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Dedicar parte del verano a decorar los ingenios de Nintendo Labo o, mejor aún, a idear creaciones propias

Hace apenas unos días, el pasado 19 de julio, comenzó un concurso en el que poner a prueba el ingenio de los niños, también el de sus mayores, de la mano de Nintendo Labo.

Ya os hablé de este videojuego, que en realidad a la vez un juego de construcción con cartones que sorprende por lo bien ideado que está. No paras de pensar al montarlo que hay gente realmente muy lista ahí detrás.

Y que tiene un apartado para aprender los motivos por los que esa casa, ese robot, esa caña de pescar o ese piano se comportan de esa manera, para aprender también a crear nuestros propios ingenios programándolos de una manera muy visual.

Y para jugar también, por supuesto:

El concurso que ha lanzado Nintendo y que concluye el 7 de septiembre anima a niños y adultos a elaborar sus propias creaciones. Un reto que supone discurrir primero lo que se desea crear, y ponerse a ellos ensamblando, cartones, decorándolos y, sobre todo, dándoles órdenes luego.

Es una buena forma de aprovechar el verano, en el que los niños tienen normalmente mucho más tiempo libre y tal vez nosotros también.

Cuando pregunté a mi hija qué querría hacer ella, me habló en primer lugar de un dragón, pero pronto se dio cuenta de que iba a ser más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo hacerlo volar. Luego se le ocurrió la opción de crear dos laberintos en los que dos ratoncitos tuvieran que competir por salir los primeros. También me habló de un tambor, inspirada por algunos vídeos que ya hemos visto con nuevas creaciones hechas en YouTube.

Tendría que haberle recordado sus impulsos televisivos en cartón de cuando era aún más pequeña, que seguro que de ahí también podríamos rascar algo.

Para los que crean que crear un Toy-Con de principio a fin es mucha tela, también hay otras dos categorías más allá de la de creación: la personalización de los Toy-Con ya existentes, y una eminentemente infantil, para menores de doce años que pueden contar con la ayuda de sus adultos de referencia en cualquiera de las dos categorías previas, creación o personalización.

Los ganadores de cada categoría se decidirán mediante un jurado y los premios son una Nintendo Switch que parece de cartón para los ganadores, un juego de mandos Toy-Con con el mismo diseño para los finalistas y un premio aún por definir para los semifinalistas.

Las obras se pueden presentar en foto, en vídeo, mediante vínculos a tus redes sociales… toda la información está en la web de Nintendo.

¿Os animáis a participar? No es, en absoluto, mal plan para dedicarle algunos ratitos del verano.

JORGE PARÍS

Planes con niños en Semana Santa: crear y encontrar huevos de Pascua

1479535_1742547039290063_6237840103259275193_nHoy que es lunes de Pascua, es buen momento para contar aquí un par de actividades que hemos tenido esta Semana Santa en casa, que no somos nosotros de salir en estas fechas y hay que idear actividades que disfrutar en casa. Hablo de crear huevos de Pascua y de esconderlos y encontrarlos.

El miércoles por la tarde estuvimos entregados a lo primero y se lo pasaron realmente bien. Esa divertida tarde que fue cortesía de mi cuñada, que estuvo instruyéndose en cómo hacerlos y lo preparó todo para que nada faltara. Me estuvo contando que encontró en Internet numerosas formas de elaborar huevos de Pascua, pero ella optó por dos que resultaron sencillas con niños a partir de tres o cuatro años y hasta diez, y que dieron buenos resultados.

Los huevos cocidos del día anterior se sumergen en vasos con colorante alimentario. A más colorante y más tiempo sumergidos, más brillantes serán los colores. Solo con eso ya tenemos unos huevos muy bonitos. También se les pueden poner pegatinas o gomitas para el pelo antes de meterlos a colorar, con lo que saldrán aún más originales tras retirar pegatinas y gomas. Luego ya es cuestión de pegar abalorios, pintar con rotuladores, bañarlos en pegamento o purpurina o lo que se nos ocurra. Otra opción es hacerse con servilletas de papel con un dibujo bonito y aplicarla sobre el huevo con una brocha que tenga agua y cola.

