‘Carlitos y Snoopy’, la película del perro que soñaba con ser piloto y de un niño con mala suerte y buenos amigos

366732-snoopy-et-les-peanuts-dans-un-film-620x0-2Este fin de semana estuvimos viendo Star Wars con Julia. No voy a extenderme respecto a esa película, que por muy fan que uno sea ya está alcanzando el nivel de saturación. Me limitaré a responder a una pregunta que yo misma hice en este blog: ¿Es una película a la que se pueda ir con niños pequeños? Pues tras haberla visto creo que sí, que se puede ir con niños a partir de cinco o seis años siempre y cuando esos niños gusten del universo creado por George Lucas y les hayamos visto disfrutar de películas que no sean de animación con dos horas de duración.

Pero dejemos ya Star Wars, porque yo quería hablaros hoy de otra película que vimos el fin de semana previo y que se estrenó el día de Navidad, una película sobre la que no hay duda ninguna de que está dirigida al público infantil: Snoopy.

Antes de nada, si os interesa este estreno, os recomiendo leer Carlitos y Snoopy se adaptan al siglo XXI con una mezcla de animación 3D y arte 2D. Se trata de una pieza de mi compañero Daniel González en la que entrevistó a Steve Martino, el director de la película (Horton, Ice Age 4: La formación de los continentes), y que recoge muchas curiosidades de la misma. Yo me voy a limitar a dar nuestras impresiones.

Al entrar al cine andaba barruntando que España es un país peculiar para los personajes creados en los años cincuenta por Charles Schulz. En los años ochenta se asociaron de tal manera a lo ‘pijo’, que es algo que aún persiste. El pobre Snoopy, sin tener culpa ninguna, quedó indeleblemente unido a los jóvenes pudientes con lazos de Don Algodón, Levi’s, jerséis de nudos y vespas, probablemente para mal. Es una pátina algo rancia que le va a costar quitarse y que va a echar para atrás a muchos potenciales espectadores.

Si logramos sacudirnos de encima prejuicios y acudimos al cine con los niños encontraremos una película infantil a la antigua usanza pese al uso  (mesurado) del 3D, con un ritmo pausado, clásico, fieles al espíritu original y una factura correcta, en la que no hay archienemigos, grandes dosis de acción ni necesidad de salvar al mundo.

En ella se conjugan las aventuras imaginarias de Snoopy como piloto en la primera guerra mundial contra un malvado barón rojo (nuestra parte favorita) y las desventuras reales de Carlitos (Charlie Brown), en su proceso de descubrirse a sí mismo y su relación con sus amigos. En la parte del niño sí que hay algo que me chirría, aunque tal vez sea cosa mía, y es que el eje central de la historia de Carlitos es que le gusta una nueva niña que llega al barrio y está haciendo todo lo posible por impresionarla. Carlitos es un niño muy pequeño, de solo seis años. Ya son ganas de tenerles enamorados hasta las trancas y obsesionados hasta el punto de hacer toda clase de tonterías para llamar su atención.

Por cierto, tanto Julia y yo coincidimos en que, entre todos los amigos de Charlie Carlitos, nuestro favorito es Linus. Cargado de sentido común, parece la voz de la razón durante toda la película.

La película es además muy estadounidense: en sus paisajes, en sus costumbres, en sus decorados. Claro que eso en estos tiempos de globalización ya no es ningún problema (aún recuerdo cuando era niña y no entendía bien al ver las películas qué significaba eso de ir por las puertas diciendo «¿truco o trato?»). Y recoge un Estados Unidos previo a los teléfonos móviles, a las consolas, a Internet. En ese sentido también mantiene el espíritu original de las tiras, que casa totalmente con ese ritmo que os contaba que fluye tranquilo.

No os voy a engañar, no se trata de una de esas películas que gusten por igual tanto a adultos como a niños. Es demasiado sencilla y dulce para nosotros. Para resultar atractiva a los adultos juega la baza de la nostalgia, de reencontrarse con personajes que nos gustaron de pequeños, pero ese factor que funciona en Estados Unidos en España va a quedarse cojo. Para los niños en cambio supone un rato agradable en el cine.

A Julia no será una película que la marque, dudo que pida verla luego en casa, pero el tiempo que estuvo sentada en la sala la disfrutó. Para ella es más la película del perro que quería ser piloto que la del niño que tenía mala suerte.

3 comentarios

  1. Dice ser Ernesto

    Muy buen artículo. Hace poco fui a ver la película (tengo 21 años) con mi novia y su hermanita (8 años) y a mí me encantó (porque soy un fan acérrimo de Snoopy) ya que es principalmente un homenaje precioso al Snoopy de toda la vida. Sin embargo, a mi novia y su hermanita también les gustó la película, aunque no creo que les marque de por vida.

    Pienso que hacen un trato excepcional con los personajes, y Peanuts es un clásico. La base de su éxito es el mismo que la nueva de Star Wars, apelar a la nostalgia y mostrar que los personajes que hemos querido por muchos años están en buenas manos. Sólo espero que si hacen algo más, siga por ese mismo camino y no inventen cosas nuevas y extrañas.

    29 diciembre 2015 | 11:19

  2. Dice ser Ochentera

    Quédate tranquila. Nací en el 83, en mi infancia también estuvo Snoopy, en mi casa no teníamos un duro y jamás asocié a Snoopy con el mundo pijo. Únicamente podía hacer alusión al «te lo juró por Snoopy» dicho en tono pijo de entonces… Pero no creí que fuera nada más que la forma de hablar de los pijos con una frase absurda. Posiblemente sería que yo no me enteré de esa relación… Hasta ahora.

    29 diciembre 2015 | 11:53

  3. Dice ser Laura

    No la vi

    31 diciembre 2015 | 10:51

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