÑO

5.No matarás (estilísticamente hablando): no es necesario ponerse todo tu joyero, sobre todo cuando el vestido luce por sí solo.

 

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La diseñadora Teria Yabar. MARA MARIÑO

6.No cometerás poses forzadas: todos tenían perfectamente aprendida la manera correcta de colocarse para salir con un gesto natural, sobre todo la modelo italiana (que yo con llegar a los 40 como está ella a los 55, me doy con un canto en los dientes).

 

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La modelo italiana Antonia Dell’Atte. MARA MARIÑO

7.No te olvidarás de las tendencias: ya que son una apuesta casi segura. La italiana eligió un vestido de transparencias vaporoso que, junto a las ondas desechas de su melena, son dos de las tendencias de este otoño.

 

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La socialité Bianca Brandolini. MARA MARIÑO

8.No llevarás algo desfavorecedor: y te sacarás el máximo partido con lo que te pongas. Aunque en el caso de Ariadne, estoy segura de que si se hubiera puesto una funda de almohada también habría estado estupenda.

 

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La modelo Ariadne Artiles. MARA MARIÑO

9.No consentirás que el frío arruine tu modelito: vale que en los photocalls de invierno hace un poco de frío. La alternativa, como la que eligió Carmen, puede ser llevar una estola furry (no sabemos si auténtica o no) para evitar la piel de gallina.

 

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Carmen Lomana. MARA MARIÑO

10.No subestimarás el peinado: el pelo, al igual que el maquillaje o los complementos, forma una parte muy importante del conjunto. La modelo Andreja eligió una trenza de raíz sencilla que contrastaba con los elaborados bordados de su vestido.

 

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La modelo transgénero Andreja Pejic. MARA MARIÑO

 

Aunque aún no sepas qué ponerte en Nochevieja, esto es lo que vas a llevar

Nochevieja y las bodas son dos de mis excusas favoritas para comprarme ropa. Me recorro kilómetros y kilómetros dentro de un centro comercial, me pruebo modelos de varios kilos de peso debido a las lentejuelas y me llevo a casa el elegido pensando en la fiesta que me voy a pegar llevándolo.

Cuando llega la gran noche, ceno con otra ropa (no vaya a ser que un manchurrón de mayonesa traicionero aterrice en el vestido) y pasadas las uvas, tiene lugar LA TRANSFORMACIÓN (que ríete tú de Elsa y su vestido de Reina de las Nieves).

Como me retraso maquillándome en el baño, y en la discoteca hay una cola que flipas, acabo luciendo el vestido unas 3 horas, ya que a las 6 acabo hasta el gorro del año nuevo y lo único que quiero es dormir la mona en mi cama hasta el año siguiente.

En definitiva, me gasto un pastizal en un modelito que no volveré a usar. No nos engañemos, todas sabemos que esos vestidos una vez llegan a la percha pasada la noche del 31, se quedan ahí para siempre, pasando a formar parte del permafrost multicolor y multitendencia que es el fondo de tu armario.

Mi reto este año es comprar algo «reciclable» que pueda ponerme también de día y por lo que he visto, de las primeras colecciones de fiesta que han sacado, no debo ser la única que piensa así. Podemos encontrar dos líneas: la línea a la que se te van los ojos conocida como «vas a ir divina pero no te lo vas a volver a poner nunca en tu vida, como el resto de vestidos de Nochevieja que te has comprado! ¡Derrochadora, que eres una derrochadora!» y la línea «Eh, ¡mírame! ¡Soy una opción perfectamente válida a tener en cuenta! Aunque no sea tan atractivo, podrás combinarme cuando quieras el resto del año».

O eres de las primeras o eres de las segundas, o eres #TeamEdward o #TeamJacob, o eres Grease o de Dirty Dancing, o eres de Beatles o de los Rolling. No se puede ser de los dos.

Las opciones de Primark, el pichi elegante, la falda de lúrex y el vestido de terciopelo, pegan perfectamente tanto recibiendo el año como en los pasillos de tu colegio/facultad/oficina:

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PRIMARK

Respecto a modelitos que no vas a volver a vestir, tenemos el vestido ‘The Carrie Diaries‘ (muy Carrie Bradshaw en los ochenta), el vestido diva ‘hollywoodiense’ y el mono setentero brillante con un escote más peligroso que un barbero con Parkinson.

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PRIMARK

Bershka apuesta por los tops. Terciopelos, hombros al aire y escotes junto a pantalones negros de cintura alta. Si como yo, cenas como una cerda si no hubiera mañana y quieres ir suelta, el vestido plateado (‘camisetilla larga’ para las madres) de lúrex es la mejor opción para ir cómoda.

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BERSHKA

En cambio si eres de las que quiere ir deslumbrante aunque sea vestido de una noche, con estas opciones te vas a sentir comprendida: lentejuelas, terciopelo…Lo importante es cegar a tus amigos cuando el foco de la discoteca tenga la suerte de dar con tu vestido.

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BERSHKA

H&M, también se ha tirado en plancha al verde y a las lentejuelas como en su colección de fiesta del año pasado con prendas que podemos combinar con cualquier básico (camisas blancas, pantalones vaqueros…).

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H&M

Y los Nunca Máis son monísimos (¿no os recuerdan misteriosamente a la línea que sacó la firma con Balmain?) pero imponibles durante los restantes 364 días del año.

