Archivo de marzo, 2018

Los pantalones de cuando vuelva a estar delgada

Hace tres años aproximadamente mi cuerpo experimentó un cambio de cintura para abajo. Gané más volumen en lo que viene a ser la zona del culo y las piernas lo que hizo que, muy a mi pesar, tuviera que romper mi relación con todos mis pantalones de la talla 36.

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El cambio fue devastador, no ya por las medidas sino por el hecho de que me quede con el armario cojeando y tenía pantalones que había llegado a amar más que a la mayoría de mis ex novios.

Tomé la decisión de comprarme pantalones nuevos (lo de salir a la calle en bragas no lo contemplaba) y volví a tener una buena provisión de vaqueros de tallas 38 y 40.

Sin embargo, los anteriores, los dejé, seguro que como muchas «para cuando volviera a estar delgada».

No digo que en este momento de mi vida esté gorda, que para nada, tengo una constitución normal, pero sí que me los dejaba para cuando «adelgazara».

Tener en mi armario esos vaqueros, en una especie de banquillo a la espera de que mi cuerpo decidiera de repente cambiar, fue algo que, como me di cuenta, no llevaba a ningún lado.

Opté por darle los pantalones a mi madre (coincide que en cuanto yo gané volumen ella lo perdió) y conseguir así que alguien pudiera aprovecharlos.

Estoy feliz con mi peso y con mi talla y totalmente enamorada de mis pantalones actuales. Al final, tener unas prendas «a la espera» me producía la sensación de que no estaba satisfecha con mi cuerpo y no estaba disfrutando de mi forma física actual con plenitud, algo que me apresuré a cambiar.

Ahora, tanto mi madre como yo, disfrutamos de pantalones de nuestra talla porque realmente nos gusta tener ropa que favorezca al cuerpo que tenemos, independientemente de cómo estemos.

Así que si, como yo, también tienes cosas en el armario «esperando a que adelgaces», dales una segunda vida y deja de esperar. Es mejor que te compres algo ya que te quede de maravilla y que te haga sentir genial a que estés aguardando algo que no sabes si va a llegar.

Disfruta tu cuerpo y empieza a hacerlo desde ya.

P.d.: En esta foto llevo unos pantalones de la talla 40. Creo que mi cara lo dice todo.

Es el momento de probar los tacones con calcetines

Ambas esperábamos que este día no llegara, al igual que esperábamos que nunca jamás ver nevar en marzo, pero las cosas pasan y solo nos queda renovarnos o morir.

Rihanna (última foto) nos lo adelanto en 2010 y no la creímos. #Rihannavisionaria. GTRES

Yo era de esas, ERA DE ESAS que pensaba con orgullo «Por esa tendencia NO pasaré». «No puedes pasar» le gritaba mentalmente a los tacones con calcetines como Gandalf al Balrog de Moria.

A fin de cuentas no era la primera vez que me resistía a algo, lo hice en su día con las botas UGG que siempre me parecieron horrorosas o a las medias de rejilla por fuera de la cintura pantalón.

«Mara, eres una mujer elegante con una edad y eso no es para ti«. Pero lo que no sospechaba era que se avecinaba una ola de frío inmensa que atenazaría Milán y que haría estallar por los aires mis planes de ir a los cócteles de la Semana de la Moda a pie descubierto.

No me quedó otra que plantearme un cambio en el estilismo. O ‘botarracas’ de suela de tractor o sandalia… Con calcetín, claro.

Estaba tranquila hasta cierto punto ya que llevaba tiempo viéndolo en pasarelas y sabía que (tan) horrible no podía quedar. Pero claro, una cosa es verlo en un desfile donde puedes encontrarte prácticamente cualquier cosa (y si no me creéis leed esto), y otra cosa es salir a la calle con eso puesto tratando de llevar la cabeza alta.

La cosa es que no tenía alternativa. Hacía frío, llovía y no me apetecía cogerme un catarro. Así que tiré de calcetín ejecutivo y para adelante.

