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La saga de libros infantiles ‘Futbolísimos’ será película, el rodaje ya está en marcha

Si hay una saga de libros que triunfe entre los niños españoles que arrancan a leer solo es, con la venia de Geronimo Stilton, la de Los Futbolísimos.

Estos libros que aúnan fútbol y misterios por resolver, una versión moderna de Los Cinco o Los Hollister en modo patrio-futbolero, no han pasado por mi casa dado el nulo interés de mi hija en cualquier asunto que implique el balompié, pero me consta su éxito entre muchos de sus amigos.

Ahí van unos números enormes cuando hablamos de libros: más de 1.250.000 ejemplares vendidos de esta colección, pensada para niños a partir de ocho años. Un éxito fulgurante si pensamos que el primer volumen llegó a las librerías hace apenas cuatro años.

Su autor es Roberto Santiago (también director de cine y guionista), al que conocí el pasado año en la entrega de premios SM (ganó con otro libro infantil, Los Protectores) y que tiene el indudable y enorme mérito de haber hecho disfrutar a miles de niños con la lectura. Cruzo los dedos porque ese gozo arraigue y dé frutos.

El ilustrador, que acertó de pleno al dar luz y color a la pandilla, es Enrique Lorenzo.

Pues bien, aprovechando las vacaciones de verano, ya ha arrancado el rodaje de la película basada en estos libros. Terminará el 2 de septiembre, justo a tiempo de que su elenco infantil reanude el cole.

(@CARLOS MARTÍN)

La dirige Miguel Ángel Lamata (Nuestros amantes, Tensión sexual no resuelta, Isi/Disi: Alto Voltaje, Una de zombis) y adaptará el primer libro, El misterio de los árbitros dormidos.

Espero sinceramente que sea una película entretenida y de buena factura. Es muy difícil hacer buenas películas infantiles más allá de la animación, y las últimas experiencias de adaptaciones españolas no han sido precisamente memorables. Aún recuerdo el desaguisado que hicieron con Manolito Gafotas. Leed los libros del niño de Carabanchel, pero no veáis la película si podéis evitarlo.

La productora explica que han hecho pruebas a unos 5.000 niños para dar con la pandilla perfecta que encarnará a Pakete, el protagonista, Helena (con hache), Toni, Camuñas, Marilyn, Angustias, Anita, Ocho y Tomeo. Los niños actores que se pondrán en sus botas serán Julio Bohigas, Milene Mayer, Marcos Milara, Iker Castiñeira, Martina Cabrera, Roberto Rodríguez, Samantha Jaramillo, Pablo Isabel y Daniel Crego.

También forman parte del reparto Joaquín Carmen Ruiz, Antonio Pagudo, Norma Ruiz, Jorge y Toni Acosta.

De momento, solo tenemos de la película  la imagen que ilustra este post.

Toda la suerte del mundo en la aventura.

Doce cuentos que meter en la maleta rumbo a la playa


En casa hemos leído muchos cuentos. Los seguimos leyendo, aunque cada vez más es otro tipo de lecturas las que se abren camino: cómics, mangas, libros para primeros lectores, Harry Potter, clásicos como Charlie y la fábrica de chocolate o La historia interminable, mis viejos libros en los que elegir tu propia aventura… Se notan los ocho años y medio que tiene ya Julia.

Pero los cuentos son una lectura que procuraremos no abandonar. Los hay que son auténticas obras de arte, que hacen reflexionar y emocionan también a los adultos, que son un acierto siempre.

He estado revisando los cuentos que nos han enamorado en los últimos años y he decidido recopilar aquí una selección con nuestros favoritos, nuestros imprescindibles. Cuentos que bien pueden acompañarnos en la maleta a la playa y que son un estupendo regalo para cualquier niño pequeño. Y no, no está El pollo Pepe, que nunca llamó la atención de mi hija, o títulos meritorios pero que están hasta en la sopa como A qué sabe la luna.

Vamos con ellos.


‘Las ciudades de colores’. Fue uno de los primeros cuentos que atrapó a Julia junto a ‘Sí, somos raros’. Lo leímos y releímos muchas noches. Y creo que a mí me gusta tanto como a ella. La gente que se ha acercado a él por recomendación mía, también ha quedado cautivada por la calidad de sus textos, su mensaje y lo bellamente que está ilustrado.