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H&M

Moda inspirada en Star Wars: de las galaxias a tu armario

Hasta hace poco, llevar una camiseta de una película, serie o cómic era el mayor nivel de frikismo conocido por la especie humana. Ahora, todos tomamos café con orgullo en una de las tazas de Star Wars que regalaba El País. Ser ‘friki’ está de moda.

http://style-and-stuffs.tumblr.com/post/132839134468

Sudaderas de Breaking Bad, leggins con el símbolo de Batman y el despertar de la fuerza y de la moda inspirada en La Guerra de las Galaxias gracias a la última entrega. La moda y Star Wars se han unido, como Han Solo y el gas tibanna congelado en El Imperio Contraataca, para formar algo bello. Aunque Rodarte fue la primera firma en pegar el salto a la pasarela con los personajes de las películas en 2014 ha sido Alvarno el que ha convertido el casco de Darth Vader (con adornos de pedrería, dicho sea de paso), en el elemento estrella de su colección primavera 2016 (también conocida como «Los Sith son para el verano«).

The Rodarte 2014 collection is modeled during Fashion Week in New York, Tuesday, Feb. 11, 2014.

Desfile Rodarte. GTRES

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Desfile de Alvarno. GTRES

Afortunadamente las tiendas low cost siguieron la estela de la tendencia (porque las firmas que desfilan en semanas de la moda no son conocidas por tener precios asequibles precisamente) decididas a colar en nuestro armario prendas inspiradas en las películas.

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Gorro de lana, camiseta de tirantes y gorra de Star Wars. ASOS

PRIMARK

Gorro de lana y camisetas estampadas. PRIMARK

KIABI

Camisetas estampadas. KIABI

Pero no fueron las únicas en subirse al carro. «Tonto el último» debieron de pensar Adidas y Devon que también aprovechan el tirón de la saga (¿qué será lo siguiente? ¿Papel higiénico estampado? ¿Un escurreplatos inspirado en la nave X-Wing?).

ADIDAS

Mochila de asas, zapatillas con relieve y sudadera. ADIDAS

DEVON

Gemelos y reloj inspirados en las películas. DEVON

Por último, para las aficionadas con más pasión por las películas, los zapatos de Irregularchoice, que no acabo de saber cómo sentirme respecto a ellos. No sé si me gustan, me horrorizan o directamente encarcelaría al diseñador:

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Zapatos (algunos más ponibles que otros). IRREGULARCHOICES

El maquillaje gótico no es solo para Halloween

Ahora que por fin habías aprendido a controlar la técnica del contouring viendo infinitos tutoriales en Youtube, que te habías dejado la mitad de tu sueldo en la pre-base, base, polvos oscuros, iluminador y colorete que necesitabas para esculpir los rasgos de tu cara a lo Beyoncé, llegan los diseñadores y deciden que la tendencia de maquillaje de este otoño será… ¡la cara lavada! O también conocido como “ir maquillada pero que parezca que te acabas de levantar de la cama fresca como una lechuga recién cogida del huerto con rocío mañanero”.

Las que pensábamos que el make up ‘cara lavada’ significaba lavarte la cara con agua y jabón (como su propio nombre indica), y ya si eso ponerte un poco de crema hidratante básica de marca blanca antes de salir a la calle, ¡estábamos totalmente equivocadas! Deshonra para nuestra familia. La cara lavada NO es ir con la cara recién lavada. Es una especie de trampantojo del siglo XXI. Tu cara tiene que parecer limpia pero has de ir maquillada. La dificultad radica en ir lo suficientemente maquillada, como para ocultar tus ojeras y rojeces al mundo, pero no lo bastante como para que parezca que llevas una hora pintándote (que es el tiempo que vas a tener que invertir en realidad).

De todos los cosméticos que requería el contouring (cinco como mínimo para un contouring básico), solo necesitas dos: el corrector y la base, todo lo demás te sobra. Ya puedes salir a la calle sin sentirte avergonzada por tus ojeras de ver por quinta vez Gossip Girl. De todas formas, si eres más bien coqueta y llevar tan poco maquillaje te hace sentir indefensa, puedes complementar el look cara lavada con un poco de colorete (rojo es el color de esta temporada).

http://nikilbe.tumblr.com/post/122342044323/beautiful-yanapiranha-with-my-nudemakeup-for

Para las noches salvajes (esas que sabemos que abundan en tu vida), los diseñadores han decidido volverse locos y tirar la casa por la ventana con el punk gótico. Y no me refiero al gótico de Marilyn Manson con negro hasta en los labios, sino al gótico tipo Anjelica Huston haciendo de Morticia Addams, que es como un gótico chic. Una mezcla entre Van Helsing y Sexo en Nueva York.

Maquillaje punk-gótico-chic (la taza es opcional)

El gótico sofisticado se compone de una base cara lavada, unos ojos ahumados en negro y unos labios rojos efecto mordido. Antes de ser una fashion blogger de renombre, pensaba que el efecto mordido era el que se te quedaba cuando te pintabas los labios y alguien te metía un muerdo en la discoteca, es decir, unos labios con el pintalabios corrido a lo Heath Ledger haciendo de Joker¡Pero no! El efecto mordido es cuando te retiras el extra del pintalabios dejándolos con una apariencia más casual, como si en realidad llevaras horas con los labios pintados y no te los acabaras de repasar (que es la realidad).

En definitiva: se lleva una cara maquillada pero como si no te hubieras maquillado, unos labios pintados como si llevaras horas sin reparártelos y unos ojos difuminados como si te hubieras pintado la noche anterior (y hubieras dormido sin quitarte el maquillaje).