Archivo de febrero, 2018

Los niños con cáncer al fin podrán estar acompañados por sus padres en las UCIs (ahora a exigir que se amplíe a todos los casos que lo precisen)

Ayer hubo una pequeña gran noticia, una de esas que merece la pena celebrar, una con la que me apetece cerrar la semana:

La Federación Española de Padres de Niños con Cáncer ha conseguido que las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) de todos los Hospitales de España que tratan a niños y adolescentes con cáncer abran sus puertas para que los padres puedan acompañar a sus hijos durante su estancia hospitalaria. Una demanda por la que llevan luchando seis años y que hoy se hace realidad.

En marzo de 2012, la Federación inició una Campaña de Sensibilización para que todos los hospitales con UCIP tuvieran un horario abierto de 24 h., con el fin de que los padres pudieran visitar a sus hijos en cualquier momento del día, conciliando así sus responsabilidades con el resto de la familia.

“Las UCIP de nuestro país, tienen diversos horarios de visita, cada centro hospitalario tiene sus propias normas, vulnerando en muchas ocasiones la equidad y los derechos de los menores y su familia”, explican desde Federación. Demanda que se basa en los Estándares y Recomendaciones de las Unidades Asistenciales del Cáncer en la Infancia y Adolescencia, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, aprobado por el Consejo Interterritorial del 23 de julio de 2013.

Desde la fecha de inicio de esta campaña, han sido muchos los centros hospitalarios que han modificado el horario de UCIP, ampliando sus horarios de visita y permitiendo la estancia de un familiar junto a su hijo o hija las 24 h. El último en unirse a esta demanda ha sido el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, abriendo definitivamente sus puertas a los padres este 31 de enero y completando la lista.

Esta modalidad de “puertas abiertas” está muy aceptada internacionalmente, donde se concluye que las políticas de visita flexible, además de ser beneficiosas para los familiares del paciente crítico y para el propio paciente, constituye en sí misma una necesidad, dado que influye muy positivamente en la recuperación del enfermo crítico, reduce la ansiedad y el estrés mejorando la satisfacción de los familiares.

Es por eso que se considera necesario favorecer la participación de la familia en el cuidado y la adquisición de un rol más notorio en el contexto de visita y en su relación con el paciente. Actualmente, existe evidencia suficiente de que la restricción de visitas puede ser perjudicial tanto para el menor como para su familia.

Asociación Niños con Cáncer.

Una noticia fantástica que me hace pensar en la necesidad imperiosa de que esa realidad se amplíe a todos los menores y las personas con discapacidad intelectual que lo precisen. Todos ellos deberían poder estar acompañadas en todo momento en las UCIs y en otros procedimientos hospitalarios. Es nuestro deber estar al lado de nuestros hijos si son hospitalizados y es un derecho de los niños.

Hace ocho años ya os contaba que es nuestro deber estar con ellos. Os lo contaba cuando a Jaime casi le acababan de diagnosticar su autismo (Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado lo denominaban entonces), y estaba pasando por todo el repertorio de pruebas que tienen que hacer para descartar que no haya alguna otra cosa que no fuera autismo sin dar la cara.

Os lo contaba antes de que tuviera que someterse a una resonancia magnética con anestesia general, antes de pasar por un electroencefalograma, los potenciales evocados, una extracción de sangre. Algo a mucha distancia de estar interno en una UCI por supuesto, pero que guarda relación.

Entonces os contaba algo que sigo pensando. Salvo que médicamente sea imposible, siempre estaré junto a mis hijos, da igual lo pequeño o grande que sea a lo que se están sometiendo:

Pero siempre que pueda allí estaré con él. Hasta ahora no le han hecho más que algunas extracciones de sangre por su alergia al huevo, pero siempre he estado a su lado.

Conozco padres que prefieren no estar presentes cuando a su hijo le sacan sangre o le dan unos puntos de sutura. Imagino que por aquello de que ojos que no ven corazón que no siente. Totalmente respetable, pero no es lo mío.

