Este jueves por la tarde fui con Julia a ver El bebé jefazo, el último estreno infantil de Dreamworks que llegará a los cines españoles el 12 de abril.
Yo me levanté de la butaca desconcertada, lo confieso. Es una cinta atípica, una verdadera locura con bondades y aciertos y también con mucha sal gruesa y elementos que chirrían muchísimo y solo parecen rodar mejor engrasados justo al final. Y el aprendizaje de que tus padres tienen suficiente amor para todos sus hijos y que tener un hermano pudo ser muy divertido, puede suponer lograr el mejor compañero de juegos. El problema es que por cómo está contado, por cómo son los padres (Jimmy Kimmel y Lisa Kudrow en la versión original) y por cómo durante el mayor porcentaje de la cinta vemos al niño mayor ser ignorado y sufrir, dudo que cale el mensaje.
Julia salió diciendo que le gustó y así fue. Tampoco es que vaya a ser un título que le cambie la vida, aunque lo cierto es que pocos lo son. La cuestión es que para ella transcurrió rápida y se le escaparon varias carcajadas. También unas cuantas miradas de incomprensión al principio, hasta que le susurré que no buscara la lógica en la historia y las acciones, que no la había y lo aceptó sin más.
Probablemente la única manera de disfrutar de la película es actuar así, relajarse, asumir que nada tiene sentido, que todo lo que estamos viendo ha nacido de la imaginación desaforada de un niño de siete años con el síndrome del príncipe destronado, disfrutar de los gags que más nos encajen a cada cual, con las referencias que encontremos (¿dónde se consigue el despertador Gandalf?) y con su original estilo visual, que brilla de manera especial cuando el protagonista juega soñando despierto, sin duda el punto fuerte de la película.
La cinta de Tom McGrath no es apta para aquellos que busquen guiones bien cerrados, historias con desarrollos clásicos o ciertas normas en la realidad que se nos presenta en un mundo creado por animación.
También creo que deberían abstenerse los niños más pequeños (a partir de siete años calculo que puede gustar). Y sobre todo me pensaría muy mucho lo de ir al cine si hay una situación en casa de hermanos mal avenidos, pelusas flotantes por la casa, hermanitos pequeños en camino o recién llegados en proceso de gestión.
A partir del trailer la cosa va a estar llena de spoilers, aviso. Pero antes de arruinar la trama a los que sigan leyendo, también advierto que es una de esas películas que conviene esperar a ver qué pasa tras los títulos de crédito.