¿Tiene tu hijo algún amigo íntimo o especial?

La pasada semana estuvimos en el hospital Gregorio Marañón, cuyo servicio especializado Ami-TEA atiende a mi hijo, para ayudar a la ciencia.

A título personal es muy poco probable que saquemos algo en claro, pero hay que contribuir a la investigación. Así que nos dejamos allí un poco de sangre (Jaime se portó fenomenal, siempre es así, no duele y no teme a las batas blancas) y estuvimos de charla con dos de las investigadoras, respondiendo largos cuestionarios, conjuntos e individuales.

Hubo una pregunta, a la que había que contestar por escrito, que me hizo detenerme. Es la que titula este texto: ¿Tiene tu hijo algún amigo íntimo o especial?.

¿Qué contestarías tú si te preguntasen si tu hijo de diez o doce años tiene algún amigo íntimo o especial?
Es muy probable que respondieras que por supuesto, que no solo uno, sino varios. ¿Cómo no va a tener sus mejores amigos?

Mi hija los tiene, con ella no hubiera dudado en responder que sí, incluso dando nombres. Pero Jaime tiene autismo, apenas pronuncia unas pocas aproximaciones a palabras, y la respuesta obvia me tomó al asalto, con la guardia baja.

No, mi hijo de casi trece años no tiene mejores amigos, no tiene amigos especiales. Ni siquiera me atrevería a decir que tiene amigos. Ni ahora ni antes. Nunca.

Un niño sin amigos. Ese es mi hijo. Y os prometo que no me había parado a pensarlo hasta ahora, que no me había dado cuenta hasta que me lo encontré planteado en ese cuestionario teniendo que marcar una opción a boli.

Tiene mucha gente que le quiere y a la que él quiere, personas por las que muestra cierta predilección, es un niño feliz, pero sin amigos en el sentido convencional del término.

¿Es algo triste? No lo sé. Tal vez cause un poco de desasosiego, pero me niego a digerirlo con tristeza. Él es feliz, no lo echa en falta. Distinto sería si se resintiese por ello.

El complejo colectivo de las personas con TEA va a tener respuestas distintas a esa pregunta, muchas reflexiones diferentes, a veces salpicadas de dolor.

Muchos necesitan nuestra ayuda, precisan que les enseñemos herramientas para cultivar esas amistades especiales, nuestra sensibilidad y mano tendida.

En casos como el de mi hijo, gravemente afectado, ni siquiera eso.


Tan contento antes de irse con sus compañeros a pasar dos días en un albergue, tan contento.

1 comentario

  1. Dice ser desmontandolotodo

    Con todo respeto madre, podrías aclararnos que diga lo que diga el titular , siempre va a ser referido al autismo.
    No queda nada claro, es más el titular parece que hablas de una posible homosexualidad.

    21 junio 2019 | 12:50

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