Yo no es que prefiera estar. Es que creo que es mi obligación como madre estar presente para que se sienta mejor, para intentar tranquilizarlo. Personalmente, me sentiría peor no estando. Si está en mis brazos, si le tomo la mano, si canto sus canciones preferidas… quiero creer que pasará mejor el trago.

 

Nosotros somos los guardianes de nuestros niños. Ellos no pueden  hacer valer sus derechos igual que un adulto, asegurarse de que reciben un trato correcto y una atención adecuada ni protestar en caso contrario. Por eso también nosotros debemos estar a su lado.

Mirad estos apartados de la Carta Europea de los Niños Hospitalizados, que se aprobó en resolución del Parlamento Europeo del 13 de mayo de 1986, que indican Los Derechos de los niños y niñas hospitalizadosOs recomiendo que lo leáis entero, no está de más saber los derechos que, aunque sea sobre el papel, se reconocen a nuestros niños, pero os destaco dos:

• A la hospitalización diurna, sin que ello suponga una carga adicional a los padres.
• A estar acompañado de sus padres o de la persona que los sustituya el mayor tiempo posible durante su permanencia en el hospital, sin obstaculizar la aplicación de los tratamientos necesarios para el niño.

Hay profesionales de la salud que no nos quieren allí, que creen que los padres estorbamos. Por suerte cada vez son menos. Recupero también un fragmento de un viejo post de Amalia Arce, autora del recomendable blog Diario de una mamá pediatra y de libros igualmente aconsejables, al que ya apelé entonces sobre la presencia de los padres en Urgencias:

En ocasiones en Urgencias hay que realizar tratamientos o exploraciones complementarias que pueden no ser muy agradables para los niños, como por ejemplo realizar una analítica o suturar una herida cutánea. A diferencia de los adultos, los niños no siempre pueden comprender el procedimiento a realizar, y aunque lo comprendan, lo habitual es que tengan un comportamiento receloso cuando no directamente actitudes de pánico. Las figuras del padre o de la madre en ese momento pueden ser facilitadoras para que el niño no asuma la situación con una angustia excesiva. Y al contrario, si los padres se muestran muy nerviosos o inquietos ante la situación, los niños se contagian y lo pasan peor. Por eso a mí me parece importante no mostrar nuestra propia ansiedad como padres en según qué momentos, aunque entiendo que esto no siempre es fácil.

Todo esto está ligado con la presencia o no de los padres durante las exploraciones o los tratamientos. En los diferentes hospitales dónde he trabajado he vivido diferentes actitudes, aunque la tendencia que va en aumento es la de permitir no sólo que los padres estén presentes sinó que puedan colaborar en alguna parte del procedimiento. De alguna manera la autonomía de los pacientes (y en este caso de sus padres como responsables) va ganando terreno al paternalismo que ha imperado en las décadas anteriores en el ejercicio de la medicina.

Los profesionales mantenemos diferentes actitudes ante la presencia de los padres. Hay quien incrementa su propia inseguridad y hay quién no tiene inconveniente en que estén. Generalmente suele ser más preocupante para el personal en formación.

Personalmente yo creo que los padres no deberían estar en momentos de soporte vital (por ejemplo si se están haciendo maniobras de reanimación) por lo complicado y estresante de la situación. Y tampoco en pruebas que requieren una esterilidad alta como por ejemplo en cirugías o punciones lumbares.

En el caso de procedimientos menores como las suturas, a mí no me importa que estén los padres. De hecho lo prefiero sobre todo en una circunstancia: cuando se da la suma de niño muy nervioso con padre/madre tranquilo/-a. Algunas padres ansiosos o que se han puesto nerviosos por la situación, o que son muy aprensivos deciden por iniciativa propia esperar fuera.

Japan Weekend Madrid, una oportunidad de acercarse en familia a conocer la cultura japonesa

Este fin de semana, por primera vez, acudiremos a la Japan Weekend que se celebra en Madrid. Iremos una tarde todos menos Jaime, que no iba a pasarlo bien en el barullo que se monta en los pabellones de Ifema, y otra mañana me acercaré yo sola con Julia.

