Cada vez creo en menos cosas Un foro para pensar en lo divino y en lo humano

Ahora nos toca pedir cuentas a la banda de los cuatro

Ayer por la mañana me acerqué a Atocha. Me aproximé lo más que pude, que no fue mucho, porque un cordón policial desproporcionado había cortado el acceso de la gente, aunque no de los automóviles. Inexplicablemente, un día no laborable, un domingo por la mañana soleado, el ayuntamiento de Madrid no consideró oportuno cortar el tráfico de Atocha cuando miles de ciudadanos, sin bocadillo y pagándonos el medio de transporte de nuestro bolsillo, intentamos acompañar en su dolor a los familiares de las víctimas del terrorismo en el tercer aniversario de la matanza islamista. Oí comentarios entre la gente del tenor de “al ayuntamiento no le importa, no son sus muertos”. Había una rabia contenida.

Conté cinco banderas nacionales, y cuatro de ellas pertenecían al tenderete que muy inoportunamente las tenía en venta en la acera del ministerio de Agricultura. Tuve la impresión de que a alguien se le había ocurrido la idea genial de poner un puesto de polvorones en medio del desierto. La gente portaba un semblante festivo, lejos, muy lejos de la tensión que luego vi en los telediarios, forzosamente ajenos a la breve ceremonia que se desarrollaba en el monumento de cristal que apenas pude fotografiar desde la distancia elevando mi cámara sobre una muralla humana y de coches circulando. Tuve la impresión de que todo había sido calculado para que una manifestación de duelo multitudinaria no empañase el “éxito” de la manifestación del día anterior, la que había sido la mayor concentración de odio y venganza reunida hasta ahora, en la que los dirigentes del PP no tuvieron ni una sola palabra de recuerdo para las víctimas del 11-M.

Con la del sábado eran ocho, convocadas directa o indirectamente por el Partido Popular, desde que los echamos del gobierno. Se habían apropiado del lazo azul símbolo del pacifismo (inaugurado con el secuestro de Iglesias Zamora); los hijos de la ira, los sembradores del odio cantaban impúdicamente “libertad sin ira”, la banda sonora que acompañó la transición democrática; han hecho de la bandera de todos el lugar donde anida la gaviota que todo lo caga; tuvimos que escuchar de labios de Rajoy despropósitos que sólo los fieles pueden escuchar sin rubor: “Reclamamos la libertad que nos han robado”, hasta despedirse con un “viva la libertad, viva España”, rematado con el himno nacional, como el final del saqueo de los símbolos democráticos que hasta ahora pertenecían a todos los españoles.

¿Y ahora qué? Pues ahora, ya que estamos de aniversario, queda hablar del juicio del 11-M. Después de este orgasmo pancartero toca que empecemos a exigir cuentas a la banda de los cuatro que nos gobernaba entonces. Ayer, en el acto de Atocha, un familiar sacó una pancarta pidiendo que se lleve a los tribunales a Ángel Acebes. Creo que, según avanza el juicio y van desgranado los policías las carencias, los disimulos y la ineptitud de aquel gobierno, habrá que ir acumulando pruebas para que respondan algún día ante los tribunales por dejación dolosa de funciones. ¿O es que quizá la incompetencia no es perseguible judicialmente?

Rajoy llamaba “a defender la nación española”. ¿A defenderla de quién? ¿De ellos mismos? Yo espero que los servicios jurídicos de las víctimas del 11-M estén haciendo acopio de indicios y preparando por su parte la forma de “defender la nación española” de los desvaríos de la extrema derecha en un próximo juicio, sea en España o en el Tribunal de la Haya. Aquella matanza pudo haberse evitado si el hombrecillo insufrible, en su intento patético de pasar a la Historia, no hubiese patrocinado la invasión de Irak, con mentiras y con el desprecio a la opinión pública que en un 90% la rechazaba. Ya que ellos han abandonado las formas, digámoslo alto y claro de una vez: provocaron que España fuera un objetivo prioritario (según confiesan los propios imputados) y, lo que aún puede ser peor, seguimos siendo un blanco del terrorismo islámico de consecuencias imprevisibles.

