Archivo de julio, 2017

La saga de libros infantiles ‘Futbolísimos’ será película, el rodaje ya está en marcha

Si hay una saga de libros que triunfe entre los niños españoles que arrancan a leer solo es, con la venia de Geronimo Stilton, la de Los Futbolísimos.

Estos libros que aúnan fútbol y misterios por resolver, una versión moderna de Los Cinco o Los Hollister en modo patrio-futbolero, no han pasado por mi casa dado el nulo interés de mi hija en cualquier asunto que implique el balompié, pero me consta su éxito entre muchos de sus amigos.

Ahí van unos números enormes cuando hablamos de libros: más de 1.250.000 ejemplares vendidos de esta colección, pensada para niños a partir de ocho años. Un éxito fulgurante si pensamos que el primer volumen llegó a las librerías hace apenas cuatro años.

Su autor es Roberto Santiago (también director de cine y guionista), al que conocí el pasado año en la entrega de premios SM (ganó con otro libro infantil, Los Protectores) y que tiene el indudable y enorme mérito de haber hecho disfrutar a miles de niños con la lectura. Cruzo los dedos porque ese gozo arraigue y dé frutos.

El ilustrador, que acertó de pleno al dar luz y color a la pandilla, es Enrique Lorenzo.

Pues bien, aprovechando las vacaciones de verano, ya ha arrancado el rodaje de la película basada en estos libros. Terminará el 2 de septiembre, justo a tiempo de que su elenco infantil reanude el cole.

(@CARLOS MARTÍN)

La dirige Miguel Ángel Lamata (Nuestros amantes, Tensión sexual no resuelta, Isi/Disi: Alto Voltaje, Una de zombis) y adaptará el primer libro, El misterio de los árbitros dormidos.

Espero sinceramente que sea una película entretenida y de buena factura. Es muy difícil hacer buenas películas infantiles más allá de la animación, y las últimas experiencias de adaptaciones españolas no han sido precisamente memorables. Aún recuerdo el desaguisado que hicieron con Manolito Gafotas. Leed los libros del niño de Carabanchel, pero no veáis la película si podéis evitarlo.

La productora explica que han hecho pruebas a unos 5.000 niños para dar con la pandilla perfecta que encarnará a Pakete, el protagonista, Helena (con hache), Toni, Camuñas, Marilyn, Angustias, Anita, Ocho y Tomeo. Los niños actores que se pondrán en sus botas serán Julio Bohigas, Milene Mayer, Marcos Milara, Iker Castiñeira, Martina Cabrera, Roberto Rodríguez, Samantha Jaramillo, Pablo Isabel y Daniel Crego.

También forman parte del reparto Joaquín Carmen Ruiz, Antonio Pagudo, Norma Ruiz, Jorge y Toni Acosta.

De momento, solo tenemos de la película  la imagen que ilustra este post.

Toda la suerte del mundo en la aventura.

Mejor hubiera sido pedir disculpas por exigir esos tests de embarazo antes de hacer el contrato

Creo que es algo común a muchos padres. Cuando tu hijo hace una trastada y le pillas, lo que más valoramos es una disculpa sincera. Uno de esos «lo siento, no lo haré más». Si el niño intenta salirse por la tangente, negar lo evidente, echar la culpa a otro o al menos compartirla, la cosa es peor.

No pasa nada por reconocer que has metido la pata, por asumir la culpa, aprender de ello y avanzar procurando no meter la pata. Todos lo hacemos. Nadie pasa por esta vida sin errar unas cuantas veces.

Algo que también es aplicable a los adultos. Algo que también es aplicable a las empresas.

Ojalá Iberia hubiera obrado de esa manera tras recibir la multa de 25.000 euros por una infracción grave al exigir una prueba de embarazo a las mujeres antes de contratarlas. «Nos hemos equivocado. Ha sido un error. Nuestras disculpas».