¿Qué esperamos de hacer por allí? Hay charlas a las que me encantaría asistir, pero yendo con una niña de ocho años va a ser complicado. Aun así, no nos faltan los planes, a lo que hay que añadir las sorpresas que nos encontremos en el camino.

Recorreremos la zona comercial, en busca sobre todo de libros (recordad, leer cómics es leer y hay muchos buenos mangas que pueden contribuir a cimentar el amor a la lectura en los niños). Tal vez veamos alguna de las películas que se proyectan, que hay vida más allá de Disney y como bien dijo Álvaro López, la animación japonesa aporta diversidad al niño.

Hay más. El disfraz es un elemento de juego natural y recomendable para la mayoría de los niños (los hay que no gustan de ello y tampoco hay que forzarlo), así que Julia irá de entrenadora Pokemon el sábado y de Yotsuba el domingo y disfrutaremos viendo a la gente que lleva incluso meses preparando sus espectaculares disfraces (ya, ya, se dice cosplay), y buscando a los personajes de nuestras series favoritas, que hemos visto en familia, como Haikyuu, Noragami, Little Witch Academy o My Hero Academia. Por experiencia os digo que a los niños les maravilla ver tanto adulto tan bien caracterizado al alcance de su mano.

En casa nos encanta la comida japonesa. Jaime adora el ramen, en realidad cualquier tipo de plato con arroz o tallarines. Julia también, pero siente predilección por las gyoza. Así que algo comeremos por allí, y procuraremos encontrar buenos mochis que traernos a casa.

Vamos a intentar ver la actuación de las Tempura kidz. Ayer atuvimos viendo algunos de sus vídeos en casa y ya querrían cantajuegos y picapicas las coreografías, vestuarios colorido y postproducción de estas chicas.

Y no nos perderemos al artista Mitsuru Nagata creando en directo.

Y la Artists Alley, dónde numerosos artistas muestran sus trabajos, muchos a la venta, algunos en forma de llaveros, pegatinas o postales y afrontan encargos exprés. Si a los niños les suele fascinar ver gente con talento para el dibujo y sus distintos estilos y obras.

No hay que olvidar además el enriquecimiento personal a distintos niveles que supone acercarse a otra cultura. En este caso, la japonesa.

No obstante, como soy novata, Samuel González, del equipo humano de Japan Weekend, ha tenido la amabilidad de contestar a mis preguntas sobre qué podemos encontrar acudiendo en familia. Espero que os resulte también útil si os planteáis dejaros caer por este pequeño microcosmos inspirado por Japón.

Probablemente la mayoría de la gente, sobre todo si es ajena o solo es conocedora tangencial de lo que allí mostráis, no contemple la Japan Weekend como un plan familiar, para ir con niños. ¿Qué opináis vosotros? ¿Diríais que puede considerarse una opción de ocio familiar?
Nosotros creemos que es perfectamente un plan familiar, pero no al uso de lo que suele considerarse como tal. Japan Weekend Madrid es una feria que ofrece multitud de actividades y contenidos relacionados con la cultura de Japón, incorporando otras facetas relacionadas con ella. Los que trabajamos en su organización, y parte del público asistente, somos personas que crecieron con animes clásicos como Caballeros del Zodiaco, Bola de Dragón, Chicho Terremoto…y que han seguido ampliando su abanico sobre conocimientos de Japón con nuevas series, artes marciales, arreglo floral… y los que ya han sido padres o lo serán pronto quieren que sus hijos hereden su amor por el país del sol naciente, por lo que tenemos muy en cuenta a las familias que quieren seguir disfrutando de sus hobbies con las nuevas generaciones.

