Yo no beso a mis hijos en la boca. Les beso en muchos otros sitios, en la mejilla, en la coronilla, en la frente, en las manitas… Doy besos que suenan para hacer reír a Jaime; doy besos al asalto a Julia para evitar que me haga la cobra, algo que le divierte mucho; doy besos que cazan la fiebre y otros que velan los dulces sueños.
No beso a mis hijos en la boca. No lo hago porque nunca me ha nacido hacerlo. No lo hago porque nunca recibí besos así de mis padres. No lo hago porque tampoco me he saludado nunca con piquitos con mis amigos.
No lo hago. No beso a mis hijos en la boca. Pero si lo hiciera, no veo qué habría de malo en ello. Miro la foto de Hilary Duff besando a su hijo de cuatro años en Disney y no veo más que una demostración de afecto. Pero esa foto ha desatado una (la enésima) polémica en redes sociales.
Es simplemente una demostración de amor maternal, no hay nada sucio ni sexual en ello y el que vea algo inapropiado y erótico en esa imagen tiene, como ha respondido la cantante, «una mente retorcida». Respecto a los que dicen que es antihigiénico. Ni vivir ni amar es algo estéril. Y tampoco exageremos, que no es precisamente un beso francés (que, obviamente, sí sería inapropiado), es simplemente un pico con los labios cerrados.
¡Qué puñetera manía de juzgar a los demás por chorradas! ¡Y qué polémicas más absurdas se montan online de tanto en cuanto! Como si no estuviéramos hartos de ver celebridades haciendo lo mismo que Duff, como si la cantante estuviera obligando a alguien a hacerlo.
Claro que todo esto engarzaría con otro debate distinto, que es el de la exposición de los niños en redes sociales para obtener más seguidores, más repercusión, tanto por parte de celebridades como de aspirantes a serlo. Pero eso es otro debate para otro día.
Mejor para cualquier niño recibir demostraciones de amor que crecer en un entorno en el que no hay besos, no hay abrazos, no hay «te quieros», en el que siempre es un invierno emocional
Y que besemos a nuestros hijos no quita que les enseñemos que no tienen que dar ni un besito a la fuerza, que no tienen que consentir contactos que no les agraden en ningún caso. Somos los guardianes de nuestros niños. Y eso también es otro tema.