Más vikingas y menos princesas

Hace unos días, un post de Weloversize acerca de los vikingos me hizo reflexionar. El tema hablaba de lo atractivos que son los vikingos en general (aquellos nacidos en Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca…) y en concreto los actores de la serie Vikings. Coincido con la autora en que el reparto, además de talentoso, está para cogerlo y mojarlo en chocolate, pero no son los barbudos lo que más me gusta de la serie.

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En mi opinión lo mejor de Vikings son las vikingas, que desde el primer episodio tienen un papel relevante. No llegan a salir tanto como sus compañeros varones pero el peso en la trama es fundamental, lo que significa que no aprueban el test de Bechdel (medición de una obra evaluando si evita la brecha de género) pero tenemos voz y voto. Las vikingas van a la batalla, te meten un hachazo en la tripa, paren en casa y a los pocos minutos, nada más limpiarse la sangre, empuñan un escudo para defender a la prole (vale, esto quizás fue un poco exagerado).

Las vikingas no son reinas por ser «mujer de…», son reinas porque mataron al gobernante previo, son reinas por derecho, son valientes, son fieras, no necesitan un marido ni un amante y al final de cada episodio me hacen sentir fuerte y poderosa. Me hacen sentir que puedo conquistar lo que me proponga.

Las vikingas son mujeres libres, eligen con quién se casan, eligen que igual no se casan, tienen sexo con otros hombres estando casadas y aquí no pasa nada, te rechazan, te dicen que no les gustas, luego te dicen que les gustas y cuando estás en la cama dándole se sacan un cuchillo Odín sabe de dónde y te intentan asesinar de risas.

Quizás la única pega (sumándola al hecho de que las quiero más tiempo en la pantalla) es que, por supuesto, todas las actrices son guapísimas. Son tan perfectas que resulta irreal que ninguna salga con un solo pelo rubio de bigote, con un vestido de la talla 40 o que por mucho que nos pongan el cartel de «Cinco años después» el tiempo no parece pasar por ellas. Aún con todo me encanta verlas ensangrentadas y armadas hasta los dientes. Me encanta oírles gritar cuando pelean porque creo que necesitamos que las niñas crezcan con este tipo de modelos a seguir de fuerza e independencia y otras herramientas necesarias para desenvolverse en un mundo que, si se dejan, se las puede comer enteras.

Why raise your daughter to be a lady..

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Adiós a un Breaking Bad en el que le fallaba que no me sentía identificada con ningún papel femenino. ESTE, este es el camino que deben seguir las series y las películas. Un camino que se aleje de los estereotipos y refleje la sociedad más igualitaria en la que vivimos, una línea como la de Orange is the New Black, Juego de Tronos… La línea que ha seguido Disney desde el momento en el que Mulán cogió la espada de su padre, Mérida se negó a contraer matrimonio, y Vaiana salvó al mundo. Ya nos hemos cansado de ser princesas, queremos ser la heroína.

51 comentarios

  1. Dice ser Ermadi

    No sé si se ha dicho porque hay un montón de comentarios, pero en Finlandia (hice Erasmus allí) no son vikingos, o más bien no había vikingos. Entendiendo por «vikingos» raza o etnia escandinava, ya que los vikingos propiamente dichos eran únicamente los guerreros y los que hacían «incursiones» por otros territorios. Los finlandeses, o más bien fineses, étnica, lingüística y culturalmente hablando no son escandinavos, de hecho si vas allí se les puede distinguir de un sueco o un danés más o menos bien por sus rasgos físicos.

    En Europa los únicos que se les puede emparentar son los estonios (el idioma estonio y el finés son bastante parecidos, que a su vez nada que ver con el sueco, noruego etc) y en la zona norte de Rusia.

    10 febrero 2017 | 14:48

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