El deporte infantil no debería ser un campo en el que sembrar rivalidad, agresividad, frustración y presión

Vergüenza me da la repetición periódica de episodios lamentables como el de este fin de semana:

Os recomiendo encarecidamente la carta que ha escrito mi compañero Isra Álvarez a los padres que llevan a sus hijos los domingos al fútbol, que suscribo de principio a fin, y el artículo de mi otro compañero Dani Mateo, Domingos de furia… ¿Hay solución para la lacra de los padres violentos del fútbol base?.

Y recuerdo un post que escribí hace año y medio que iba en la misma línea. Recuerdo hoy un fragmento:

Mi santo hace años, cuando era poco más que un crío, entrenaba a chavales. Era baloncesto, no fútbol, y procuraba que todos los niños que entrenaba jugarán tiempos parecidos, que aprendieran pasándolo bien y sin obsesionarse por ganar, que ni se insulta al arbitro ni se juega sucio contra los rivales y que no pasa nada si se pierde. Pero muchos entrenadores y padres no compartían esa postura, ni siquiera con los niños más pequeños. Puede que algunos de boquilla sí, pero en el campo lo que se veía era otra cosa.

“No saques a Fulanito, que no da pie con bola”. “¿Por qué sientas a Menganito, que es el mejor del equipo?”. “¡Claro que es importante ganar!. ¡A machacarlos!”. “Mira al pequeñajo rubio del otro equipo, corre como una niña. Jajaja”. “De momento le pega bien, a ver si acaba en el Madrid y nos saca de pobres”.

De verdad, ¿tanto nos cuesta a los adultos entender que no debemos reírnos de los niños, presionarles, insultarles incluso? Y eso incluye a entrenadores y árbitros. Cuando estaba en primer año de la carrera tuve un amigo que tuvo que dejar de ser arbitro de fútbol en las categorías infantiles porque le decían de todo menos guapo. A un chaval de dieciocho años. ¿Tan complicado es entender que, efectivamente, el aprendizaje mas importante es otro? ¿Tan difícil es ser hombres y mujeres que demos un ejemplo positivo a nuestros hijos?

Yo no concibo la infancia sin correr, sin saltar, sin hacer deporte. Igual que sin reír o hacer amigos.

Pero tampoco la concibo como un campo en el que sembrar rivalidad, agresividad, frustración y presión, algo que por desgracia es habitual en muchos deportes a nivel infantil.

12 comentarios

  1. Dice ser morlaco

    Yo era árbitro de baloncesto y cuánto más baja era la categoría peor educación había en afición, jugadores y entrenadores. Aún recuerdo un partido de juvenil femenino donde la entrenadora animaba a sus jugadoras a irse del campo corriendo sin saludar a las rivales después de ganar el partido. O a un jugador , de lo equivalente a segunda B que me quería pegar por haberle expulsado tras dar un manotazo al rival. Él más de dos metros y yo 16 años 🙁 . Los que son agresivos en el campo no deberían jugar y los padres que se pelean en los partidos de sus hijos mo deberían tener hijos

    21 marzo 2017 | 09:16

  2. Dice ser CARMEN

    Yo cada día tengo más claro que cuando tenga niños, voy a fomentar el no futbol. La gente se vuelve subnormal, animando como animales a gente que gana millones y les da igual todo, como si fuera algo suyo….. discusiones, pelas…. Y ni les dejan jugar tranquilos, siempre tiene que haber alguno que espera que su hijo sea el próximo Messi que les va a quitar de pobres.
    No estoy en contra de la competitividad, siempre que sea sana. Esforzarse por ser lo mejor posible es bueno. Lo que está mal es pisotear a los demás para conseguirlo.

    21 marzo 2017 | 09:26

  3. Dice ser Francisco

    Mientras los medios de comunicación sigan fomentando el odio entre equipos rivales con titulares como «a morir» o con noticias sesgados y pretenciosas diciendo que unos son los buenos y los otros los malos y no deje de politizarse el fútbol esto no cambiará. Ahora todos os rasgáis las vestiduras pero mañana a daros de ostia por el Barça y el Madrid

    21 marzo 2017 | 09:41

  4. Dice ser Atenta

    Que no dejen entrar a los padres, verás qué pronto se acaba la afición.
    Dejad en paz a los chiquillos! Que son eso, chiquillos.

