El día que papá se fue a matar personas
Ese es el durísimo titular de la durísima noticia que publicamos ayer.
Se trata de un vídeo de uno de los terroristas suicidas de Londres despidiéndose de su bebé.
El vídeo se ha mostrado en un tribunal y en la BBC.
Mientras acaricia a su hija, ese hombre joven que está a punto de inmolarse y llevarse consigo 52 personas, habla con ternura:
Cariño, ya no queda mucho tiempo. Voy a echarte mucho de menos. Te quiero con locura y has sido la mayor felicidad de mi vida. Tú y tu mamá habéis sido una joya. No sé qué más decir
Me gustaría haber podido ser parte de tu vida, especialmente cuando crezcas, los próximos meses, cuando aprendas a caminar y decir cosas. Pero tengo que hacer esto para nuestro futuro, y será lo mejor, ojalá, a largo plazo. Es lo más importante
Maryam, sé fuerte, aprende a luchar. Luchar es bueno. Sé la mejor amiga de mamá. Cuida de ella, podéis hacer juntas muchas cosas, como luchar y cosas así.
Y yo también me conmuevo y lo primero que pienso es en esa pobre niña que ya cargará toda su vida con semejante sacrificio mal entendido.
También en cómo han podido lavarle la cabeza a ese padre reciente de 30 años para convertirle en un asesino. Es un terrorista y también es una víctima. E imagino que habrá quien no entienda lo que acabo de decir.
Y lo segundo que se me viene a la cabeza es una conversación con un amigo, padre reciente de dos niños.
Desde que caminamos a dos patas sobre la tierra, millones de hombres se han ido a la guerra, han ido voluntariamente a la muerte, dejando a sus espaldas huérfanos y viudas convencidos de estar cumpliendo su deber.
Mi amigo me contaba que en caso de estallar una tercera guerra mundial lo primero que haría sería poner pies en polvorosa con su familia.
Coincidíamos en que lo importante no es tu patria, tu casa, tu bandera o tu religión.
Nuestros hijos, nuestras parejas, nuestros padres… son nuestra patria, nuestra casa, nuestra bandera y nuestra religión. Y querríamos seguir vivos para cuidarlos y compartir nuestra vida con ellos.
Ojalá todo el mundo pensará así.