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Los lectores y autores de literatura infantil y juvenil merecen todo el respeto

Es una constante que las reflexiones del escritor, maestro y dramaturgo Nando López son muy necesarias. Sobre educación, sobre igualdad y sobre cultura es una de esas personas a las que si no se las puede llamar referentes, desde luego deberían serlo.

Este viernes me encontré con otro de esos valiosos hilos suyos, que me tocó especialmente, porque habla de literatura infantil y literatura juvenil (yo misma soy autora de una novela juvenil, Mastín y la chica del galgo) y tiene toda la razón.

Se la desprecia, se la considera de segunda, un asunto menor. ¿Un escritor de infantil o juvenil premio Cervantes? ¡Pero qué nos estás contando! Para eso creamos un Cervantes Chico como mucho. Y no estoy segura de que más allá de nuestras fronteras el panorama sea mejor. A fin de cuentas, si es en los premios prestigiosos en los que hay que fijarse, tampoco hay ningún Nobel en estos géneros. Está el ‘pequeño Nobel’ o premio Hans Christian Andersen. Como la literatura infantil y juvenil no fuese exactamente literatura, sino otra cosa para la que hay que crear sus propios galardones.

(GTRES)

He hablado y entrevistado a un buen puñado de escritores de infantil y juvenil durante todos estos años (23 como periodista, 13 con este blog). Es un tema que ha salido de forma recurrente con ellos. Con frecuencia, sobre todo si es una entrevista formal, manifestaban su contrariedad elegantemente.

Por ejemplo hace no mucho Roberto Santiago, autor de entre otros libros de la saga Futbolísimos que ha acercado a muchísimos niños a la lectura en los últimos años. En la entrevista me decía:

A veces la literatura infantil se considera literatura de segunda. Estos prejuicios son absurdos y solo hablan mal de aquella persona que emite ese tipo de juicios. Si hoy en día se publicara, por ejemplo, La isla del tesoro, que es una de las mejores novelas jamás escritas en la historia, estoy seguro de que se publicaría en una colección de literatura juvenil.

O algo antes, Gemma Lienas, otra escritora prolífica de juvenil, en una charla para este mismo blog:

La literatura juvenil como algo de segunda fila es propio de nuestro país, en otros no pasa. En Estados Unidos, Inglaterra o Alemania no es así. Pero en España es cierto que es la Cenicienta. Tal vez porque es un fenómeno relativamente joven. Me parece tonto que los haya que tengan ese desprecio por la literatura juvenil. La literatura es buena o mala, independientemente del género. Los escritores que solo escriben para adultos olvidan que hay que crear lectores.

Es un malestar, un desprecio, que por cotidiano hace que estemos acostumbrados. Aunque no debería ser así, deberíamos reclamar su calidad y espacio.

Termino con la reflexión de Nando López en forma de hilo, que es extrapolable a determinados géneros como la fantasía, la ciencia ficción, el terror, los mangas o los cómics. También se los mira equivocadamente con desprecio. Tengo una amiga experta en incentivar la lectura en niños y adolescentes que me contaba cómo el profesorado reniega de que sus alumnos solo lean cómics o esos libros de Blue Jeans o cosas así. Sobre todo en el Instituto, cierto es que en Primaria me cuenta que es otra cosa, que la mirada de los maestros es más abierta y flexible.

‘Cosas que no hacen los mayores’, un cuento para reírnos juntos de las deseables imperfecciones mutuas

En los últimos días han llegado a mis manos varios cuentos de la editorial Nube Ocho. Dos de ellos han llamado especialmente mi atención y he querido traerlos a este blog.

Uno es Federico y sus familias. En él, el gato Federico es el hilo conductor para mostrarnos que la felicidad es posible en todo tipo de familias, para normalizar vivir solo con papá o papá, con dos papás o con los abuelos.

Y el cuento de Mili Hernández llega en mi formato favorito para los más peques, resistente, cuadrado y manejable.


Pero mi cuento preferido entre las novedades de esta editorial es otro, para niños a partir de unos tres años. Se llama Cosas que no hacen los mayores de Davide Culi y Benjamin Chad.

Madres, padres, abuelos y abuelas somos imperfectos, inconsecuentes, inconstantes y demasiadas veces malos ejemplos. Es imposible ser perfectos, tampoco es deseable. Lo que sí convendría es que fuéramos conscientes de todo ese cúmulo de realidades.

Este libro nos lo recuerda, nos pone en nuestro sitio de una manera muy divertida.

No deberíamos exigir a nuestros hijos en demasía ni caer en el postureo parental. Os aseguro que los niños son perfectamente conscientes de que a veces decimos palabrotas, nos enfurruñamos, hacemos travesuras, trampas, echamos las culpas a otros, nos portamos mal en definitiva.

Es un cuento delicioso para reírnos juntos, para relativizar.