Imagino que ya se está dando una evolución generacional que hace que aficionados todo aquello que tiene cabida en la Japan Weekend sean padres y acudan con sus niños. ¿Sabéis más o menos cuántos adultos van con niños van o si cada año acuden más?
Hemos notado que poco a poco se va incrementando el número de parejas con niños que vienen a pasar el fin de semana en familia, y por ello tenemos desde hace algunas ediciones una ludoteca, enfocada a niños de 3 a 12 años, por si los padres quieren que los pequeños estén entretenidos mientras ellos realizan alguna actividad. De esta forma, animamos a las familias a que vengan a pasar un fin de semana muy entretenido todos juntos

¿Qué destacaríais dentro del programa de sábado y domingo que puede gustar especialmente a los niños?
En la zona de talleres habrá un gran número de actividades a las que pueden apuntarse, durante los dos días del evento. Además, ambos días por la tarde tendremos concursos de cosplay, por lo que podrán ver encarnaciones de personajes que posiblemente conozcan. De los grupos invitados, los Tempura Kidz son chavales que hacen pop electrónico muy visual, y puede resultarles muy entretenido.

Y en sentido contrario: ¿qué actividades no serían recomendables con niños menores de 14 años?
En la zona de cine-proyecciones tendremos algunas series que no son aptas para menores de 14 o de 16. Por lo demás, y salvo la zona de adultos (que estará delimitada y con control de acceso) y alguna actividad algo peculiar (como el «Ramen Picante»), no hay cosas especialmente no recomendadas a menores.

De las películas que se pueden ver con la entrada, ¿cuáles recomendaríais con niños?
Nosotros recomendaríamos Summer Wars y El himno del corazón. Si son un poco más mayores, Wolf Children y La chica que saltaba a través del tiempo. Todas ellas tratan temas muy humanos, desde una perspectiva diferente, y pueden ayudar a los niños y preadolescentes a ver situaciones cotidianas contadas con algo de fantasía.

El domingo por la mañana hay un concurso de cosplay infantil. Para los que no hayan estado nunca en un concurso así, incluso para los que no tienen claro qué es eso del cosplay y hablan de disfraces, ¿cómo les explicaríais lo que es y lo que hay detrás de esa cultura cosplayer que podrán ver los dos días del evento?
La cultura cosplayer surge en los años 70 en los eventos de manga (cómic) en Japón, y en unos años se extendió por el resto del mundo. Consiste en caracterizarse como un personaje de ficción, y actuar como él. En los últimos años el cosplay se ha profesionalizado bastante (algunos cosplayers viven de ello), y los concursos internacionales también han ayudado a que cada día se vean más cosplayers de nivel en los eventos. El concurso de cosplay infantil añade el encanto de ver a los pequeños aficionados del futuro, convertidos en sus personajes favoritos, dándolo todo en el escenario, y los mejores se llevan un premio.

Jugar a disfrazarse es natural para los niños, pero también es un lugar en el que encontrar libros con los que los niños disfruten y les ayuden a amar la lectura. ¿Alguna recomendación a título personal en ese sentido? .
Hoy en día la literatura infantil y juvenil está viviendo un nuevo boom, con gran cantidad de obras y colecciones para todas las edades, y el mundo del cómic japonés que llega traducido a España también ofrece diferentes opciones, según la edad del lector. Personalmente, recomendaría El dulce hogar de Chi, las aventuras de una gatita con su nueva familia humana, y Yotsuba! que cuenta la vida de una niña de 6 años y su peculiar forma de ver el mundo junto a su padre y sus amigos (pueden leerlo tanto los mayores como los peques).

La información práctica suele venir bien a los padres. ¿Hay algo en ese sentido que queráis destacar? ¿Qué se puede comer por allí?  ¿Microondas para calentar biberones? ¿A qué hora es más sencillo acudir sin afrontar largas esperas en la cola (que muchos niños llevan regular)?
Principalmente, que la ludoteca estará disponible los dos días de celebración del evento. Dentro de los pabellones habrá opción de comida japonesa y cafeterías abiertas al público (en las que podrán solicitar usar el microondas para calentar la comida). Sobre el acceso a la feria con menores, recomendamos evitar la primera hora de la mañana, y acudir sobre las 11.30 o 12, que suele haberse despejado bastante. El domingo suele ser más tranquilo, por lo que una buena hora sería las 11.


