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‘Frozen’ pasó de película a espectáculo en los parques y sobre el hielo, ahora llega como concierto

La vida de Frozen es larga y saludable. La película de Elsa y Anna le ha procurado muchas alegrías a Disney y no deja de traer nuevos productos y espectáculos. Tras la proyección de la cinta hace la friolera ya de tres años, lo primero que se lanzó fue el desembarco de la reina del hielo y su hermana en los parques Disney. El siguiente invierno, este que ya ha pasado, tuvimos el espectáculo de Disney OnIce con Frozen como pieza estrella (y largamente esperada). Para el próximo noviembre llegará un concierto inspirado en el mundo de Arendelle. ¿Será lo siguiente el estreno de Frozen 2? Desde luego están trabajando en ello.

Una orquesta de cincuenta músicos acompañada de un coro integrado por treinta personas y cuatro solistas interpretarán en directo la banda sonora de la película durante su proyección en una mezcla de cine y espectáculo musical.

Una imagen del concierto londinense, en el Royal Albert Hall. (royalalberthall.com).

Una imagen del concierto londinense, en el Royal Albert Hall. (royalalberthall.com)

La verdad es que lo primero que pensé al enterarme es que lo siguiente debería ser un musical al uso, tipo El rey león. Ya en su momento, tras ver Enredados, dije convencida que sería un musical fantástico para toda la familia. Lo segundo es si no se está exprimiendo demasiado y con excesiva intensidad a esta franquicia. Empiezo a encontrarme cada vez más casos de niños (sobre todo niñas, para qué engañarnos) que han pasado del amor absoluto por Frozen a la saturación o la indiferencia.

En cualquier caso, os soy sincera, a mí me pica mucho la curiosidad por ver el espectáculo y contároslo, aunque no sé si finalmente lo haré.

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¿Los artistas que se dirigen a los niños están peor considerados?

Tuve ocasión de hablar con Juan D, la mitad de Ciudad Arco Iris, por el lanzamiento de un cuento que a Julia le ha encantado en el que se combinan canciones, bailes e historia. La única pega que se me ocurre (en realidad no lo es) es que es larguito y tiende a activarles. Es más adecuado para contarlo de día que de noche. Y ya aprovecho para recomendar en todas esas casas en las que la lectura de los cuentos es una actividad circunscrita a los momentos antes de dormir, que no hay ninguna ley ni maldición bíblica que impida leer los cuentos de día.

Portada del cuento de Juan D y Beatriz.

Portada del cuento de Juan D y Beatriz.

Me contó que, desde el primer momento, ellos quisieron tener una línea diferenciada que apostase por la calidad: “son canciones propias, hemos creado un mundo, nuestra propia historia”. Me habló con pasión de cómo ambos son los artífices de todo el proceso creativo, “unas canciones las compone Beatriz y otras yo. Yo hago los arreglos musicales de todas las canciones y Beatriz se encarga de la coreografía”. Y más allá del arte está el aprendizaje y para ello se rodean de psicopedagogos e incluso profesionales en educación especial.

Ambos son artistas. Beatriz ha estudiado y enseñado canto, ha hecho danza. Juan D me explicó que es músico autodidacta desde muy pequeño. Ambos saben de manera innata cómo tratar a los niños, tienen una especial afinidad con ellos. Y sobre todo: «Queremos perdurar y ser un referente, y para eso hay que hacer las cosas bien. Como los payasos de la tele, que hacían buenas canciones y siguen sonando modernos».

Explicándome el mimo que ponen, acabamos hablando de cómo para un artista parece que dedicarse a los niños resta puntos. Un cantante convencional que se dirige a un público adulto parece de entrada más serio, de mayor calidad, que otro dirigido al público infantil aunque no sea en absoluto así. Una pena. «Es cierto», me dijo «pero la culpa es en gran parte del propio gremio de artistas que se dedica al mundo infantil. Hay mucha gente que, como es para niños, no cuidan la música, ponen tres telas y cuatro globitos y creen que ya está bien. Pues no. Es una falta de respeto al público, a los niños y a sus padres, que luego nos repercute al resto».

Pero no son los únicos culpables. Coincido con Juan D en que también es responsabilidad de los padres no recompensar esa forma de obrar. Hay que premiar con nuestra presencia y nuestras compras a aquellos que se lo trabajan con cariño.

Los padres notamos perfectamente cuando un producto de entretenimiento dirigido a los niños está hecho con interés, con cuidado, con un mínimo exigible de calidad. Y eso no tiene que ver necesariamente con tener muchos medios. Yo he sabido, como cualquiera, cuando he tenido delante un espectáculo que había dicho “total, son niños y no se van a dar cuenta”. Lo que mis abuelos llamaban un “sacacuartos”.

¿Los niños también lo notan?
No lo tengo tan claro. Tienen menos bagaje, más ganas de pasarlo bien y menos capacidad crítica. Pero mi opinión personal es que, aunque disfruten con productos de baja calidad, sí que se dan cuenta.