También para tomar nota de que los niños nos observan, de que les enseñamos con nuestros actos más que que con nuestros discursos y que en aquello que sí es realmente importante deberíamos ponernos las pilas para ser buenos ejemplos.

Doce mangas recomendables para adolescentes, que invitan a reflexionar y debatir

Una buena amiga, bibliotecaria, cuentacuentos y organizadora de clubes de lectura para niños y jóvenes entre otras muchas virtudes a la que podéis encontrar en redes como @trastadasdemama, me ha pedido que le recomiende unos cuantos mangas para chavales de instituto.

Mi respuesta para ella viene en forma de post, por si a alguno de vosotros le apetece acercarse a estas historias, que también pueden aportar mucho a los adultos, o acercárselas a algún adolescente que tenga al lado.

Leer cómics es leer. Leer mangas es leer. Leer es una aventura maravillosa y necesaria.

He recopilado doce que siento que puedo recomendar y que recogen cuestiones como la depresión y el suicidio, el acoso escolar, la discapacidad, el afán de superación, el despertar al sexo o la tolerancia. Como en todas las listas, probablemente habrá aficionados a este tipo de lectura que echen en falta algún título. Están invitados a sugerirlo en los comentarios.

Lo cierto es que hay muchos mangas de calidad, con historias sobre las que se puede reflexionar, aprender y debatir, que ayudan a pensar. Y aunque los chavales de bachillerato dudo que se asusten fácil, todos ellos son bastante comedidos.

Aquellos que vean el manga bajo el prejuicio de la violencia, el sexo o el dibujo de escasa calidad, ya pueden ir sacudiéndoselos de encima, así como hacen los perros con la lluvia. Hay todo tipo de géneros en el manga, que piensan en todo tipo de gustos y demografías, con unos artistas detrás capaces de dotar de personalidad y múltiples expresiones a sus protagonistas con un minimalismo de trazos envidiable.


He pasado por bastantes mangas con componente romántico que se desarrollan en el instituto. Pues creo que Aao no Flag de kaito (IVREA) es la mejor de todas las que se está editando en este momento junto a Nuestra salvaje juventud, una serie abierta que va por los seis tomos.

El dibujo, de gran personalidad, igual salta del sentido del humor más caricaturizado a un realismo detallado que transmite perfectamente las emociones de los personajes. Y hay muchas emociones en juego en las vidas de estos chicos de instituto, que escapan de los estereotipos y de los caminos trillados. El tímido protagonista que es hilo conductor no es lo que parece; la aparentemente guapa y tonta de la clase; el deportista guaperas o la amiga distante y enigmática de la chica que es como un ratoncillo silencioso en clase.

La historia también se mueve entre la cotidianidad, el humor y las reflexiones de unos jóvenes que están empezando a tomar las riendas de su vida. Merece repetir en España el éxito de Japón.

Nuestra salvaje juventud de Mari Okada, Nao Emoto (Milky Way) es otra serie abierta que merece especial atención. Sus protagonistas son un grupo de chicas de instituto que forman parte del club de lectura y que, en su mayoría, tienen una inocencia impropia de su edad, pero también la curiosidad por adentrarse en ese territorio inexplorado que es el sexo y las relaciones sentimentales.

Llama la atención la candidez del dibujo, que choca con una aproximación realista y valiente de la historia. Sin ser soez en ningún momento, muestra los primeros encuentros de estas chicas con la masturbación, con el porno, con el descubrimiento de que alguien te gusta o tú puedes gustarle a alguien y lo difícil que es gestionar todo ese barullo emocional.

El éxito en Japón ha sido enorme y hay una serie de animación en marcha. En España tenemos disponibles los cuatro primeros tomos.

Orange de Ichigo Takano (Tomodomo) es casi un clásico. El manga tiene casi ocho años de vida y la serie de animación va para cinco. Se trata de una serie cerrada de cinco tomos a la que se le añadió un sexto volumen que muestra la perspectiva de otro de los personajes, el más querido por los lectores. También hay serie de animación.

Resulta una lectura interesante porque aborda el suicidio con una premisa fantástica. Muy resumido, la protagonista recibe cartas de su yo adulto que le advierte de que uno de sus amigos se acabará quitando la vida. A partir de ese momento su empeño es evitarlo a toda costa.

Es un manga con un elevado componente romántico que pone en valor la amistad, las segundas oportunidades, el valor que tiene la vida. También es un manga que a un lector adulto le puede resultar demasiado edulcorado, al igual que lo es su dibujo.

Como me contaba la editora Alina Scchasnovich hace unos tres años, «Es la que más recomiendo al público adolescente porque te motiva a vivir el día a día y ser buena persona. Me gustaría que fuera algo que leyesen las generaciones que están por vivir.

De A Silent Voice de Yoshitoke Oima (Milky Way) ya hablé largo y tendido en este mismo blog cuando se estrenó el largometraje inspirado en el manga.

