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Solos

Hotel La Salve

Hotel La Salve

Este fin de semana estamos solos por primera vez en cuatro años mi santo y yo.

Fue su cumpleaños y le regalé una escapada de una noche en uno de esos pequeños hoteles con encanto tan fáciles de encontrar en nuestro país.

El objetivo: descansar. Estar tranquilos. Recuperar el sueño perdido con las pesadillas del peque. Cargar las pilas.

¿Y sabéis qué? Estos dos días y una noche que estamos viendo transcurrir solos, por mucho que los estemos disfrutando, son la mejor prueba de que no podemos ni queremos alejarnos de ellos. Ellos son nuestro tema de conversación recurrente en estos momentos.

Siempre hemos viajado con ellos. Nos gusta viajar con ellos. Y uno de nuestros temas de conversación favoritos en esta calma fresca y llena de pájaros cantores es planear nuestros futuros viajes con ellos.

Es imposible no echarles de menos.

Unos viajes muy largos

Ir en coche con un bebé recién nacido puede ser una odisea. O les encanta y se duermen nada más empezar a rodar, o berrean como locos y se retuercen queriendo salir de la silla de seguridad.

Y claro, no los puedes sacar. Tienes que intentar contentarlos como puedes o acabar haciendo el viaje a paso de procesión de tantas paradas como te ves obligado a hacer.

Mi peque tuvo las dos etapas: con dos y tres meses nos aguantó dos viajes de quinientos kilómetros sin rechistar y también hubo trayectos de diez minutos en los que tardamos una hora.

Ahora que es mayor le encanta ir en coche y va la mar de entretenido con sus cuentos, mirando el paisaje, con sus juguetes o el cantajuegos sonando y todos cantando a grito pelado.

La peque es otra historia. Si no se duerme estás perdido. Y entretener a una niña con cuatro meses recién cumplidos. Ya no recordaba lo que era un bebé a grito pelado y tú conduciendo de los nervios y buscando desesperada el primer sitio en el que poder parar con seguridad.

Y piensas que cuando nosotros éramos bebés los viajes eran sencillísimos en brazos de nuestras madres, aunque estábamos muy expuestos a los accidentes de tráfico.

No hay que volver a aquello, está claro. Pero estoy temiendo irme de vacaciones…

Algunos consejos para viajar con un bebé

Un amigo ha escrito en su blog de viajes una serie de diez recomendaciones para viajar con un bebé.

Me ha parecido interesante dado la fecha en la que estamos. Así que aquí os dejo resumidos algunos de sus consejos:

1. Para viajar en avión, incluso en vuelos dentro de España, es necesario algún tipo de documentación con fotografía (DNI o Pasaporte). Excepcionalmente puede servir el Libro de Familia, pero dependerá de la compañía y yo no me arriesgaría.

Para desplazamientos por Europa en tren o barco también debe ir convenientemente identificado.

2. Tenga en cuenta que un niño (sobre todo los más pequeños) nos retrasará en cualquier actividad que emprendamos, así que planifique su viaje dándose tiempo si quiere que su planificación se cumpla.

3. Los viajes programados no están pensados para los niños.

4. No todos los hoteles están pensados para viajar con la familia. Infórmese.

5. Reproducir en parte el ambiente y las rutinas de su casa puede ser una buena idea: apartamentos, aparthoteles o casas rurales estarían en esta categoría.

6. Los buffets libres y los autoservicios son una alternativa muy interesante a la hora de dar de comer a un niño: variedad, muchos platos para elegir, la posibilidad de ver lo que vamos a pedir…

Yo añadiría uno de mi propia cosecha: menos es más.

Cuando se viaja con un bebé hay que preguntarse antes de meter un cacharro en el coche o en la maleta si es absolutamente necesario.

Mi peque tiene 21 meses, ya hemos estado con él en Asturias, Galicia, Sevilla, Cádiz, Almagro, Valencia y Castellón.

Fuera pequeño o grande, acudiéramos a una casa o a un hotel, no hemos llevado más que lo imprescindible.

No hay necesidad de cunas o de bañeras de viaje o de tronas portátiles: puede dormir y bañarse con nosotros y comer en nuestro regazo.

Comida, ropa, productos básicos de higiene, el carrito y algunos juguetes es lo único que nos ha hecho falta.

También tenemos nuestra novatada como padres recientes viajeros: intentamos entrar en Gibraltar sin tener más identificación para el niño que la tarjeta de la seguridad social y, claro, no hubo manera.

En la puerta nos quedamos con cara de tontos después de haber llegado hasta allí y haber hecho la cola.