La empresa en cambio ha reaccionado alegando que lo hacía por el bien de las mujeres a las que iba a contratar, por su salud y la del niño:

Hola. En relación con lo publicado en vuestra edición online, en Iberia abogamos por la protección de nuestros trabajadores y así mismo, del personal a contratar. La inclusión de este tipo de pruebas se hacía con el objetivo de no asignar tareas que pusieran en riesgo la salud de la aspirante ni la del bebé que espera (aplicando el caso) sin limitar las posibilidades de ingresar a nuestra compañía. De hecho, nunca se ha dejado de contratar a una mujer por estar embarazada, y tenemos ejemplos que lo demuestran. Sin embargo, se ha tomado la decisión de no incluir a partir de ahora dicha prueba durante el reconocimiento médico, confiando en la responsabilidad de cada mujer contratada el comunicarlo si se le asignan tareas que involucren riesgos durante el embarazo, para que se le cambien temporalmente las funciones. Un saludo.

Muy mal. ¿O es que acaso hacía electrocardiogramas a todos los potenciales empleados? ¿Les pedía historiales médicos completos a todos? ¿Análisis de sangre? ¿Exámenes del estado de su oído interno? Hay muchos motivos por los que subir a un avión puede ser un problema. Pero parece que solo hay uno en el que no basta con la palabra dada.

Es más, me gustaría saber si en esas entrevistas no cayeron las típicas y lesivas preguntas, aún tan frecuentes, sobre el estado civil, el deseo de ser madre o la edad de los hijos que ya se tienen.

Con lo fácil que es pedir perdón…
Espero que, al menos, haya aprendido del error.

Doce cuentos que meter en la maleta rumbo a la playa


En casa hemos leído muchos cuentos. Los seguimos leyendo, aunque cada vez más es otro tipo de lecturas las que se abren camino: cómics, mangas, libros para primeros lectores, Harry Potter, clásicos como Charlie y la fábrica de chocolate o La historia interminable, mis viejos libros en los que elegir tu propia aventura… Se notan los ocho años y medio que tiene ya Julia.

Pero los cuentos son una lectura que procuraremos no abandonar. Los hay que son auténticas obras de arte, que hacen reflexionar y emocionan también a los adultos, que son un acierto siempre.

He estado revisando los cuentos que nos han enamorado en los últimos años y he decidido recopilar aquí una selección con nuestros favoritos, nuestros imprescindibles. Cuentos que bien pueden acompañarnos en la maleta a la playa y que son un estupendo regalo para cualquier niño pequeño. Y no, no está El pollo Pepe, que nunca llamó la atención de mi hija, o títulos meritorios pero que están hasta en la sopa como A qué sabe la luna.

Vamos con ellos.


‘Las ciudades de colores’. Fue uno de los primeros cuentos que atrapó a Julia junto a ‘Sí, somos raros’. Lo leímos y releímos muchas noches. Y creo que a mí me gusta tanto como a ella. La gente que se ha acercado a él por recomendación mía, también ha quedado cautivada por la calidad de sus textos, su mensaje y lo bellamente que está ilustrado.

Su autora es María Bautista, con Raquel Blázquez como ilustradora. Otra cosa que me encanta de este cuento es que no hay una gran editorial detrás, es un proyecto joven, de calidad, llevado a cabo por personas con muy buenas ideas y mucha creatividad que se han embarcado en Cuento a la vista. No dejéis de visitar su web.


Todos los besos
, que forma parte de una serie en la que hay otros títulos igualmente recomendables como Todos los papás o Todos los bebés. Son cuentos aptos para bebés, unos cuentos que mi santo y yo nos aprendimos y aún recordamos: “el bebé león, es un campeón. El bebé avestruz, del sol ama su luz”.

Jaime destrozó de tanto verlos pese a ser considerablemente resistentes. No importa, no creo que haya mejor destino para un libro de bebé que caer en el campo de batalla de animar a la lectura, mucho mejor que permanecer intacto y olvidado en una estantería. De Bisinski – Sonders y editado por Corimbo.

‘Sí, somos raros’ fue el primer cuento que Julia se aprendió de memoria. De otra editorial a la que conviene seguir de cerca, Siete Leguas (suyo es también, por ejemplo, el fantástico ‘El señor Nimbo y la máquina de nubes’. De Javier Olariaga y Antonio Amago, es un canto a la integración y a la aceptación de las diferencias, a crecer sin complejos. Muy imaginativo y lleno de sentido del humor.