El protagonista es acosador y víctima a la vez. Comienza acosando a los doce años a una niña que llega nueva a su clase con discapacidad auditiva. Pero ese pequeño matón acabará siendo más tarde el acosado. La historia recoge su viaje de redención, de aprender a pensar en los demás, a perdonar a otros y a perdonarse a uno mismo, de entender cómo se construye la amistad.

Me gusta A silent voice porque muestra una realidad complicada, con muchas facetas, en la que vemos retratadas distintas actitudes de alumnos, profesores, padres, amigos o hermanos. Vemos a esa niña que retrasa la clase, esa profesora joven que intenta lograr su inclusión con más entusiasmo que resolución y recursos, ese otro maestro que lo único que quiere es que no le compliquen demasiado la vida, esos niños que miran a otro lado, esos otros que se suman a las bromas de mal gusto…

Imprescindible.

Los dioses mienten y Mi amigo capricornio son dos tomos únicos editados también por Milky Way que pueden ser una buena aproximación al manga para aquellos que no quieran meterse en series más largas, así de entrada.

El primero comienza con un preadolescente deportista que se encuentra un cachorro de gato herido y abandonado. Escucha sus maullidos pidiendo auxilio y, en lugar de mirar a otro lado y seguir su camino, decide complicarse la vida y rescatarlo. Ese cachorro propiciará uno de esos encuentros que marca para toda la vida, en el que el chico comprenderá que hay pobreza a su alrededor, que hay niños como él teniendo que vivir realidades muy difíciles.

También acabará convirtiéndose en un maestro de vida, “porque un gato que ha perdido un pata, corre con las tres que le quedan. No es algo que resulte triste en absoluto”.

Del segundo ya os hablé también en mi blog. Trata también del acoso escolar con una premisa fantástica. Un viento mágico sopla noticias del futuro al protagonista. Un chico que tendrá que  querrá evitar un suceso terrible y que se encontrará un misterio a resolver, porque no todo es ni mucho menos lo que parece en este libro francamente recomendable que puede abrir la puerta a una buena charla.

Puede ser una buena herramienta para que nuestros chicos reflexionen sobre el bullying, sobre si el papel que desean ocupar es el de meros observadores cuando vean a un compañero abusar de otro. La única pega, tal vez, es un malvado demasiado oscuro, sin complejidades.

Welcome to the ballroom es otra serie abierta que está editando Milky Way. Una que invita a sacudirse prejuicios también con los bailes de salón, que son un deporte de competición muy exigente. Aquí no hay que aprender a jugar en equipo, tampoco a esforzase en solitario hay que aprender a compenetrarse con una pareja.

En ese deporte se inicia el protagonista, un chico sin metas, sin nada que le haga destacar, y al que adentrare en este mucho le imbuye de confianza, le enseña a saber pisar mejor en todos los sentidos, a esforzare en entender a los otros, a ser valiente y superarse, obviando sus debilidades e incluso convirtiéndolas en fortalezas.

Las historias de adolescentes que comienzan un deporte son un clásico del manga con género propio. Elijo a esta como representante por lo fresca que resulta, lo maravilloso de su dibujo y lo bonito que es ver crecer a Tatara Kun en todos los sentidos.

Sombras sobre Shimanami de Yuhki Kamatani (Tomodomo) es una serie cerrada de cuatro tomos que es absolutamente maravillosa. Su artista es sobresaliente y la historia y su elenco de personajes no lo son menos.

Aunque el protagonista es un chico que no sabe muy bien cómo gestionar el hecho de que es homosexual y se ha enamorado de un compañero, es en realidad una obra muy coral, en la que aparecen distintas personas dentro del colectivo LGTBi unidas por una casa que es refugio, que es hogar para todas ellas.

En este libro aparece mi relación favorita entre dos chicas de los mangas que he leído, pero también hay un anciano gay, un personaje transexual y otro que no parece querer explicarse ni identificarse con ninguna etiqueta.

Kamatani tiene otra serie cerrada, publicada en la misma editorial, que también es una delicia apta para adolescentes. Se llama Shonen Note y sigue a varios chicos que forman parte del coro de su escuela. ¿He dicho ya que su dibujo es extraordinario?

Con Sombras sobre Shimanami inauguro la parte final del post, en el que todos los libros incluyen relaciones homosexuales y la dificultad de entenderse, de encarar lo que uno es en la adolescencia. Resulta interesante que sea el manga el tipo de lectura que tenga en estos momentos más títulos románticos, bonitos, positivos, que ayudan a la autoaceptación y a la tolerancia de nuestros chicos.

Ya os conté hace dos años que nuestros adolescentes deberían crecer con historias como Puedo ir el sol, de Yuki Fumino (Milky Way).

Narra cómo el impulsivo y noble (y siempre hambriento) Taichii rescata del aislamiento a Kohëi; un aislamiento nacido de una doble dificultad: su discapacidad auditiva y la atracción que desarrolla hacia Taichii, que accidentalmente acepta convertirse en su (pésimo) anotador, que es como llaman a los voluntarios que toman apuntes para los alumnos sordos o con problemas de audición.

