A mí me encantan las tendencias. Ya sabéis que si encajan con mis gustos las incorporo rápido a mi armario o intento versionarlas de forma casera.
Pero hay cosas por las que directamente no paso, sobre todo cuando tocan el tema relativo a la salud.
ALIEXPRESS
La última tendencia que no entrará a mi armario (no, ni siquiera aunque me traiga una caja de chocolatinas debajo del brazo), son los botines transparentes de plástico.
Los términos «PVC«, «vinilo» o «PU» se refieren al material plástico que se utiliza para la ropa. Un material que, si bien para un bolso puede ser resultón y práctico (sobre todo si vivimos en una ciudad lluviosa), se convierte en la Pesadilla de Después de Navidad de todas aquellas que hayan picado en la tendencia durante las fiestas.
A mí por mucho que Bershka, Chanel o la mismísima Chrissy Teigen, la última embajadora de los zapatos de plástico transparentes, me vengan a que me una a sus filas de calzado de vinilo, no van a conseguir convencerme.
Y es que tiene un pequeño gran inconveniente que ya experimentó en sus carnes (y pies) la periodista Kelsey Stiegman con los botines transparentes .
Lo que empieza como un estilismo salido de una versión moderna de la Cenicienta, solo que con vinilo en vez de con cristal, termina en un efecto invernadero de tobillo para abajo que convierte tu calzado en un caldo de cultivo ideal para hongos.
Lejos de que el zapato entre con la suavidad que a la huérfana de Disney le encajaba el tacón, tendrás que untarte el pie en vaselina o crema solo para conseguir calzártelo decentemente.
Así que antes de llevártelos a casa plantéate si de verdad quieres pasar por el trago de ir con los pies dentro de saunas plásticas.
Uy qué zapatos más originales. Transparentes, bonitos, sexys, sí, y esas motitas decorativas en los dedos (¿mande, si cuando los compré me dijeron ue eran transparents totaes?… y entonces comienzan a calentarse las orejas y los pómulso y las tragaderas y no querer mirar sino más tarde disimuladamente a ver las motitas, mira, mira, lo alto de aquel edificio, uno pintando en pelotas, a ver si miran y me da tiempo, no mejor no miro y echo una escapadita a por pis, espera, ahora vuelvo…y allí palpitando le corazón a tope al descubrir el resto del barrizal y del no fregoteo correcto higiénico, ufff si llegan a descubrir la realidad del color de la doble suela. No hay papel higiénico suficiente, oughh y esto se ha pueso peor, diosito, qué pringue, hasta un gorgojo me crió, y ahora qué hago, les doy a todo por encima como betún y les digo que m eacabo de comprar otros. Qué ergüeza, yo de aquí o salgo, mejor me meto en la taza y tiro de la cadena, sí.
28 diciembre 2017 | 13:08
Y esto, claro, no lo habían pensado antes de comprarlas, fabricarlas, diseñarlas????
Va a ser verdad al final que hay un porcentaje superior a la media de lerdos en el mundillo de diseñadores y usuarios de últimas tendencias de moda.
Es como hacerse unos botines con pinchos…»ahí va, que pincha….no me lo podría haber imaginado!!!!».
Vaya mundo….
28 diciembre 2017 | 17:53
Es que no me gusta ver a las mujeres con tanta vanidad estúpida.
Las modas van y vienen, esta espero que no.
28 diciembre 2017 | 18:10
Las modas vienen y van, eso de los zapatos transparentes yo recuerdo verlo en catálogos de venta por correo de los años 50/60 del pasado siglo, concretamente en unos que se llamaban Lana Lobell, yo era una niña y me encantaba ver esas revistas y pensaba que quería vestirme así cuando fuera «mayor» . Sí que he usado, más por necesidad que por moda, sandalias de plástico y es lo más horrible que hay, sobre todo si es en un clima tropical y en pleno verano, pero sucede que a veces no se puede escoger sino echar mano de lo que hay.
28 diciembre 2017 | 18:45
Acabo de inventar unos zapatos transparentes, con adhesico en la suela. No, mejor espera.
Acabo de inventar lo szapatos ma stransparenete y transprables jamás creados. Y lo mejor es qeu no tienen talla; bueno, casi, al del ancho del talón y la puntera. Porqeu no es un zapato en sí, sino una crema adhesiva que se coloca debajo de esos dos puntos y ya luego van y se ponen lo que quieran, o sea, dos piedras lizas, dos cayados, dos cubos de rubik, dos tortllas de patatas plasticas en miniatura, dos cochitos de choque, dos emepetrés, usbs, lo que se quiera. También entra enel lote vrema anti calos y raspaduras. Ya me toca la pastillita, ya, me olvidé.
28 diciembre 2017 | 23:13
Para dice ser Vicente.
Y a los hombres ? ……….
29 diciembre 2017 | 17:26