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La segunda visita a monitores y la maniobra de Hamilton

El martes me tocó de nuevo pasar por monitores en el hospital.

Esta vez en lugar de casi 3,800 salía una estimación de 3,500 kilos. Es lo que tiene el enorme margen de error en cuestiones de peso de los ecógrafos. Aproximadamente medio kilo, así que no es cuestión de hacerle mucho caso.

Y la ginecóloga me ha dicho que sí, que la cabeza es grande como me dijo el otro ginecólogo en la anterior visita a monitores, pero perfectamente parible, que esté tranquila.

Todo lo demás sigue perfecto. Está tan encajada que me ha desplazado el coxis, que parece que no es un hueso demasiado fijo, y eso me produce molestias al andar o cambiar de postura. Pero es también algo normal a estas alturas del embarazo.

Así que si no nace antes, que podría nacer en cualquier momento, el lunes tendré que volver a monitores (ya estoy de 41 semanas) y ahí ya me hablarán de ingresar para que me induzcan el parto.

Un 9 de marzo de hace siete años nos casamos. El 10 de marzo es mi cumpleaños. Tal vez Julia quiera coincidir con alguno de esos aniversarios.

Aunque yo preferiría que se decidiera a salir antes.

Y es posible que sea así: ayer por la tarde acudí a mi ginecóloga de cabecera, como yo la llamo, por el parte de baja de esta semana. Me hizo pasar un momento, me exploró y me hizo la maniobra de Hamilton de la que os hablaba ayer.

Básicamente consiste en separar un poco las membranas con los dedos. Es el tipo de inducción menos invasiva: si todo está maduro y preparado puede ayudar a que se desencadene el parto en las siguientes 48 horas.

Y es verdad que duele, aunque no tanto. Un golpe en un hueso de la risa con el pico de una mesa duele bastante más. Y luego te quedas bastante molesta, pero tampoco es terrible.

La cosa es que desde entonces he tenido contracciones más fuertes y frecuentes y creo que he expulsado al menos parte del tampón mucoso que sella el cuello del útero.

Así que tal vez haya suerte. Seguiré teniéndoos informados.

Una semana para provocar el parto de manera natural

Ayer estuve en monitores en el hospital. ¿Qué es eso de los monitores?

Pues primero entras en una habitación, tranquila y con luz tenue, en la que hay cuatro camas. Algo similar a la imagen que he puesto.

Te tumbas en una y te colocan dos cinchas en torno a la barriga que sujetan sendos dopplers. Uno controla las contracciones, de haberlas, y otra la frecuencia cardíaca del feto.

Y ahí te tiras como poco media hora.

Después te conducen a otra sala en la que una matrona te hace una exploración vaginal para ver lo maduro que está el tema.

Por último, pasas a una tercera habitación en la que un ginecólogo te hace una ecografía a conciencia.

Así pasé yo ayer la mañana. ¿Y qué me han dicho? Pues que Julia es grande: el ecógrafo calcula ya unos 3.800 kilos. Un kilo más que hace algo menos de un mes.

Y es cierto que en el peso hay un margen de error importante, pero tanto hacia arriba como hacia abajo: podría ser que pesara 3.500, pero también podría haber superado ya los cuatro.

Además, y lo que es aún más importante que el peso, es que tiene una buena cabeza. «No creas que viene con una cabeza pequeñita de niña» fueron las palabras literales del ginecólogo.

No me ha sorprendido, su hermano también nació con una buena almendra.

Yo sigo confiada en poder parir de la forma que deseo. Y el ginecólogo me ha confirmado que soy perfectamente capaz de tener una niña de ese tamaño, pero también me ha dicho que no van a poder dejar que crezca mucho más. Y les preocupa mi cesárea previa si tienen que inducirlo.

Así que me ha dicho que haga todo lo posible para que en esta semana se decida de una vez a nacer para evitar una inducción.

¿Y qué deberes me ha puesto?

Pues por un lado andar, andar y andar. Aunque ya está encajada y eso me produce distintos tipos de molestias cuando paseo y al andar suelen darme contracciones, tengo que aguantarme y andar todo lo que pueda.

Parece ser que la presión de la cabeza del feto contra el cuello del útero puede animar a que se produzca el parto al incentivar la producción de oxitocina. Podéis ver su representación en la segunda imagen.

Normalmente paseo por la mañana: voy con el peque al parque y ando unos tres cuartos de hora o una hora.

El plan desde ayer incluye además coger al peque y a mi perra y en compañía de mi madre andar durante dos horas tras la comida, de cuatro a seis. Ayer por la tarde acabé como los que han terminado una maratón.

Y eso haremos toda la semana. Aunque reviente. Pues no soy cabezona yo… como mis hijos 😉

Lo otro que el ginecólogo nos ha dicho que hagamos es tener relacciones sexuales cada dos días para estimular la producción de oxitocina.

Y me ha recomendado aguantar con el semen dentro al menos 10 o 15 minutos. Parece ser que tiene protaglandinas de manera natural, lo mismo que contiene el gel con el que inducen los partos. En la tercera imagen está la estructura química de la prostaglandina.

Si no lo hemos logrado tendré que volver en una semana, el martes que viene que mi la fecha oficial de salida de cuentas. Y mucho me temo que me hablarán de inducir el parto de manera artificial. Sobre todo si Julia ha seguido creciendo.

Así que me he tomado muy en serio los deberes que me han puesto esta semana. Haré todo lo que esté en mi mano para que el parto se inicie de manera natural.