Kohëi tendrá que aprender a aceptarse de dos maneras diferentes. Por un lado respecto al hecho de que se ha enamorado de una persona de tu mismo sexo y no cree que sea posible que ese amor sea correspondido. Con avances torpes, decisiones equivocadas, nervios, inseguridades, miedo al rechazo… Todo repleto de situaciones creíbles, todo perfectamente realista.

Hay un tercer volumen publicado que, a falta de ver cómo avanza en un cuarto que aún no ha llegado a España, me parece prescindible. Con los dos primeros se dispone de una historia preciosa y cerrada.

Traigo dos tomos únicos de temática Boys’ Love por lo mismo que antes, porque puede ser que haya quien quiera aproximarse a estas lecturas sin invertir en varios tomos.

Tanto Algo entre nosotros de Hagi como You are in the blue summer de Nagisa Furuya (ambas de Milky Way) son historias cercanas, bonitas, románticas, que cuentan ese empezar a andar siendo diferente.

La primera es tierna, con sus toques de humor. Todo comienza cuando chico resulta intrigado por las lágrimas del otro. ¿Por qué estará llorando?. Pero si me obligaran a elegir, tal vez me quedaría con la segunda, tanto por dibujo como por historia. En ella que entre dos amigos que se llevan estupendamente, compartiendo su afición por el cine, surge una declaración de amor.  ¿Qué hacer si tu mejor amigo te dice que le gustas? Está muy bien llevado.

Termino con  Given, serie abierta de Natsu Kizu (Milky Way) que está teniendo un gran éxito internacional y cuenta también con serie de animación. Un grupo de música, con dos universitarios y dos chicos de instituto, que son muy distintos, que tienen circunstancias muy distintas, a los que une el amor por la música, la amistad y algo más.

La autora salta de las risas a lo dramático con una facilidad pasmosa y logra construir personajes complejos y diferenciados a los que sigues página a página deseando que avancen por la vida con bien, entendiendo lo que les motiva.

Que sea la última de la lista no significa absolutamente nada.

Mi hija tiene apenas diez años, pero en breve comenzaré a ofrecerle estas historias. Igual que se las he estado regalando a otros adolescentes de mi entorno.

Encierran horas de lectura llenas de emociones y aprendizajes.

‘Perro apestoso’, los cuentos del animal más feo, bueno y tontaina han llegado a España

Perro apestoso es un tontaina encantador. Huele a sardinas, jamás le elegirían para protagonizar un anuncio de papel higiénico, pero tiene un corazón puro y generoso. Vive con Gatochato, que es mucho más listo, junto a un cubo de basura.

Perro apestoso es también una serie de diez cuentos de gran éxito en Francia, obra de Colas Gutman y Marc Boutavant. Ya había sido traducido a veinte idiomas y Justo ahora sus dos primeros tomos acaban de aterrizar en España cortesía de Blackie Books, una editorial que trae títulos realmente interesantes, tanto para adultos como para el público infantil.

Este perro que no pierde el buen humor, la ingenuidad y la esperanza en cualquier circunstancia es, efectivamente, un tipo interesante. Un protagonista con los mimbres necesarios como para perdurar en el recuerdo de los niños que se adentren entre sus páginas, tanto por su esencia como por la manera en que ha sido ilustrado.

Niños que empiezan a leer solos, también niños más pequeños a los que sus padres les lean las aventuras de este perro sin dueño.

Perro apestoso es un tanto surrealista y muy divertido. El sentido del humor es una constante.

Pero a veces, también en la vida de un perro apestoso, pasan cosas bonitas e inesperadas: de repente un cachorro de labrador con el pelo suave como la seda se acerca y le dice:

– Si he conseguido que me gusten los niños también puedo conseguir que me gusten los perros roñosos. – Y se pone a su lado.

Y además de divertir, enseña. Aunque divertir no es poco, debe ser lo primero para poder aprender.

Enseña, como es obvio, a no dar importancia al aspecto físico, a conocer el interior de aquel que tenemos enfrente. También a poner en valor la bondad y el optimismo, que son dos cualidades demasiado infravaloradas con frecuencia e injustamente.

En este universo los perros van al colegio, hablan con los seres humanos, manejan herramientas e incumplen las leyes más lógicas si la historia lo pide.

Solo le pondría una pequeña pega. Cuando el encantador perro apestoso va al colegio en el segundo tomo, los perros que le rodean responden a todos los estereotipos de las razas caninas. Ya no hay contrastes. Solo el labrador del fragmento anterior es reseñable.

Los caniches son pijos y estirados por dentro y por fuera. El pitbull es el macarra del patio, lo que estigmatiza aún más a estas razas, que bastante tienen encima ya. Demasiado obvio, demasiado fácil, un poco decepcionante.

