Cuando tenía dieciocho años advertí a la que ahora entonces era mi pareja y ahora es el padre de mis hijos que no se le ocurriera regalarme nada por San Valentín. A la niña que yo era, aquello, que aún se celebraba poco en España, le parecía una cursilada. Al niño con el que salía entonces le pareció estupendo no tener que complicarse la vida y gastar dinero.
Hace 22 años de aquello y jamás hemos celebrado San Valentín de ninguna manera especial en todo este tiempo. He ido viendo como la fiebre de San Valentín arreciaba desde entonces, como ganaba presencia cada año en escaparates, portadas de medios de comunicación, publicidad o en la recepción de notas de prensa relacionadas con el tema desde finales de enero.
Llevo ya varios días hasta el moño de recibir notas de prensa de #SanValentín. Qué pesadez por Buda!
— madrereciente (@madrereciente) 13 de febrero de 2017
Y también sigo viendo a mucha gente que reniega de ella. Lógico. Acción reacción. Dicen que es una fiesta comercial y que los detalles pueden generar durante todo el año. Cierto, pero cuando les escucho siempre me planteo en qué detalles están pensando. ¿Un libro, unas entradas, flores… fuera de fechas señaladas? Es cierto que a todos nos gusta recibir presente de quienes queremos. También hacerlos. Pero no son esos los detalles que yo pido (y procuro dar) durante todo el año a mi pareja.
Los detalles que quiero y que me demuestran su amor, los detalles que me empeño en regalarle, son otros:
– Erradicar los celos, cualquier sombra de ellos. Los celos no demuestran amor sino inseguridad, falta de confianza y un sentido de posesión injustificado.
– los gritos y la falta de respeto. Puede que con tu pareja haya mucha confianza, que haya encontronazos y enfados, pero nada, absolutamente nada, justifica que se pierdan los papeles hasta el punto del insulto o el menosprecio.
– La corresponsabilidad en el cuidado de los hijos, del hogar. No es una cuestión de ayudar sino de asumir por igual las responsabilidades asumidas.
– El apoyo a lo que el otro emprenda, decida aprender, intente o persiga.
– Darme espacio, independencia, capacidad de obrar y reaccionar por mí misma.
– Mantener la ilusión en el otro y demostrarla, conservar el deseo y el gusto por compartir vivencias, momentos, risas, recuerdos y anécdotas.
– Ser honestos uno con el otro. Pedir perdón y buscar soluciones cuando toque. Caer y levantarse. Ser valientes también cuando corresponda.
¿Y las joyas, los bombones y las cenas con velas? Sin eso puedo vivir perfectamente.
(GTRES)
Todo bien. Pero el problema de la Van valentin sique siendo un problema de igualdad. Los anuncios priorizan mas lo que debe hacer el chico, y no los regalos mutuos.
14 febrero 2017 | 09:33
Por ejemplo, algunos de los del día a día que se describen aquí: http://bit.ly/1TTJImk
14 febrero 2017 | 09:53
Pues yo ayer le compré queso fresco de Burgos que le encanta (el de verdad, no el comercial) y membrillo para que desayunara hoy.
A mi hijo para cenar, le pondre una salchicha doblada en forma de corazón con un huevo frito dentro.
Son mis dos amores y sobre que ayer me acordé del San Valentín en cuestión, pues bueno…
A mi no me han hecho nada de momento, luego fijo cae algún besazo que otro con sabor a queso y salchicha de sobre.
Soy partidaria de que los detalles de todo tipo cualquier día y en cualquier lugar.
14 febrero 2017 | 10:18
Nosotros no somos de celebrar San Valentín, pero mi marido me ha demostrado día a día, durante 39 años, que me quiere y me respeta. Me ayudó con mis padres enfermos, algo en lo que mis hermanos se involucraron lo menos posible, y ha sido mi gran apoyo durante mis momentos bajos. Te quiero Julio.
14 febrero 2017 | 11:05
Hola,
nosotros tampoco somos de celebrarlo un día, está bien darse un homenaje con la excusa..jeje, pero como bien dices la comvivencia, el respeto y el amor tiene que ser todos los días o por lo menos que se impoga en la mayoría de las veces. Me siento muy identificada con el artículo y como bien dices es algo que se demuestra día a día y por parte de los dos, no un día en concreto. Bonito artículo.
Besos!
Anabel
14 febrero 2017 | 11:43
No me interesan los detalles…..quiero un buen hombre a mi lado, que ame a sus hijos por encima de todo…una persona íntegra y leal. PUNTO
14 febrero 2017 | 12:18
¿Esto es un blog de maternidad o de feminismo? Porque los temas feministas ganan por goleada. Yo entro aquí esperando leer post relativos a la maternidad.
Soy mujer, y pienso que habrá igualdad real el día que estos temas desaparezcan de la agenda. El día que nos lo creamos. Porque el estar todos los días dale que te pego con que si te has encontrado un cuento cursi para niñas, o que si las niñas no pueden ser científicas, o que si las princesas disney.. narices! qué obsesión. Dediquemos nuestro tiempo (que como madres ya sabemos lo escaso que es) a lo que nos interesa, y no a sentirnos perseguidas.
14 febrero 2017 | 14:02