Ahora que lo he probado, no paro de encontrármelo en streetstyles y he de confesar que después de la experiencia (y de lo calentita que me resultó la idea) estoy segura de que voy a volver a picar. De hecho estoy en busca y captura de unos calcetines grises para poder jugar con más tacones.

El tacón puede ser cualquiera de tu armario. Sí, abierto, cerrado, alto, bajo, elegante, informal. Y puedes combinarlo con cualquier calcetín, incluso con los blancos deportivos de tu hermano.

HIGHHEELJUNGLESOCKS

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Aprovecha que todavía hace frío como para ir con los dedillos al aire, para ponerte los tacones con calcetines. Si alguien te dice algo, deberás hacerle saber que se está metiendo con una de las tendencias de la temporada y que las autoridades estilísticas le hostigarán por su ignorancia.

Los vestidos de las invitadas que también merecerían llevarse un Óscar

¿Que te has comido todas las galas de Operación Triunfo pero ayer no te quedaste hasta las tantas siguiendo los premios del año?

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Pues no pasa nada, porque como yo sí que trasnoché (mis ojeras dan buena fe de ello) he preparado la selección de los vestidos más fantásticos de la velada, los estilismos que te harán perder la cabeza y pensar que por qué narices tuviste que nacer en Majadahonda en vez de en California en el seno de una familia celebrity.

Blanca y radiante iba Margot Robbie demostrando que puedes ir a una alfombra roja con un estilismo sencillo y lograr llamar la atención igualmente (¿has tomado nota, Salma? Aquí entenderéis por qué lo digo). Además fue de las pocas invitadas en escoger un maquillaje natural para la noche.

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Robbie natural, sencilla, discreta… Y en el otro extremo Jennifer Lawrence. Os puedo asegurar que no recuerdo en mis 25 años de vida haber visto a la actriz de Los Juegos del Hambre con una combinación que me gustara tanto como la que llevó la noche del domingo. Vamos, que yo soy Anna Wintour y hago una gala MET 2019 inspirada en el aire disco glam de la actriz.

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El mal trago que supone el lunes se te va a pasar en cuanto veas el vestido de Allison Williams. Es que de verdad, qué mona va esta chica siempre. No me canso de decirlo, pero es que no hay manera de pillarla desprevenida. Seguro que después de hacer una mudanza a un apartamento sin ascensor, también está divina.

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Siguiendo la estela de los vestidos en tonos nude con pedrería (madre mía, cómo nos gusta a las millennials esta combinación. Nos chifla más que una tostada con aguacate) tenemos el modelo de Gina Rodriguez. Da igual que la actriz no te suene (yo he tenido que buscarla en Google), el vestido te ha conquistado y lo sabes.

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Saoirse Ronan se lleva para mí el premio de la noche por su combinación Think Pink. Me gusta el vestido, el lazo inmenso, los tacones, el tono de rosa… Absolutamente todo. Vamos, que si el vestido estuviera en Tinder le habría hecho Like, Superlike, Megalike y propuesta matrimonial. En cambio, el conjunto de la otra nominada al Óscar como mejor actriz protagonista, Sally Hawkins, no me despertó tanta emoción. De hecho por mucho que es un modelo brillante, me resulta más soso que el arroz hervido.

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Paz Vega llevó un vestido con estampado estilo japonés de una original estructura. De hecho, de original me pareció hasta un poco liosa, y no pude evitar imaginármela en el baño del Teatro Dolby de Los Ángeles después de hacer un pis con otra actriz: «Tú, tú, píllame el cubata (hold my cubata, darling please) que me he liado. He metido el brazo por el bolsillo y he tirado el móvil a la manga (because I put the Iphone inside the sleeve and now I´m feeling the whatsapp notifications on my hips)».

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Algunas propuestas si bien podrían ser nominadas como elecciones alternativas, no se llevarían mi estatuilla, como el caso de los vestidos de Blanca Blanco y Betty Gabriel, a las que se les coló un poco de vestido en el escote. También tenemos el extraño caso de Andra Day y Whoopi Goldberg que se pusieron de acuerdo para robar las tapicerías de una famosa tienda de sofás en Los Ángeles, y así apañar con su estilismo de este año, sin dejarse los sueldos.