Habrá que ver cómo avanzan las aventuras de este precioso feo perro feliz.

‘Carla no es Carla, sino Carlos’, un cuento para educar sin etiquetas

Hace mucho que conozco a Alba Alonso Feijoo, tanto que no recuerdo exáctamente desde cuándo ni cómo di con esta profesional de la educación que se bate el cobre, desde las redes sociales y el duro suelo, para que cale ese lema que muestra siempre visible: Educar sin etiquetas.

Esta maestra gallega lleva mucho tiempo defendiendo el derecho de los niños a ser quiénes son, a crecer libres y propios, a que tengan una infancia feliz y plena, con el proyecto RealKiddys. Desde hace años está denunciando los imperativos de género, esos que constriñen a muchos de nuestros hijos de manera casi imperceptible impidiéndoles soñar sin ataduras.

Os recomiendo que la sigáis si es que no lo hacéis ya, la podréis encontrar como RealKiddys en las distintas redes sociales. Sus reflexiones, sus hallazgos, son siempre interesantes.

Su último proyecto también lo es. Es un libro, un cuento nacido por crowdfunding y centrado en la infancia trans, en esos niños que, aún teniéndolo más fácil cada año que pasa, siguen encontrando demasiados escollos e incomprensión en su camino.

‘Carla no es Carla, sino Carlos’ es un pequeño intento por allanar ese recorrido hacia la edad adulta, por hacer comprender la necesidad de respetar lo que sienten y quiénes se sienten. Así lo explica Alba:

Yo que nunca fui de rosa y mira tú por dónde en mi último cuento infantil este tono domina sobre todos los demás. Y respecto a los colores y tonalidades sigue habiendo gente que no comprende el porqué de usar tonos rosas y azules. El porqué de seguir transmitiendo un mundo sexista y binario cuando Realkiddys lucha contra todo ello desde sus inicios.

Efectivamente, en ‘Carla no es Carla, sino Carlos’ se juega con un mundo azul de niños y un mundo rosa de niñas. Pero lejos de estar de acuerdo con ello lo que hacemos en este cuento es simplemente representar una realidad muy común en el mundo transexual infantil.

Cierto es que la realidad transexual, al igual que cualquier otra realidad, es diversa y no hay una única y correcta manera de ser transexual. Pero los niños y niñas trans quieren encajar tanto en lo que la sociedad les vende como «correcto» para ser niños o niñas, que tienden a caer en los estereotipos de género muy a menudo.

Probablemente en el mundo no-binario o de niñes estos tintes tan rosa/azul no tengan cabida alguna (o sí, ya he dicho que todo es más diverso de lo que creemos, y considerar que por ser no-binario tienes que ir de verde o naranja vuelves a caer en los estereotipos). Lo ideal sería que lográsemos romper con los estereotipos en todos los campos del género: ni todas las lesbianas llevan el pelo corto, piercing y son masculinas, ni todos los gays tienen pluma, ni todas las rubias son tontas, ni todas las personas trans deciden operarse…

Como ves no hay un único camino en la vida, sino millones de ellos.

¿Por qué entonces conformarnos con la opción A o la B cuando el alfabeto tiene tantas letras?
Y cuando además descubras que las combinaciones son infinitas aún te alegrarás más.

Pensado para niños muy pequeños, yo creo que a partir de unos cuatro o cinco años, es un libro breve, de dibujos y mensajes sencillos, que vira del rosa intenso e impuesto al arcoíris de la aceptación.

Como buen cuento, tiene un final feliz
. A Carla todos la acaban aceptando, empezando por los maestros y terminando por sus padres, a los que les cuesta más asimilar que ahora su hija es hijo, es Carlos.

No es así en todos los casos. Carlos es Carlos y él se encuentra más comprensión entre los docentes que entre su familia o sus iguales, salvo una amiga especialmente empática. No es el caso particular de Carla/Carlos lo más importante, sino el mensaje de aceptación, de normalidad, de amor incondicional.

La autora ha contado que tuvo niños como Carlos a su cargo, y reconoce que no siempre supo darles la respuesta que necesitaban, que merecían:

Sonia fue alumna mía cuando mi andadura en la escuela pública comenzaba. Trabajo como maestra de inglés en infantil y primaria y Sonia tenía aquel curso tan solo 4 años. En mi clase de inglés y a esas edades trabajo mucho por commands: “stand up, sit down, turn off the light, look at me, run, fly…”. Y en aquella época además solía dividirlo por sexos: “Girls come here, boys sit down, girls swim, boys stand up”.

Sonia siempre se “confundía” en estos juegos. A pesar de ser una niña (o eso pensaba yo) solo seguía aquellos “commands” que ordenaba a los niños que hicieran. “Mal, Sonia, mal. You are a girl!!!” Pero Sonia hacía oídos sordos a mis palabras. No fue hasta años más tarde que descubrí qué significaba ser trans y me pregunto si Sonia sigue llamándose igual o es ahora Pedro, Manuel o Antonio. Tal vez tenga el mismo cuerpo o tal vez no. Tal vez solo quería ser como su padre (tenía pasión por él) o tal vez no. Pero desde luego mi forma de actuar con ella (o él) no fue nada correcta.

