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‘Monstruos University’ y ‘Gru 2’, crítica de cine infantil tardía

Hay meses en los que no hay apenas películas de dibujos en cartelera y otras en las que se nos acumulan. El verano es siempre época de estrenos infantiles. Verano y Navidad son fechas claves. Las últimas que hemos podido ver han sido Monstruos University y Gru 2.

La primera de ellas me temo que no le gustó nada a Julia. La primera parte, Monstruos S.A., no es una de sus películas favoritas pero la entretiene. Y gran parte del mérito es de Boo, la niña humana que visita accidentalmente el mundo de los monstruos cazadores de gritos. En cambio en esta segunda parte se aburrió, quiso irse antes de que acabase (aguantó, pero encima de mío y por compromiso) y cuando llegamos a casa le dijo claramente a su padre que no le había gustado. A su prima, que tiene su misma edad, le pasó igual. Tal vez no sea la película ideal para niñas de cuatro años, tal vez su público objetivo sean niños mayores. No estoy segura. Me da la impresión de que todo ese mundo del acceso al primer año de universidad al estilo yanqui aquí no tiene excesivo enganche. A mí y a mis cuñados tampoco nos pareció nada del otro mundo. Sólo he encontrado a una persona que me dijera que le encantó: un veinteañero con el que trabajo que probablemente vio la primera parte siendo un niño. Tal vez él y a los que son como él sean los que más puedan disfrutarla.

Gru 2 le gustó mucho más. Disfrutó de la película de principio a fin y cuando acabó se quedó a pie de la pantalla bailando la canción final junto a su prima y dos amiguitos que nos acompañaron. Todos ellos, tres niñas de 3 y 4 años y un niño de 5, lo pasaron muy bien viéndola. Lo de menos era el argumento, los logrados minions les hacen muchísima gracia. Y a mí también me parecen geniales, la verdad.

Las siguientes serán Planes, heredera de Cars, y Epic, ya os contaré qué nos parecen. Julia, tras ver los trailers, de la que más ganas tiene es de Epic, de los creadores de Río que le gusta tanto a ella como a Jaime. Ya están mostrando tráilers y carteles de Frozen, aunque para esa queda mucho más.

Ninguna de las cuatro películas por cierto es del gusto de Jaime. Para Jaime tienen que ser películas muy musicales, como Enredados o Happy Feet (la primera que acudimos a ver con él cargados de chuches y sin saber si aguantaría sentado diez minutos, pero que vio enterita). A ver si estrenan una así pronto.

¿Vosotros habéis visto Gru 2 y Monstruos University? ¿Les gustaron a vuestros peques? ¿Las recomendaríais?

Otra Navidad de estrenos infantiles

Como cada Navidad se acumulan los estrenos infantiles. Y este va a ser el primer año que los disfrutemos a tope con Julia y Jaime. Sobre todo con Julia, que a sus tres años es ya una veterana en las salas. Le encanta y se porta divinamente, de lo más formal. A Jaime solo podemos llevarle a las películas que tienen mucha música, tipo ‘Enredados’ o ‘Happy feet’. Ha salido cinéfila, como sus padres, que íbamos una o dos veces al cine por semana antes de tenerles (ahora la cosa se ha reducido bastante).

Ya nos hemos aprendido los cines más indicados para los niños. Para mí es clave que el asiento sea fijo, no de esos que se pliegan hacia arriba. Julia no pesa lo suficiente para mantenerlo en su sitio y toca coger un alzador, que acaba resultando incómodo y a veces escasean, o acabas sujetando tú la silla toda la película.

Agradezco también que haya espacio suficiente entre filas de asientos, que con niños de 90 centímetros si se siente alguien delante la visibilidad enseguida se ve reducida. Y frecuentamos los horarios infantiles: matinales de fin de semana, que son más baratas, y primeras sesiones de la tarde.

El precio es otra cuestión. No es una excursión nada barata, aunque días del espectador, sesiones matinales y bonos familiares lo rebajan bastante. Pero tampoco hay tantas películas infantiles al año que merezcan la pena, aunque ahora haya un cúmulo de ellas. Prefiero gastarlo en eso que en ropa extra que realmente no necesita o en cenar en el burguer.

Algunas de las películas que hay ahora en cartel para niños ya las hemos visto. Y la que más nos ha gustado a pequeños y mayores ha sido ‘El origen de los guardianes’, con un Jack Escarcha de protagonista trayendo el invierno que a mí me recuerda muchísimo a Peter Pan y un Santa Claus ruso y tatuado, nada ñoño, que tiene un trineo con alma de Harley Davidson.