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Ahora que ya los has visto, ¿cuáles son tus favoritos?

Tenemos que hablar de la confesión de Laura Escanes

Madre mía el revuelo que se ha organizado con los stories de Laura Escanes en los que habla de su tratamiento labial con ácido hialurónico. Vamos, que la echas en el siglo XVII en las Tierras Altas de Escocia, declarando que es jacobita en medio de un batallón inglés y no se lía tan parda.

Laura Escanes (no sé si simpatizaba con la causa jacobita) en su último vídeo. YOUTUBE

La cosa es que la modelo/creadora de contenido/escritora/etc (en serio Laura, tienes más trabajos que una mujer renacentista) subió unos stories, que para los que no entendáis el término, y para mi madre, que la buena mujer lee muchas veces mis artículos sin saber de qué diantres hablo, son fotos o vídeos con una duración de 24 horas que luego desaparecen.

En esos stories Laura hablaba de sus labios, sobre todo del de arriba, que es el que ha recibido un repaso de ácido hialurónico, algo que deben de regalar con los cereales, ya que últimamente parece que no hay una mujer con labios naturales.

Estoy empezando a asumir que llegará un día en el que iré yo sola por la calle de Milán, como Will Smith en Soy Leyenda, rodeada de cientos de mujeres con la boca voluptuosa que se girarán al ver mis labios finos como el papel.

Los stories de la discordia. INSTAGRAM

Antes que nada, Escanes empieza diciendo que es su caso, que no recomienda que la imitemos ya que cada persona es un mundo. Esto se agradece, porque aunque se debería dar por sentado, puede haber alguien que lea esto y ya dé por hecho que nos está animando a que nos unamos al club del ácido hialurónico (por mucho que le gustaría a las clínicas de estética).

«Siempre he tenido el labio de abajo muy gordito en comparación con el labio superior y no es que tuviera complejo… Ahora los tengo igualados y en mi opinión muy naturales» dice Escanes.

Aunque a mi parecer, que se ponga, se rellene o se quite la ropa para una foto es lo de menos, me quedo con el final de su mensaje: «Os lo he contado porque creo que escondiéndolo hago que sea un tema tabú cuando no debería serlo… Me lo preguntabais pero yo me quedaba callada e intentaba no contestar. Pero ya está, sin miedo».

Esta reflexión es la que realmente agradezco de todo este asunto. Sabemos que las famosas se hacen retoques continuamente (Nicole Kidman no ha obtenido esa cara por arte de magia) pero creo que es importante que lo admitan sin ningún tipo de reparo.

En primer lugar porque no es nada de lo que deban avergonzarse. Yo misma me pongo el esmalte de las uñas dejando los laterales sin pintar para que parezcan más largas. Todas podemos hacer lo que nos dé la real gana sobre nuestros cuerpos, que para eso los tenemos.

Pero, el hecho de poder decirlo hace que podamos tratar del tema con normalidad y abandonemos el secretismo alrededor de los temas de jeringuilla y quirófano. Así somos conscientes de lo que hay detrás, (aunque lo que haya detrás sea artificial, claro).

Moda y motor: las colecciones para primavera, inspiradas en quemar rueda, que querrás esta temporada

Da igual que no seas de Fórmula 1, que te eches la siesta cuando tu novio (o padre para las solteras) se pone el Rally Dakar o que aún no sepas que Marc Márquez ha renovado por Honda.

TOMMYHILFIGER

Da totalmente igual porque esta temporada te vas a convertir en una apasionada de los deportes de motor, hasta el punto de que puedes incluso terminar con la bandera de una escudería de decoración.

«Venga Mara, que el frío te ha congelado la neurona que tienes por ahí suelta. ¿En qué momento voy a volverme una friki de las ruedas?» Pues en el momento en el que Rihanna y Tommy Hilfiger se han hecho con las motos y la Fórmula 1 como temas de sus nuevas colecciones.

La primavera de Tommy Hilfiger, junto a la modelo Gigi Hadid, tiene las parrillas más calientes que la polémica que generó la medida de prescindir de las azafatas de carreras.

