Sabéis que soy muy poco dada a hablaros de productos en este blog. No suelo hacer recomendaciones de chismes, no quiero que sea un blog de adminículos para bebés o embarazadas. De esos hay ya muchos y algunos con intereses más que discutibles. Siempre lo he hecho poco, pero sobre todo ha sido escaso en los últimos años. No recuerdo cual fue mi último post sobre un producto.
Según mi experiencia, con el segundo hijo descubres que muchas de las cosas que compraste cuando eras una primeriza ilusionada son poco menos que tirar el dinero a la basura, que para criar a un niño apenas hacen falta gadgets, lo imprescindible es cariño y sentido común y muy poquitas cosas, muchas de las cuales pueden ser heredadas, de segunda mano o compradas a precios muy razonables.
Pero hoy sí que quiero hablaros de un chisme que creo que es recomendable para la cocina. No es imprescindible, por supuesto que no, pero yo estoy contenta tras haberlo comprado. Se trata de las encimeras que veis en las fotos. Las venden a precios muy razonables en distintos sitios.
Yo se la vi a un amigo soltero que acababa de estrenar piso, en su caso mostraban rascacielos neoyorquinos. Él las compró para tener más encimera disponible en su pequeña cocina. Me gustó la idea de poder cocinar en un fuego y usar la mitad de la vitrocerámica simultáneamente, pero me gustó sobre todo que al bajarla por completo, aunque la vitro esté aún caliente, dificulta mucho que los niños se quemen.
Todas las madres tenemos nuestras paranoias en la cocina. Yo suelo usar siempre que puedo los fuegos más alejados y prefiero las vitrocerámicas que no son táctiles. Tal vez vosotros también tengáis vuestras manías. Y vuestros trucos y recomendaciones para hacer de la cocina un lugar más seguro. Me encantará escucharlos…