Sucedió el pasado fin de semana, así que tal vez ya conozcáis la noticia. Un partido federado de niños de entre 10 y 12 años en Las Palmas acabó con un marcador de 47-0. Y ya de paso, con polémica.
Los niños del equipo perdedor no querían seguir jugando, se sentían humillados, lo pasaron fatal, acabaron llorando.
Los niños del equipo ganador no tienen culpa alguna, por supuesto. Tampoco tengo claro que la tenga el entrenador del equipo ganador. ¿Cómo decir que se dejen marcar, que no metan goles?
Aunque tal vez si se puede como recogían en Cuentaconlacantera.com el pasado año:
Aitor Cebrián Montiel es un joven de 21 años que entrena, desde hace un año y medio, al grupo benjamín del Ayelo, el club de fútbol de la localidad valenciana Aielo de Malferit. El sábado 5 de diciembre su equipo jugaba en casa contra el C.D Contestano, un conjunto que llevaba toda la temporada perdiendo por goleada. Al campo estaban a punto de saltar niños de entre 7 y 9 años y Cebrián, en la charla previa, decidió pedir a sus jugadores respeto hacia el rival. Este fue su discurso: «Acabo de ver entrar a los niños contra los que vais a jugar hoy, y son más pequeños que vosotros. Son de primer año y no debieran competir con vosotros en esta categoría. Están goleándolos cada semana y querría que os pusiérais en su lugar. No quiero que celebréis ningún gol, no los presionéis en su campo, dejadlos que jueguen un poco y que puedan disfrutar de jugar al fútbol. Vamos a ser respetuosos con ellos”.
Mientras Cebrián hablaba con sus jugadores un padre del equipo rival escuchó casualmente la conversación y quedó tan agradecido que al final del encuentro se acercó al él para felicitarle por su empatía. Unos días después el C.D Contestano remitió una carta al club para formalizar su gratitud. El escrito llegaría a manos de la Federación de Fútbol valenciana y, después de ser publicado el viernes en su web – y perfiles de Facebook y Twitter – los usuarios de las redes sociales han aplaudido el fair play de Cebrián y compartido el discurso.
“No esperaba tanta repercusión de algo que, a mi entender, debería ser habitual. Pero sí me gustaría que sirviese de ejemplo”, comenta el entrenador, “Hay otros técnicos que creen que respetar al rival significa emplearse al máximo y marcar cuantos más goles mejor. Es una actitud respetable, pero yo no la comparto. Los niños, ante todo, deben disfrutar jugando al fútbol”.
No es la primera vez que se pone esta cuestión encima de la mesa, que hay marcadores tan desigualados que muchos protestan. Yo estoy con ellos. En junio pasado, por ejemplo, destituyeron a un entrenador por ganar 25-0 en Valencia.Y mi compañero de blog Raúl Rioja escribió en El Tridente que no cree que pase nada porque a un equipo de niños le goleen así. Pero está claro que aquí hay debate. Su compañero de blog y autor de Qué fue de… El blog de los deportistas olvidados Edu Casado, que también es padre, me dice que «con un 47-0 no disfrutan ni los ganadores ni los derrotados. Y si un niño no disfruta haciendo deporte, no vale de nada».
Claro que los niños de entre seis y doce años deben aprender a perder, entender que las cosas no salen siempre como nos gustarían, pero creo que a esa edad es más importante inculcar otros valores más allá de la competitividad y encajar frustraciones, como el compañerismo, la nobleza y la generosidad.
Sobre todo me parece fundamental que durante esos años jueguen y se diviertan para que no abandonen al crecer la práctica deportiva. No puede ser que solo los más atléticos o entusiastas sigan haciendo deporte al crecer. También es noticia que la obesidad infantil crece y que nuestros adolescentes, sobre todo las chicas, dejan de hacer ejercicio demasiado pronto y en un porcentaje elevado.
No tiene que ver con la sobreprotección sino con entender que a esa edad no son pequeños adultos, no procesan las cosas como nosotros, y que las prioridades son otras.
Pero volvamos a los goles. ¿Qué se puede hacer?
Se habla, tras el caso en Las Palmas, de que debería hacerse como en Baleares, Asturias y Valencia. Allí el marcador no sigue sumando goles una vez alcanzados los diez tantos. Por lo que he visto la federación catalana tuvo una limitación por la que, daba igual el resultado real, en el acta nunca habría una diferencia superior a cinco goles, pero la eliminaron por las protestas que generó. En Galicia he visto que hablaron también el pasado año de tomar medidas en este sentido.
No tengo claro que sea efectivo, por mucho que oficialmente conste un 5-0, si el resultado real ha sido 25-0 los niños bien que lo saben y la humillación de encajar goles sin parar y no meterlos está ahí.
A esas edades en el club de atletismo al que acudía mi hija aún no competían. Hasta los doce años la idea era jugar y divertirse. Tal vez esa sería la solución, que hubiera pruebas de control del balón, que se reuniesen para ponerse a prueba sin jugar un partido de competición tal cual. Aunque no me da la impresión de que fuera posible tal y como están las cosas.
Luego está la opción hacer como en el tenis o el voleibol. Establecer que se gana no con los goles marcados en un tiempo de juego fijo, sino por llegar a determinados goles. En cuanto un equipo llegue a siete goles (por poner un número cualquiera de ejemplo), el partido se acaba. Y si ha dudarlo solo veinte minutos, pues más descansados que llegan ese domingo a casa.
¿Cómo lo veis vosotros?