Llorar con ‘Coco’ debería traducirse en llorar con la separación de las familias

No vi Coco en su momento. Creo que es la primera cinta de Pixar que no disfruto en pantalla grande. Y querría haberlo hecho, pero mi hija se negó y tampoco tuve la ocasión de verla a solas. Con nueve años ya empieza a decidir que hay determinadas películas que, por lo que sea que intuya o le inspire el tráiler, no le apetece ver. Y creo que hay que respetarlo, aunque se equivoque. A los adultos también nos pasa. Vemos avances que nos hacen negarnos a ir al cine. A veces descubrimos con el tiempo que habíamos metido la pata.

La vimos más tarde, ya en el sofá de casa y cuando habíamos perdido la cuenta de la gente que nos había confesado haber llorado a mares siguiendo las andanzas de Miguel, al que el amor por la música le lleva al inframundo el Día de los Muertos.

No querer ver Coco fue un error. Es una película maravillosa. No es la mejor de Pixar, es en cierto modo previsible, pero es efectivamente muy emotiva, hermosa en forma y fondo. Pero no voy a hacer una crítica de cine siete meses después de su estreno. No tendría sentido y, además, ya se encargó de ello mi compañero Daniel González tachándola de carta de amor a México y un dardo directo al corazón de los espectadores.

Recuerdo estos días Coco porque se está convirtiendo en un símbolo de la indignidad que supone separar a las familias, del absurdo de las fronteras y la burocracia que atentan contra los lazos de amor familiares.

Y la recuerdo a diario, porque no hay día que no sea noticia últimamente la brutalidad del Gobierno de Trump de mantener separados a niños incluso muy pequeños de sus padres, procedentes de varios países de América Latina. Apartados sin ninguna consideración de lo que representa para ellos amor y seguridad, unos 2.500 aún sin reunir con sus padres de nuevo pese al clamor en contra. Sin terminar de reunirlos pese a lo dictado por la justicia.

Niños y adultos cuyos derechos son vulnerados, que pueden arrastrar traumas de por vida.

Historias, cartas, imágenes… que deberían hacernos llorar aún más que Coco.

1 comentario

  1. Dice ser LaCestitadelBebe

    Buenas,

    lo de este tío no tiene límites…

    Anabel

    17 julio 2018 | 08:28

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