«La importancia de los tíos para los sobrinos y cómo tratarlos para no malcriarlos»

“Podías hablar un día de la importancia de los tíos para los sobrinos y de cómo tratarlos para no malcriarlos”. Fue algo que me propusieron, así tal cual, hace bastante y pensé que era un encarguito complicado.

(GTRES)

La segunda parte creo que es más sencilla, al menos exponerla, que llevarla a la práctica ya es otro cantar.

“¿Cómo tratarlos para no malcriarlos?”. Pues no dándoles todo ni consintiendo cualquier comportamiento y no contradiciendo las normas impuestas por los padres ni las órdenes puntuales que hayan podido dar; dejándose llevar por el sentido común en definitiva.

Es estupendo ser un tío molón, de esos enrollados y a los que los sobrinos adoran, pero eso no es patente de corso para hacer lo que nos dé la gana. Aquello de “que lo eduquen los padres, que para eso están” que se permiten decir abuelos y tíos con afán de malcriar (un término que no me acaba de gustar, por cierto), nunca me acabó de gustar.

Yo me inclino por otro dicho, ese que asegura que hace falta una tribu para educar a un niño. Es decir, que es responsabilidad de todos hacerlo. Por mucho que ante conflictos que suban de gravedad o dificultad básica, la opción sea siempre informar a los padres para que ellos tomen las medidas que correspondan.

Vayamos con la otra parte. Hablar de la importancia de los tíos para los niños no es un encargo menor. Cuando lo reflexiono, no puedo evitar pensar en mis propios tíos. Tuve (tengo aún) mis tíos preferidos, aquellos cuya personalidad más encajaba con la mía, aquellos junto a los que me sentía mas feliz y eso no tenía que ver con los regalos que me entregasen, lo rico que me cocinasen, lo que me loasen o lo mucho que se esforzasen por interesarse por mi vida. Mis tíos preferidos son los que me dejaban ser a mi manera, aquellos que percibía que me querían.

Mis tíos eran importantes para mí cuando era niña. Cuanta más gente haya haciendo sentirse querido a un niño, mejor. Creo que no hay duda al respecto.

Igual que abuelos, primos, amigos cercanos (la familia a veces se elige, hay tíos que no lo son sobre los papeles), mis tíos me daban seguridad, me hablaban de una red amplia a mi alrededor que me cuidaba, que se preocupaba por mi bienestar. Y para cualquier niño es vital sentirse seguro, aunque no razone los motivos que haya detrás de esa solidez.

Amor y seguridad. Dos pilares sobre los que es deseable construir cualquier infancia. Dos pilares que se construyen a partir de los padres y también de los tíos, pero no sólo de ellos.

Más allá de la oportunidad de ofrecer a nuestros sobrinos experiencias distintas o momentos compartidos especiales, que por supuesto también es algo genial, creo que la verdadera importancia radica en que sepan que les queremos y que estamos ahí si nos necesitan.

Eso procuraré transmitir yo a mis sobrinos, porque también soy tía.

(GTRES)

No sé cómo hubierais contestado vosotros a esa pregunta, pero a mí no se me ocurre mejor respuesta.

1 comentario

  1. Dice ser LaCestitadelBebe

    Hola,

    sí, sólo es aplicar el sentido común, pero algunos padres también pretenden que se los críen los tíos, abuelos, eso es un grave error.

    Anabel

    06 marzo 2018 | 08:13

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