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Expresiones idiotas relacionadas con la maternidad

Por desgracia hay un tufillo cursi que rodean la concepción, el embarazo, el parto y la crianza. Es un hecho.

Y una de las cosas en las que se manifiesta es en la cantidad de eufemismos idiotas en torno a la maternidad.

Y lo peor es que están tan asentados que todos los usamos, yo la primera. Por ejemplo:

1- «Dar a luz» o «alumbrar». Dos versiones para el sencillo «parir» que deberían estar patrocinadas por Iberdrola o Endesa

2- «Estar en estado». ¿En estado de qué? Y por lo que más quieran, que no sea «en estado de buena esperanza». Una lo que está es «embarazada». Y si me apuran, directamente «preñada».

3- «Ponerse a buscar un bebé». ¿Es que se ha perdido? Si no se quiere hacer referencia al sexo, que al fin y al cabo es de lo que trata la cosa, se puede decir que estás «intentando quedarte embarazada/preñada»

4- «Tener una falta». ¿Y sacaron tarjeta amarilla o roja? Y es que aquí entramos también en el muy eufemístico mundo de la menstruación.

5- «Estar encinta». Otra manera rebuscada para decir que se está embarazada, cortesía de gema en los comentarios.

6- «Dar el pecho». Esta no está tan mal, lo reconozco, pero siempre me ha sonado mejor el mucho más correcto «dar de mamar» o «amamantar», que pecho también tiene mi santo y le resulta imposible hacerlo. Ya puestos, incluso prefiero «dar la teta».

7- «Tener un niño». Menos grave que las anteriores. Pero igual de imprecisa para evitar el «parir» de toda la vida.

8.- «Quedarse». Fría es como me quedo yo cuando me preguntan «¿Cuándo te quedaste?». Ganas dan de contestar: «¿Quieres decir que cuándo me preñaron?»

Ayúdadme, estoy convencida de que hay más en las que ahora no caigo…

Los carritos «aquí estoy yo», segunda parte

El segundo tipo de carritos «aquí estoy yo» son los que más me horrorizan a mí.

Son los carritos decimonónicos. Esos carros enormes, siempre azul marino y con grandes ruedas que, en los modelos más puros, son de un sólo eje.

Suelen adornarse con sábanas con puntillas y grandes lazos a los lados: rosas si llevan una niña y azules si llevan un muchachito, por supuesto.

Cuando llevan un capazo es imposible ver a la criatura. En su versión silla para bebés mayores, los niños suelen ir ataviados de tiroleses y las niñas con nidos de abeja en el pecho y lazos.

Un atraso y un cantazo. Recuerdo el día que vi a un pobre padre sudar para desmontar uno de esos carros en dos piezas mas bien inmanejables que apenas cabían en el maletero del mono volumen.

Pero esta gente de los carritos se lo monta muy bien.

Yo decidí heredar el discreto y funcional carrito de mi prima mayor, un Jané Carrera, y cuando mi peque cumplió los seis meses compré rebajada una silla de paseo de Chicco de otra temporada.

Y así fue como descubrí que las marcas, muy cucas ellas, cambian más o menos radicalmente de un año para otro los colores y formas de operar de los accesorios para intentar complicar la existencia a los que queremos ahorrar (o hacer que nuestros familiares empeñados en regalarnos algo ahorren, que esa es otra).

Mi silla es amarilla y gris claro. La bolsa de la silla es gris oscuro. No pegan ni con cola. ¿Y qué?

En las fotos, el carrito Lord de Arrue y el Carrera Pro de Jané.

¿Qué carrito prefieres tú? ¿Vanguardistas, decimonónicos o normalitos?