También quiero que conozcas a Laura (nombre ficticio). Laura se identifica muy a menudo con un niño. Su expresión de género (pelo corto, chándal, deportivas…) es totalmente masculina. Esto no debería llamar mi atención en un principio, pero es que en clase de “Arts and Crafts” Sonia dibujo a un niño cuando toca hacer autorretratos. Y si nos agrupamos por grupos heterogéneos ella se cuenta a sí misma como un niño.

Pero afortunadamente yo sé hoy mucho más que cuando le di clase a Sonia. Por eso dejo que Laura exprese su identidad de género como ella quiera. He hablado con su tutora y el claustro al respecto para que todas y todos estemos atentos ante cualquier nuevo indicio. Ahora tengo claro que lo realmente importante es que Laura pueda sentirse libre para expresar su género como quiera, sea solo durante un tiempo o para siempre. Y de momento afortunadamente así es.

Apenas quedan un centenar de ejemplares de este cuento, que se pueden adquirir por 15 euros en la web de la autora. También en su versión gallega, ‘Uxía non é Uxía, senón Uxío’.

‘El principito’ ya está disponible en lectura fácil, pero necesitamos más libros adaptados

Necesitamos más libros en lectura fácil, necesitamos más cuentos y novelas adaptados ahora que la sociedad personas que por tener discapacidad intelectual o problemas cognitivos asociados, por ejemplo, a una demencia, puedan disfrutar de esos contenidos y al mismo tiempo ejercitar sus capacidades.

Esta semana fue noticia que Fundación Once ha adaptado un clásico delicioso, El principito, a lectura fácil.

No solo lo ha adaptado, también lo ofrece de manera gratuita desde su biblioteca a todos los interesados.

Esta fundación recuerda que también dispone de de otros títulos para personas con problemas de comprensión lectora como 21 Cuentos de los hermanos Grimm o La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca.

Es de agradecer el esfuerzo de fundaciones como La Once y también de iniciativas privadas como la de la editorial SM, que también está haciendo el esfuerzo de adaptar parte de su colección Barco de Vapor.

Pero títulos así debería haber muchos más y por impulso institucional, público, no únicamente por iniciativas privadas. El acceso a la cultura es un derecho universal, pero que queda muy limitado para un porcentaje demasiado amplio de la población.

Como os contaba cuando entrevisté a la editora de SM, los textos adaptados a lectura fácil son imprescindibles para muchas personas que tienen dificultades lectoras transitorias o permanentes. Tienen que seguir las directrices Internacionales de la IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions) y de Inclusion Europe en cuanto al lenguaje, el contenido y la forma y ser validados para contar con el logo LF. En Lecturafacil.net y en la web de PlenaInclusion hay más información sobre la lectura fácil.

Las aventuras Txano y Óscar, dos mellizos capaces de atrapar a los niños entre las páginas de un libro

No hace que conocimos a Txano y Óscar, dos mellizos muy distintos salvo en su espíritu aventurero. Probablemente fue porque se alojan en libros autoeditados, esos cuya distribución es más ingeniosa que masiva.

Tuvimos la suerte de saber de su existencia el mes pasado en la feria Literania. Allí me topé con Julio Santos, su autor, y me quedé con las ganas de hacer lo propio con Patricia Pérez, la ilustradora que tan bien trabajo ha hecho plasmando a los amigos y la familia de estos dos hermanos, en la que también hay una hermanita adoptada en China y un perro, Maxi. Los animales son nuestra familia y Txano y Óscar lo tienen más que claro.

Compré los dos primeros, porque hay nada menos que cinco volúmenes ya publicados (todos ellos de 130 páginas), y los llevé a casa como regalo para Julia. Han sido todo un éxito. Elena la sirena de Ona Carbonell quedó momentáneamente aparcada en la mesilla para ceder puesto a estos dos libros infantiles, que beben del espíritu de Los Cinco pero lo modernizan y acercan a nuestra cultura.

Muchos libros infantiles recuerdan a esos cinco niños con perro de nuestra infancia, empezando por el superéxito patrio de Los futbolísimos, que era el libro que casi todos los niños que escuché entrevistados por la radio este pasado fin de semana estaban adquiriendo en la Feria del Libro de Madrid. Y el mismo Roberto Santiago me reconocía en una entrevista este invierno que no hubiese escrito esos libros de no ser un voraz lector de Enid Blyton de niños.No sé si Julio Santos, informático de profesión, también los disfrutaba de niño y reconoce esa influencia.

No es que sea importante. Es normal que una pandilla de niños que resuelven misterios apoyándose en la amistad recuerden esos clásicos, lo que importa es elaborar personajes carismáticos, escribir con frescura, ser original en el desarrollo y atraer a los niños, lograr ese rapto del que os hablaba ayer mismo.