Su autora es María Bautista, con Raquel Blázquez como ilustradora. Otra cosa que me encanta de este cuento es que no hay una gran editorial detrás, es un proyecto joven, de calidad, llevado a cabo por personas con muy buenas ideas y mucha creatividad que se han embarcado en Cuento a la vista. No dejéis de visitar su web.


Todos los besos
, que forma parte de una serie en la que hay otros títulos igualmente recomendables como Todos los papás o Todos los bebés. Son cuentos aptos para bebés, unos cuentos que mi santo y yo nos aprendimos y aún recordamos: “el bebé león, es un campeón. El bebé avestruz, del sol ama su luz”.

Jaime destrozó de tanto verlos pese a ser considerablemente resistentes. No importa, no creo que haya mejor destino para un libro de bebé que caer en el campo de batalla de animar a la lectura, mucho mejor que permanecer intacto y olvidado en una estantería. De Bisinski – Sonders y editado por Corimbo.

‘Sí, somos raros’ fue el primer cuento que Julia se aprendió de memoria. De otra editorial a la que conviene seguir de cerca, Siete Leguas (suyo es también, por ejemplo, el fantástico ‘El señor Nimbo y la máquina de nubes’. De Javier Olariaga y Antonio Amago, es un canto a la integración y a la aceptación de las diferencias, a crecer sin complejos. Muy imaginativo y lleno de sentido del humor.

Trata de niños que son diferentes, ya sea porque están imantados y atraen todos los objetos metálicos, les crece el pelo a toda velocidad, una nube les persigue por todas partes o al gritar son capaces de derribar edificios. Eso tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, necesitan una pesada bicicleta de madera o usar cubiertos de plástico, tienen que llevar la melena en una mochila, están siempre mojados o no les dejan cantar o gritar gol en el cole. Pero siempre al final aprenden a aceptarse y a encontrar ventajas en sus rarezas. Siempre, salvo en el caso de Ramón Chaparrón, que logra deshacerse de la nubecilla en cuanto sus padres y los médicos se dejan de pruebas y le hacen caso.

El cazo de Lorenzo. Un clásico de Isabelle Carriere. Una fantástica bonita metáfora de la situación de los niños con discapacidad intelectual y/o social y de cómo lograr su inclusión. El cazo que Lorenzo arrastra siempre va a seguir ahí, pero podemos ayudar a que sea más llevadero, a que le frene menos. En nuestra mano, en la de todos está lograrlo.

Editado por la Editorial Juventud, es asombroso lo alto que vuela con un texto y un dibujo tan sencillo. Es un libro recomendado por numerosas asociaciones de personas con autismo, aunque es aplicable a muchas otras circunstancias. Imprescindible se mire por dónde se mire. Yo sigo emocionándome cada vez que lo leo.

‘Gran Lobo Salvaje’. El primer cuento que yo leí solita de un tirón. El primero con el que Julia lloró, que al emociona de verdad. Leímos mi viejo volumen, pero es un título que se sigue reeditando y es fácil de encontrar. Está escrito por Rene Escudie con delicadeza, con tino, por alguien que se nota que sabe mucho de los perros y sabe transmitirlo, y transmite muchísimos valores, no solo de respeto a la vida animal, sino de compañerismo, resolución de conflictos personales, compromiso…

El pequeño Tritus es abandonado y durante cuatro días seguimos las andanzas del cachorro, que en cada capítulo va encontrando diferentes perros con diferentes historias: el viejo perro que le adopta, el cocker mimado que quiere ver mundo, un perrazo que fue la mano derecha de un pastor y sobrevive asilvestrado, otra perrilla mestiza que viaja con él, la bóxer perdida enamorada de sus dueños y loca por volver con ellos y el perro guardián encadenado.

‘Fuera de aquí horrible monstruo verde’ es un buen cuento para perder el miedo a los monstruos. Un cuento además de esos que se leen con mucho teatro. En él vemos aparecer rasgo a rasgo a un monstruo que el niño hará desaparecer a grito pelado, «¡No me asustas!», pasando páginas hasta llegar al final: “¡Y no vuelvas más hasta que lo diga yo!”. Es decir, lo que hace es animar a los pequeños a aprender a decir no, a enfrentarse y a alejar aquello que no les gusta.

Un libro muy divertido, con mucha personalidad. De esos que no se olvidan. De Ed Emberly, publicado por la editorial Océano.

