La docencia es una profesión de mujeres, mientras los alumnos son niños

Este martes el Ministerio de Educación y Formación Profesional, dada la cercanía del Día Internacional de la Mujer, ha facilitado una serie de datos sobre la presencia de la mujer en la profesión docente  que corresponden al curso 2016-2017 y están extraídos del informe Igualdad en cifras.

Y los dados son buenos, claro. Sobre todo si te quedas con el  número total que dice que el 66,5% de todo el profesorado es mujer. Una mayoría notable que es fácil explicarse. El oficio de maestra es uno de los primeros que las mujeres pudieron ejercer. La razón es obvia, suponía lidiar con niños y los niños eran (son aún para demasiados) cosa de mujeres. Tal vez por eso el oficio de enseñar deja de ser femenino cuando miramos a la universidad, a la que ya atienden adultos.

Esa media del 66,5% tiene trampa. Ya sabéis lo que dicen de las medias, que si tú te comes un pollo entero y yo me quedo escuchando el sonar de mis tripas, sobre el papel ambos nos hemos comido medio pollo.

Si bajamos un poco más al detalle, y debemos hacerlo, nos encontramos con que en Educación Infantil el 96,7% del profesorado es mujer. ¡El 96,7%!. Apenas hay hombres con nuestros niños de hasta seis años. Y lo malo es que muchos quieren que siga así porque no se fían de tener a hombres junto a niños pequeños. En este blog he preguntado en el pasado a los lectores si querrían a un hombre cuidando a sus hijos  y demasiadas respuestas se negaban, no se fiaban de ellos. Conozco algún que otro maestro en Infantil magnífico que ha tenido que luchar contra mucho prejuicio.

Víctor Giménez Bertomeu es Sociólogo y profesor del Departamento de Trabajo Social en la Universidad de Alicante y explica que “en principio, el hecho de ser hombre no es un impedimento para hacerse un hueco en el mundo de la educación infantil, pero sí“. “Un varón que tenga especial interés por los niños puede ser en principio sospechoso, porque en una sociedad que todavía tiene un carácter patriarcal esto está fuera de la norma, y lo que no se ajusta a la norma suele levantar sospechas. Si un hombre quiere cuidar y educar menores se cree que hay algo oculto porque se sale de lo común, y muchas veces se tiende a pensar que detrás hay un interés sexual o de otro tipo”, añade el sociólogo.

Como ya dije entonces, pesa sobre los hombres una sombra de sospecha permanente que va siendo siglo de erradicar. Debería sobrar decir que no es cierto que todos los hombres solo tengan el sexo en la cabeza y sean incapaces de retener sus bajos instintos, igual que no es verdad que las mujeres tengan menor deseo sexual que ellos. Esas ideas preconcebidas y herederas de los tiempos del miedo al embarazo, a la pérdida del honor, son del todo absurdas.

Sigamos con el tema.

Si miramos en cambio a la educación universitaria, apenas el 41,3% son mujeres. Una minoría aún más flagrantes si se observan los puestos de mando, los rectores y decanos de las facultades.  Lo dicho, a la universidad van adultos y se enseñan cosas más serias (ejem), así que las mujeres pasan a ser minoría pese a haber más universitarias que universitarios, pese a que el abandono escolar femenino es menor que el masculino.

En Educación Especial, esa educación a la que acude mi hijo mayor con autismo, el porcentaje de mujeres es del 81,7%.

(GTRES)

Pasa lo mismo con los puestos de dirección. En enseñanzas no universitarias, el 65% de los puestos de dirección los ocupan mujeres, 15 puntos porcentuales más que hace 10 años lo que se traduce en un saludable avance. Pero si miramos los puestos de dirección en centros de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), Bachillerato y Formación Profesional la cosa se reduce bastante: 38,4%, 47,4% y 51,4%  respectivamente. De nuevo las mujeres enseñando (o dirigiendo) a los más pequeños.

En la universidad el panorama es desolador. Solo cuatro de los cincuenta campus públicos y siete de los veintiséis privados contaban con mujeres (datos de marzo de 2018).

Para terminar os dejo lo expuesto en gráficos, para que tengáis la foto completa y podáis extraer vuestras propias conclusiones, empezando por el que muestra el porcentaje y distribución del profesorado por sexo y tipo de enseñanza:

Porcentaje de mujeres en los equipos directivos de los centros de enseñanzas de régimen general no universitarias por tipo de centro y cargo:

Profesorado de enseñanzas no universitarias por sexo y edad.

Profesorado no universitario por sexo y tipo de centro:

 

 

Un par de gráficos sobre las enseñanzas universitarias:

Distribución del profesorado en universidades públicas por rama de conocimiento:

 

Evolución del profesorado de educación universitaria.

3 comentarios

  1. Dice ser gato a los mandos

    Y aquí tenemos un excelente ejemplo de como, con un puñado de datos, podemos sacar la conclusión que nos venga en gana.

    Consejo final: la igualdad no va de hombres o de mujeres, sino de personas.
    Cuando se pase la moda, ahora alimentada con la política, de que todos tenemos que ser «feministas», nos daremos cuenta.

    Por suerte, lejos del mundanal ruido, educo a mi hijo para que no se fije en este aluvión de chorradas y disfrute de sus compañeros y compañeras de clase sin mirar lo que tienen entre las piernas. Espero que así él viva en un mundo mejor en el que la gente no pelee por descubrir si los hombres o las mujeres son mejores.

    Repito: igualdad no es fijarse continuamente en lo que tenemos entre las piernas, es mirarnos a los ojos.

    06 marzo 2019 | 10:05

  2. Dice ser Juanlu1

    Y que es lo que quieres? que las mujeres sean mayoría en todos los escalones? deja de quejarte, que en este caso deberían quejarse los hombres porque no les dejan educar a niños de infantil. Un 41% de mujeres en Universidades tampoco es una diferencia flagrante. Se mueven en números casi paritarios. La primera frase te delata: «Y los dados son buenos, claro. Sobre todo si te quedas con el número total que dice que el 66,5% de todo el profesorado es mujer.». Vamos, que para tí, todo lo que sea que la mujer supere al hombre, es bueno. Por mucho que quieras, tu complejo te delata.

    06 marzo 2019 | 10:14

  3. La verdad es que somos mayoría y más en guarderias y chiquitines, será que tenemos más paciencia! jeje

    Besos!

    Anabel

    06 marzo 2019 | 11:21

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