Txano y Óscar primero entran por los ojos, porque son incuestionablemente unos libros es muy bonitos. Se nota que se los ha engendrado con cariño. Pero al adéntrarte en ellos descubres que no es solo fachada. Están narrados con tino, con mucho sentido del humor, las dosis necesarias de misterio y la intención de transmitir valores, porque es imposible no hacerlo cuando los lectores van a ser niños de entre seis o siete y doce años.

A partir del tercer título Txano y Óscar se ponen muy viajeros. En El dragón de Jade viajan hasta China a resolver misterios; en El secreto de los dogón llegan hasta Malí y en El conjuro escarlata la protagonista, en lugar de la maleta, es la magia.


Por cierto los dos primeros títulos, Txano y Óscar y la piedra verde y Operación sabueso, está disponible para su lectura online de manera totalmente gratuita. Podéis entrar en la web y descargarlo para comprobar si a vuestros hijos les puede encajar, o incluso para dárselo directamente a ellos a leer desde un dispositivo digital y que así conozca a estos hermanos aventureros.

¿Sabes quién es ‘El pollo Pepe’?

¿Conocéis al pollo Pepe? Si la respuesta es negativa es muy probable que no hayáis tenido mucho trato con niños pequeños en los últimos diez  o quince años.

Así hablaba de él mi compañera y librera Regina ExLibris en su blog de libros:

El secreto de su éxito entre niños y adultos es simple: la historia es muy sencilla, permite interactuar con el personaje y, además, es tremendamente divertido.

Por mi parte jamás olvidaré la primera vez que me topé con El Pollo Pepe entre anaqueles, porque me cautivó desde el instante en que lo hojeé. Una amiga librera de la vieja escuela me lo descubrió. Y hace un rato he sido yo quien le ha revelado el bibliosecreto a un librero recién llegado a reginaexlibrislandia.

El pollo Pepe, que no puede ser más gordo y más amarillo, es todo un superventas. Nacido en mayo de 1997 de la mano de Ant Parker y Nick Denchfiel, tiene cuatro títulos publicados (El pollo Pepe va a la escuela, El pollo Pepe aprende a volar, El pollo Pepe quiere jugar y El pollo Pepe encuentra un huevo) y más en camino.

Por cierto, Pepe es de origen londinense y su verdadero nombre es Charlie, que así se llamaba el padre de Nick Denchfiel. Quién y por qué decidió llamarle Pepe en España es un misterio a desentrañar.

También en España, con 24 ediciones, uno de esos cuentos infantiles presente en prácticamente todas las bibliotecas escolares, que suele llegar a los hogares para que niños que son poco más que bebés pasen sus páginas, las chupen, las gasten y rompan los pops-ups. Y bien está que así sea.

Esos primeros libros, concebidos recios, son para ser disfrutados. Como todos a cualquier edad en realidad.

Son para que los padres nos tomemos muy en serio fomentar el amor por pasar páginas en nuestros niños. Para que nos sacudamos vergüenzas y prejuicios y leamos volúmenes como el pollo Pepe poniendo voces, haciendo aletear a los libros o escondiéndonos tras ellos.

Las ventajas de leer cuentos a los niños son muchas. Tantas como las de leer junto a nuestros hijos, cada uno su propio libro, cuando son algo mayores.

Me da la impresión de que es frecuente que nos entreguemos a la lectura de cuentos cuando son muy pequeños y, en cuanto son mínimamente autónomos leyendo, dejamos a nuestros hijos solos ante las letras. Hay que seguir compartiendo lecturas y momentos pasando páginas juntos.

SM va a llevar a cabo eventos por toda España para celebrar su cumpleaños. El primero será el 18 de mayo a las 11:00 horas en Madrid (Malena Experience de Chamartín). Irá Pepe y Paloma Jover, pedagoga, docente y editora de literatura infantil y juvenil, dará una charla sobre la importancia de leerle a los niños.

¿Cuál es tu favorito entre los cuentos infantiles más vendidos?

23 de abril, día del libro. También día del cuento. Todos los padres queremos que nuestros hijos lean y compramos y ponemos a su alcance cuentos, se los leemos y animamos a que pasen sus páginas solitos.

Aunque entre nuestros cuentos favoritos, aquellos que guardamos con cariño pese a que mi hija ya haya superado la edad de leerlos, confieso que no están estos superventas, los equivalentes a Los pilares de la tierra, El tiempo entre costuras o Juego de tronos En versión infantil.

(GTRES)

Los hay que nos han gustado mucho, como ¿A qué sabe la luna? o Sopa de calabaza , pero en casa han triunfado otros títulos como Las ciudades de colores, El cazo de Lorenzo, Galgui o Sí, somos raros.