‘Si yo fuera un león’. Es un libro resistente, de esos ideales para ver distintos tipos de animales y jugar a imitar los sonidos que hacen. La gran novedad es que viene con dos asas a los lados que permiten abrirlo por completo, introducir el rostro en el hueco que correspondería a la cara del animal y jugar a que nosotros somos ese sapo, ese pajarito o ese gato.

Un cuento fantástico para niños muy pequeños, por su formato, los colores llamativos y, sobre todo, la interactividad que permite con los niños. Altamente recomendable si hay hermanos mayores, a partir de cinco años, que puedan leérselo introduciendo el rostro en el cuento. La autora es Isabel Pin y lo publica la editorial Lóguez.

‘La vaca gordita’ es un cuento sobre la importancia de querernos bien, obra de David Paloma (historia) y Francesc Rovira (ilustraciones) para la editorial Combel. La vaca gordita, que solo era un pelín más gordita que las demás, comienza a verse las patas gordas, la barriga gorda y deja de comer hasta convertirse en algo que ya no parece una vaca. Por suerte se da cuenta y vuelve a comer para volver a convertirse en una vaca feliz y saludable.

Os lo he resumido mucho y quitado la magia de los textos cuidados pensando en los niños y las ilustraciones, pero en este mundo en el que es ametrallante la obsesión por la imagen que tenemos, asociada constantemente a la delgadez y cada vez desde edades más tempranas, es muy importante transmitir a nuestros hijos que se quieran bien, que se gusten, que cuando se miren al espejo aprendan a amar lo que ven. Lograrlo sería un gran triunfo como padres. Y ‘La vaca gordita’ puede poner un granito de arena. Y granito a granito…

‘¡Yotsuba!’ es uno de nuestros últimos descubrimientos. La serie manga de Kiyohiko Azuma es una delicia para adultos y una lectura maravillosa para niños a partir de seis o siete años. Completamente blanco y sobradamente popular: súperventas en Japón, con numerosos premios y buenas críticas. Pero lo más importante es que se trata de un canto a la infancia, a esa maravillosa etapa de sorpresa, literalidad y aprendizaje.

Debe su nombre a su pequeña y carismática protagonista, una niñita que arranca la historia mudándose a una nueva casa y que, por motivos desconocidos, no sabe casi nada del mundo moderno. Yotsuba es, la niña del pelo verde, es una aliada fantástica para mostrar a nuestros hijos el placer que existe en la lectura, facilitado por el formato cómic. En España la publica Norma Editorial y cada tomo cuesta ocho euros.

‘Canción del pirata’ de Espronceda. Ediciones Idampa, proclamando desde la portada que a los grandes escritores hay que empezar a leerlos desde pequeños, tiene este poema en formato de cuento, bellamente ilustrado por Silvia Alberdi. Es una delicia no sólo para los niños, es uno de esos cuentos que los adultos también observamos cómo pequeñas joyas.

Además de desvelarnos poco a poco una poesía que todos los niños son capaces de entender y disfrutar a poco que expliquemos unos pocos términos, enriqueciendo así su vocabulario, muestra distintos tipos de letra, lo que resulta muy útil en esa edad en la que están empezando a leer y a descubrir que las mismas letras pueden aparecer representadas de formas muy diversas. También incluye al final varias curiosidades históricas sobre los piratas y al inicio una brevísima biografía de José de Espronceda.

‘Un mensaje para Luna’, de Virginia Kroll. Las ilustraciones de Zuzanna Celej son una maravilla y la historia también para crear concienciar medioambiental. Tortuga verde llevará a Luna, una niña con la que es fácil que se identifiquen los pequeños lectores, por todo el mundo, mostrándonos los retos a los que se enfrenta nuestro planeta y que por culpa del hombre muchos animales están en peligro.

Es un cuento que busca la empatía y que se apoya en la esperanza, en que tenemos que movilizarnos, para lograr que esta realidad cambie. Editado por Cuento de luz, una joven editorial infantil madrileña había sido la primera editorial europea y la tercera del mundo en recibir el certificado B Corporation por su labor social y medioambiental.

‘Mujeres’ es un proyecto de la ilustradora Isabel Ruiz Ruiz que vio la luz gracias al sistema de crowdfunding de Verkami y que ya tiene una segunda parte. No es realmente un cuento, es un álbum ilustrado de calidad en el que a un lado vemos las maravillosas y cargadas de personalidad ilustraciones de Isabel, a modo de retrato de cada mujer (Concepción Arenal, María Montessori, Hedy Lamarr, Virginia Woolf, Marie Curie, Clara Campoamor o Frida Kahlo, entre otras muchas), y al otro encontramos una cita significativa y una breve explicación sobre la vida y logros de esa mujer en concreto.

