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La caída del ombligo, otro pequeño gran hito

Ayer Julia, con 17 días, perdió la pinza con el resto del cordón. Se cayó el último recuerdo de los meses que pasó en mi interior recibiendo cómodamente el alimento que yo procesaba.

Muchos lo guardan como recuerdo. Me parece muy bien pero yo no lo hice con Jaime y no lo haré con Julia. Prefiero otro tipo de recuerdos menos orgánicos.

Y como pasó con su hermano, ha quedado un botón saliente bastante feucho que ya está recogiéndose. En un par de días más ya será un ombligo normal en el que recibir besos, cosquillas y pedorretas.

Durante estos días hemos seguido las sencillas instrucciones que nos dieron: mantenerlo seco, lavarlo con agua tibia y jabón y no manipularlo sin habernos lavado bien las manos. Mientras no cicatrice del todo habrá que seguir haciéndolo.

No hace mucho decían que era mejor no bañarles o procurar no mojárselo hasta que no cayera. Otra norma que ha cambiado en pocos años.

En la recomendable guía del bebé de Consumer Eroski hay mucha más información sobre los cuidados y evolución del ombligo, si tenéis curiosidad.

La línea nigra y el ombligo saliente

Son más los síntomas y efectos secundarios del embarazo que no padezco que los que sí. Menos mal.

En las clases de preparación al parto de mi primer embarazo, cuando la matrona repasaba los síntomas típicos del tercer trimestre, mi santo me miró en broma diciendo «¿estás segura de estar embarazada?».

Incluso cosas tan nimias como la línea nigra o que se me salga el ombligo son cosas que no me suceden.

La línea nigra es como una carretera oscura que divide el abdomen en dos del ombligo hacia abajo. Es muy frecuente que aparezca.

Dicen que la carencia de ácido fólico la potencia y suele desaparecer paulatinamente tras el parto. Aunque hay mujeres a las que les queda un resto de por vida, que aumenta al tomar el sol.

Pues ni con el peque ni ahora.

Y sobre el ombligo, recuerdo una amiga diciéndome «aprovecha para lavártelo a fondo que salvo que vuelvas a quedarte embarazada no podrás nunca jamás en la vida».

Pues tampoco, el agujero se ha abierto pero sigue siendo un agujero.

Son dos tonterías. Que aparezcan o no, no supone nada importante.

Pero me llama la atención.

¿A ti te aparecieron?