Ojalá llegue el día que ningún padre ponga piedras en el camino de sus hijos

Los meses de agosto y septiembre los he pasado inmersa en el universo de Outlander, lo confieso. Estaba enfrascada en Tulipanes de marte, de mi compañero de blogosfera Javi Yanes, pero durante el viaje que hicimos por el norte de Francia con los niños quería leer algo ligero, así que compré y descargué en inglés los libros de Diana Gabaldón y me quedé enganchada como Frodo en la tela de Ella-Laraña. Y tras los libros (he leído los cuatro primeros y he decidido parar) vino la serie, una versión cuidada e inteligente de los mismos que estuve disfrutando con mi santo y que me dio tema de conversación con un par de compañeras de la redacción que también estaban viéndola.

No sé si sabréis de qué serie hablo, pero no voy a entrar en detalles, mejor dejo a Jesús Travieso que la destripe en su blog Solo un capítulo más, pero la cosa es que su protagonista, un actor escocés poco conocido llamado Sam Heughan, se está convirtiendo a toda velocidad en un sex-symbol internacional con legiones de seguidores en redes sociales. La verdad es que es de esos pocos tipos a los que la mugre favorece. No quiero negar el indiscutible atractivo del muchacho, pero cuando le limpian y atusan o en su versión corriente y moderna a mí no me dice nada. A mi santo le encanta su voz por cierto.

Es éste que veis aquí, muy bien acompañado de su preciosa coprotagonista Caitriona Balfe.

Los protagonistas de la serie 'Outlander'.

Los protagonistas de la serie ‘Outlander’, os aseguro que él sin mugre pierde mucho.

En una de esas conversaciones que os comentaba con un par de compañeras sobre las virtudes más superficiales del señor Heughan, se me ocurrió comentar con toda la naturalidad del mundo que si tuviera que elegir entre una noche loca con él o con Caitriona, no dudaría en quedarme con la segunda. Decir tontadas es gratis e incluso saludable a veces. Pero os aseguro que estaba siendo completamente sincera.

No es la primera vez que hago un comentario de este tipo. Y que noto que se me quedan mirando, tal vez fugazmente, sorprendidos, con cara de póker, un poquito escandalizados o directamente incrédulos. Llevo desde los dieciocho años felizmente enamorada de un hombre, mi santo, con el que he tenido dos hijos y junto al que confío poder envejecer. Jamás he tenido una relación sentimental con una mujer. Se supone que debo ser una heterosexual de libro y no decir esas cosas.

Imagino que así me sienten los demás. Pero no necesariamente es así como me siento yo.

¿Ava Gardner o John Wayne? Ava, sin lugar a dudas. ¿Jon Nieve o Cersei? Vivan los Lannister. ¿Juan o María? Pues depende de cómo sean Juan y María.

Lo diferente me atrae normalmente en mayor medida, pero también lo propio. Si mi historia de amor con mi santo se rompiera, no sé a ciencia cierta de quién me enamoraría después. Probablemente un hombre. Tal vez no. Muchos varones supuestamente atractivos no despiertan ningún interés en mí, y en cambio encuentro mujeres fascinantes con relativa frecuencia.

Una vez me dijeron lo siguiente: “imagina una línea, en un extremo estaría la heterosexualidad pura, en el otro las personas que se siente solo atraídas por su mismo sexo al 100%. Muchísima gente se sitúa en puntos intermedios, más cerca o más lejos de una de esas dos opciones, solo que la sociedad y lo que se supone que te debe gustar tira mucho”. Me da que no es tan simple, pero decidí comprar la teoría y situarme mentalmente en algún punto intermedio .

No me preocupa. No es nada que haya provocado en mí profundas reflexiones, problemas de identidad o crisis personales de ningún tipo. Ahí ha estado siempre. Sin más. Soy monógama y, como os decía, feliz en mi situación. No tengo la necesidad de compartimentar, etiquetar y clasificar para poder digerirme ni a mí misma ni a los demás.

Y puede que a estas alturas os estéis preguntando por qué demonios os estoy contando todo esto en un blog de maternidad, copado normalmente por las andanzas de los niños. Pues porque además de conversaciones sobre macizos televisivos, también he tenido recientemente un par de conversaciones con dos amigos, un hombre y una mujer, a los que sus padres no supieron comprender y querer bien cuando se puso sobre la mesa su relación con una persona de su mismo género.

«Tenéis un hijo o una hija sano y bondadoso. ¿Qué más queréis? Hay que aceptar la realidad de las personas que más amamos«, me dan ganas de decirles.

Creo que, por como soy, por como pienso, estoy a salvo de hacer pasar por lo mismo a Julia si el día de mañana viene a casa de la mano de otra chica. De hecho si Jaime fuera capaz en el futuro de tener una relación sentimental con un hombre que le quisiera bien sería la madre más feliz del mundo. Por desgracia su autismo le acabará robando ese tipo de amor casi con total seguridad.