Trata de niños que son diferentes, ya sea porque están imantados y atraen todos los objetos metálicos, les crece el pelo a toda velocidad, una nube les persigue por todas partes o al gritar son capaces de derribar edificios. Eso tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, necesitan una pesada bicicleta de madera o usar cubiertos de plástico, tienen que llevar la melena en una mochila, están siempre mojados o no les dejan cantar o gritar gol en el cole. Pero siempre al final aprenden a aceptarse y a encontrar ventajas en sus rarezas. Siempre, salvo en el caso de Ramón Chaparrón, que logra deshacerse de la nubecilla en cuanto sus padres y los médicos se dejan de pruebas y le hacen caso.

El cazo de Lorenzo. Un clásico de Isabelle Carriere. Una fantástica bonita metáfora de la situación de los niños con discapacidad intelectual y/o social y de cómo lograr su inclusión. El cazo que Lorenzo arrastra siempre va a seguir ahí, pero podemos ayudar a que sea más llevadero, a que le frene menos. En nuestra mano, en la de todos está lograrlo.

Editado por la Editorial Juventud, es asombroso lo alto que vuela con un texto y un dibujo tan sencillo. Es un libro recomendado por numerosas asociaciones de personas con autismo, aunque es aplicable a muchas otras circunstancias. Imprescindible se mire por dónde se mire. Yo sigo emocionándome cada vez que lo leo.

‘Gran Lobo Salvaje’. El primer cuento que yo leí solita de un tirón. El primero con el que Julia lloró, que al emociona de verdad. Leímos mi viejo volumen, pero es un título que se sigue reeditando y es fácil de encontrar. Está escrito por Rene Escudie con delicadeza, con tino, por alguien que se nota que sabe mucho de los perros y sabe transmitirlo, y transmite muchísimos valores, no solo de respeto a la vida animal, sino de compañerismo, resolución de conflictos personales, compromiso…

El pequeño Tritus es abandonado y durante cuatro días seguimos las andanzas del cachorro, que en cada capítulo va encontrando diferentes perros con diferentes historias: el viejo perro que le adopta, el cocker mimado que quiere ver mundo, un perrazo que fue la mano derecha de un pastor y sobrevive asilvestrado, otra perrilla mestiza que viaja con él, la bóxer perdida enamorada de sus dueños y loca por volver con ellos y el perro guardián encadenado.

‘Fuera de aquí horrible monstruo verde’ es un buen cuento para perder el miedo a los monstruos. Un cuento además de esos que se leen con mucho teatro. En él vemos aparecer rasgo a rasgo a un monstruo que el niño hará desaparecer a grito pelado, «¡No me asustas!», pasando páginas hasta llegar al final: “¡Y no vuelvas más hasta que lo diga yo!”. Es decir, lo que hace es animar a los pequeños a aprender a decir no, a enfrentarse y a alejar aquello que no les gusta.

Un libro muy divertido, con mucha personalidad. De esos que no se olvidan. De Ed Emberly, publicado por la editorial Océano.

‘Si yo fuera un león’. Es un libro resistente, de esos ideales para ver distintos tipos de animales y jugar a imitar los sonidos que hacen. La gran novedad es que viene con dos asas a los lados que permiten abrirlo por completo, introducir el rostro en el hueco que correspondería a la cara del animal y jugar a que nosotros somos ese sapo, ese pajarito o ese gato.

Un cuento fantástico para niños muy pequeños, por su formato, los colores llamativos y, sobre todo, la interactividad que permite con los niños. Altamente recomendable si hay hermanos mayores, a partir de cinco años, que puedan leérselo introduciendo el rostro en el cuento. La autora es Isabel Pin y lo publica la editorial Lóguez.

‘La vaca gordita’ es un cuento sobre la importancia de querernos bien, obra de David Paloma (historia) y Francesc Rovira (ilustraciones) para la editorial Combel. La vaca gordita, que solo era un pelín más gordita que las demás, comienza a verse las patas gordas, la barriga gorda y deja de comer hasta convertirse en algo que ya no parece una vaca. Por suerte se da cuenta y vuelve a comer para volver a convertirse en una vaca feliz y saludable.