Una lectura, no para hacer del tirón, sino para disfrutar a sorbos a lo largo del tiempo. Y pese a ser un instrumento fantástico con niños (ojo, no solo con niñas, con niños en general), no es únicamente recomendable para niños, muchos adultos disfrutarán de esta recopilación.

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Dejad que los niños se acerquen a Harry Potter

El primer libro de la saga de Harry Potter llegó a las librerías un día como hoy de hace 20 años. El 26 de junio de 1997 el joven mago y sus amigos dieron sus primeros pasos para convertirse en iconos de la cultura popular, al nivel en el imaginario colectivo moderno de Luke SkyWalker, Han Solo y Leia. También tres, también una chica entre ellos y también un romance por medio y elementos que se podrían considerar mágicos.

No imaginaba J.K. Rowling, a la que sigo en Twitter porque derrocha inteligencia, sensibilidad y sentido común, la que iba a liar a nivel mundial con esos niños nacidos de su imaginación de madre reciente británica. Igual que George Lucas no soñó con el éxito que tendría Star Wars, ni mi querido Tolkien o el inigualable Stan Lee con sus creaciones. Los padres no conocemos de antemano hasta dónde llegaran nuestros vástagos, ningún tipo de vástago.

Para leer en español el primer libro, uno de los más vendidos de la historia (y seguramente más leído que otros que se han vendido más), hubo que esperar casi dos años. Fue en 1998 cuando se editó traducido Harry Potter y la piedra filosofal. A mis manos llegó en agosto por recomendación de un amigo, gran lector. Por aquel entonces yo tenía 22 años. No fui de esa generación que creció al mismo tiempo que el mago, aunque hubiera sido bonito.

– Léelo, que está muy bien.
– Pero si es un libro para niños…

Le hice caso y lo leí. Lo devoré de una sentada, porque, efectivamente, por temática y estilo es un libro infantil; el más infantil de una saga cuyos personajes y forma de narrar fueron oscureciéndose, volviéndose complejos según crecían, según crecíamos sus lectores enganchados a una historia aparentemente simple, a unos protagonistas carismáticos pese a ser poco revolucionarios, a un mundo que parecía inspirado en cierto modo en las novelitas de internados ingleses tipo Torres de Malory que heredé de niña de manos de mis primas mayores (y que, por cierto, han vuelto a reeditarse) e incluso un poco a Los cinco, pero en tres y con búho en lugar de perro.

Voldemort, Hagrid, Private Drive, Draco Malfoy, Dumbledore, Hogwarts, el autobús noctámbulo, Fawkes, Luna Lovegood, el callejón Diagon, Hedwig, Olivander, Neville Longbotton… Probablemente el gran mérito de J.K. Rowling fuera idear un mundo y unos seres que lo poblaban con recovecos, detallados, con personalidad. No teníamos tres héroes sobre un fondo gris interactuando con figuras fantasmales. Todo era rico, casi masticable.

Y se quedaba grabado.

Resulta curioso que las críticas fueran mayoritariamente muy positivas para los primeros libros, sobre todo para el primero. Según su éxito se disparó, proliferaron las reseñas negativas, las que tachaban la escritura de Rowling de poco pulida, de comercial, de producto de consumo, de tener agujeros e incongruencias.

Para mí, que no considero que sean libros perfectos ni mucho menos, pesa más que la posible falta de excelencia literaria lo mucho que la escritora ha hecho por afianzar el amor por la lectura entre niños y jóvenes. Según una encuesta elaborada en 2006 por Kids and Family Reading Report y Scholastic, el 51% de los lectores de Harry Potter de entre 5 y 17 años que no había leído nunca nada antes por placer, siguió leyendo y disfrutando al hacerlo.

Acabo de cambiar de idea. Probablemente el mayor mérito de J.K. Rowling sea haber creado un pequeño ejército de lectores.

Las películas llegaron antes de que fuera madre. La primera en 2001. Las vi con el que ahora es el padre de mis hijos religiosamente según iban llegando a los cines. Y las volvería a ver hace casi tres años con mi hija, que quedó hechizada por la misma magia, tanto que su séptimo cumpleaños estuvo centrado en el mundo de Potter.