Por eso no quieren oír hablar de las 192 víctimas del 11-M. Y por eso estamos obligados a recordárselas, una a una, como una plegaria de cristal en el monumento sobrecogedor de Atocha, para que se les convierta en una pesadilla que les persiga hasta el día de su muerte política.

155 comentarios

  1. Irene, muy bien escrito y razonado. Felicidades. Es un placer leerte.

    14 marzo 2007 | 15:12

  2. Dice ser irene

    gracias miguelun gusto volver a leertesaludos

    14 marzo 2007 | 18:19

  3. Dice ser Emilio

    PericlesNo tenia intención de dar respuestas ninguna escrito, abras observado que no entro a tus temas, sin embargo e de decirte, que no es por que no le a tus comentarios, que si que alguno leo, Pero hay aquí uno con fecha del 12 de marzo que viene dirigido a mí donde hablas de guardias civiles y de la bandera constitucional. Eso fue tema de otra persona, no mío. As contestado a este nombre. Lo dijo Hipocresía made in izquierda, no son míos. Así de claro, si yo hiciese caso a todos tendría que dejar de trabajar y dedicarme a escribir para contestar a todos ¿Hubo un pelma que estaba cada poco poniendo mi nombre para decir sandeces ,yo de todos esos paso olímpicamente? ¿Y digo hubo , por que a razón de este escrito igual vuelve a gastar el tiempo inútil mente, Esas personas no hay mas desprecio que no hacerla a precio, se cansaran por si solas de hacer el idiota?El motivo de estas letras es que estas viendo a Emilio en todos los escritos que discrepan sobre tu forma de pensar, con nombres diferentes, te diré que si me quieres cree que me creas, donde contestas a quien pone su anónimo con este nombre, te lo vuelvo a repetir no soy yo. Lo dijo Hipocresía made de Izquierdas, no soy yo. Por este motivo yo no te contesto a ningún escrito donde rediriges a mi sobre otros comentarios de otras personas. Estas tan obsesionado en replicarme que ya cada escrito un poco desconcertante te hace pensar que ese soy yo. ¿Y me digo que menudas risotadas sedaran estos personajes a cuenta tuya? Por que yo no me ago cargo nada mas que lo que yo escribo, mejor o peor, pero lo que no es mío no quiero que nadie me lo impute. Solo me limitare a contestar a mi nombre y no a los que tute creas o intuyas que son mis escritos. Un saludo.

    14 marzo 2007 | 18:57

  4. Dice ser pericles

    Un ultimo apunte después de desahogarme con Emilio y de autoenviarme al ostracismo.Joaquina, si hice el comentario que hice a Sociatas es porque es un viejo contertulio del que aprecio mucho sus opiniones y sus citas cuando las hace sereno. No como yo ahora. Y él lo sabe perfectamente. Lo mismo que hago con otros contertulios que defienden posiciones diferentes a las mías, con los que mantengo desde hace tiempo una cordial relación personal y de los que he aprendido mucho. Es por ello que creo que ni Sociatas ni el resto necesiten que nadie venga ahora de abogado de causas pobres. Si Sociatas o cualquier otro al que me haya dirigido tienen algo que decirme, tienen teclado en su ordenador y ya me lo comunicarán personalmente.Sin acritud, un cordial saludo.Miguel en Canarias, te entiendo perfectamente, y me tomo unas vacaciones.Irene, no cambies. Tu entusiasmo es contagioso. Seguiré leyéndote con el mayor interés.

    14 marzo 2007 | 19:08

  5. Dice ser pericles

    Emilio, si es sincero en su último comentario, alguien está tomando su nombre en vano y se ha estado riendo de los dos, de mí provocando mis más bajos instintos, de usted, porque es imposible escribir tantas tonterias y con un estilo tan pésimo, por lo que le pido discupas sinceras por mi exabrupto en un comentario anterior dirigido a su nombre. LLame la atención al impostor y siga ejerciendo su libertad de expresión. Yo estoy muy cansado y me tomo unas vacaciones.Saludos.

    14 marzo 2007 | 19:16

Los comentarios están cerrados.