‘Hotel Transilvania’ ha sido otra que también nos gustó, más a Julia que a mí, y que aún se puede ver en algunas salas en sesiones infantiles.

Como ‘Campanilla y el secreto de las hadas’. Una más de Campanilla, pero con nieve y ropa de abrigo. No es que nos aporte nada a los adultos, pero tampoco hace que se nos caigan los ojos. Y he de reconocer que a Julia le encantó, que era lo que pretendíamos.

‘Frankenweenie’ la dejamos pasar. Me pareció que era muy larga y que Julia todavía era pequeña.

Ahora en Navidad se estrena también ‘Rompe Ralph’, que por el tráiler a mí me pareció un ‘toy story’ de videojuegos, aunque mi compañero bloguero 20hitcombo (@20hitcombo), que suele tener buen criterio, la ha visto ya y me dice que estoy equivocada y que es una película realmente recomendable, tanto para adultos como para niños, cargadita de referencias ‘jugonas’. A esa irá mi santo con Julia.

También queda ‘El alucinante mundo de Norman’, que iré a ver con Julia porque siente debilidad por los Zombies (y por todo lo que tenga que ver con Halloween).

Echo en falta un estreno con un número razonable de canciones para poder llevar a Jaime, la verdad.

¿Vosotros habéis visto alguna de las películas que comento? ¿Qué os parecieron? ¿Las iréis a ver?

¿Qué os parece Brave, la princesa pelirroja y guerrera de Pixar?


Estoy deseando que estrenen una película para volver a llevar a mis niños al cine. La última fue el reestreno de Enredados en Navidad, y desde entonces no ha habido ninguna que me haya parecido apetecible. Estoy descubriendo que hay épocas de muy poca oferta cinéfila infantil. Parece que solo pudiéramos llevar a los niños al cine en navidades. Lorax sí que tiene buena pinta, pero me da que para niños algo mayores.

Hoy el mismo equipo de Pixar que lanzó Wall-E ha presentado el primer tráiler de Brave (había pequeños avances, pero ningún tráiler definitivo), con una princesa (Merida se llama) muy escocesa, muy despeinada (la primera de Disney que recuerdo con el pelo alborotado, como las chicas ye-ye) y muuuuy guerrera. Un tráiler en el que no se ve príncipe por ninguna parte (que no es que sea malo ni bueno, pero me llama la atención). La noche y el día comparada con Blancanieves.

Y lo que veo y leo de su próxima gran apuesta me gusta. Es de esas películas que hubiera ido a ver con mi pareja antes de ser padres. Con la música que aparece al final me han dado en mi talón de Aquiles. Me ha recordado un poco a Cómo entrenar a tu dragón. La duda que tengo es si será para niños de tres años o para niños más mayores. Wall-E no era para los más chiquitines y no se intuyen muchas canciones, que es con lo que más disfruta Jaime. Llegará a finales de junio a los cines.

¿Qué os parece lo que veis?

Llevamos a nuestros hijos a las actividades que nos gustan a nosotros

Hoye hemos vuelto al cine para ver el reestreno de Enredados, una de las películas de animación que más me han gustado de los últimos años (y a mis hijos también). Ha sido la tercera vez que Julia iba al cine y la primera de su prima, que tiene los dos años casi recién cumplidos. Ambas se han portado estupendamente, han visto gran parte de la película agarraditas de la mano. Lo hemos pasado bien. El miércoles irá Jaime con su padre, que hoy no han podido sumarse.

Ayer hablaba con una amiga, cuya hija tiene tres meses menos que Julia, de ir al cine con ella y no se mostraba muy por la labor. Con la tele de casa le sobra para ver películas. Y es cierto que se ven divinamente en nuestros modernos televisores, pero hablando un poco más resulta que a mí me encanta el ambiente del cine, la oscuridad, el silencio en compañía, la pantalla gigante, los tráilers…

Es decir, que me gustan las películas y también me gusta el cine, que definitivamente no es lo mismo. Por eso mi empeño en poder ir con mis peques de vez en cuando. Y por eso antes de tener hijos pasaba por taquilla al menos una vez por semana, a veces dos. En cambio, por poner un ejemplo entre muchos, podían pasar años sin que fuéramos a un concierto.

Mi amiga me reconocía que no era su caso. Ella no compartía esa fascinación por las salas de cine.

Así que deduzco (no era difícil hacerlo) que, igual que tendemos a comprar a nuestros peques los juguetes que nos gustaron a nosotros, también acabamos llevándoles a las actividades que nosotros disfrutamos. Es del todo lógico que los aficionados al teatro lleven a sus hijos a funciones infantiles o los que gustan de paseos por la naturaleza les lleven de ruta desde que son bebés.

