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Este año hemos comenzado pronto a comprar regalos de Reyes

Solo un regalo por casa, esa es la norma que tenemos con nuestros hijos. Pero en realidad a mi santo y a mí nos toca comprar bastantes regalos para nuestros hijos. ¿Por qué? Pues porque los abuelos y bisabuelos de Julia y Jaime nos encargan que les compremos sus regalos, lo que hacen tres casas además de la nuestra.

Este fin de semana ha sido productivo. El viernes por la mañana, aprovechando que era festivo en Madrid, estuvimos recorriendo distintas jugueterías tomando nota (o fotos con el móvil, que es lo mismo y es más rápido) del precio y caraterísticas de los juguetes. Comprobamos de primera mano lo que dicen siempre en la OCU y FACUA, que el precio varía muchísimo. Un juego que en un sitio puede costar 29 euros, en otro vale 20. El porcentaje de ahorro es importante, merece la pena comparar.

El sábado, con los deberes ya hechos, acudimos directamente a las tiendas más baratas a comprar los juguetes elegidos. Pudimos adquirir sin agobios un montón de regalos. Y pudimos comprobar que no somos ni mucho menos los únicos que compran sin estrés en noviembre.

Pero no creáis que hemos sido así siempre, también somos expertos en correr a última hora.

¿Vosotros sois de comprar con tiempo o cuando ya están cociendo los roscones?

El ‘pollo pera’ y la caja registradora

A tres días de que los Reyes Magos pasaran por casa, puedo decir que esos son los juguetes favoritos de mis hijos.

Julia ha jugado con todo, pero con lo que más sin lugar a dudas es con una caja registradora con lector de código de barras, una cestita con productos varios, monedas, billetes y tarjeta de crédito. A la que nos descuidamos estamos comprando galletas, plátanos o cereales y entregando la tarjeta a la pequeña cajera. «Muchas gracias señora, aquí tiene su yogur de fresa».

El segundo lugar lo ocupa la casa de Blancanieves y los siete enanitos. A la princesa no le hace apenas caso, pero los enanitos le encantan, sobre todo ponerlos a dormir o mandarlos a trabajar. Su favorito es Gruñón.

Juego simbólico
100% como podéis ver.

Jaime, curiosamente, tiene un regalo «rebotado» de su hermana. En casa de una de sus abuelas los Reyes trajeron a Julia una muñeca tipo tarta de fresa, más concretamente la versión pera o tarta de pera tal vez. No estoy muy puesta en esos dibujos animados. El ‘pollo pera’ la bautizó su padre.

Ella no es de muñecas y nada más verla arrugó la nariz y la ignoró. «¿No te gusta la muñeca Julia?» preguntó su abuela. «¡NO!» contestó ella con esa sinceridad plana y apabullante que solo tienen los niños. Pero a Jaime sí que le gustó. El secreto de la muñeca es que, a poco que la presiones, comienza a cantar. Y Jaime ya sabéis que tiene amor por la música. Así que ya nos sabemos su canción de memoria.

¿Cuáles han sido los juguetes estrella de vuestros niños?

Resaca de regalos

Eso es lo que tienen estos días muchos enanos crecientes y las casas que las albergan tras la borrachera del día de Reyes.

La invasión de papeles de colores y cajas de ayer afortunadamente ya reposa en el contenedor azul del reciclaje (o en sus proximidades, pr que algunos estaban hasta arriba).

Salones y habitaciones infantiles están llenas de nuevos juguetes que aún no tienen su lugar fijo adjudicado. Y ellos, tan pronto están con uno como con otro.

Ya parecen apuntar algunos cuentos y juguetes favoritos, pero mi impresión mi impresión es que no son capaces de hacerse mentalmente con todo lo que les ha caído encima.

No sé si os pasa lo mismo.

Y eso que teníamos política familiar de contención juguetera.

Tenemos todo un año para disfrutarlos.

Y el lunes de nuevo al cole y a las viejas rutinas, que la verdad es que apetecen después de tanta fiesta.

No me va a dar ninguna pena guardar los adornos navideños en su caja.

Pensando en los regalos

Esta mañana me han llamado mis cuñados. ¿Qué quieren los niños que les traigan los Reyes Magos en nuestra casa?

Pues la verdad es que no he sabido qué contestarles. Tiene de todo, la verdad. Y las alforjas de los camellos ya están llenas de encajables, marionetas, cuentos, el portátil de Pocoyo (es fan), un garaje, un señor patata…

En las fotos tenéis sus cartas, hechas recortando catálogos.

