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¿Y si a mi hijo no se le caen los dientes de leche como al niño de ‘Stranger Things’?

Un efecto colateral de ver Stranger Things, la última serie de moda de Netflix (que a título personal os recomiendo, pero que no es apta para los niños más pequeños), es que puede aumentar la paranoia de muchos padres cuyos niños tardan en soltar los dientes de leche.

Uno de los niños protagonistas, probablemente mi personaje favorito (todo inteligencia, sobre todo emocional), comenta en uno de los primeros episodios la seria con toda naturalidad que tiene displasia cleidocraneal a los matones que pretenden hacerle bullying por tener aún dientes de leche.

¿Qué es eso de lo que habla Dustin? Porque la verdad es que no lo menciona más veces y en la serie se le ve tan estupendo que solo te quedas con su problema con la dentición.

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La displasia o disostosis cleidocraneal implica mucho más que tardar en cambiar la dentadura. Este trastorno, que afecta efectivamente al actor Gaten Matarazzo, es una anomalía genética rara que en un tercio de los casos se produce de novo (aparece espontáneamente, sin que hubiera antecedentes), es una de las más antiguas que se conocen y lo de menos es de los dientes, afecta a las clavículas, la pelvis, el cierre de las fontanelas, la apariencia del rostro… Hay distintos grados y no hay tratamiento, sino un abordaje terapéutico que implica el trabajo conjunto de distintos especialistas.

Es estupendo que veamos cada vez más diversidad en las series y tratadas con esa normalidad. De hecho muchos afectados por el mismo síndrome están agradeciendo la visibilidad del trastorno y asegurando que es algo que les ayuda a muchos niveles, empezando por el personal.

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¿Se deben arrancar los dientes de leche tambaleantes?

image A Jaime no le quitamos ninguno, se le cayeron solos que es la situación ideal. También es verdad que por su autismo él no nos contaba que se movían ni esperaba con ganas al ratoncito Pérez, pienso mientras veo a Julia tan dispuesta con su boca abierta como un pajarito en el nido.

– Ya lo tiene casi suelto, habría que quitárselo. A ver si se lo va a tragar o lo pierde durmiendo –

Julia seguía observando nuestro intercambio, sin gota de miedo y moviendo el diente prácticamente suelto con la lengua. Sólo colgaba ya de un hilito. Estaba casi completamente suelto.

– Vale, voy por la gasa –

Agarré el diente bien envuelto y prácticamente no tuve que hacer nada para tenerlo entre mis dedos. No hubo sangre, ningún problema. Y Julia saltando tan contenta queriendo ver el diente que haría venir por primera vez a casa al ratoncito Pérez.

Este fin de semana hemos perdido el segundo diente de la misma manera. Con cinco años, un poco pronto sí, a partir de los seis e incluso a los siete es lo más frecuente. En su clase sólo hay cuatro niños en el club de los mellados.

Os dejo parte de un texto de Wikihow sobre cómo proceder con los dientes de leche tambaleantes. Tal vez en el tercero, uno de los paletillos de arriba que también se mueve bastante, no sea necesario.

Deja que la naturaleza tome su curso. La mayoría de los doctores y dentistas recomiendan que los padres no intenten nada para acelerar el proceso natural.Los dientes que son extraídos demasiado temprano no servirán de guía para los dientes que saldrán en su lugar. Cualquier niño te dirá que es una opción innecesariamente dolorosa también.

Vigila el diente mientras se va aflojando. Asegúrate de que el diente y el área de la encía circundante se ve sana y no tiene caries ni infección. Si el diente tiene caries, tal vez requiera que se extraiga mediante cirugía en un consultorio dental.

En todo caso, aconseja a tu hijo que mueva los dientes, pero sólo con la lengua. No todos los padres deciden dar permiso al niño para mover los dientes, pero los que hacen posible que deseen instruir a su hijo a mover sólo con la lengua. Esto es por dos razones:

  • Mover con las manos puede introducir bacterias y suciedad en la boca, con el riesgo de infección. Los niños no son exactamente las criaturas más limpias del mundo, haciendo de esta una receta para la mala salud dental, además de la mala higiene.
  • La lengua generalmente es más suave que la mano. Los niños corren un mayor riesgo de sacar accidentalmente un diente antes de que esté listo cuando utilizan sus dedos para sacar el diente. Al mover el diente con la lengua reduce el riesgo debido a que la lengua no puede agarrar el diente de la misma manera que los dos dedos lo hacen.

Si el diente nuevo sale en una situación inesperada, ve a un dentista. Los dientes permanentes que salen detrás de los dientes de leche, es una condición reversible y común. Mientras el dentista quita el diente de leche y le da suficiente espacio para moverse en su posición prevista en la boca, no debería ser un problema.

Si el niño deja que el diente salga sin ayuda, espera ver muy poca sangre. Los niños que esperan la cantidad adecuada de tiempo para que su diente caiga (a veces de 2 a 3 meses), deberá tener muy poca cantidad de sangre.

Si cualquier movimiento del diente o jalarlo hace que broten cantidades excesivas de sangre, instruye al niño para detenerse; es más probable que el diente todavía no esté listo para ser extraído, y no debe ser agravado aún más.

Si el diente sigue flojo pero no es extraído después de 2 a 3 meses, ve al dentista. Un dentista podrá administrar analgésico tópico y extraer el diente con los instrumentos adecuados.