Pero no cabe duda de que algo tienen los cuentos más vendidos si están ahí, en lo más alto, algunos desde hace tantos años.

Esta lista es para que podáis votar por vuestro favorito, también para que podáis opinar sobre los motivos por los que os gusta o no os gusta tanto alguno de ellos. Puede servir de guía a otros.

Son quince cuentos para niños muy pequeños, no para primeros lectores. De haber incluido esa segunda categoría veríais a Geronimo Stilton, El diario de Greg o Futbolísimos. Y es una lista nacida de buscar lo más vendido en distintas plataformas de venta online pero también de mi experiencia.

Leer no solo supone abrir las puertas a otros mundos, no solo es disfrute; leer nos hace mejores, más completos. Es así a todas las edades y la mejor manera de transmitir el amor a la lectura es que nosotros leamos, que nuestros hijos nos vean hacerlo. Es la recomendación en la que todos los expertos coinciden.

Antes de dejaros con la lista, comparto los motivos por los que debe haber cuentos en la vida de nuestros niños que facilita Faitbelin Quintana, directora de la Escuela Nemomarlin Arturo Soria:

  • Los cuentos fomentan la intención comunicativa, el lenguaje y la comunicación gestual en los más pequeños, ampliando el vocabulario con la repetición y aprendizaje de nuevas palabras.
  • La lectura de cuentos promueve el desarrollo de la memoria y la capacidad de comprensión del mundo que les rodea. También despiertan la curiosidad y desarrollan la atención.
  • Trabajan la inteligencia emocional, llegando a empatizar con los personajes del cuento. Los niños se sienten identificados, lo que nos permite a los educadores y padres trabajar con ellos las emociones.
  • Son propicios para crear un clima de calma y relajación, perfectos para antes de dormir.
  • Son una herramienta con un componente lúdico que permite introducir en los niños temas de transición como la llegada de un segundo hermano, el control de esfínteres o el comienzo en el colegio, entre otros.

¿Es mejor evitar que los niños lean cuentos tóxicos o enseñarles a leer con criterio?

Mi hija ya tiene diez años, lee muchos mangas y libros para su edad, y los cuentos infantiles, aunque cercanos en el tiempo y la memoria, le quedan ya lejos.

Mi hija conoce Caperucita Roja, Los tres Cerditos o Hansel y Gretel. Los conoce, pero no la han marcado. Y los conoce más porque sus abuelos eran los que decidían contarle, en la mejor tradición oral de la que proceden esas historias, que por habérselos leído.

Los cuentos infantiles que más ha disfrutado, que los adultos preferíamos leerle y que conservamos con cariño en casa son otros: Las ciudades de colores, ¡Fuera de aquí, horrible monstruo verde!, Galgui, El cazo de lorenzo, Sí, somos raros o ¡Qué fastidio ser princesa!. Libros que, sin duda alguna, son mucho mejores.

Creo que es de ley conocer las andanzas de Caperucita y el lobo y otros cuentos clásicos, en sus diferentes variantes, porque son referencias culturales que vamos a encontrar con frecuencia a lo largo de nuestra vida, de forma evidente o subterránea. Eso no significa necesariamente que haya que leerlas.

(GTRES)

Esas historias, tanto a mi hija como al resto de niños que veo en mi entorno, no les han calado, les han resbalado. Al menos hablando de libros, distinto sería tal vez si nos fijásemos en las películas. Pero incluso gustándoles, no creo sinceramente que vayan a definir como serán sus relaciones con los demás o su percepción de ellos mismos. Hay muchos otros estímulos y herramientas a nuestro alcance para contrarrestar esos posibles efectos perniciosos.

Hace ya más de dos años que os contaba, a cuenta de las princesas Disney, que hay que entender que Blancanieves, Cenicienta y Aurora son hijas de su tiempo (y que los niños son perfectamente capaces de entenderlo).

Esta semana ha sido noticia y también polémica que un centro educativo de la Generalitat de Catalunya ha decidido retirar 200 cuentos de su biblioteca infantil, entre ellos cuentos clásicos como el de Caperucita, por sus patrones sexistas, por ser tóxicos.

No digo que no haya cuentos que no proceda eliminar. Con frecuencia se publican para niños productos de tan baja calidad que da vergüenza.


Pero, lo siento, no me gusta eso de prohibir libros erigiéndose como autoridad moral.

Vale que no es ningún drama que hayan desaparecido de esa biblioteca escolar infantil. No hay que poner a nadie en la picota por esa decisión que seguro es bienintencionada, pero yo me alineo con aquellos que consideran que lo que hay que hacer es enseñar a pensar, a identificar aquello que pertenece a otra época o es inaceptable, antes que borrar el rastro sin más de dos centenares de libros.

Esos libros pueden ser unos estupendos instrumentos educativos. Mejor que crear un castillo a salvo de todo riesgo, una burbuja que es imposible que sea perfecta por mucho que lo intentemos, es armar a nuestros niños a tener criterio.