Os lo he resumido mucho y quitado la magia de los textos cuidados pensando en los niños y las ilustraciones, pero en este mundo en el que es ametrallante la obsesión por la imagen que tenemos, asociada constantemente a la delgadez y cada vez desde edades más tempranas, es muy importante transmitir a nuestros hijos que se quieran bien, que se gusten, que cuando se miren al espejo aprendan a amar lo que ven. Lograrlo sería un gran triunfo como padres. Y ‘La vaca gordita’ puede poner un granito de arena. Y granito a granito…

‘¡Yotsuba!’ es uno de nuestros últimos descubrimientos. La serie manga de Kiyohiko Azuma es una delicia para adultos y una lectura maravillosa para niños a partir de seis o siete años. Completamente blanco y sobradamente popular: súperventas en Japón, con numerosos premios y buenas críticas. Pero lo más importante es que se trata de un canto a la infancia, a esa maravillosa etapa de sorpresa, literalidad y aprendizaje.

Debe su nombre a su pequeña y carismática protagonista, una niñita que arranca la historia mudándose a una nueva casa y que, por motivos desconocidos, no sabe casi nada del mundo moderno. Yotsuba es, la niña del pelo verde, es una aliada fantástica para mostrar a nuestros hijos el placer que existe en la lectura, facilitado por el formato cómic. En España la publica Norma Editorial y cada tomo cuesta ocho euros.

‘Canción del pirata’ de Espronceda. Ediciones Idampa, proclamando desde la portada que a los grandes escritores hay que empezar a leerlos desde pequeños, tiene este poema en formato de cuento, bellamente ilustrado por Silvia Alberdi. Es una delicia no sólo para los niños, es uno de esos cuentos que los adultos también observamos cómo pequeñas joyas.

Además de desvelarnos poco a poco una poesía que todos los niños son capaces de entender y disfrutar a poco que expliquemos unos pocos términos, enriqueciendo así su vocabulario, muestra distintos tipos de letra, lo que resulta muy útil en esa edad en la que están empezando a leer y a descubrir que las mismas letras pueden aparecer representadas de formas muy diversas. También incluye al final varias curiosidades históricas sobre los piratas y al inicio una brevísima biografía de José de Espronceda.

‘Un mensaje para Luna’, de Virginia Kroll. Las ilustraciones de Zuzanna Celej son una maravilla y la historia también para crear concienciar medioambiental. Tortuga verde llevará a Luna, una niña con la que es fácil que se identifiquen los pequeños lectores, por todo el mundo, mostrándonos los retos a los que se enfrenta nuestro planeta y que por culpa del hombre muchos animales están en peligro.

Es un cuento que busca la empatía y que se apoya en la esperanza, en que tenemos que movilizarnos, para lograr que esta realidad cambie. Editado por Cuento de luz, una joven editorial infantil madrileña había sido la primera editorial europea y la tercera del mundo en recibir el certificado B Corporation por su labor social y medioambiental.

‘Mujeres’ es un proyecto de la ilustradora Isabel Ruiz Ruiz que vio la luz gracias al sistema de crowdfunding de Verkami y que ya tiene una segunda parte. No es realmente un cuento, es un álbum ilustrado de calidad en el que a un lado vemos las maravillosas y cargadas de personalidad ilustraciones de Isabel, a modo de retrato de cada mujer (Concepción Arenal, María Montessori, Hedy Lamarr, Virginia Woolf, Marie Curie, Clara Campoamor o Frida Kahlo, entre otras muchas), y al otro encontramos una cita significativa y una breve explicación sobre la vida y logros de esa mujer en concreto.

Una lectura, no para hacer del tirón, sino para disfrutar a sorbos a lo largo del tiempo. Y pese a ser un instrumento fantástico con niños (ojo, no solo con niñas, con niños en general), no es únicamente recomendable para niños, muchos adultos disfrutarán de esta recopilación.

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No tengo una opinión clara respecto a la gestación subrogada, y creo tener derecho a no tenerla

Os voy a confesar que no tengo una opinión clara respecto a la gestación subrogada, y creo que tengo derecho a no tenerla. Mejor dicho, que tengo derecho a tomarme mi tiempo para tenerla.