A punto de recibir la visita del ratoncito Pérez

Una niña que también ha recibido al ratón Pérez (GTRES).

Una niña que también ha recibido al ratón Pérez (GTRES).

Ayer llegó Julia del cole «muy emocionada». Contentísima, me dijo que uno de sus dientes se movía. Abrió la boca y me enseñó como, efectivamente, uno de sus dientecitos inferiores se tambaleaba bastante.

«Ya soy muy mayor, se me va a caer un diente». Fue el tema del día, se lo contó a su prima y a su tía cuando fuimos a clase de inglés, quiso llamar a los abuelos para decírselo y antes de dormirse me estuvo contando que le gustaba moverlo con la lengua, pero que no iba a arrancarlo, que quería que se cayera solo, que si había sangre no se iba a asustar porque había visto sangre cuando a su amigo Marcos le cayó un diente y sabía que no pasaba nada y que dos amigos de su clase ya habían perdido dientes, así que sería la tercera, sólo que una fue por un golpe y aún no había salido el diente nuevo, así que tal vez no contaba y ella era la segunda. Está muy preocupada por si se le cae sin darse cuenta y lo pierde. ¡Hay que ponerlo bajo la almohada para que venga el ratoncito Pérez!

Fue el tema del día.

Julia tiene cinco años y tres meses largos. Está ya dentro del rango de edad en el que los niños entran en esa fase de cambio de dentición, aunque es cierto que está siendo de las primeras. A Jaime, que tiene el mismo tipo de dientes pequeñitos, se le cayó su primer diente justo un año después, cuando tenía seis años y tres meses. Y la circular del cole avisando de que se acercaba el fenómeno llegó cuando tenía cinco y medio.

Y no tengo clara la razón por la que ese momento llega antes o después, ayer me comentaba mi cuñada que tal vez tendría que ver si les habían salido los dientes de leche antes o después. Puede ser: Julia tenía apenas tres meses cuando apareció su primer diente, Jaime siete. A mí me salieron con dos meses.

Yo soy perfectamente capaz de recordar cuando era niña y los dientes se movían dentro de la boca, era irresistible andar jugando con la lengua hasta que caían sin traumas. También recuerdo que había una monja en mi colegio que debía encontrar un placer extraño en arrancar dientes infantiles. En cuanto localizaba una pieza móvil sacaba un pañuelo blanco, envolvía el diente y lo quitaba. Yo, y no era la única, siempre procuraba que no se enterase. Había trucos caseros, como morder manzanas o atar los dientes a las puertas.

Con lo fácil que es dejar que caigan solos. Jaime ha perdido ya un buen número de dientes de leche sin el menor problema.

¿A qué edad se estrenaron vuestros niños en el club de los mellados?

El primer diente de leche que se tambalea

Jaime está a punto de entrar en el club de los mellados. Ayer mientras cenaba noté que uno de los dientes frontales de abajo estaba demasiado separado de el de al lado. Se lo toqué y se movió ligeramente bajo la yema de mi dedo. Es decir, que mi niño dorado va a entrar en el club de los mellados a los seis años y tres meses.

Ahora a ver cuánto tarde en caerse de verdad. No voy a interferir, lo tengo claro. Lo arrancar dientes de leche me parece mala idea, a menos que ya estén colgando de un hilito. Ayer hablándolo con unos amigos, padres más recientes que nosotros, que estaban en casa de visita, uno de ellos comentaba que no recordaba la caída de sus dientes de leche. Yo sí me acuerdo de algunos, de la sensación de empujar el diente medio desprendido con la lengua.

Inauguramos la fase del ratoncito Pérez, que esa es otra. Ya me habéis recomendado en Facebook que tenga siempre a mano el regalito, que tienden a caer de noche durante la cena o el cepillado de dientes y es fácil encontrarse sin nada a mano para darles. Otra amiga me contaba que les cambia bastante la carita cuando mudan los dientes. Siempre hay que hacer caso de las madres más veteranas en cosas así.

He buscado el texto que dejé aquí cuando, a principios del curso pasado, ya nos hablaron en el colegio de que se avecinaba la caída de los dientes de leche. Aquí os lo dejo:

Aquí y aquí hay un par de artículos interesantes sobre el club de los mellados en Bebesymas.com. Os dejo un fragmento de uno de ellos:

En general, será a partir de los cinco años y medio cuando empieza un largo proceso de caída y renovación de dientes. Es habitual que a partir de los cinco años empecemos a notar que algún diente se mueve y, en un momento dado, caerá el primer diente. Ha empezado el camino hasta lograr la dentadura definitiva.

Existen 20 dientes temporales o “de leche”. Los momentos de exfoliación o caida de cada diente son aproximados, ya que puede haber variaciones debido a genética u otros motivos. Los dientes inferiores, que probablemente fueron los primeros en aparecer, también suelen ser los que antes caen.

* Dientes de leche inferiores. Los incisivos centrales suelen caer hacia los cinco años y medio o los seis años de edad. Los incisivos laterales a los seis años y medio. Los caninos y el primer molar hacen el cambio hacia los nueve años y medio. Finalmente, los segundos molares caen a los diez años y medio.

* Dientes de leche superiores. En general,éstas suelen ser las fechas: incisivos centrales e incisivos laterales a los seis años y medio. Los caninos a los diez años y medio. Primeros molares a los nueve años y medio. Segundos molares a los diez años y medio.