Ojalá llegue el día que ningún padre, ninguna madre ponga piedras en el camino de sus hijos por algo tan natural como amar a otra persona, que no haya cariños mermados, alterados o desaparecidos a modo de víctimas colaterales en el proceso de conocerse y quererse a uno mismo como es.

Independientemente de nuestras expectativas, de nuestras propias inclinaciones o creencias, los padres deberíamos facilitar las cosas a nuestros hijos, no crear problemas donde no los hay, que ya se los encontrarán de sobra en otras partes. Deberíamos amarlos como son, sin más.

10 comentarios

  1. Dice ser mari mar

    Ufff!!!!!!!…..de verdad, parece que ésto lo he escrito yo. …Aunque no lo he hecho, si aseguro que lo siento, tal cual.

    TODO, absolutamente todo…..lo pienso, siento y manifestado miles de veces, tal cual.

    Gracias Melisa , de nuevo..

    02 octubre 2014 | 11:46

  2. Dice ser EA

    Totalmente de acuerdo, en todo

    02 octubre 2014 | 12:51

  3. Dice ser el miedo que no cesa

    Somos una cadena de hombres y mujeres «libres» que se autoproclaman libres y avanzados…. y no son capaces de superar las cadenas de los pensamientos nefastos del pasado de nuestra Historia humana.
    La especie humana es la peor especie que ha pisado jamás la Tierra. Y no sólo por los espectáculos indignos que presenta hoy en el mundo, guerras, fanatismos atroces, abusos de poder, de especie, corrupciones de perturbados…
    Llena de miedos en su sinicios se creó el mayor disparate jamás contado para solucionar su svacíos cognitivos respecto a sí misma y hacia lo que la rodeaba. Luego llegaron los fanatismos, entre ignorancias, los abus, las invasiones, la creación de cercos, llamados ahora países… El mundo humano apenas ha comenzado su evolución positiva. Y lo peor es qeu aún teniendo hoy herramientas para superar esos muros, siguen sometidos al parecer de libertad de los cautivos del pasado.

    02 octubre 2014 | 13:36

  4. Dice ser Umm

    Olé MR! Totalmente de acuerdo contigo.

    02 octubre 2014 | 13:49

  5. Dice ser vivian

    Efectivamente. Si el día de mañana mi hijo prefiere a un hombre como pareja, esperaré que sea buena persona y ame a mi hijo. Lo malo es todo el camino que hay de ahora a entonces. Puede que sufra acoso escolar por ser diferente, dudas sobre su identidad sexual, familiares que creyendo hacer lo mejor para él le riñen para que no se pruebe una falda de su hermana, sufrimiento… a eso es a lo que yo le tengo miedo.

    Se de lo que hablo aunque no hablo de mi hijo, pero tengo un caso en la familia. El niño me da mucha pena porque ni sus padres ni abuelos le dejan ser cómo es. Se lleva enormes broncas por correr moviendo las manos o ponerse el baby del cole como un vestido… yo no puedo hacer gran cosa y eso me frustra. Y eso que todavía no sabemos si será gay o hetero, sólo es que tiene un poco de «pluma».

    Si todo alrededor de tu hijo va a ser sufrimiento, al menos deja que tu amor de madre/padre sea su oasis, su refugio que bastante va a tener.

    02 octubre 2014 | 14:17

  6. Dice ser UNO

    Ya están l@s degenerad@s haciendo proselitismo e intentando justificar su vicio…

    02 octubre 2014 | 14:43

  7. Dice ser Adelina

    Cada cual es libre, sì. Pero, por qué cuentas esto aqui, o quien lo ha puesto??? No entiendo nada….. O es para entreter hasta que siga la serie??

    02 octubre 2014 | 15:30

  8. Dice ser Dácil

    Es un tema bastante tabú en España, por desgracia. El otro día me comentaba una madre que su hijo estaba encantado con su extraescolar porque su profesora era guapísima y yo dejé caer que veía normal en niños y niñas que se sintieran atraídos por las «princesas» que tiene en mente. Me contestó que las niñas sería por los «príncipes» y al decirle y que no, que una niña, probablemente iba a preferir una profesora guapa a un profesor guapo se me quedó mirando con cara de póker. Y eso que el tema no tenía nada que ver con la orientación sexual sino con la estética. ¡Pues que les pregunten a los que venden las Monster Hight cuantas muñecas venden y cuantos muñecos! Me fastidian los prejuicios tontos.

    03 octubre 2014 | 11:53

  9. Dice ser Jamie

    @UNO lo único degenerado es ver el sexo como algo feo y vergonzoso, ya va siendo hora de dejar las enseñanzas de San Pablo y otros degenerados como él atrás, ya no estamos en el año 1800.

    07 octubre 2014 | 15:06

  10. Dice ser Elena

    Ojalá todas las madres y padres pensaran como tú 🙂

    Un abrazo muy fuerte!

    13 octubre 2014 | 06:05

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