¿Qué opináis sobre que los maestros lleven a clase camisetas con mensajes?

El mes pasado escribí sobre los códigos de vestimenta, propios e impuestos, de los docentes. Lo hice gracias a que ellos tuvieron la amabilidad de contestarme en gran número.

GTRES

Pues tras aquel post, en el que varios maestros hablaban de no llevar camisetas con mensajes o tener mucho cuidado con ellas, un amigo comentó lo siguiente en Twitter:

Y tras aquello hubo una conversación que tome nota mental de traer aquí, porque me pareció un debate interesante.

No sé qué opinaréis vosotros, pero yo coincido con @MamaResiliente, que desde Twitter, apuntaba «mientras no vaya contra los derechos humanos, bien. Yo creo que la libertad de expresión es fundamental para la democracia».

También con @elcarty en que si los mensajes son a favor de la diversidad o el respeto, contra la intolerancias o el acoso escolar, incluso pueden ser herramientas educativas.

Pero entiendo perfectamente lo que argumenta @mamaINperfecta y que es necesario ir con tiento y valorar la edad de los niños que tenemos delante.

Prohibir de entrada cualquier camiseta con mensaje, como hacen algunos centros, como un docente de Argentina contaba que pasaba en ese país, me parece la solución fácil, rápida y mala, la solución errónea de cortar por lo sano.

Ya os dije que me parecía un debate interesante, algo sobre lo que merece la pena reflexionar.

¿Que opináis vosotros?


* camisetas para profes de La Tostadora.

¿Quieres tener hijos? ¿Cuánto sabes sobre embarazo, lactancia y crianza del recién nacido?

Un tercio de las madres puntúa por debajo del 4 sobre 10 sus conocimientos sobre embarazo, lactancia y crianza del bebé antes de la llegada de su primer hijo. De manera parecida se titulaba la nota de prensa de Danone Early Life Nutricion que he recibido recientemente, y que también concluía que un 68% de las madres españolas confiesa sentirse insegura después de dar a luz.

Son datos apoyados en una muestra poco representativa (apenas 130 madres, todo hay que decirlo), pero no dudo que haya bastante de verdad tras esta afirmación. Por mucho que nos lancemos a la maternidad y la paternidad cargadas de lecturas, nos sentimos a veces gigantes con pies de barro.

«Mi prima dice que me puede regalar una maxi-cosi. ¿Qué demonios es eso?». «¿El humidificador es necesario?». «He leído en unos sitios que al cordón umbilical del bebé hay que ponerle alcohol y en otros que nada, ¿con qué me quedo?». «¿Debo esterilizar las cosas del bebé o no?». «¿Qué demonios es eso del baby lead weaning?».

No sé qué habría respondido yo antes de tener a mi primer hijo, probablemente que sabía muy poco sobre embarazo, lactancia y crianza. En gran medida por la falta de niños pequeños en mi entorno. Y cuando ya estaba decidida a tener hijos y había leído al respecto, tampoco sé cómo habría podido valorar mis conocimientos. Ahora, a posteriori, sí que sé que había mucho que no sabía y que no sabía que no sabía. Mucho que creía saber y también desconocía. Mucho instinto agazapado para salir y que debe ser escuchado.

He decidido, traducir todo eso en el primer trivial que elaboro para este blog (otros compañeros blogueros los hacen con frecuencia, os recomiendo los trivials históricos de David Yagüe y los literarios de Regina exLibris). Un trivial al que sobra decir que están invitados todos aquellos interesados en sumergirse en la maternidad o la paternidad.

Sí, madres y padres, que en el texto que ha inspirado todo esto solo se habla de madres y maternidad, pero va siendo siglo ya de cambiar también eso, incluso desde la elaboración de notas de prensa.

¿Cómo elegir una buena intervención asistida con perros? ¿Y con caballos?

Las intervenciones asistidas con animales están en aumento. Sobre todo para personas con discapacidad, pero también con otros colectivos. En el universo en el que yo me muevo, el de las personas con autismo, la explosión que han tenido desde hace diez años es claramente palpable.