Tienen más de lo que necesitan. Una injusticia si entras en comparaciones, pero es lo que hay por mucho que intentes controlar el asunto.

Tengo que pensar qué le puede venir bien. Él aún no pide nada en concreto. Julia obviamente tampoco.

Y en estar circunstancias he recordado un post reciente del Diario de una mamá pediatra en el que recogía un decálogo de consejos para comprar juguetes extraído de la revusta Mi pediatra .

Os dejo con ello.

1. Elige juguetes divertidos. Son un buen recurso para aprender, pero además deben divertir e interesar.

2. Vigila el envase, el etiquetado y las indicaciones de seguridad. Contienen advertencias relacionadas con la seguridad, contenido o condiciones de uso del producto.

3. Regala juguetes adaptados a su edad. Deben responder a las necesidades de crecimiento, sin anticipar experiencias de juego.

4. Busca aquéllos que eduquen en valores. Algunos pueden tener connotaciones sexistas, racistas, violentas….Deben transmitir principios sociales y educativos adecuados.

5. Evita regalar sólo en épocas concretas. Es importante repartir los regalos a lo largo del año para mantener la ilusión y el interés por los juguetes.

6. Compra sólo lo necesario. Una excesiva cantidad de juguetes provoca actitudes de capricho, aburrimiento o menosprecio.

7. Desconfía de precios escandalosamente baratos. Pueden tener problemas de seguridad, duración o manejabilidad.

8. Ten en cuenta la opinión del niño. Conviene respetar sus deseos. Si piensas que está muy influido por una campaña publicitaria, dialoga con él y ofrécele alternativas.

9. Piensa en la variedad. Aunque a él le guste mucho un tipo de juguete, disfrutará de experiencias diversas de juego que favorecen su desarrollo global.

10. Evita comprar sin saber lo que adquieres. Sobre todo al elegir videojuegos, pues a veces ignoramos las temáticas, el contenido o la forma de juego que proponen.

Los regalos navideños a costa de nuestros peques

Ayer mismo me llegaron unos preciosos álbumes de fotos gigantes con el último año de vida de mis peques.

Ya es el cuarto año que confecciono un álbum digital a mi gusto con sus fotos a modo de regalo navideño para los abuelos. Yo me regalo a mí misma una copia también.

Y aunque desde el segundo año ya no sea sorpresa, siempre es un regalo muy apreciado.

A sus abuelos y bisabuelos también les tengo preparado un calendario de sobremesa con una foto de sus nietos por mes.

Desde que soy madre, mis peques han protagonizado muchos regalos que he hecho a padres, tíos y abuelos.

Y no son únicamente fotos los únicos regalos que he hecho con ellos, las manualidades enmarcadas empiezan a cobrar importancia.

Me da que somos legión. ¿Verdad?

Aunque tal vez le dé alguna idea a uno o dos, quién sabe…

Siempre plantas, flores y bombones para las madres recientes

Es una de las muchas tradiciones que rodean los nacimientos: regalar plantas, flores o bombones a las madres recientes.

Hay algo que siempre me ha llamado la atención: en las plantas de maternidad de hospitales públicos que conozco no permiten introducirlas dentro de las habitaciones.

Así que o algún familiar se las lleva según llegan o se quedan adornando los pasillos.

No me molesta, me parece hasta lógico.

En cambio en los centros privados dejan que la habitación se llene de polen sin problemas.

También es lógico: suelen ser habitaciones individuales.

A mí no es que me inundaran de flores y plantas con el peque y tampoco creo que suceda con Julia, pero alguna que otra sí que llegó.

También bombones, que es el otro agasajo habitual.

Las flores acaban muertas. Es inevitable. Y muchas de las plantas también, sobre todo si venían en bonitos centros de esos en los que unas raíces se mezclan con otras.

Una madre reciente no suele tener mucho tiempo para dedicarse a la horticultura.

Por eso aprovecho para decir a todo aquel que esté pensando en comprarme algún tipo de vegetal, que sea sea un arbusto o planta de lavanda o brezo.

Son resistentes al exterior y como casi todas las plantas aromáticas repelen los insectos. Quedarán perfectas en la terraza. Y no son nada caras, no estoy pidiendo nada del otro mundo.

También mejor ese tipo de plantas que bombones. Me gusta una buena onza de chocolate negro con almendras de vez en cuando, pero no soy muy bombonera.

Y sí, probablemente tengo mucho morro. Pero ahí queda… 🙂

Mis padres me han prometido un buen jamón ya que no he podido comerlo en todo el embarazo, que tampoco está nada mal. Ya lo hicieron hace dos años y medio cuando nació el peque, y anda que no nos apañó cenas…

Aprovechad y pedid. ¿Qué os gustaría que os llevasen a vosotras en lugar de plantas, bombones y flores?

