Entradas etiquetadas como ‘cocinar’

El arte de camuflar los alimentos

Es frecuente que los madres y padres recientes que cocinan aprendan a camuflar los alimentos que consideran saludables para sus hijos pero que ellos no quieren ni oler.

Mi suegra, sin ir más lejos, es una auténtica experta en hacer apetecible o directamente enmascarar verduras y pescados. De hecho, hasta que no eran ya adultos mi santo y su hermano no descubrieron que los riquísimos canelones de su mamá llevaban años escondiendo higaditos picados junto a la carne. Y hace poco una amiga confesaba que hacía con frecuencia tortilla de frutas.

Yo aún tengo mucho que aprender, pero estoy en ello. En las tortitas del desayuno aprovecho para batir plátano o manzana. Sobre todo si el plátano está empezando a pasarse y mi hija se niega a comerlo por estar «pegasoso» o si se han comido media manzana pero sobra otra media que hay que consumir pronto.

A Julia le chifla la fruta, pero con Jaime que no quiere ni verla estamos intentando meterle fruta con el arroz y la pasta.

¿Vosotros también sois de camuflajes alimentarios?

«¡Yo te ayudo mamá!»

Tenemos desde no hace mucho una tradición los festivos que disfrutamos todos: el desayuno de tortitas.

Y no lo disfrutamos sólo por comer tortitas y además hacerlo juntos. Lo más divertido en este caso para Julia es ayudarnos en la cocina.

Nosotros cascamos los huevos, pero ella se encarga de echar la leche y de poner las cucharadas de harina que le indicamos. Escoge el cuchilo con el que extender la mermelada y se encarga de dejar la tortita bien cubierta y luego doblarla para poder comerla a modo de bocata.

Le encanta. Una cosa tan tonta. Y luego se come la tortita con mucho más entusiasmo. Cocinar, aunque sea mínimamente, les ayuda a valorar más los alimentos que tomamos.

Igual que le gusta ayudarnos a hacer las camas, a recoger, bajar al mercado a hacer la compra, regar las plantas o a limpiar.

«¡Yo te ayudo mamá, yo te ayudo!».

Siempre es la primera dispuesta.

Es cierto que con ella cerca «ayudando» se tarda mucho más y el resultado no siempre es óptimo. Pero no nos importa. Es preferible responder a su instinto de ayudarnos y hacer esa actividad juntos.

Jaime no tiene ese interés de ayudarnos, de participar en lo que hacemos. En nuestras tareas de adultos Y es por su autismo, que no por su sexo o por su personalidad. Pero intentamos que lo haga también.

De hecho desde aquí tomo nota de intentarlo aún más.

Aprender a cocinar y disfrutar con ello

Ayer sacastéis el tema en los comentarios (gracias Cris por mencionar las chuches caseras) y me quedé con la copla.

Cocinar con los niños, manteniendo unas mínimas normas de seguridad, me parece una idea fantástica. No sólo porque ayude a que valoren los alimentos. También es fuente de creatividad, pueden aprender un montón si les contamos de dónde proceden y cómo se elabora la comida y es un rato estupendo para pasar en compañía.

El secreto es plantearlo como algo divertidísimo y no como una obligación. Algo complicado de hacer si perciben que para nosotros cocinar es algo tedioso y obligado.

Con los más pequeños
se puede simplemente hacer que te ayuden a untar el paté en el bocata, a cortar el plátano en trozos con un cuchillo sin filo o a decorar unas galletas con yogur, mermelada o nocilla.

Y de ahí al infinito.

Como despedida, una receta de gominolas de andar por casa extraída de guíainfantil.com.

Ingredientes:
– 2 sobres de gelatina neutra
– 1 sobre de gelatina con sabor
– 2 veces la medida de la gelatina con sabor de agua (aproximadamente 2 tazas pequeñas)
– 3 veces la medida de la gelatina con sabor de azúcar (aprox. 3 tazas pequeñas de azúcar)
– Azúcar granulado para rebozar las gominolas

Preparación:
La primera parte os corresponde a vosotros ya que es necesario utilizar el fuego. Introducir todos los ingredientes en un cazo y calentar a fuego suave removiendo constantemente sin que llegue a hervir.

Mojar con agua fría un molde rectangular y verter la gelatina. También podéis utilizar moldes para cubitos de hielo con diferentes formas. Se aconseja los de plástico blando porque luego será más fácil desmoldarla.

Introducir en la nevera y dejar que se enfríe. Cuando veáis que ha cogido la consistencia adecuada, es el momento de sacarla. Aquí entran en acción los niños.

Y ahora llega la parte más divertida que es rebozarlas con azúcar. Otra cosa que gustará a los niños es cortar con diferentes formas la que vertimos en la plancha rectangular, con cortadores de galletas formas distintas.

Tras esto sólo queda disfrutar del premio. Y los papás no dejéis de probarlas. Veréis como ha sido una buena idea preparar estas gominolas caseras.