Son intervenciones complementarias a los abordajes recomendados por los profesionales de la salud o la enseñanza, que jamás deben sustituirlos. Y son intervenciones además que no son efectivas con todo el mundo. Incluso la mejor, con los profesionales mejor preparados, puede no servir a una persona en concreto. Tal vez para esa persona lo ideal fueran, por ejemplo, alguna terapia relacionada con la música, el teatro o el baile o algún deporte como natación o atletismo.

Pero están en aumento como os contaba, mucha gente quiere probar, a ver si de verdad traen algo bueno a esa persona que aman. Y mucha de esa gente no sabe realmente qué mirar a la hora de elegir una en concreto, porque los animales son seres que sienten, con derehos, y no meros instrumentos; y porque no es plan de perder tiempo y dinero.

(GTRES)

Por eso en Psicoanimal y Espacio Itaca han publicado unas guías de buenas prácticas para elegir intervenciones asistidas con perros y caballos. Me las hace llegar Nuria Máximo, terapeuta ocupacional y profesora en la Universidad Rey Juan Carlos, responsable en esa universidad de la cátedra Animales y sociedad.

Nuria ya asomó a este blog con un post titulado: No es terapia con animales todo lo que reluce (cómo identificar las que merecen la pena), que es complementario a estas guías. Si de verdad estáis interesados en estas intervenciones, os recomiendo su lectura, también la de este tema al respecto de Espacio Ítaca, y tener estas guías bien presentes:

Carta a todos aquellos que exigen besos a los niños

(GTRES)

Sé que no hay nada malo, que lo único que quieres es demostrar afecto a ese niño. Tal vez pidas ese beso por una convención social sin más importancia a la que crees que es de buena educación que el niño aprenda a plegarse.

Para ti es algo automático, saludas y te despides con besos casi sin pensarlo. Así que, según ves al niño, te agachas buscando una mejilla tierna. Y es más habitual de lo que parece que el niño no reciba con agrado a ese gigante, tal vez desconocido, que se cierne sobre él. Se escabulle tras unas piernas de confianza, gira la cabeza, protesta, incluso llora.

No le gustan los besos. O no le apetece en ese momento o a tu persona. No te lo tomes como algo personal, simplemente respétalo. Eso de insistir en ser besado, de negociarlo, de llamar al niño antipático (o raspa o poco cariñoso) aunque sea medio en broma o de intentar comprar el beso con dulces o regalos, no es ni adecuado ni elegante.

Vale que no es agradable que le hagan a uno una cobra, aunque sea un niño de tres, siete o diez años, pero no pasa nada. Apechuga, sonríe y a otra cosa, que tampoco es para tanto.

De hecho, si te paras a observar a partir de ahora, lo mismo descubres que muchos de los niños que han accedido a besarte no lo han hecho precisamente con agrado. Se han dejado hacer, tal vez aleccionados por sus padres o abuelos que han querido inculcarles lo que creen que son unas buenas maneras obligatorias.

Que un niño esté bien educado es algo muy distinto a dejarse besar.

Es posible incluso que, si haces memoria, descubras que fuiste uno de esos niños que escamotean los besos, pero que tuviste que aprender a hacer de tripas corazón. Ojalá también te hubiera dejado en paz.

Cuando un niño quiere darte un beso se nota, créeme. Te rodea con sus bracitos y te besa feliz. Y es un regalo maravilloso que no puede ser forzado. Alégrate si te llega, que si es algo obligado, esa sensación de calidez no se va a producir.

No cuesta tanto preguntar antes de agacharse ante el niño aquello de «¿me das un beso?». Y si ves reacio al pequeño, se puede dar la mano, un abrazo o dedicarse una buena sonrisa.

Piensa que es bueno que nuestros niños sean capaces de rechazar las aproximaciones que no desean, que no les inculquemos que hay que plegarse a los deseos de besarles o tocarles de los adultos, que aprendan a reconocer las situaciones que no les agradan y hacerse respetar. Hay que ayudarles a pisar fuerte, no hacerles mas vulnerables.