Lo mejor es dejar muchos materiales al alcance de los niños y que su imaginación les lleve dónde deseen. Obviamente, la purpurina y las pegatinas con brillantes de colores triunfaron. Aún tenemos purpurina por casa, mira que es difícil librarse de la condenada 🙂

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Manualidades con niños: una bandada de papel y un tres en raya de cerámica

Cuatro días festivos, si no te ha ido a ninguna parte, dan para mucho y al mismo tiempo pasan muy rápido. Nosotros hemos ido de visita a otras casas con niño, hemos recibido visitas de amigos y familiares con niños, el viernes lo pasamos entero de senderismo con los peques (ya os hablaré de eso) y también nos ha dado tiempo de hacer algunas manualidades.

El jueves 2 de abril, Día Internacional por la Concienciación sobre el autismo, Julia estuvo haciendo una paloma azul (el color que simboliza el apoyo a las personas con autismo y sus derechos) para su hermano. Más sencillo imposible: pintura de dedos (algo que me parece imprescindible tener en una casa con niños), unos rotuladores, un folio de colores, una pajita, celo y unas tijeras.

Aquí la está sosteniendo para que parezca que está volando.

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Y después de la paloma, Julia se animó e hicimos una bandada entera con loros y gorriones para hacer un par de teatrillos con ellos.

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Pero la manualidad que más ha triunfado ha sido otra: hacer un tres en raya de cerámica. El sábado por la mañana compró con su dinero ahorrado una arcilla que se seca al aire, sin necesidad de horno. Estuvimos mirando en Internet, en la búsqueda de imágenes de Google para inspirarnos y le encantaron las mariquitas y las tarántulas, así que se nos ocurrió hacer tres de cada una para poder tener el juego sobre un folio o cartulina pintada.

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Julia y su prima pasaron un par de horas muy entretenidas modelando los seis bichos y pintándolos con pintura de dedos (de nuevo el imprescindible) y purpurina. A Julia le ha gustado tanto que hoy quiere volver a comprar arcilla de nuevo.

Y hoy, que ya están del todo secas las piezas, nos echaremos alguna partidita con ellas.
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Por cierto, que me resulta imposible no pensar en la película Juegos de guerra cuando veo un tres en raya. No os voy a decir el motivo por si no habéis visto la película, pero os dejo un fragmento por si os pica la curiosidad y queréis saciarla. Es uno de esos clásicos de los ochenta que pienso ponerle a mis hijos cuando sean mayores.

101 cosas que hacer antes de ser mayor

imageHace unos días mi amigo y responsable del medio para jóvenes Gonzoo Sergio Sauce me regaló un libro peculiar (gracias). Bueno, en realidad se lo regaló a Julia y Jaime, yo ejercí simplemente de mensajera.

Y he decidido traerlo aquí porque nos gustó. Se trata de un recopilatorio de todo tipo de actividades, preparado para que vayas tachando lo que ya has hecho añadiendo la fecha. Las hay de todo tipo: observación de la naturaleza, manualidades, pequeños experimentos…

A Julia le entusiasmó nada más ponerle las manos encima. Ya hemos hecho un zootropo. De todas formas es más apropiado para niños un poco mayores, tal vez a partir de siete u ocho años. Y siempre con un adulto de cabecera para la mayor parte de propuestas. De hecho en muchas se indica específicamente en el libro la necesidad de tener supervisión. Claro que eso es mejor. Diversión para dos.

Resulta curioso además repasar el libro siendo ya mayor para comprobar qué nos hemos saltado y recordar un poquito nuestra propia infancia, que nunca viene mal.

Ya sabéis que tener hijos es reencontrarnos con nuestra infancia y tal vez tapar unos cuantos huecos que nos quedaron por cubrir.

