Supervisión constante y cercana es la manera de evitar otro año con casi cincuenta menores ahogados

Se sucede, con la llegada del verano y el calor, el goteo de esas noticias terribles que nos cuentan ahogamientos, muchos de ellos protagonizados por niños pequeños. Hasta el 14 de junio según Ahogamiento.com ya se habían producido siete muertes de menores, cinco de menos de seis años. A día de hoy ya son más. El año pasado fueron casi cincuenta.

(Ahogamientos.com)

 

Cada una de ellas duele e impulsa la necesidad de recordar que no hay que quitarles el ojo de encima a nuestros peques si hay agua cerca.

No podemos dejar a niños pequeños al cuidado de otros niños algo más mayores, por responsables que nos parezcan.

No podemos confiar en los sistemas de flotación, por estupendo que sea ese chaleco de natación de su talla exacta que acabamos de comprar o ese flotador con arneses.

No deberíamos creer tampoco que esas piscinitas infantiles, que apenas permiten uno o dos palmos de agua, no entrañan riesgos.

No podemos ponernos al pie de la piscina con el móvil y el libro y solo mirar cuando se nos ocurre. Eso no es vigilar. Un niño puede ahogarse en apenas quince segundos. Y suelen ahogarse en silencio.

Debería sobrar tener que decir que no podemos vigilar bien si estamos bajo los efectos de las drogas o el alcohol.

No podemos auxiliar bien a un niño si estamos demasiado lejos. El Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones No Intencionadas en la Infancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) entienden como “vigilancia adecuada” cuando “la distancia al menor es inferior a la longitud del brazo del cuidador, es decir, tenerlos al alcance”.

No podemos tener piscinas, albercas o ríos accesibles a los niños cuando están jugando por ahí y fiarnos de que no se aproximarán. Las cercas cerradas con llave (como es obligado en Francia desde 2003), las lonas que cubren a conciencia las piscinas, son nuestras aliadas.

No delegues toda esa responsabilidad en el socorrista. Es una ayuda pero no sustituye y responsabilidad como padre.

No podemos fiarnos de lo bien que sabe nadar ya nuestro hijo. Tampoco debemos eludir una charla en la que hacerle ver los riesgos que tiene el agua.

Somos los guardianes de nuestros hijos. Siempre con nosotros, siempre vigilantes, con el agua inaccesible cuando no podemos estar ojo avizor.

En torno al 30% de los ahogamientos de niños se producen sin supervisión de un adulto.

GTRES

2 comentarios

  1. Dice ser ahogamiento.com

    Muchas gracias por usar nuestro datos y publicar un gráfico de nuestra página web. Lo menos que deberían hacer ya que es un periódico, es citar la fuente. Un saludo.

    11 julio 2019 | 23:14

  2. Dice ser madre reciente

    Están mencionados y enlazados justo en el párrafo superior al gráfico, pero lo he añadido como firma al pie para que quede más claro. Muchas gracias por su labor de concienciación, de la que he querido ser altavoz.

    12 julio 2019 | 07:48

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