Hablamos de la música, los personajes y las historias que llegan a nuestros hijos, a lo que más queremos. Ya va siendo hora de que nos hagamos valer. ¿No os parece?

‘Un gesto, una vida’: una canción, una app, miles de perros y gatos a los que ayudar

532954_4836359702514_1612252009_n Ayer estuvimos en el Parque de Atracciones en un concierto muy especial, el que dieron el duo músical infantil Ciudad Arcoiris formado por Juan D y Beatriz, a los que todos los padres recientes conocemos por haber sido integrantes del sospechosamente cambiante grupo Cantajuego.

No había tenido oportunidad de escucharlos y la verdad es que me gustó: sus canciones son originales, quieren transmitir valores, y las coreografías, la decoración y los muñecos que les acompañan me gustaron bastante más que los del grupo del que proceden. Y Beatriz canta realmente bien.

Julia lo pasó estupendamente. Jaime no pudo ir: había madrugado mucho y no perdonó la siesta, pero procuraré que tenga otra ocasión de disfrutar de sus canciones.

Aquí una canción que hicieron en colaboración con la World Wildlife Fund (WWF):

Pero no es eso lo mejor. Lo mejor y la razón por la que estábamos allí era el apoyo que dieron durante todo el concierto a la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA), que acaba de lanzar una app por la que por menos de un euro se puede ayudar a esta asociación en su labor proteccionista. Durante el concierto fueron constantes los mensajes para apadrinar o adoptar animales, pudimos conocer a Theo, un perro que pasó por el abandono y que protagonica el último de los vídeos que aparece en este post (y el que más os recomiendo ver), se animó a colaborar con ANAA y a comprar su APP. Juan D y Beatriz son los responsables de la canción que suena en el vídeo y que también cantaron ayer. Se trataba por tanto del primer concierto solidario al que Julia ha asistido.

ANAA es una asociación sin ánimo de lucro cuya labor es fomentar la tenencia responsable, denunciar la crueldad, sensibilizar a la sociedad y ayudar a los animales que han sido abandonados a través de su Centro de Adopción. Desde su fundación, ANAA ha rescatado y dado cobijo a más de 20.000 perros y gatos, de los cuales, más de 15.000 han encontrado un hogar.

Si queréis ayudar a ANAA os recomiendo visitar su página web. Desde luego es difícil que haya forma más sencilla de hacerlo que descargando su aplicación:

El punto fuerte de la campaña “Un gesto, una vida” es la APP móvil “Perros y Gatos” que ANAA presentó el pasado 29 de diciembre en CaixaForum Madrid. La APP, disponible en Apple Store y Google Play, pretende divertir y concienciar a partes iguales: el usuario puede cuidar a lo largo del juego de distintos perros y gatos que representan a animales reales acogidos en el Centro de Adopción de ANAA. El juego podrá integrarse con el Facebook del usuario para publicar mensajes que ayuden a encontrar hogar a animales reales, a la vez que se difunde la labor de la asociación.
Además, mediante la compra de la aplicación se contribuye económicamente a las actividades de la Asociación. “Perros y Gatos: ANAA” puede descargarse en los siguientes enlaces:
•    Apple Store: http://bit.ly/RFG7w6
•    Google Play: http://bit.ly/VeO5x4

Llevamos a nuestros hijos a las actividades que nos gustan a nosotros

Hoye hemos vuelto al cine para ver el reestreno de Enredados, una de las películas de animación que más me han gustado de los últimos años (y a mis hijos también). Ha sido la tercera vez que Julia iba al cine y la primera de su prima, que tiene los dos años casi recién cumplidos. Ambas se han portado estupendamente, han visto gran parte de la película agarraditas de la mano. Lo hemos pasado bien. El miércoles irá Jaime con su padre, que hoy no han podido sumarse.

Ayer hablaba con una amiga, cuya hija tiene tres meses menos que Julia, de ir al cine con ella y no se mostraba muy por la labor. Con la tele de casa le sobra para ver películas. Y es cierto que se ven divinamente en nuestros modernos televisores, pero hablando un poco más resulta que a mí me encanta el ambiente del cine, la oscuridad, el silencio en compañía, la pantalla gigante, los tráilers…

Es decir, que me gustan las películas y también me gusta el cine, que definitivamente no es lo mismo. Por eso mi empeño en poder ir con mis peques de vez en cuando. Y por eso antes de tener hijos pasaba por taquilla al menos una vez por semana, a veces dos. En cambio, por poner un ejemplo entre muchos, podían pasar años sin que fuéramos a un concierto.

Mi amiga me reconocía que no era su caso. Ella no compartía esa fascinación por las salas de cine.

Así que deduzco (no era difícil hacerlo) que, igual que tendemos a comprar a nuestros peques los juguetes que nos gustaron a nosotros, también acabamos llevándoles a las actividades que nosotros disfrutamos. Es del todo lógico que los aficionados al teatro lleven a sus hijos a funciones infantiles o los que gustan de paseos por la naturaleza les lleven de ruta desde que son bebés.

Influenciamos a nuestros hijos tanto que da miedo si te paras a pensarlo…