También he de decir que a mi santo no le pareció nada del otro mundo. Es cierto que no es más que un montón de cosas sobradamente conocidas, que la web está llena de blogs y páginas con propuestas similares de manualidades, experimentos… Y que muchos ya te los sabes tú de serie. Pero lo cierto es que el día a día nos come con frecuencia e impide que dediquemos el tiempo mínimo para rastrear o preparar esas actividades. Yo creo que es un compendio bien hecho y que nos puede ayudar a buscar a ver qué hacemos hoy a lo largo de varios años, que 101 cosas no se hacen en un suspiro precisamente.

También me gusta la idea que transmite a los niños de explorar, preguntarse cómo funcionan las cosas, tener curiosidad por todo…

Os pongo varias imágenes para que os hagáis una idea:

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Una caja, un cuento, tres manualidades

Servilleteros de goma eva.

Servilleteros de goma eva.

La otra tarde hice con Julia unos servilleteros de calabazas. Una de las actividades de My Little Book Box. Ya antes habíamos hecho las otras dos actividades que se incluían en la caja junto al cuento Sopa de calabaza.

Su favorita sin duda ha sido la de las caretas con los personajes de la historia. Hemos leído el cuento (que es bastante chulo, por cierto) por las noches varias veces con ellas puestas, al menos mientras han aguantado las gomas.

Esta caja con tres manualidades preparadas (trae material e instrucciones) e inspiradas en el cuento que también incluyen dentro fue un regalo de cumpleaños. Tengo que reconocer que uno de los que más le gustó y no descarto repetir la experiencia con otra caja, ya veremos.

Una caja, contando los gastos de envío, cuesta 25 euros. Es un dinero, pero teniendo en cuenta solo el precio del cuento que lleva dentro no es excesivo. Existe la opción de suscribirse y recibir varias cajas por unos euros menos.  Y es un buen y original regalo.

Haciendo las caretas inspiradas en el cuento.

Haciendo las caretas inspiradas en el cuento.

Es cierto también que para hacer manualidades no necesitas tanto.

Internet está lleno de buenas ideas si es que no se te ocurren, hay sitios en los que ese material comprado es muy barato y realmente solo hay que tener ganas de ponerse a ello.

Y también que son más bonitas cuando son paridas libremente y no prefabricadas en serie.

Pero también es cierto que en la vorágine del día a día a veces cuesta frenar y proponerte hacer alguna manualidad con ellos, idearla, comprar el material, diseñarla y ponerte. Por eso estos paquetes con todo preparado vienen muy bien.

Y como siempre en esta vida, hay ofertas que no merecen la pena (aún recuerdo una cajita con material para hacer pulseras que compramos, un engaño) y otras que sí son recomendables como estas cajas inspiradas en cuentos o como el búho del que os hablé hace unos meses.

Un búho para papá y las manualidades prefabricadas

la foto-1Ayer por la tarde Julia y yo estuvimos un buen rato atareadas fabricando un búho para papá. Se acerca el día del padre (y de los abuelos) y todos los años nos gusta regalar algo que haya hecho con sus manitas. Creo que es más meritorio plantearse qué hacer, sentarse un buen rato y ejecutarlo que ir a comprar algo a algún centro comercial. Aunque ambas cosas son compatibles.

Hasta ahora han sido manualidades o dibujos con los que hemos partido de cero, pero este año Julia ha querido regalarle un búho que le habían regalado a ella. Una bolsita con todo preparado para coser, rellenar y decorar un muñeco de fieltro.

Le ha encantado: «¡Mira mamá, una aguja que no pincha para niños!», «ya soy mayor, estoy cosiendo», son algunos ejemplos de las frases que decía. Creo que voy a investigar dónde se venden para comprar alguno más. Aunque conservando esa aguja de plástico roma, comprando lana y fieltro, con unas plantillas y recortando en el fieltro las siluetas y agujereándolas para que los peques puedan coserla podemos crear el muñeco que queramos.

En cualquier caso esos kits de manualidades en los que vienen material e instrucciones son una buena idea. Muchas veces no nos ponemos manos a la obra precisamente por falta de esos elementos. Es una manera de facilitar las cosas.

Probablemente tengan más encanto aquellas ideadas por completo en casa, pero aún así me parece una buena idea.