Escucho a gente que aprecio, que considero buena y justa, con criterio, posicionarse con virulencia a favor y en contra. Sobre todo en contra, la verdad. Pero de todo hay. Y ahí estoy yo. Aún rumiando, incapaz de formular juicios definitivos. Será que soy lenta. Será que soy demasiado aristotélica. Tal vez sea por ser empática hasta niveles casi enfermizos. No lo sé…

Escucho a personas que se oponen, que hablan con razón, porque se está dando, de la explotación de mujeres en países pobres. Que lo comparan con la trata con fines sexuales, una lacra execrable y extendida. Y yo no quiero eso. Por supuesto que no. Nadie con un ápice de bondad estaría de acuerdo con esa nueva forma de abuso del cuerpo de la mujer. Gestar y entregar un hijo contra tu voluntad u obligada por las circunstancias pero sufriendo la huella que eso te dejará es una monstruosidad. Aunque me da miedo estar aplicando la óptica del primer mundo, nuestra óptica de necesidades básicas cubiertas, a realidades ajenas, mucho más broncas. No querría caer en eso, en juzgar sin comprender, igual que no quiero no se puede mirar la Historia y entenderla con ojos modernos.

Escucho a personas que lo quieren posible pero bien regulado, que dicen que una mujer debería poder elegir libremente y respaldada por las leyes si desea embarcarse en algo así. Con buenos controles, en el mismo país, con evaluaciones psicológicas y garantías jurídicas. Y suenan razonables pero sé que hay mucho que se me escapa, que es imposible legislar sin agujeros.

Escucho a gente que asegura que no se puede pensar solo en las mujeres, que es ya es una realidad que está aquí en forma de bebés. Ya están llegando niños nacidos así a diario que se encuentran en un vacío legal y que eso no puede ser. Niños en los que también hay que pensar y para los que sería injusto y cruel crecer con el runrún del ‘fue bebé comprado’ como compañero. Un vacío legal, por otro lado, que no beneficia tampoco a las mujeres gestantes. Una cosa es lo que nos gustaría que fuera la realidad y otra la realidad existente y que hay que manejar lo mejor posible.

Escucho a otros que defienden que la adopción debería ser la respuesta, que perpetuar nuestros genes no es algo imprescindible. También tienen razón. También de nuevo hay ‘peros’. La adopción no es ya que no sea barata, es que con frecuencia es imposible. Tanto dentro de nuestras fronteras como fuera de ellas. Y la adopción internacional también tiene muchas sombras.

Escucho a personas que aseguran que no es obligatorio tener hijos. Por supuesto que no lo es. Pero también conozco de cerca el dolor del deseo profundo y frustrado de ser padre o madre y hasta qué punto puede romperte por dentro.

Escucho a los que lo plantean como una lucha de clases globalizada
. Parejas ricas que desean ser padres y se benefician de la situación de pobreza e indefensión de muchas mujeres. Aseguran que jamás una mujer sin necesidades económicas se ofrecería para gestar un bebé ajeno por una simple cuestión altruista. Pero yo tengo dos parejas de amigos, una homosexual y otra heterosexual, que si me pidieran gestar a su hijo me plantearía muy seriamente decirles que sí, no por dinero, sino por amor y amistad. No sería un vientre de alquiler. Sería un regalo. Esos casos son posibles, raros sí, pero posibles en cualquier estrato. En situaciones así… ¿Por qué no?

Escucho también a gente que se enoja cuando les digo que es un tema complejo y que no lo tengo claro. «¡Cómo es posible!», me dicen. Se enfadan con los que necesitamos tiempo y no lo vemos tan fácil para posicionarnos como ellos.

Pues reivindico mi derecho para reflexionar; para hacerlo y evolucionar mis conclusiones, porque todo lo que antes he expuesto, muy resumido, no son las únicas aristas que veo.

No sé qué es mejor. No estoy escribiendo para dar una solución, no la tengo. Escribo dudando, sabiendo que puedo cambiar de opinión mañana. Escribo porque me sorprenden un poco las opiniones tajantes, pero tal vez yo mañana tenga una igual de drástica.

Hoy no: hoy exijo mi derecho a esperar sin que se me lancen a la yugular; a reflexionar más sobre mi posicionamiento respecto a esta realidad reciente y caleidoscópica, sin que me fuercen a dejar que otros piensen por mí solo por haber llegado antes a sus propias conclusiones.