Las películas también han creado lectores. Hace dos años, cuando Julia tenía seis, leímos el primero de los libros por la noche, en su cama. Capítulo a capítulo en voz alta. Yo, redescubriéndolo como un libro infantil que sigue siendo recomendable. Mi hija descubriendo que su imaginación unida a la de un escritor supera cualquier experiencia cinematográfica, por buena que sea.

Leed Harry Potter y la piedra filosofal. Leedlo con vuestros hijos. Regalad este libro a los niños. Dejad la puerta abierta a su magia, para que cuaje el amor por los libros, por soñar acunado por palabras ajenas.

‘#Vástagos ¿Cómo convertirlos en personas?’, un libro de relatos en el que está presente el autismo


Cuando a comienzos de curso me llegó la propuesta de escribir un relato inspirado en la maternidad para este libro que acaba de salir a la venta, ni me lo pensé. ¡Claro que quería participar!

Primero porque mi texto iba a estar estupendamente arropado por los de otras escritoras como Carmen Agustín (Valencia), Lía Álvarez (Salinas), Deborah García (A Coruña), Catalina González (Alicante), la que fue mi compañera de ‘bloguerías’ en 20minutos Clara Grima (Sevilla), María José Mas (Tarragona), Helena Matute (Bilbao), Angélica Pérez (Barcelona) y Ana Ribera (Madrid).

Por cierto, a falta de saber si yo me ubico más en Madrid o en Gijón, veo que geográficamente hay una pluralidad que ni el Senado…

Y todos nuestros relatos vienen acompañados de las ilustraciones de Mónica Lalanda (Valladolid), que ha creado una ilustración para cada uno de los relatos. Nunca habían ilustrado nada mío y, oye, hace ilusión.

Volvamos al lío. Es decir, al libro. En mi relato me planteé un reto. Habría maternidad, por supuesto, pero también habría autismo, protección animal y un elemento fantástico o de ciencia ficción. La cuadratura de un círculo autoimpuesto. Y sé que queda fatal que lo diga la autora, pero estoy encantada con el resultado.

En su nuevo libro Vástagos la editorial Next Door Publishers decide hablar sin tapujos de la maternidad. Lo hace a través de diez relatos de ficción escritos por diez mujeres. Diez historias en las que afloran el miedo, la impaciencia y la desazón, sentimientos que junto con el amor y la prudencia convierten a la maternidad en un estado real y complejo. Cada relato aporta una visión diferente de lo que conlleva tener un hijo y contribuye a romper el estereotipo.

El libro cuesta 15 euros y pronto estará disponible en muchos más puntos de venta, pero de momento está disponible desde la tienda de jotDown y en Amazon. También en versión digital. Estáis a tiempo de convertirlo en vuestro regalo del Día de la Madre.

Antonio Machado y Rubén Darío hechos cuentos para el Día del Libro

(GTRES)

No os engaño, me  hubiera gustado traer la recomendación de estos dos libros el pasado 21 de marzo, Día Mundial de la Poesía, pero el Día del Libro es otra ocasión fantástica para hablar de Era un niño que soñaba y Margarita, está linda la mar.

Sí, Rubén Darío y Antonio Machado nada menos, adaptados para disfrute de nuestros niños. Estos dos álbumes forman  parte de una colección poesía ilustrada que tiene Bruño, cada uno se centra en un solo poema que se despliega a lo largo de sus páginas acompañado de ilustraciones.

«Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar…», cuenta con ilustraciones de Marta F. Balmaseda. Las ilustraciones de Rosa María Curtó acompañan a «Era un niño que soñaba un caballo de cartón…»

Si me leéis ya sabéis que soy una gran defensora de buscar la poesía para nuestros niños, de jugar con ella, recuperarla, crearla…. Todos los libros, todas las letras hacen volar, pero tengo la íntima convicción de que con ningún texto lo hacemos tan alto como la buena poesía.

Y como el Día de Libro es un día para hacer recomendaciones de lecturas que merezcan la pena y yo ya he cumplido, os voy que pedir que vosotros también lo hagáis.

¿Qué libros infantiles nos aconsejáis?

 


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‘El niño (con autismo) que quería construir su mundo’, y el padre que lo necesitaba desesperadamente

Cuando el libro de Keith Stuart llegó a la redacción era casi inevitable que acabara sobre mi mesa.