¿Qué os han regalado hoy?

El 29 de abril os contaba que hoy es mi segundo día de la madre.

Y recordaréis que os decía:

El domingo será la segunda vez que celebro el día de la madre regalando y recibiendo regalos.

La mejor situación posible.

Con el tiempo pasaré sólo a recibirlos, y eso no está tan bien…

Y sí, es un invento comercial para sacarnos los cuartos bla, bla, bla.

Pero igual que detesto otros días similares como San Valentín. El día del Padre y de la Madre me gustan.

Ya os contaré que me regala mi peque. O mejor dicho, su padre. Con 20 meses es pronto para pedirle manualidades al enano.

Pues lo prometido es deuda. Tengo que contaros que me han regalado.

Nada de nada. Mi santo me ha dicho que mi regalo lo tendré el lunes. No le ha dado tiempo dice.

Confío en que la espera merezca la pena.

Menos mal que mi peque me ha dado un buen abrazo esta mañana.

¿Y a vosotras os ha caído algo?

Mi segundo día de la madre al cuadrado

El domingo será la segunda vez que celebro el día de la madre regalando y recibiendo regalos.

La mejor situación posible.

Con el tiempo pasaré sólo a recibirlos, y eso no está tan bien…

Y sí, es un invento comercial para sacarnos los cuartos bla, bla, bla.

Pero igual que detesto otros días similares como San Valentín. El día del Padre y de la Madre me gustan.

Ya os contaré que me regala mi peque. O mejor dicho, su padre. Con 20 meses es pronto para pedirle manualidades al enano.

Mis compañeros de Zona 20 en 20minutos.es están haciendo una fotogalería de madres e hijos, igual que hicieron una de padres e hijos.

Si os apetece, podéis enviar vuestra foto indicándoles los nombres al 690 20 20 20 o por correo electrónico a zona20@20minutos.es.

Yo mandé el año pasado la mía y he vuelto a hacerlo este año.

¿Por qué los regalos más grandes son para los más pequeños?

Todos los paquetes de regalos que recibe mi peque suelen ser mucho más aparatosos que los nuestros.

Pero el que se lleva la palma de momento es el que le ha hecho mi tía favorita, a la que en cualquier caso estamos muy agradecidos.

Un casi coche.

Casi por que le queda poco para ser un coche de verdad.

También casi por que apenas le ha durado 24 horas en casa.

Lo recibimos el viernes y el sábado ya estábamos camino a devolverlo.

Vivimos en un tercero sin ascensor, no nos cabe en la casa, está prohibido circular con ellos por las calles (eso pone en la caja, que te busques descampados llanos) y es para mayores de tres años y mi peque tiene 16 meses.

Eso sin contar que yo no le acabo de encontrar la gracia a esos coches motorizados para bebés. Agradecería que alguien me la explicase.

¿No será mejor que den pedales en los triciclos y bicicletas con ruedines?

Por cierto, que menos mal que nuestro coche es grande. Ocupaba el maletero y los asientos traseros abatidos.

No me extraña que a mi tía le cobraran 8 euros por traerlo a casa.

Y aún queda Reyes. Miedo me da…

La mejor edad para disfrutar la Navidad

Aunque casi suponga ir contra corriente en estos tiempos, yo he de confesar que me gusta la Navidad, la Nochevieja y sobre todo Reyes.

Me gusta reunirme con la familia, dar y recibir regalos y romper con la rutina.

Ya me gustaba antes de tener un bebé, ahora me lo disfruto aún más.

Parece que con niños en la casa es más fácil no entristecerse por los huecos que han dejado aquellos seres queridos que murieron, que se hacen notar especialmente en estas fechas de reunión. No sé si estaréis de acuerdo.

Y eso que mi peque, con 16 meses, este año apenas se entera todavía de qué va la vaina. Disfruta viendo las luces de la calle y poco más.

Para el año que viene, con casi dos años y medio, imagino que ya será otro cantar.

Pero me da la impresión de que la mejor edad para disfrutar a tope la Navidad es entre los 4/5 y los 12/13 años.

Antes se enteran poco y después ya está a la vuelta de la esquina la revuelta adolescencia.

¿Tienes peques de esas edades en la familia? ¿Cuál crees que es el mejor momento?

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Nota: La foto pertenece a la sala Navidades del más que recomendable Museo Virtual de Viejas Fotos. Son Margarita, Juan, Enrique y Boby, en 1968.