El texto de hoy no es mío, es un regalo de una amiga, de Yolanda Marín, que justo estos días está descubriendo lo que es ser madre, algo que por mucho que imagines no sabes lo que es hasta que saltas al vacío. El pequeño Jorge nació con bien el sábado y desde aquí aprovecho para felicitarlos.
Sin más os dejo con las nueve grandes tonterías que tuvo que escuchar en su embarazo, que un día como hoy el humor es bienvenido.
1. “No sabía que estabas buscando niño” “¿es deseado?”
Tenemos claro que no vamos a buscar los bebés a París. Y que el cuento de la cigüeña es del Pleistoceno. ¿Qué cómo se intenta tener un hijo/a de manera natural? Pues con sexo. Sí, no voy a descubrir América, ni la pólvora. Pero.. ¿es necesario que la gente sepa cuándo lo practicas? ¿si utilizas método anticonceptivo o no? Parece ser que sí. La dichosa pregunta es más que habitual, increíblemente, cuando das la noticia de tu futura maternidad, aunque lleves más de diez años con tu pareja. “¿Estabas buscando un hijo? ¡No sabía nada!”. Y qué me dicen de la otra: “¿Es deseado?” Pues mira, no froté la lámpara maravillosa de Aladino, pero sí, estoy embarazada.
2. Tantos ginecólogos y matronas como población tiene China
Si los ginecólogos/ tocólogos que afloran con tu embarazo fundaran un país podrían equipararse en números a la población de China. En el momento que comunicas que estás de buena esperanza salen de debajo de las piedras: la cuñada María, la vecina Pepi, la tita Conchi. La nota de corte de estas carreras universitarias debe estar por los suelos. Todos creen tener el título y saben cómo va a ser tu embarazo: cuánto te van a durar los vómitos o la acidez, si te va a dar ciática… Y no, amigos y amigas, si algo he aprendido es que en esto no hay reglas. Cada cuerpo, un mundo.
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3. La forma de tu barriga, un oráculo.
A medida que tu bebé va creciendo he escuchado numerosas conjeturas según la forma de mi barriga. Los primeros meses, cual oráculo, tu tripita puede llegar a determinar si es niño o niña. Tal y como lees. Y si quien ha elucubrado acierta (el sexo de tu bebé ya no es ninguna incógnita) se sentirá como si averiguara la combinación ganadora del Euromillón, con bote incluido. “¡Yo lo sabía!”, “¡Nunca me equivoco!”. Ejem. ¿Sabes que las posibilidades de acertar son una de dos? No hay más preguntas, señoría.
Pero aquí no acaba. Tu barriga seguirá creciendo y ¡las conjeturas también! Si es ancha, picuda, recogida, oblicua, hexagonal… Estas formas geométricas arrojan resultados inimaginables para el personal. “Tienes una barriga de parto fácil” (¡Oh! ¡Gracias!) Y ya en los últimos días de embarazo todo el mundo mirará la altura de tu barriga haciendo un análisis físico cuántico: “La tienes más baja”, “aún la tienes alta”, “ya la tienes varios dedos por debajo del pecho… el parto es inminente”. Maravilloso. En mi caso no ha acertado ni el Tato.
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4. Ecografías y parecidos: un caso para Iker Jiménez.
Desde la primera ecografía tu gente pueden empezar a sacar parecidos a la criatura. Da igual que ni los propios padres distingan nada, que solo se vea una oscuridad, eso da igual… El resto sí lo verá. Hay un poder sobrenatural, cual fenómeno de las caras de Belmez, que hacen que tus familiares y allegados saquen parecidos en las primeras ecografías en blanco y negro. Tiene la nariz de su tía, los ojos de su abuelo… A mi me han llegado a decir -con la eco 20 en blanco y negro- que mi criatura es tan fea como el padre cuando nació. Apoteósico. ¡Plas, plas! Y mejor no pararse a contar las anécdotas de las ecografías en 3D, 4D, 5D… Yo me perdí entre tanta nueva dimensión, y el niño que está por venir también. Nunca se ha dejado ver al completo.
5. ¿Nariz hinchada? Parto inminente.
Además de la barriga, no he tenido un embarazo de grandes cambios físicos. Me he librado de cara o pies muy hinchados cual elefante. Lo que nunca podría imaginar es que la forma de la nariz (la mía es bastante prominente) determinara cuándo vas a parir. No invento nada. Gente cercana me ha asegurado que según mi forma de la nariz daría a luz en unos días. ¿No es grandioso?
6. “¿Ya tienes la maleta preparada?”
Es una de las preguntas top y, ojo, fundamental. “¿Tienes la maleta preparada?”. Empieza resonar con fuerza cuando sobrepasas la semana 30. ¡Y de manera ascendente! Perdonad mi simpleza, yo no voy a dar a luz en el Caribe. Lo haré en un hospital. Creo que poco más hará falta que el personal médico y el papá del bebé a tu lado. Pariré con maleta y sin ella. O eso creo. Espero no tener que pasar aduanas de casa al paritorio.
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7. “Aprovecha y come todo lo que puedas”, “Come por dos”
Este comentario es de los más absurdos de estos 9 meses. Se supone que durante el embarazo debes de comer más sano, desechar las porquerías y mirar por tu bienestar y el de tu pequeño. ¿Quién entiende esa frase absurda de “aprovecha y come lo que puedas”? ¡Como si fuera a venir un holocausto nuclear y tuvieras que guardar reservas en tu cuerpo como animal rumiante! En fin.
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8. “¿Estás esperando a verle la cara para ponerle nombre?”
Sí, ya sé que no es lo habitual, pero hay gente, como es nuestro caso, que no tiene 100% claro cual será el nombre del futuro descendiente. Si esto ocurre, preparaos para escuchar la frase (repetida hasta la saciedad): “¿Tú eres de las que están esperando a verle la cara?” Pues mira, ¡no! Hay discrepancias entre el papá y la mamá. No pasa nada. No nos preocupa en absoluto.
9. “Hoy no darás a luz, no hay luna llena”
Es aconsejable que hagas un cursillo rápido de astronomía antes de que llegar a los días finales de tu gestación. Las fases lunares determinan, según tu alrededor, cuando darás a luz. Aquí un extracto de conversación real.
“Hoy no darás a luz, la Luna no ha cambiado de menguante. Tendrás que esperar hasta el día X“
“¿Es mi hijo Lobezno? Mi vecina parió esta madrugada, ¿para ella no salió la Luna?”
Fin de la conversación.
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Y hasta aquí las 9 tonterías. Por cierto, también hay personas coherentes, con sentido común, que han sido de gran ayuda, física y emocional, durante estas 41 largas semanas. Me acuerdo de algunas aquí:
El primero: el futuro papá, con él he compartido hasta las hormonas. No veo la hora de que lo tengas en brazos.
Mis hermanas, madre, padre y cuñada. Madre Reciente y Boticaria García, sin sus consejos para mi diabetes gestacional esto hubiera sido un camino lleno de más obstáculos. Las otras tantas amigas embarazadas, que con su empatía gestacional me habéis ayudado tanto. No son pocas. Y mis amigos, por favor, qué calorcito me habéis dado a diario con vuestras palabras, memes, consejos y risas. Mimad igual de bien a mi criatura.