En El niño que quería construir su mundo (Alianza Literaria) el protagonista es el padre de un niño con autismo que encuentra la manera de conectar con él gracias a Minecraft, uno de los videojuegos que más éxito ha tenido en los últimos años.

Era inevitable que acabara sobre mi mesa y que yo me sumergiera en la historia creada por Stuart, redactor jefe de videojuegos en The Guardian que también tiene un hijo con autismo y que ha novelado su experiencia en primera persona pero cogiendo distancia.

Tengo ciertos aspectos en común con el autor que me resultaba imposible obviar mientras avanzaba por sus primeros capítulos. Durante un tiempo parte de mi trabajo consistió en escribir sobre videojuegos. También los defiendo y veo como una forma de entretenimiento que puede ser muy positiva y como una expresión artística. Tengo un hijo con autismo de una edad similar. Y he escrito una novela que arranca con un padre de un niño con discapacidad que ve su matrimonio resquebrajarse.

Pero mi hijo se parece muy poco al suyo. Sam está en lo más alto del espectro autista. El diagnóstico llegó muy tarde en su caso. Es capaz, con dificultades, de hacer amigos. Se expresa perfectamente, aunque con peculiaridades. Sueña con ser arquitecto. Es muy rígido en determinados aspectos, tiene problemas de comportamiento, socialización y para manejarse en ambientes bulliciosos, desestructurados. Me encuentro con frecuencia que los protagonistas con autismo de las novelas suelen parecerse a Sam más que a mi hijo, que no habla, al que no podemos soltar la mano por la calle, que siempre será dependiente, que es feliz, que es flexible…

Jaime se parece a Sam tan poco (tanto en su carácter como en la manera en la que se manifiesta el autismo en él) como probablemente mi trabajo escribiendo sobre videojuegos se diferencia del suyo. O como mi novela, terminada y aún sin publicar, con El niño que quería construir su mundo, que más que la historia de niño con autismo de alto funcionamiento es la de un hombre en la treintena tocando fondo para luego empezar a levantarse, y que encuentra un nexo de unión con su hijo, al que teme y del que huye, gracias a Minecraft.
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‘Tener un hijo con autismo’, el autismo con los pies en la tierra y el corazón en vuelo

El viernes es mi cumpleaños y ya he recibido mi primer regalo. Uno que puedo compartir con todos vosotros. Uno que me llega el mismo día que mi hija, de cuyo embarazo y nacimiento os hice partícipes en este mismo blog, cumple ocho años.

También en este blog hará pronto ocho años que os conté que Jaime, mi hijo mayor, tenía autismo. Me dieron el diagnóstico cuando Julia apenas tenía un mes de vida. Estaba en mi pecho mientras las psicólogas pronunciaban por primera vez ante nosotros la palabra «autismo» sumergiéndonos en todas las incertidumbres del mundo. Iniciamos entonces un proceso vital que aún no ha terminado y que he ido reflejando en este pequeño rincón de Internet en el que tantos habéis querido acompañarme.

El autismo no ha sido el protagonista de este blog, igual que no hemos permitido que lo fuera de nuestras vidas, pero ha asomado con frecuencia desde mi perspectiva realista, positiva pero nada edulcorada, reivindicativa, normalizadora e informativa. Al menos así lo he intentado siempre, porque así lo siento.

El viernes es mi cumpleaños y he recibido un regalo que quiero compartir con vosotros: ha salido a la venta mi libro Tener un hijo con autismo. Os invito a leerlo, a darme vuestra opinión, a compartirlo, a criticarlo y a ayudarme, en definitiva, a visibilizar el autismo con los pies en la tierra y en corazón en vuelo. Lo he escrito desnudándome, prometiéndome ser sincera y no tomar atajos, con toda la humildad y con la esperanza de resultar de ayuda a otros. Y no hablo solo de aquellos que aman a una persona con autismo.

Y es un libro que quiere ayudar desde un plano práctico, porque voy a donar la mitad de los beneficios que genere a la Fundación Autismo Diario, la Asociación Autismo Araya y la Fundación Aucavi.
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‘¡Yotsuba!’, un buen ejemplo de que el manga también puede ser para niños pequeños

De pequeña leía muchísimo. Muchos libros, pero también leía y releía una cantidad ingente de tebeos en diferentes formatos. Los libros de películas de Disney, mortadelos, súperhumores, zipizapes, al tío gilito y los sobrinos de Donald, tintines, Asterix, Súperlopez… de todo. Y todos los buenos ratos pasados leyendo bocadillos también contribuyeron a desarrollar mi amor por la lectura y a convertirlo en un hábito.