Influenciamos a nuestros hijos tanto que da miedo si te paras a pensarlo…

Y fuimos al cine…

El miércoles finalmente no fuimos al cine, que no había caído como bien apuntásteis, que no era día del espectador por ser previo a festivo. Pero el jueves por la mañana, aprovechando que no teníamos que ir a trabajar, no atrevimos a intentarlo en la sesión matinal que también es más barata.

Jamás en nuestra vida habíamos ido al cine a las 12 de la mañana. Y eso que, antes de tener a los niños, no era raro que fuésemos un par de veces por semana. Lo que nos quedó claro nada más llegar es que es la sesión de los niños. Prácticamente todos allí éramos padres recientes con niños más o menos pequeños. Y había bastantes.

Por suerte para nuestro experimento, en Happy feet 2 sin 3D sólo había otros cuatro espectadores.

En cualquier caso, la cosa salió bien. Entramos esperando cualquier cosa, pero ambos aguantaron toda la película tan contentos. Jaime tuvo que salir al baño a media película y Julia la última media hora la pasó sentada en mi regazo. No me extraña: esos elevadores que te ofrecen no son lo más cómodo del mundo, son muy rígidos y no le permitían apoyar la espalda.

Así que el experimento tuvo éxito. Jaime con casi cinco años y medio y Julia a los tres meses de cumplir tres años, han estado por vez primera frente a una «pantalla gigante» y les ha gustado la experiencia.

Sobre la película lo que más recuerda Julia son las «gambas simpáticas» y los «pájaros malos». Si Jaime pudiera hablar probablemente destacaría las canciones.

Repetiremos…

Hoy iremos por primera vez al cine con los niños

Pues sí, finalmente hemos reunido valor y hoy, aprovechando que es día del espectador y las entradas son más baratas (puestos a experimentar, mejor hacerlo por menos dinero), iremos por vez primera al cine con Julia (dos años y nueve meses) y Jaime (casi cinco años y medio y autismo). Toda una aventura.

Hemos elegido la segunda parte de Happy Feet por que, inexplicablemente para nosotros, la primera les encanta tanto por los pingüinos como por las canciones.

Por lo que me han contado otros padres recientes puede pasar de todo, pero básicamente las opciones son cuatro: que aguanten toda la película y disfruten con ella, que aguanten toda la película pero la experiencia no les guste demasiado, que haya que salir antes de tiempo del cine o que se duerman durante la película.

Prometo contaros qué tal la experiencia. Si la cosa va bien probablemente repitamos con El rey León, que reestrenarán pronto y también les gusta mucho. Aunque no en 3D, lo de las gafas con niños tan pequeños es demasiado.

Aunque tampoco es plan de ir todas las semanas, teniendo en cuenta el precio de las entradas de dos niños y dos adultos, más algo de beber y picar. Si ya se completa el plan cenando fuera, es un dineral para casi cualquier familia.

Las salidas nocturnas de los padres recientes

Hoy he dormido apenas cuatro horas. Pero no, nada que ver con una noche toledana de alguno de mis peques. Ayer por la noche, por primera vez en muchos meses, salí con unos amigos. Fuimos a un concierto de jazz de la prometedora y genial Melissa Aldana que empezaba a medianoche. Inmediatamente después del concierto regresamos a casa, pero ya nos habían dado las tres de la mañana.

Y a las siete los niños han tocado diana, como suele ser habitual. Es día de colegio.

El virtuosismo de esta chilena afincada en Nueva York y de sus dos compañeros a la batería y al piano, ayudados por dos cafés y una coca cola, evitaron que me durmiera. Si la cosa hubiera sido más melódica y la silla más cómoda no sé si no hubiera dado una cabezada.

Con niños pequeños y trabajando, las salidas están contadas y muy seleccionadas. El cuerpo difícilmente aguanta tanta nocturnidad. Y la mente sabe que recuperar las horas de sueño no es algo tan sencillo. La única opción para lograrlo es ir esta noche a dormir tan pronto como se hayan acostado ellos. Y esperar que ambos duerman un buen número de horas del tirón.

Respecto a las salidas nocturnas, cada pareja de padres recientes es un mundo.

Mi santo y yo siempre hemos sido más diurnos, más de excursiones, cines y cenas que de otras cosa. Al menos una vez al mes procuramos apañarnos canguros para disfrutar de algún rato juntos. Y procuramos hacerlo de día, que es más sencillo para los canguros y para los niños. No es raro que vayamos al cine a la sesión de las 16:30 y nos escapamos a comer en lugar de a cenar.