    21 marzo 2017 | 09:45

  5. Dice ser Curioso

    Lo más gracioso es que todo el mundo habla de lo violento que es el rugby y en los años que llevo llevando a mi hijo a practicarlo jamás he visto una discusión entre jugadores o padres.
    Se fomenta la caballerosidad y el primero que va a ver qué tal te encuentras es el que ha parado tu avance. Los árbitros explican por qué han pitado una acción para que todos la entiendan y no la repitan. Se aplauden las jugadas, de los propios y de los ajenos. El equipo gana y el equipo pierden, no hay figuras ni cracks ni ídolos, sólo personas normales que juega bien al rugby.
    Pero claro, tienes que escuchar a ignorantes de los que jalean en los partidos de fútbol decir que el rugby es muy violento… Oídos para oir.

    21 marzo 2017 | 09:59

  6. Dice ser mari mar

    Absolutamente vergonzoso, no encuentro palabras.

    21 marzo 2017 | 10:07

  7. Dice ser Francisco

    Morlaco y Carmen cuánta razón tenéis. En el fondo todo va aparejado si os fijais. La violencia de género (el marchito gallito no consiente que mujer le lleve la contraria o le deje), el homófobos (el marchito piensa que es más valiente y mejor que los demás ), el xenófobo (yo soy mejor porque he nacido a un lado u otro de una frontera)…….pues eso trasladado al fútbol (yo me pongo una camiseta para decir «soy un ganador…… Mejor y más listo que los demás porque llevo esta camiseta»……en definitiva no aceptamos que otro sea mejor……y entonces recurrimos al insulto…..la agresión o lo que sea.

    21 marzo 2017 | 10:09

  8. Dice ser Jose

    Los valores se aprenden en casa.
    El ejemplo es fundamental.
    Una vergüenza lo que pasó.
    Demuestra la pobre situación de los chavales que tengan padres sin valores que dan mal ejemplo.
    Un referente, educado en valores desde casa, es Yago: ¡Te va a gustar!
    http://bit.ly/2nhBM7y

    21 marzo 2017 | 11:01

  9. Dice ser Laia

    Yo este año los he quitado de basket porque les han puesto tres días en lugar de dos, niños de primaria entrenando tres días y siempre se alarga más de una hora. No ha habido manera de encontrar ningún lugar en donde se entrenara 2 tardes solo.
    Es que sinó no ganan nada…
    O sea, que tres tardes entrenando y partido el fin de semana. Adiós al parque, adiós a visitar a los abuelos, adiós infancia porque las dos tardes que quedan hay que aprovechar a hacer inglés y piano y lo que sea porque hay que entrenar basket y ganar partidos.
    No sólo son los padres, es como una mano negra que va haciendo bola con la gente.

    21 marzo 2017 | 11:10

  10. Dice ser Javier

    El problema real es que hay padres que VEN EL FUTBOL DE SUS HIJOS COMO SU FUTURO (el de ellos, no de los hijos), y se ven como representantes y sentados en un palco de primera división al lado de Florentino (por ejemplo).
    Suerte la mía que ni hijo dejó el fútbol y, además, por cosas similares. Yo siempre me sentaba en el lado contrario a los padres porque ME DABA ASCO ESCUCHAR LOS COMENTARIOS QUE HACIAN HACIA LOS CHICOS, incluso sus propios hijos.
    QUEREN QUE SUS HIJOS LES SALVEN DE SU PROPIA FRUSTACION, es eso.

    21 marzo 2017 | 11:15

  11. Dice ser Lola

    A los padres y madres, que haberlas haylas, energúmenos deberían de prohibirle la entrada a los partidos, y si el niño también incurre en una falta de ese tipo a casita permanentemente. Da vergüenza ajena ver a los progenitores a trompada limpia por algo que no es más que un deporte, bonito ejemplo dan a los hijos.

    21 marzo 2017 | 21:30

  12. Dice ser marian

    Menos mal que el mío no es futbolero, se dedica al Kenpo, divino oigan, deporte individual donde no dependes de nadie ni para hacerlo bien ni mal, y al menos si en el futuro algún energúmeno le agrede, además sabe defenderse.

    22 marzo 2017 | 11:58

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