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¿Querrás saber el sexo?

Ya cuando estaba embarazada de mi peque me hicieron esa pregunta en varias ocasiones.

La primera vez que lo oí, incluso me sorprendió.

Una de esas veces fue el ginecólogo en la revisión de las 20 semanas en la que me comunicó que esperábamos un varón.

Y ahora ha vuelto a caer la pregunta.

Mi respuesta es siempre la misma: claro que sí.

No supone perder la sorpresa, sino adelantarla.

Además, tras mi anterior experiencia, desde el momento que conoces el sexo del bebé que llevas dentro, parece que éste gana personalidad.

Y si resulta ser de nuevo un niño, tendremos unos cuantos meses para ir pensando cómo llamarle. Si es niña, ya os conté que lo tenemos claro.

A los que les guste tirar del clásico rosa o azul, también les facilitará la vida.

La verdad es que no conozco a nadie que no haya querido saberlo hasta el momento del parto.

Claramente deben ser una minoría.

¿Por qué no querer saberlo?

¿Elegirías el sexo de tu bebé si pudieras?

Os voy a confesar hoy que mi santo y yo deseábamos una niña.

Para una niña sabíamos perfectamente el nombre que le pondríamos. Con un niño no teníamos ni idea. Ni lo habíamos pensado.

El día que acudimos a la ecografía de la que probablemente saldríamos sabiendo el sexo, llevábamos los dedos cruzados.

Como ya sabéis, resultó ser un varón.

Y, como es obvio y sobra decir, estamos encantados con nuestro brutillo.

Tengo a mi alrededor casos semejantes. Gente deseando una niña, o un niño, que ha llegado a tener hasta tres hijos del mismo sexo en su búsqueda infructuosa.

También tengo amigos que, tras dos pequeños cabezones a los que adoran, se plantean la adopción como posible vía para tener una niña.

Y dicen «ojalá pudiéramos seleccionar el sexo».

Poderse se puede. Pero no por capricho, sólo en casos muy concretos recomendados por los médicos por motivos de salud importantes.

Tengo que confesar que me parece bien dejar eso del sexo al libre albedrío.

Y cuando lo digo en alto los hay que me tachan de romática y antigua.

Pero es que me parece peligroso dejar la distribución del sexo en manos humanas. La sabia naturaleza tiende al 50%. ¿Qué haríamos nosotros?

Y aquí recuerdo el informe Save the children del que hablaba la pasada semana:

En la India cada año se pierden 500.000 niñas como consecuencia de abortos selectivos e infanticidios. Estas prácticas pueden suponer la «desaparición» o pérdida de 10 millones de niñas en los últimos 20 años. En China se estima entre los 35 y 41 millones de niñas «desaparecidas» o, lo que es lo mismo, más del 6% de la población china.

Y me acuerdo de la excelente película Gattaca y me da aún más miedo que sea el principio de una aristocracia genéticamente manipulada.

Algún día os hablaré de Gattaca.

¿Vosotros que pensáis? ¿Es un atraso no permitir la selección del sexo a los padres?