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«Hace 40 años estaría en una institución mental. Ahora veo cerca mi sueño de ir a la universidad»

Hace casi dos años, coincidiendo con el arranque de curso, la famosa vuelta al cole, escribí un post recordando la labor de los maestros de educación especial, esos de los que pocos se acuerdan entre mucho reportaje del peso de la mochila, el coste de los libros de texto, el uniforme sí o el uniforme no o los chavales que no han logrado plaza en los colegios de su elección.

Entre todos los comentarios que tuvo esa entrada, muchos muy críticos con el trabajo de esos profesionales pero sobre todo por esos lugares comunes que son sus supuestos buenos sueldos y largas vacaciones, un comentario brilló con luz propia.

Era el de un chaval de 17 años con asperger, que espero que en estos momentos se encuentre ya en la universidad, avanzando feliz. Un comentario lleno de agradecimiento de un chico con suerte, (sí, con suerte, porque ni mucho menos es siempre así y también hay maestros que restan) que ha sido capaz de reconocer lo que le han servido las manos tendidas de unos buenos profesores.

Buenas noches. Tengo 17 años. Tengo asperger desde nacimiento. Es un tipo de autismo. De los leves-moderados pero autismo.

Mi inteligencia es normal pero tengo muchas limitaciones. Me da miedo la gente, los sonidos, algunos lugares, no entiendo las bromas ni las ironías. Me han dicho que en eso tengo suerte porque así me ahorro de escuchar muchas estupideces. Parece ser que tienen razón. Así que no puedo usarlas tampoco. Soy obsesivo de muchas cosas. Del orden. De la ortografía perfecta. De otras cosas también.

Tardé mucho en hablar. Tengo buena memoria y aun recuerdo a mi logopeda. Gracias Lorena por tu paciencia y amor.

Tengo mal la psicomotricidad fina. Pero ahora soy rápido escribiendo tanto manualmente como por ordenador y móvil. Gracias José Manuel , mi profesor de lengua , sin ti no habría llegado a dónde estoy.

A ustedes los padres, me congratula ver que muchos agradecen la labor de los profes. Yo, como alumno con necesidades especiales, quiero darles las gracias a todos por su labor. Su cariño cuando me dan los ataques de pánico. Su paciencia cuando me cuesta el doble hacer muchas cosas.

Se me dan bien las matemáticas pero no entendía el dinero. Gracias a mi profe Gonzalo ahora puedo ir a comprar solo muchas cosas.

Las tardes con Marisa que me enseña habilidades sociales porque no sé comportarme en sociedad ni como establecer comunicación con mis compañeros.

Gracias a mi profe de educación física por integrarme en deportes cuando una de mis limitaciones es no saber jugar en equipo.

Gracias también a mis compañeros. Porque mis profes se han encargado de enseñarles a aceptarme. A quererme. A ayudarme.

Tengo una memoria prodigiosa. Como mucho autistas de alto funcionamiento, como así nos llaman. Y gracias a esta memoria nunca olvidaré a cada uno de ellos. Unos señores que han conseguido que sea un chico independiente y feliz.

Casi me siento como todo el mundo. Señores hagan caso de lo que dice un estudiante agradecido. Aparten lo malo y quédense con lo que yo les digo. No dejen que ese cariño lo empañen señores o señoras que no han experimentado nunca un cariño como el que yo he recibido . Como el que aún recibo.

Gracias a ustedes. Mis logopedas. Mis maestros. Y también a mis papás y a mis hermanitos.

Que tus hijos  encuentren un buen maestro es maravilloso, que tus hijos con autismo encuentren un buen profesional que se vuelque en ellos, es sencillamente un tesoro de un valor incalculable, algo que puede marcar la diferencia para bien en muchas vidas.

Muchas veces somos los padres los que lanzamos piedras contra la labor de estos profesionales, que hacen más de lo que pueden o están obligados pese al poco tiempo, los pocos medios, las trabas administrativas… Pocas se lo agradecemos como merecen.

Así que hoy, con el curso casi recién terminado, gracias de todo corazón a los buenos maestros, a los de Especial o a los que simplemente son especiales, a los que se dejan la piel con nuestros chicos, con o sin autismo.

No creáis nunca que vuestros desvelos no merecen la pena.

GTRES