Es muy raro que nos vayamos solos, cada uno por su lado. Era raro antes de tener niños y lo sigue siendo ahora. Lo de ayer fue muy excepcional.

No sé cómo os organizaréis vosotros.
Yo conozco parejas con niños pequeños que tienen diferentes sistemas establecidos: establecen que todos los viernes por las noches se escapan y buscan ayuda de abuelos o canguros, alternan un día de salida semanal uno y otro (este sábado tú con tus amigos, el siguiente yo con los míos), uno renuncia voluntariamente a las salidas nocturnas en favor del otro…

De lo que no tengo constancia en mi entorno es de ningún padre reciente que conserve el ritmo habitual previo a su paternidad. Aunque seguro que los habrá. De todo hay…

En cualquier caso para nosotros, aunque de vez en cuando te pida el cuerpo alguna escapada a solas, el ocio que ahora nos apetece es con nuestros hijos. Como mejor lo pasamos es planeando como pasar el tiempo con ellos.

Ya habrá tiempo de nuevo para aburrirnos juntos. ¿No creéis?

«Todo lo que tú quieras», la película de Achero Mañas


Primero vi el cartel: la foto de una niña preciosa, como de porcelana, pero que parecía sacada del pueblo de los malditos. Me pareció el cartel de una peli de terror y me llamó la atención la frase promocional. Sin recordarla exactamente, me quedé con que decía algo así como «¿Qué no haría un padre por su hijo?».

Unos días más tarde leí una sinopsis bastante escueta que le daba pinta de dramón:

Leo y Alicia son un matrimonio feliz. Viven en Madrid tranquilamente con su pequeña hija Dafne. Todo cambia cuando Alicia muere de forma inesperada. Entonces Leo tendrá que ocuparse solo de su hija, haciendo a la vez del papel de padre y de madre. Esto provocará que el hombre termine por perder su propia identidad, su único objetivo en la vida es hacerle todo más fácil a la pequeña Dafne.

Así que intrigada acudí a Youtube en busca del tráiler.

¿Alguien la ha visto? ¿Qué tal está? ¿De qué va realmente?

Tengo mucha curiosidad, pero dudo sinceramente tener ocasión de ir al cine a saciarla.

Por primera vez en el cine

Detalle del cartel de 12 festival internacional de cine para niños

Tengo amigos que han llevado a sus hijos con poco más de dos años a ver alguna película cortita y adecuada y cuya experiencia fue todo un éxito. En cambio sé de otros con niños de cinco e incluso seis años a los que aún no se han atrevido a meter en un cine.

No tengo muy claro a qué edad se recomienda que se puede llevar por vez primera a los peques al cine. Imagino que como suele suceder con tantas otras cosas no hay reglas fijas, depende más de la personalidad, preferencias, paciencia y atención de cada niño.

Pero es verdad que muchos de los que disfrutaron de la experiencia en parte también fue porque lo hicieron bien: les anticiparon durante los días previos el argumento, los personajes, las canciones… para que entraran motivados. Y buscaron un cine tranquilo en el horario de menor afluencia.

Nosotros estamos deseando poder pasar una tarde de cine con ellos. Aún no nos hemos atrevido porque Julia es tirando a inquieta y muy pequeña (una polvorilla de 17 meses). Y Jaime es una incógnita.

Pero hoy, sin anticiparlo, totalmente por sorpresa, nos hemos encontrado dentro de un cine. Hemos ido a un parque temático y una de las atracciones era un cine 3D en el que emitían una versión de unos 15 o 20 minutos de una peli de pingüinos.

Hemos probado y la cosa ha salido mejor de lo que esperábamos. Julia no ha tenido paciencia para ver sentada más que cinco minutos, pero su hermano ha disfrutado de la experiencia. No le han importado las luces apagadas, esas butacas raras con asiento plegable, toda la gente que le rodeaba ni la tele tamaño XXL. Es decir, ese ambiente mágico que a tantos nos fascina. De hecho le ha sabido a poco.

Ahora tendremos que estar pendientes de alguna película que estrenen y que nos parezca apropiada para él (cuánta más música y canciones mejor, si reestrenaran Fantasía o hicieran una peli inspirada en Cantajuegos sería ideal) para intentarlo de verdad. Aunque el intento nos salga caro (¡menudos precios tiene el cine!).

¿Cómo fue vuestra primera vez con vuestros hijos en el cine?