Querida cuñada adolescente

No tengo hermanas pequeñas por lo que he crecido lejos de los problemas típicos de discutir porque una necesita usar el baño y la otra se está secando el pelo o de pelear por la ropa.

GTRES

No tengo hermanas pequeñas pero tengo una cuñada de catorce años que bien podría serlo.

Tiene catorce años, una cabeza preciosa y un carácter que reluce. Es viva, avispada, sonriente… Tengo la suerte de que sea una se esas escasas personas solares que van brillando allá por donde van.

Cada vez que la tengo cerca se me cae la baba y cuando la tengo lejos, con lo que la echo de menos, se me cae lo mismo o más.

Está en esa época intermedia en la que no termina de ser una mujer pero tampoco entra en sus vestidos de niña, y, si entra, no termina de sentirse ella misma.

Se queja de piernas demasiado largas y no termina de entender que todos la veamos preciosa. Si solo pudiera mirarse un día como la vemos sus padres, hermanos, primos o cuñadas entendería que unos centímetros más o menos de pierna no marcan ninguna diferencia.

Me recuerda tanto a mí que, de habernos conocido a la misma edad, sé que habríamos sido amigas, que ambas nos habríamos preocupado por encajar, por ser una más del grupo (en esa época de la vida en la que los grupos lo son todo), que nos habríamos pasado horas delante del espejo con la pinza de depilar porque tenemos cuatro pelos en el entrecejo (que a esas edades le amargan la existencia a cualquiera).

Algún día entenderá que no está hecha para ser como las demás, que ninguno lo está. Y que no tiene nada de malo buscar lo que nos hace particulares, únicos y diferentes porque es ahí donde reside lo que nos convierte en especiales.

Sé que un día entenderá que los pelos, ojeras, arrugas, estrías o manchas son lo de menos y que, lo que ilumina, es lo que realmente nos cuenta a los demás.

3 comentarios

  1. Dice ser nice feelings

    En esta vida no hay nada como ser irrepetible.

    10 noviembre 2017 | 21:15

  2. Dice ser Lola

    La adolescencia es una edad difícil, para los que la pasan y también para los padres, aunque por diferentes motivos. Yo veo ahora fotos mías de esa época y no me encuentro tan mal como creía estarlo. Sucede que cualquier defectillo que tengamos, real o imaginario, se nos hace más grande que el Everest. Queremos ser como el resto de la manada y no comprendemos que cada persona es única con su propia personalidad.
    También el bombardeo incesante de la publicidad: Sé así, usa esto, si no tienes tal cosa no eres nadie… los adolescentes se sienten perdidos. Por suerte esa etapa no es eterna y la mayoría logramos encontrar nuestro propio camino.

    11 noviembre 2017 | 10:15

  3. Dice ser Emma Watson

    Estoy completamente de acuerdo en que las adolescentes necesitan una mayor atención de los padres y la comunicación de familia es sin duda un factor primordial que no debe faltar en cada hogar de esta sociedad moderna que cada vez tiene como mayor protagonistas a los jóvenes.

    11 noviembre 2017 | 22:51

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