Es probablemente la prueba con el nombre más horroroso de todas las que te hacen durante el embarazo.

Curiosamente, también es una de las menos molestas.

Simplemente consiste en tumbarse en el potro y dejar que la matrona tome una muestra de la flora y fauna que hay en la vagina y el recto con unos bastoncillos de algodón.

Ni te enteras. Si aún no os la habéis hecho nunca, podéis estar tranquilas cuando os toque. Es una tontada.

Es una prueba que hacen siempre al final del embarazo para asegurarse de que el camino de salida está libre de una bacteria que puede causar infecciones al bebé durante el expulsivo.

El bicho en cuestión también tiene un nombre feo: streptococcus agalactiae .

Si la tienes, no pasa nada especialmente grave. Simplemente habrá que tirar de antibióticos.

Así lo explican en la Wikipedia:

La infección por EGB puede dejar graves secuelas al bebe, como ceguera, sordera, parálisis cerebral y retraso en el aprendizaje. Afortunadamente existen formas muy eficaces de prevenir la infección prenatal. Mediante la detección de madres portadoras y la adecuada profilaxis antibiótica intraparto puede evitarse la infección.

El lunes también me hicieron la última analítica. Especialmente importante porque te miran la coagulación.

Y el miércoles, ya de 36 semanas, me toca regresar a la ginecóloga. Ya estarán los resultados de ambas pruebas.

Es la recta final…

En el anterior embarazo salió que no tenía la bacteria. ¿Alguna de vosotras la tuvo? ¿Cómo fue el tratamiento para evitar el contagio neonatal?