Por cierto, que no estoy cargándome la sorpresa mostrando aquí el búho pese a que aún quedan seis días para el día del padre porque Julia estaba tan orgullosa de su creación que era incapaz de esperar y ha ido corriendo a enseñárselo a mi santo.

Ya está de nuevo guardado esperando su momento de revolotear de nuevo…

Lo que da de sí una caja de cartón

imageAyer mi santo estuvo un buen rato pegándose con un mueble (ganó, menos mal). Y el mueble venía en una caja bastante grande que nos proporcionó varias horas de juego.

Según vio la caja vacía a su disposición, a Julia se le iluminó la mirada y salió corriendo por sus pinturas. «¿Quieres que hagamos un robot?» pregunté, pero ella tenía las ideas claras. «No, hazme un rectángulo así y así mamá». Como podéis ver tenía en la cabeza cree una tele con mando a distancia y todo. Yo cambiaba de canal y pasaba de presentar las noticias a convertirse en un dibujo animado.

Por cierto, que a las vocaciones de cocinera, astronauta, médico y peluquera se suma la de presentadora de informativos (tiembla Ana Pastor). Ll de ser dibujo animado de mayor ya le expliqué que era complicado.

Las caretas también fueron idea suya.

Ya sé que es un tópico aquello de que muchas veces para los niños la caja es mejor entretenimiento que lo que hay dentro, pero es que muchas veces los tópicos vienen asentados en muchas verdades.

Y también es cierto que con frecuencia nos complicamos demasiado la vida a la hora de jugar con ellos. Como con tantas otras cosas. Deberíamos aspirar a hacer fácil lo difícil y no al contrario.

Cuando la tele aún no está encendida.

Cuando la tele aún no está encendida.

Marchando unas mariposas voladoras

imageLa otra tarde Julia encontró unas bolsas con unos restos de láminas de goma eva que habíamos usado para hacer unos marcos de fotos el día del Padre.

«Quiero hacer algo con esto mamá».

«¿Quieres que hagamos unas flores?».

«No, quiero una mariposa mamá, una mariposa papá y dos mariposas bebés para que los papás les lleven la comida a su nido«.

«Pero las mariposas no tienen bebés en nidos, ponen huevos de los que salen unas orugas que, después de comer mucho, tejen un capullo y luego salen convertidas en mariposas».

«¡Ah! ¡Es verdad! Como en Tod y Toby. Pues entonces haremos dos mariposas y sus dos orugas».

Así que pasamos un buen rato por la tarde con una manualidad rápida e improvisada con restos de otras que teníamos en casa: la goma eva, unas pajitas de colores, unas cintas y un poco de purpurina (nunca debería faltar la purpurina en una casa en la que hay niñas pequeñas»).

Ahora tenemos que crear el jardín de flores, para que las mariposas lleven la comida a sus bebés orugas. Puede que Julia tenga claro que en la vida real no sucede exáctamente así con los insectos, pero en su juego, todo vale. Y bien está que sea así.

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¿Vacaciones en coche con niños pequeños? Probad a hacer un mapa

Es una manualidad, y es mucho más. La idea de hacer mapas  me ha parecido tan buena que no he podido resistirme a traerla aquí ahora que se nos vienen encima tantos viajes con niños.

La verdad es que no sé si es algo generalizado, pero a Julia los mapas le encantan. Con frecuencia ha jugado con papeles que ha encontrado en el coche a que eran mapas y a que nos guiaba a nuestro destino. Tal vez sí que sea bastante común, teniendo en cuenta lo mucho que salen mapas del tesoro y similares en las series infantiles de dibujos animados. Incluso es un personaje con canción propia en la serie de Dora.

De hecho, creo que puede ser una buena idea no solo para ir en coche rumbo a nuestro destino de vacaciones. Es una bonita actividad dibujar con ellos un mapa que lleve hasta casa de los abuelos, hasta el colegio o la piscina, aunque sean lugares a los que vamos andando.

Nosotros, desde luego, vamos a hacernos nuestros propios mapas.

