Beber en el embarazo, ¿nada o un poco? se titula una noticia que publicamos este lunes sobre un muy polémico estudio del University College London.

Los investigadores defienden que es beneficioso para el bebé beban una o dos unidades (8 gramos/unidad) de alcohol a la semana.

Hasta ahora, el consejo de las autoridades británicas para embarazadas es que eviten el alcohol. Su consumo excesivo puede causar un aborto, que el niño nazca muerto o un daño permanente del feto durante su crecimiento, en los casos más graves.

Pero este estudio ha comprobado que los niños nacidos de consumidoras «ligeras» de alcohol eran 40% menos proclives a sufrir problemas de comportamiento y 30% menos propensos a desarrollar hiperactividad que los nacidos de las madres que se habían abstenido de ingerir alcohol. Además obtuvieron buenos resultados en las pruebas de vocabulario y en las de identificación de colores, formas, letras y números.

Las reacciones en contra no se han hecho esperar. Y yo soy de las que también piensan que puede ser muy peligroso. Que puede haber embarazadas que piensen que el alcohol no es peligroso. Cuando sí que lo es. Y mucho.

¿Habéis oído hablar de síndrome alcohólico fetal (SAF)?

El síndrome alcohólico fetal (SAF) es una afección caracterizada por rasgos faciales anormales, retardo del crecimiento y problemas de sistema nervioso central. Los niños con SAF pueden sufrir de discapacidades físicas y problemas de aprendizaje, memoria, atención, solución de problemas y problemas sociales y de conducta.

El SAF es 100% prevenible si la mujer no bebe alcohol mientras está embarazada

Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, también lo hace el bebé por nacer. No se conoce de ninguna cantidad de alcohol que no tenga efectos adversos en el embarazo y tampoco parece existir un período durante el cual se pueda beber alcohol con confianza durante el embarazo.

Así que si hay que responder al titular. No sé vosotros, pero yo prefiero no beber nada de alcohol. Tampoco es un sacrificio tan grande.

Me da miedo que pase lo mismo con el tabaco: estoy harta de oir a embarazadas fumadoras aquello de que la ansiedad de dejar de fumar es peor que los daños del tabaco, cuando ni han intentado dejarlo para comprobar si efectivamente les sube tanto la tensión como para que dejar el tabaco entrañe un riesgo. Muchas que planificaron su embarazo incluso podrían haberlo dejado antes de quedarse embarazadas.

En España, con nuestra cultura tan inclinada a beber alcohol, ya es habitual que estando embarazada te animen en una celebración (bodas, cumpleaños, Navidad) a tomar una copa de vino blanco, refrescarte con una clara o a brindar con cava.

«Total, por una copita, tampoco te va a pasar nada» te suelen decir.

Yo lo he escuchado muchas veces estando embarazada. ¿Vosotros no?