Su desfile tuvo lugar en un auténtico circuito en el que presentó una colección tan bonita (y tan cara) por la que vendería hasta el edredón de mi cama (y eso que en Milán está nevando). Es colorida, con un aire vintage y con pinta de poder ponértela hasta para bajar la basura.

TOMMYHILFIGER

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Por otro lado, la de Barbados, que ya el año pasado revolucionó el gallinero con su colección deportiva para María Antonietas modernas (la recordarás porque ahora TODAS tus amigas tienen las chanclas en millennial pink con el lazo de raso), ha decidido pasar del pastel a la gasolina, del «Oui, monsieur» al «Brum brum».

Looking soooo slick in #FENTYxPUMA SS18 @voguemagazine 🏍

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Mientras que la colección del diseñador americano ya está a la venta, tendremos que esperar al 15 de marzo para la colección motera de Rihanna, una línea que promete darle mucha caña al armario (y al bolsillo).

Ahora solo nos queda decidir si nos montamos al coche de Tommy o damos un paseo en moto con Rihanna.

Mientras tomáis partido, me gustaría recordaros que, si os gusta escribir de moda, belleza y tendencias (o de cualquier tema en general), podéis participar en la XII edición de los Premios 20Blogs. Tenéis toda la información aquí.

Semana de la Moda en Milán, mi pesadilla y redención particular

Nunca me ha gustado lo falso. Cuando veía a la venta imitaciones de bolsos o prendas prefería no comprarlas antes que llevar algo «de mentira». No es que os cuente esto para que tengáis en cuenta que, si queréis mandarme regalos, los prefiero originales (que ojalá recibir algún día algo más que cartas del banco), sino para que entendáis por qué le he cogido algo de manía a las semanas de la moda.

Estilismos casuales de invitadas al desfile de Pedro Pedro. MARA MARIÑO

No me malinterpretéis, la moda me apasiona y me apasionará siempre. La oportunidad de ver en primera línea de batalla el trabajo de diseñadores, esos profesionales que trabajan entre la cultura de la vestimenta y el arte, es algo que me hace sentir realizada. Pero lo malo de las semanas de la moda es la gente.

No toda, claro, no penséis que soy antisocial, pero sí los que aprovechan las ocasiones para vestir con un artificio que improbablemente les verás un día de diario por la calle para llevarse un protagonismo que debería centrarse en las colecciones.

El deseo de ir a los eventos para ser visto o de hacerse la foto de rigor para la red social de turno, hace que haya encontrado personas dispuestas a hacer cualquier cosa para entrar a un desfile, incluso si eso incluye utilizar a otras por el camino.

En esta Semana de la Moda en Milán he tenido mucho de eso, pero, afortunadamente, mucho de lo contrario también. He visto mucha tendencia, mucho trabajo, ideas creativas y prendas bonitas.

He podido conocer de primera mano a una diseñadora argentina que va a abrir una sombrerería en Barcelona, he intercambiado una conversación en el baño con una estudiante peruana que quería lanzar la primera revista de moda en su país

Y me he dado cuenta que lo bonito de estos eventos, y algo a lo que no estaba prestando atención hasta ahora, es el roce, en el trato, en poder sentarte al lado de la diseñadora de interiores de Armani porque así te han colocado las organizadoras del evento o poder compartir una copa de Prosecco con la ilustradora Georgina Gerónimo mientras comparamos los desfiles italianos con la Mercedes-Benz Fashion Week o la 080 de Barcelona.

Es un sinfín de conversaciones en inglés, español o italiano mezclando los idiomas entre sonrisas y valoraciones de los espectáculos. Al final, la primera Semana de la Moda de Milán del año me ha quemado y me ha enamorado por el mismo motivo: la gente (de la moda lo estoy siempre).

Como una imagen vale más que mil palabras, os invito a compartir la experiencia conmigo, os animo a que os deis un paseo por las calles milanesas decoradas con portadas de revistas, a que me acompañéis a los desfiles que pude ver, a que sintáis un poquito de esa magia que hay dentro de la moda.