Más tarde llegó algo de Marvel y DC (aunque nunca he sido una fan acérrima ni mucho menos), las revistas Creepy compradas en el mercadillo de segunda mano y Ralf Konig. Luego me hice adulta y las novelas ganaron a los cómics, pero Maus sigue pareciéndome una obra maestra más apetecible que Proust y últimamente me ha dado por hacer incursiones en el manga.

Fruto de esas incursiones descubrimos en casa a Yotsuba, de Kiyohiko Azuma, que es en estos momentos uno de los personajes literarios favoritos de mi hija de siete años y la prueba evidente de que el manga también es cosa de niños pequeños. Y de adultos, porque tanto mi santo como yo también disfrutamos con las aventuras de esta niña de cinco años con el pelo verde.

Sobre el manga sobrevuela mucho prejuicio, pese a contar con obras que son auténticas maravillas con todo tipo de temática. A mucha gente la palabra manga le sugiere poco más que altas dosis de violencia y sexo junto a colegialas de ojos grandes. Claro que hay de eso, pero también mucho más. No hace mucho os recomendé aquí mismo una manga para adolescentes que contribuía a luchar contra el acoso escolar, Mi amigo Capricornio y las versiones en manga de clásicos como Hamlet o El Quijote. Y no es el único de los que he leído recientemente que recomendaría a chavales de instituto.

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‘El arenque rojo’, un cuento diferente, un libro que sugiere decenas de historias

El arenque rojo me llegó antes del verano recomendado por dos madres recientes que saben mucho de libros: Trastadas de mamá (bloguera-librera y cuentacuentos) y Elena Moreno, autora del cuento Y de regalo… ¡Superpoderes!.

Se sorprendieron de que no lo conociera. Es un libro que SM publicó en septiembre de 2012, pero no quisieron contarme sobre su historia o a qué se debían sus virtudes. «Es estupendo, ya lo verás», me dijeron sin más.

Y vaya si lo vi. Se trata de un libro gran formato que sorprende desde el primer momento. Las ilustraciones de Alicia Varela muestran un parque repleto de gente y animales. Hay niños, perros, adultos, pájaros… Y en cada una de sus páginas, si te fijas en uno de ellos, ves que van pasando cosas e imaginas su historia, lo que dicen, lo que sienten. Vas imaginando además las relaciones que tienen unos con otros.

La magia de El arenque rojo consiste en que no encierra una historia, son muchísimas y sujetas a lo que nuestra imaginación nos dicte. Es como La ventana indiscreta en versión infantil e impresa. Un cuento diferente y fascinante que permite trabajar la atención y que los niños se conviertan en narradores de historias, aunque aún no sepan leer.
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Algunos consejos para comprar cuentos (porque no todo vale)

GTRES

A raíz de mi reciente post, sobre «un cuento ideal para las niñas», hablaba con otra madre reciente sobre los libros infantiles y que no todo vale. Pero hay mucha gente que cree que todo cuento es bueno por definición, por ser un libro. Si sirve para leer, bien está. Y no es así.

Igual que hay maravillas que nos emocionan a los adultos cuando se las leemos a nuestros hijos pequeños y que atesoraremos siempre, hay muchos productos poco cuidados, para salir del paso, para vender sin más.

No se puede comparar la cuidada selección editorial de Siete Leguas, Cuento de luz, Lóguez, Idampa o Kalandraka con un montón de cuentos que proliferan en mercadillos y supermercados, pero también en librerías, sin calidad ninguna o muy poca.

No son libros que traigan necesariamente mensajes lesivos, simplemente son pobres, anodinos. Cuentos que apenas se leen, que pasan rápidamente al fondo de la estantería y que, cuando nuestros hijos crecen y sus lecturas son más complejas, descartamos rápidamente porque no compensan el espacio que ocupan.

Mi amiga me contaba: «con los juguetes he logrado que miren la calidad, que entiendan que no todo vale, pero con los cuentos parece que cuesta más». Es cierto. Regularmente aparecen distintos tipos de informaciones sobre cómo elegir los juguetes óptimos para los niños, del peligro de determinados productos o incluso su retirada. Tal vez se deba a que la industria juguetera está mejor organizada que la editorial, pero lo cierto es que esas recomendaciones no llegan respecto a los cuentos y libros infantiles.

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