Os dejo con el post de @TrastadasdeMamá:

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Hoy os presento una manualidad muy fácil de hacer y muy divertida que hará más fácil los viajes vacacionales.
Es una mapa muy sencillo que llevaremos en el coche y que los niños podrán interpretar fácilmente, así sabrán por donde van y cuánto queda para llegar al famoso destino.
En este caso nosotros lo hemos hecho del viaje al pueblo porque es un camino que mi hijo habitualmente hace despierto y con mucho nerviosismo, «¿cuánto falta?, ¿ya llegamos?» son frases que se repiten hasta la saciedad y este sencillo mapa nos ha facilitado las cosas.
Como veis es una simple tira de papel escrita por los dos lados con los hitos o puntos más significativos del recorrido. Deben ser puntos muy llamativos, que los niños puedan identificar fácilmente.
Recomendaciones: letra clara y en mayúscula para que los peques pueda ir identificando los nombres, dibujos sencillos y muy representativos. Colores vistosos. Si queréis se puede plastificarlo para que dure más. Usar un tipo de papel algo más duro que un folio normal, para darle mayor consistencia. Nosotros hemos dibujado todo pero también se pueden  imprimir fotos de lugares o incluso trozos de mapa reales de carreteras.
En nuestro caso el mapa lo ha diseñado Papá pero si vuestros peques son algo más mayores pueden realizarlo ellos mismo, con vosotros, indicando lo que deben dibujar en cada lugar.
Lo bueno es que como ocupa poco, se dobla sobre si mismo, podéis guardarlo fácilmente en la guantera del coche y llevarlo siempre que vayáis de viaje.
 Si vais a sitios diferentes podéis tener varios mapas y al final conseguir un buen número que servirá de recuerdo tanto para los peques como para vosotros. Creo que sería muy bonito incluirlo en el álbum de fotos de las vacaciones.

Y aquí os dejo el mapa que estuvo dibujando Julia, encantada, con la ruta andando a casa de los abuelos. Es muy curioso en lo que se fijan y recuerdan de las rutas que más conocen. Y también de lo que no se han dado cuenta y que para los adultos son referencias obvias.
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El día de las manualidades

floresn Ayer fue el día de la madre, bien lo sabéis. Un día en el que recibir besos, abrazos y manualidades, puede que también algún detallito o un desayuno en la cama, muchos restaurantes se llenas de madres que son invitadas para ahorrarse el cocinar y fregar y en no menos casas se reúne toda o parte de la familia para disfrutar de esos platos cocinados con el mimo y conocimiento que solo las madres tienen con nosotros, sus hijos.

A mí me tocó madrugón (Jaime tiene cogida la hora y se despertó a las 7 de la mañana), comida en casa de mi madre a la que también acudió mi abuela (sí, esa suerte que tengo, nos reunimos cuatro generaciones), un libro de Terry Pratchett que me vendrá muy bien para compensar mi actual lectura (Meridiano de sangre, de Cormac McCarthy), un puñado de mimos y dos manualidades: la de Julia es un marco de fotos hecho con whasi tape en casa, ayudada por su padre y su tía, en su colegio ya os he contado en alguna ocasión que no se elaboran manualidades para el día del padre o de la madre. Jaime, en cuyo colegio sí que se lo curran y mucho, trajo una maceta con flores, un fragmento se ve en la imagen, y una foto en la que se le ve haciéndolo.

Ya he encontrado acomodo para el jarrón en la cocina. Y el marco de fotos, que es pequeñito y por tanto discreto, se vendrá conmigo al trabajo este mismo lunes. Me consta que no soy la única que llevará a su puesto de trabajo el regalo que le han elaborado.

A las abuelas (tres tienen Julia y Jaime, dos abuelas y una bisabuela) les hicimos también durante toda una tarde en buena compañía jarrones con flores de cartulina y washi tape.

No sé a vosotros, pero a mí me encantan esas manualidades. Me gusta ver cómo disfrutan creando algo especial para luego regalar y me encanta recibirlas, más que ningún otro regalo que pudieran hacerme. Y como tantas otras cosas, esa etapa de las manualidades dura poco, en unos años que pasarán volando ya no fabricarán nuestros regalos con sus manitas.

Habrá que disfrutarlo mientras se pueda…